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Siendo una pervertido con mi sobrino por webcam

en Amor filial

Hace unos días platiqué con mi sobrino Luis, hijo de mi cuñado. Él vive en Monterrey, y pocas veces ah venido a visitarnos. Y en una charla por videollamada, pasó lo inesperado. Todo comenzó cuando ingresé a mi cuenta de Facebook. Aunque no entro muchas veces, subí fotos de reuniones, familiares,, así como individuales para que vea la gente que estoy al tanto de mi vida social, y de que no soy una persona aburrida y obsoleta. Todo iba normal. Miraba videos, fotos de amigos, anuncios, hasta que alguien me saludó.

-          Hola, tía, ¿Cómo has estado?

No capté al principio pero busque el nombre de Luis, y vi que era mi sobrino.

-          Hola, Luis. Muy bien, gracias. ¿Qué tal las vacaciones?.

Mi sobrino es un chico universitario de 19 años aunque se ve de 23 años.

-          No tan buenas, la verdad. Estar aquí encerrado.

-          Te entiendo. Pero…¿Por qué no te metes a un curso?

-          No. Ya eso ya es algo muy aburrido para mi. Me gustaría viajar.

-          ¿Enserio?, ¿y a donde, si se puede saber?

-          Pues…no se. A Cancún. O ir a visitarte.

-          Jaja ¿a visitarme?

-          Claro. Años de no verte. Te ves muy bien en tus fotos, por cierto.

-          Jaja gracias. Ya estoy algo vieja pero me doy mantenimiento.

-          Se nota. ¿Qué haces para estar tan hermosa?

-          Jaja pues…hago ejercicio los fines.

-          ¿Cómo que?

-          Sentadillas, mancuerna, hago caminadora, o voy a correr.

-          Entonces las has de tener tonificadas.

-          ¿¿Disculpa??. Soy tu tía, Luis. No me hables así, le contesté muy seria.

-          Tía, las piernas jaja. Tranquila, no te exaltes.

-          Mmmm ¿seguro?

-          Si, tía, seguro. Aunque…

Quería crear suspenso el tonto. Y estaba segura de que iba a decir una babosada.

-          ¿aunque que?

Dejó de escribir por unos 15 segundos. Tenía mucha curiosidad aunque fuera algo estúpido lo que me fuera a decir.

-          No me vas a dejar mentir, pero en tus fotos te vez muy buena.

No me imaginé que fuera a ser tan directo valiéndole mi reacción ante su opinión, pero conociéndome, me dio un poco de risa.

-          Luis, date cuenta de con quién estás hablando. No se si así seas con tus amigas cachondas, pero yo soy tu tía y soy una mujer madura.

-          Lo sé, tía, pero…no puedo quedarme callado y no decirte lo rica que te vez.

Ese chico no tenía respeto ni porque soy su tía. Su alargó me gustó pero tenía que darme a respetar, pero también quería divertirme y saber hasta donde era su límite.

-          ¿oye que te pasa?. Te prohibo que me hables así, ¿entendiste?.

Ya no dijo nada. Tardó en escribir unos 40 segundos cuando mucho.

-          Vamos, tía. No te hagas tonta. Seguro coges bien rico.

Era impresionante. Le importaba un carajo lo que le dijera.

-          No te pases de listo!!! . Además, ¿a ti que te importa como coja?.

-          Claro que me importa. Me gustaría hacerlo contigo.

-          Estás pendejo!! Tírate a una de tus compañeras.

No pensé que fuera capaz de decirme que le gustaría coger conmigo.

-          Sólo te haces, porque te gusta. ¿O no?

-          Deja de decir estupideces, Luis. Entiende yo soy tu tía, debes respetarme

-          Lo sé. Créeme que lo intento pero ver tus fotos con esos pantalones ajustados y esos vestidos pegaditos a tus curvas me ponen tonto. Mi tío tiene mucha suerte de tenerte.

-          Bueno, Luis. Pues me dio mucho gusto saludarte. Nos vemos y saludos.

No quería despedirme tan pronto, solo lo hice para ver qué hacía. No pasaron ni cinco segundos y en eso me apareció una ventana diciendo que Luis estaba llamándome. No sabía si contestar o no. Cancelé su llamada. Nuevamente apareció. No se daba por vencido. Contesté.

Ahí estaba. Tenía una playera blanca.

-          ¿Qué crees que estás haciendo?, le pregunté seria.

-          Pues…verte. ¿Qué otra cosa podría ser?

-          Tú estás mal, Luis. Estás enfermo.

-          No, tía. Estoy bien. Tu no estas mal ni enferma pero si estás bien chula.

-          Callate!!, le dije enojada.

-          Vamos!! No seas así!!

-          ¿Así como?

-          Pues enséñame.

-          ¿¿Qué??. De modo que me llamaste para que te enseñe mi cuerpo??

-          Pues claro.

-          Eres un descarado!!! Si tus papás supieran.

-          No, no, no, no les vayas a decir. Por favor!!

No iba a esperar toda el día para que me siguiera rogando. Tenía que decidir si complacerlo o de una vez ponerle fin a la conversación. Aunque debo aclarar que sus ganas de verme lo torturaban. No me doy el lujo de considerarme 100 % hermosa, pero tengo lo mío.

-          Bien. No lo haré. ¿Y sabes porque?

-          ¿Por qué?

-          Porque tu me van a enseñar lo que tienes.

-          ¿Qué?

-          Tal como lo escuchaste. ¿apoco creíste que soy una pendeja para dejar que me veas sin que tu pongas de tu parte?

-          …bueno no…pero si quieres que te enseñe con tal de verte, estoy de acuerdo.

-          De acuerdo. Me gusta.

-          ¿Y ahora?, preguntó un poco sacado de onda.

-          Pues tu dirás.

-          Está bien, dijo levantándose de su sillón para desabrocharse el pantalón. Al hacerlo se lo bajó y se volvió a sentar.

Tenía puesto un boxer muy ajustado que hacía remarcar un miembro. Se le notaba de buen tamaño. Terminó de quitarse lo pantalones.

-          Mmm oye, y…¿Cuánto te mide?.

-          Como 20 cm.

-          Mmm tiene buen tamaño.

-          Claro, tía. Y estoy seguro que te entra muy bien.

-          Jajjaa cállate!!!, le dije riendo.

-          Jaja bueno, bueno, ahora te toca.

-          Jaja chistoso. Ok.

Tenia puesto una blusa verde de manga larga y un pantalón de algodón color café. Sin levantarme tomé la orilla de mi blusa y me la subí lentamente. Vi que no despegaba la mirada de su pantalla. Mis costillas salían al aire al igual que mi sostén. Seguí hasta quitármela por completo.

-          Uy que ricas las tienes.

-          Gracias jaja.

-          A ver, déjame verlas.

-          ¿quieres ver como son?

-          Por su puesto. Sácatelas.

Estiré los brazos hacia mi espalda para desabrochar el sostén. Al hacerlo agarré las copas para evitar que descubrieran mis pechos. Dejé caer los tirantes de mis hombros y saqué mis brazos.

-          Vamos, tía. No me hagas esperar.

-          Tranquilo, tranquilo.

-          Luego se ve que las tienes bien ricas.

Me destape el seno derecho pero lo cubri con mi mano. Luego hice lo mismo con el otro.

-          Dios, tía, no me hagas esto.

-          ¿Qué haces?, le pregunté.

-          Pues…me toco.

-          Jajaja pero si aún no estoy desnuda.

-          Lo sé pero me excitas mucho.

Lentamente fui quitando mis manos de mis pechos para que los viera.

-          Dios!! Mira que ricas.

-          Jaja ¿si?

-          Si, tía. Se me antoja darte unas lindas chupadas.

-          Mmmm ¿enserio?

-          Si, tía. Estás hermosa.

Mientras me miraba me acariciaba los senos.

-          Las tienes puntiagudas. Que rico sería chuparte esas puntas y lamértelas, decía.

-          Jaja. Si, me agradaría.

-          Oye, y…¿aún te sale?

-          Jaja ¿leche?

-          Si

-          Pues…si. Un poco.

-          Uy que rico. Con más ganas te las chupo.

-          Jaja.

-          A ver.

-          ¿a ver que?

-          Quiero ver si aún te sale.

-          Jaja no sé

-          Anda, hazlo!!

Sólo lo miré y vi que estaba desesperado por ver.

-          Está bien.

Agarré mi pecho derecho y comencé a masajearlo de la base hacia la punta. Lo apretaba hacia la punta. Lo hice varias veces de forma lenta. Al llegar a la punta apretaba. Al hacerlo de nuevo brotó una gota.

-          Mmmm que rico.

No creí que saliera tan rápido. Volví a hacerlo y salió formándose una gota y cayendo sobre mi muslo.

-          Mira que rico. Chupatela, tía.

-          ¿quieres que pruebe?

-          Si. Prueba tu rica leche.

Tragué saliva y volví a apretar acercando mi boca para atrapar mi punta. Al salir una gota, chupé.

-          Eso, tía.

Probé mi líquido.

-          ¿a que te sabe?

-          Dulce.

-          Mmmm que rico. Ojalá pudieras darme un vaso de esa leche.

-          Jaja, ¿te la tomarías?

-          Claro. Con gusto lo haría.

-          Tal vez algún día te de a probar.

-          Sería grandioso.

-          Bueno, a ver. Te toca a ti, dije.

-          Jaja de acuerdo.

Necesitaba ver esa cosota que tenía guardada. Se levantó. Dios, se le marcaba más. Agarró el resorte y se lo bajó lentamente. Faltaba poco. Se detuvo en su pelvis.

-          ¿lista?

-          Jaja ajá, conteste algo estupida.

Se bajó de rápido su bóxer y su verga salió de un brinco tambaleándose de un lado a otro. Dios santo, mis ojos no se apartaban de ese miembro tan rico que se le veía. Mis pupilas se dilataron. Lo sentía. Tenía que guardar esa imagen en mi cabeza.

-          ¿te gusta?

-          …ajá, conteste.

-          ¿me la chaparías, tía?

-          Jaja pues…si, ¿Por qué no?

Se la chaparía con ganas. Se me hacía agua ma boca. La tenía larga, delgada, hermosa que se le veía.

-          Como me gustaría meterte todo esto en ese culote que tienes.

-          Jaja ¿si?

-          Si. Te llenaría toda.

Con todo gusto lo dejaría. Que me la meta dónde el quisiera.

-          Ahora déjame admirar ese traserito hermoso, tía

-          ¿tan rápido? Jaja

-          Si, preciosa. Es lo que más quiero.

Reí a carcajadas. Me agradaba lo que estábamos haciendo pero por otra parte debía poner un limite a mis locuras, porque eso son. Además estaba lidiando con alguien familiar.

-          Luis, escucha bien. Sólo será por esta vez, ¿entendiste?.

-          ¿pero porque?

-          Porque si. Esto no está bien. Que tal y se enteran tus papás.

-          Nadie sabrá.

Me levanté y me desabroché el botón del pantalón. Bajé el cierre y le mostré mi calzón.

-          Que lindo calzón, tía.

-          Gracias,

-          Seguro que huele rico.

-          Jaja no lo sé

-          Huelen a tu concha y a tu rico culo.

-          Jaja pues claro que a eso van a oler.

-          ¿los pedorreas mucho?

-          Oye!!! Jaja ¿Qué te pasa?

-          ¿Qué?, es normal.

-          Pues si…pero…

-          Ya, tía, no te hagas tonta. Seguro que apestas bien rico tus calzonsitos

-          Jaja pues yo digo.

-          ¿los has olido alguna vez?

-          Pues…sólo una.

-          ¿y que tal?

-          Jaja si, olían raros.

-          Jaja ¿a que?

-          ¿Pues a que va a ser?. A trasero.

-          Uy que rico. ¿te huele rico?

-          Jaja ya no digas nada.

-          Como quisiera olerlos después de apestarlos a ese culo que tienes.

Reí. No creí que fuera tan perverso y sucio. A lo que me gustó y me calentó aún más.

Me bajé el pantalón hasta los tobillos. Me senté para quitarme las zapatillas y el pantalón. Volví a pararme.

-          Que buena estás.

-          Muchas gracias. ¿te gustan mis calzones?

-          Si, tía. Me encantaría olerlos y jalármela con ellos.

-          Jaja ya, no exageres.

-          Jaja no exagero, es verdad.

Me di la vuelta de modo que mi trasero estuviera frente a la pantalla de la laptop.

-          Dios, mira que ricura de culo, dijo mordiéndose los labios.

-          ¿te gusta?

-          Si, tía. Lo tienes rico.

Me agarré las nalgas y me separé los glúteos haciendo que mi calzón se me metiera.

-          Mmmm sii!!! Como no estoy ahí para olfatearte.

-          Jajaja

-          ¿quieres verlo?

-          Si, tía!! Vamos!! Bájate ese calzón!!, me pedía mientras se jalaba su verga.

-          ¿estas caliente?

-          Mucho.

Solté mis nalgas y con los pulgares, agarré el resorte de mi calzón. Lo bajé lentamente hasta desnudar mi colita.

-          Mira que cosa más rica.

Mi calzón salía de mis glúteos ya que se me había metido. Lo solté y dejé que cayera sobre mis pies. Volví a agarrar mis nalgas y me las separé para viera mi entrada.

-          Dios santo, tía Isabel, tienes un culo hermoso.

-          Gracias, corazón.

-          En verdad que si me dan unas ganas de comértelo.

-          ¿si?

-          Si. Le daría unas ricas lamidas a ese agujero.

-          Jaja no te creo.

-          Es enserio. Te metería bien rico la lengua.

-          Jaja ¿aunque me huela mal?

-          Aunque hayas cagado.

-          Jaja no seas asqueroso. Imagínate cómo sería eso.

-          Jaja estás tan linda que hasta tus pedos han de apestar bien rico

-          Jaja no lo sé.

Tenía unas inmensas ganas de que me hiciera lo que decía. Me encanta que me prueben por todas partes.

-          Tía, ¿Por qué no hueles tu colzoncito?

Lo levanté y me giré viendo a la pantalla. Hice bola el calzón y lo presioné sobre mí nariz.

-          ¿a que huele?

-          Huele rico. A culo.

-          Mmm que sabroso. Has hecho que mi verga se endureciera.

-          A ver.

Se levantó. La tenía muy parada. Le bailaba de un lado a otro. La tenía tan parada que me dieron ganas de chupársela. Muy rica que se le veía.

-          ¿te gusta, tía?

-          Pues claro. Está rica.

-          Como me encantaría abrirte ese hoyo con todo esto.

-          Jaja ¿si?

-          Claro, tía. Llenarte el culo bien rico.

-          Lastima que no estés aquí.

-          Pero puedes venir, o yo puedo ir.

-          Jaja ¿vendrías?

-          ¿Por qué no?. Si es para romperte ese culo, voy en este momento.

-          Jaja tranquilo. Pero no pierdas las ganas.

-          ¿Por qué lo dices?

-          Porque queríamos aprovechar las vacaciones de tu Jorge y Caro para ir a verlos.

-          Perfecto.

-          Pero bueno, ¿en que estábamos?

-          En que te meteré la verga por ese traserito.

-          Jaja cierto.

-          Voltéate, quiero que me enseñes ese culo.

-          Solo un rato.

Me levanté y volví a poner mi trasero frente a la pantalla. Separé mis glúteos para dejarle ver mi ano y mi vagina.

-          Te ah de saber rica esa concha.

-          Jaja tal vez.

-          Lo que daría por que te sentaras en mi cara.

Solté mi nalga derecha y resbalé mi dedo medio sobre mi ano. Lo hice dos veces, y en la tercera me lo metí hasta la mitad.

-          Eso, metetelo.

-          ¿te gusta?

-          Si, tía. Me gustaría chupar ese dedo, también.

-          Jaja no lo harías, ¿o si?

-          Por supuesto que lo haría.

Lo retiré lentamente y lo acerqué a la pantalla. Lo tenía húmedo de la lubricación de mi culo.

-          Mmm mira que rico. Seguro que sabe rico.

-          Jaja pues…

Me agaché un poco de modo que mi cara quedara frente a la pantalla. Abrí la boca y saqué la lengua para resbalar la yema del dedo sobre ella. Cerré la boca para chuparlo un poco.

-          Dios, tía, dijo jalándose la vergota.

Lo saqué.

-          ¿a que te supo?

-          Rico jaja.

-          Ya lo haz hecho, ¿verdad?

-          Algunas veces.

-          Eres bien cerda, tía. Pero me gusta.

-          Jaja ¿si?.

-          Si. Seguro pedorreas tus dedos para olerlos después.

-          Jaja no. Tanto como eso no.

-          Me tienes con la verga bien dura.

-          ¿quieres seguir viendo para que te vengas?

-          Si, tía. Sigue mostrándome ese culote.

Levanté mi culo para que me viera toda bien abierta. Masajeaba mis nalgas. Me las abría y las cerraba. Miré de reojo a la pantalla y vi como se la jalaba. Lo hacía rico. Juro que si estuviera él conmigo o yo en su casa, no lo pensaría para montarle esa verga.

-          ¿te excito?

-          Mucho. Tienes un sabroso culote.

Acerqué los dedos de mi mano derecha a mi ano y me metí el índice.

-          Eso, métetelo todo.

-          Jaja no, todo no.

-          Ándale, tía. Compláceme.

Di un respiro y me lo enterré con fuerza hasta adentrarlo bien.

-          Que rico, dijo.

Simplemente reí y espere a no sufrir una desgracia como ya se imaginarán. Recorría el dedo por mis paredes anales. Lo miré y no paraba de jalársela. La tenía bien paradota. Se me hacía agua la boca de lo rica que se le veía. Fui retirando el dedo de mi trasero lentamente.

-          Dios, que linda te vez

Solo sonreí. Giré mi cuerpo y me senté. Me incliné hacia la pantalla y resbalé el dedo sobre los orificios de mi nariz.

-          ¿a que te huele?

-          Rico. A culo.

-          Siento que me vendré, tía.

-          ¿ya tan rápido?

-          Es que me excita mucho lo que haces.

-          ¿así de pervertido eres?

-          No te imaginas.

Miré mi dedo. Estaba húmedo. Al ver que no tenía nada raro me animé a lamerlo. Abrí la boca y saqué la lengua para resbalar mi dedo.

-          Que cerda y sabrosa eres.

-          Sabe raro, dije al sacarlo.

-          ¿y te gustó?

-          Ajá. Ahorita vengo.

-          ¿a dónde vas?

Salí del cuarto rumbo a la cocina. Abrí el refrigerador y saqué una zanahoria. Volví a mi recámara.

-          Ya vine.

-          ¿Qué hiciste?

-          Ya verás.

Me senté mirándolo.

-          ¿ya vas a terminar?, le pregunté

-          No. ¿Por qué?

-          Sólo pregunto. ¿me dejas verte?

-          Jaja, ¿y que harás?, pregunto levantándose.

Su verga le bailaba. Se le veía hermosa. Se le doblaba hacia arriba. Admiraba ese gran paquete que guarda en sus calzones. Me mordía los labios conteniendo las ganas.

-          ¿Qué tía?

-          …nada

-          ¿te gusta mi juguete?

-          Jaja …ajá.

-          Mírala. Ojalá estuvieras aquí para darte de comer.

-          Jaja. ¿si?. ¿me darías?

-          Claro. Te la metería toda hasta verte ahogándote.

-          Jaja. ¿y que más harías?

-          Te rompería el culo sin importar cuanto te duela.

-          Jaja ¿crees que me duela?

-          Puede ser. Llega un punto en que el trasero se cansa.

-          Pues…si un día nos llegamos a ver, tal vez me anime a probar.

-          Con gusto.

Mientras charlábamos, resbalaba la zanahoria sobre mis pliegues. Metía la mitad en mi concha. Imaginaba que su miembro me entraba y me salía.

-          Aaahhh!!, solté por accidente un gemido

-          ¿Qué tienes?

-          Jajja nada, nada, sólo…

-          Jaja ¿Qué haces?, ¿te tocas?

-          …si

-          A ver.

-          Jajaja…está bien.

Me senté bien y me abrí colgando las piernas en los brazos del sillón. Acerque un poco la computadora hacia mí y bajé un poco la pantalla apuntando hacia mi rajita.

-          ¿es una zanahoria?

-          Si, ¿Por qué?

-          No, nada, nada. Jaja ¿pensé que sólo eran tus dedos.

-          Pues no.

-          A ver sigue. Tócate.

Al haber metido la zanahoria a mi concha, la chupe sin importar el sabor. Estaba totalmente abierta. Bajé mi mano derecha a mi rajita y empecé a acariciarme. Con los dedos forme círculos sobre mí clitoris.

-          La tienes bien rica, tía.

-          ¿te gusta como la tengo?

-          Si. Se me antoja darte unas ricas chupadas. Pasarte la lengua sobre esos pliegues.

-          Mmm que rico.

-          Si. Te la chaparía y al mismo tiempo te metería los dedos por el culo.

-          ¿si?

-          Si, tía Isabel. Estás bien buenota. Mujeres como tú nos excitan más que una chica de 20.

-          Jaja no te creo.

-          Jaja bueno a mi sí. ¿Qué edad tienes?

-          44.

-          Mmm que bien. Y tienes un estupendo cuerpo. Seguro calientas a varios hombres.

-          Jaja pues…si. Algunos.

Mientras me frotaba la vagina, chupé la zanahoria como si fuera una verga. Me la metía y me la sacaba del hocico. Me rascaba mi clitoris. Sentía rico. Miré como se masturbaba.

-          Como quisiera meterte la verga por esa boquita.

-          Si. A mi igual. Me gustaría chupártela con ganas.

-          Uy que rico. Me encantaría que lo hicieras. Que rico sería cogerte así cómo estás.

-          Si, que rico.

-          Cogerte por el ano. Enterrarte bien sabroso la verga hasta dejártelo bien abiertote

-          Mmm que rico. ¿si lo harías?

-          Claro, tía. Que delicia que me dejes la verga apestando a tu rico rabote.

-          Jaja. Que sucio.

-          Pero rico, ¿no?

-          Jaja ajá.

Aunque me daba un poco de pena porque no creí que fuera capaz de querer hacer todo lo que me decía, me excitaba mucho. Quería que lo hiciera justo en ese momento. Me recosté un poco y expuse mi concha y mi culo. Tomé la zanahoria con la mano derecha y la resbalé por mis húmedos pliegues. Seguí bajando hasta mi ano y metí la punta.

-          Métetela, tía

-          ¿todo?

-          Eso sería mucho mejor.

Yo no tenía problema en hacerlo y al parecer él tampoco. Tragué saliva y di un respiro para después empujarla lentamente. No me entraba. La quité y escupí mis dedos para luego lubricar mi hoyo. Al apoyarlos sobre mi ano, me metí el dedo medio y el anular al mismo tiempo agrandando mi entrada. Me dolió un poco pero me gustó. Los dejé adentro.

-          Que rica, tía. Como me encantaría chupar esos dedos.

-          Jaja no lo harías.

-          Claro que lo haría. Te ah de saber bien rico el culo.

-          Jaja ¿lo has hecho?. ¿has probado un trasero?

-          Una vez. A una amiga.

-          ¿y que te pareció?

-          Lo más rico. Aparte era linda. Lo que lo disfruté con ganas.

-          ¿y ella?

-          Sin duda. Apretaba mi cara sobre su hermoso culo con su mano. Fui exquisito comerle el culo a esa chica. Lamía sin parar, le penetraba su agujerito con la lengua.

Contarme su corta experiencia me excitó más de lo que ya estaba. Sentía el ano ya un poco abierto. Retiré mis dedos y los observé detenidamente.

-          Mmmm que rabote más rico, dijo.

Reí y voltee a verlo

-          ¿te gusta como lo tengo?

-          Me encanta. Tanto que me dieron ganas de meterte toda la lengua.

-          Mmm ¿si?, ¿me lo chaparías?

-          Claro. Seguro que te sabe muy sabroso.

Regresé a mis dedos para olerlos. Y al no oler tan mal, los chupé.

-          Que rico los chupas, tía. Te vez rica haciéndolo.

-          Saben ácidos.

-          Sigue haciéndolo.

Al sentir el ano un poco entreabierto, chupé la zanahoria lubricandola por completo y la inserté sobre mi hoyito.

-          Que rico, dije conforme me la fui metiendo.

-          Dios, tía. Que bien te vez.

-          ¿te gusta?

-          Si, contestó jalandose la verga.

Sentía rico meterme la zanahoria en el culo. Era como una verga dura. Seguí empujandola hasta meterme esos 10 centímetros. Tape mi entrada con la palma de mi mano para que no se saliera.

-          Me excita como te vez.

-          Jajaa ¿enserio?

-          …si, dijo con una voz entrecortada de lo excitado que estaba.

-          ¿quieres ver como la cago?

-          Si. Hazlo. Vamos.

Quité la mano y pujé suavemente. En verdad sentía como si me estuviera saliendo un largo y grueso cacho de mierda. Mi rabito sacaba ese duro trozo de zanahoria. Sentía rico que saliera de mi colita. Conforme fue saliendo puse la mano para atraparla.

-          Eso!! Que rico!! Sigue, tía!!

-          Mmm siento rico.

-          ¿si?, ¿Qué sientes?

-          Como si estuviera cagando.

-          Que rico. Me encantaría verte cagar, ¿sabes?

-          Jajaja no!!! Eso si ya es demasiado.

-          ¿Por qué?

-          Porque si.

-          Mucha gente le gusta ver. Y más si es admirar a una mujer hermosa como tú.

-          Jaja gracias pero no. Eso nunca ah pasado por mi mente.

La zanahoria salió. La tomé toda húmeda. Esperaba que no saliera con alguna sorpresa. La miré y nada. Salió totalmente limpia.

-          Chupala, tía. Compláceme.

-          ¿quieres ver?

-          Por supuesto.

Al ver que solo estaba lubricada de mi rico ano, la probé. Abri mi hocico y me la metí. Sólo entró la mitad. Cerré la boca y comencé a chuparla y a lengüetearla. Sabía acida y a la vez tenía un sabor dulce. La verdad no sé porque pero me gustaba. No se si a eso sepa un culo, pero seguí. Mientras me dediqué a probarla use los dedos de mi mano derecha para penetrarme el ano. Entraban rico. Mi orificio estaba listo para que una vergota me llenara.

-          Que rica te vez, me decía masturbandose.

-          ¿te gusta mucho?,

-          …si!!!

Retiré la zanahoria de mi boca y me la metí en el culo. Me la enterré toda hasta dónde pude. Pujé con fuerza para sacármela y la volví a probar.

-          Aaaahhhh!!! Tía!!! Hazlo otra vez!!!

-          ¿si? ¿te gusta como pruebo mi culote?

-          …si!!! Vamos!!!

Lo hice denuevo. Metí la zanahoria completamente y me la saqué. Estaba muy lubricada de mi culo y mi saliva. La llevé a mi boca por tercera vez. Sentía mi rabo ya algo estrecho. Me saqué la zanahoria de la boca. Lamí mis dedos de la mano derecha y luego los escupí. Los mojé bien y luego me los metí en el culo. Metí dos dedos. (Índice y dedo medio). Me entraron con mucha facilidad. Los saqué y los volví a meter junto con el anular. Entraron los tres un poco apretados. Jugué mi culo con ellos metiéndolos y sacándolos. Puse la zanahoria sobre el escritorio. Mientras me penetraba el culo, con la mano izquierda empecé a jugar mi clitoris.

-          Mmmm que rico, dije.

-          Eso, tía. Lo haces muy bien!!

-          ¿…si?, le pregunté un poco excitada

-          Aaahhh!! Sii!!

-          ¿te vendrás?

-          Eso quiero.

-          Si. Quiero que lo hagas!!

-          Si, tía. Como quisiera venirme en tu rico hoyo.

-          ¿si?. ¿te gustaría llenar mi hoyito de semen?

-          Sii!!! Llenarlo bien rico.

Me paré del sillón y me subí arrodillada exponiendo el culo sobre la pantalla.

-          Mirate. Que hermoso culo.

-          ¿te gusta así?

-          Aaahhh, sii!!! Me encanta!!!

Tomé la zanahoria y me la volví a meter. Me la enterré hasta adentro. Dios, sentía tan rico penetrarme esa larga verdura. Paré el culo y doble mi espalda para que mi culo resaltara más.

-          Tía, estás bien buenota.

Pujé un poco y ese cacho naranja salió de mi orificio. La sensación era una delicia. La metí de y volví a pujar para sacarla. Cagué esa verdura y la chupé. La lamí toda. Disfrutaba hacer mis porquerías. Apreté el culo y al pujar para que se abriera me tiré un pedo.

-          Dios, que pena!! Jaja perdón

-          Mmm que rico, tía. Te ah de oler rico.

-          Jaja no lo sé.

Puse la verdura junto a la laptop, y me penetré el ano con los dedos. Metí tres dedos. Los saqué. Lo hice de nuevo. Sentía rico meterlos y sacarlos.

-          Mmm sigue, tía.

Los enterré lo más que pude y al sacármelos me los metí a la boca.

-          Se te ve bien abiertote el culo. Que rico.

-          ¿quieres verlo mejor.

-          Aja. Si.

Me limpié las manos y me paré. Agarré mi ropa, la zanahoria y la laptop, y caminé a mi recámara.

-          ¿a dónde vas?

-          Ya verás.

-          Tienes ricos pechos, me dijo.

-          Jaja gracias.

-          Estaría rico chupartelos.

-          Jaja si, ¿verdad?

Al llegar a la recámara, puse la laptop en la cama. Cerré con seguro y me subí para mirarlo.

-          Llegamos, dije dando un brinco en la cama.

-          ¿es tu cuarto?

-          Así es.

-          ¿y ahora?

-          Espera.

Fui a mi closet y saqué un cofre el cual tenía adentro un dildo de 22 centímetros. Caminé al baño, abri la llave del agua caliente y lo mojé unos segundos. Cerré y volví a la cama. Me subí recostándome sobre mis pechos y mirándolo, y le mostré mi juguete.

-          Mira

-          ¿tienes un dildo?

-          Si jaja

-          Uy, me sorprendes.

-          Jaja no te creo

-          En verdad.

Reí de nuevo y le di una larla lamida a mi dildo desde la base hasta la punta.

-          Mmm ojalá esta verga fuera tuya.

-          Mmm que rico sería que me la probaras.

-          Si. Me gustaría darte una rica chupada

-          ¿si?

-          Si. Me gustaría tragarme tu rico semen.

-          Mmmm si, tía.

-          Enséñamela, le pedí.

Se recostó sobre su sillón y bajó un poco la pantalla apuntándola hacia su rico miembro. Dios, la tenía muy paradota.

-          Mírala, tía. Está bien parada.

-          Eso veo. Está bien rica.

Abri bien la boca y me metí la mitad del dildo imaginando que era la verga de mi sobrino.

-          Mmm eso, tía, dijo jalando su pene.

La retiré lentamente y lengüetee la punta.

-          Que linda te vez.

-          Si, ¿verdad?

-          Por supuesto.

-          ¿quieres verme el culo?

-          Si. Muéstramelo. Déjame ver ese rabote.

-          Jaja claro, mi amor.

Me levanté y me di la vuelta sentándome, de modo que mi culo quedara justo frente a la pantalla. Con mis manos agarré mis nalgas y me las separé.

-          Mira.

-          Dios santo, que rico, dijo mientras se masturbaba.

-          Lo tengo bien abierto, ¿verdad?

-          Si, tía. Tienes estrecho tu rico ano.

-          Mmmm ¿me lo chupas?

-          Claro que si, hermosa. Te penetraria ese agujero con la lengua.

-          ¿si?.

-          Aaahhh!!! Si, tía.

-          Mmmm que rico.

-          Te metería todo pito hasta adentro. Aunque me embarres de tu rica mierda.

-          Jajaa ¿si lo harías?

-          Si!!

-          Nunca eh hecho eso.

-          Yo tampoco pero cómo estás bien ricota me gustaría intentarlo contigo.

-          Jaja que puerco eres.

-          Tu igual, tía. Por eso me has gustado.

-          Jaja y tu ami.

-          Como quisiera que te sentaras ahorita mismo en mi cara para oler tus ricos pedotes

-          ¿si?

-          Si

-          Aunque me apesten feo

-          Han de oler bien sabroso los tuyos.

-          Jaja oye, ¿quieres que me meta el dildo?

-          Si, métetelo

Escupí mi mano derecha y lubrique e dildo. Volví a escupir mi mano y mojé mi rabote. Tomé mi juguete y coloque la punta sobre mi ano. Me fui sentando lentamente. Me entró. Bajé poco a poco y el dildo fue entrando lentamente en mi culote.

-          Mmmm que rico.

-          Si, hermosa. Siéntate bien.

Me metí la mitad y subí el culo dejando la punta adentro. Di un respiro y me di un senton haciendo que esa verga me entrara toda.

-          Aaaaaa!!!, di un grito de placer.

-          Así quédate, hermosa

Me dolía un poco pero muy poco. Di profundos respiros sofocando el dolor.

-          Lo tienes bien adentro.

-          Si.

Levanté el culo lentamente y fue saliéndose. Sentía rico. Sentía que estaba cagando un gran cacho de mierda. Decidí por sacármela toda. Un alivió invadió mi cuerpo. Me di la vuelta para ver la laptop y me recosté. Resbalé mi nariz sobre mi dildo, de la base hasta la punta.

-          Mmmm huele rico.

Luego de hablar, abri la boca y comencé a metérmela para probarla.

-          Eso, chupala bien.

Solo lo miraba como se masturbaba. Me excitaba verlo. Ver ese tronco de carne que tiene entre sus piernas. Sabía ácido el dildo. Me metí más de la mitad.

-          Métetela toda. Ándale.

Me quedé quieta en la mitad. Di un respiro y bajé para meterme todo. Dios, la punta me llegó hasta la garganta. Atravesó mi campana. Me quedé unos segundos. Cuando mucho 8 segundos. Apreté los ojos y los abri. Mis ojos querían soltar lágrimas. Estaba  ahogándome. La saqué rápido y di un gran respiro por la boca. Mi saliva escurría de la verga de goma. Escurría saliva por mi mentón.

-          Así quiero metértela, tía. Penetrarte toda la puta boca.

Aunque me hablaba con groserías, no me importó. Muy por el contrario, me excitó más. Escupí el dildo y lo cubrí con mi mano derecha para resbalarla de arriba hacia abajo. Le chupaba el glande. Lo disfrutaba con ganas. Deseaba que fuera la verga mi sobrino.

-          Dios, tía. Lo haces muy bien. Se ve que te gusta mamar mucho.

-          Jaja algo.

Me la saqué y me arrastré junto con la laptop hacia la cabecera. Acomodé las almohadas de modo que pudiera recostarme sobre ellas. Lo hice. Me recosté y flexioné mis piernas, separándolas y llevándolas hacia atrás de mis brazos.

-          Dios santo. ¿Puedes hacer eso sin lastimarte?

-          Aja jaja ¿Por qué?

-          No por nada.

Mi culo resaltaba al igual que mi concha. Casi podía darme sexo oral yo misma pero mi columna vertebral no podía doblarse más. Estar en esa posición me daba la libertad para penetrar mi culo y mi vagina con más facilidad. Escupí mi vagina y con mis dedos de la mano derecha empecé a frotarme el clitoris. Mi sobrino no apartaba la mirada de mi. Seguía jalándose la rica verga. Agarré el dildo y lo chupé. Lo lubrique de mi espesa saliva y luego lo coloqué en la entrada de mi colita. Lo metí. Sentía rico. Ese duro cacho de gel me llenaba el hoyo como me gusta. Llegaba muy adentro. Lo dejé y me seguí frotando el clitoris. Cerré los ojos. Quería disfrutar de mis caricias. Rascaba mi puntito suavemente con la yema del dedo medio. Agarré el dildo y me lo saqué.

-          Ay que rico!!, dije.

Lo miré y chupé la punta que era lo que había estado en lo más dentro de mi culote.

-          Dios, tía!, ¿a que te sabe?

-          Rico, conteste riendo.

Lo volví a meter a mi ano y lo saqué para volver a chuparlo.

-          Que sucia eres.

-          ¿y te gusta?

-          Mucho.

Lo retiré de mi boca y recorrí toda la lengua sobre el dildo. Lo limpie. Chupe cada centímetro del dildo. Lo escupí y me lo metí a la vagina.

-          Mmmm que rico, dije.

-          Como quisiera meterte mi vergota, tía.

-          ¿si? ¿te gusta mi concha?

-          Si. La tienes bien rica. Me la comería bien rico.

-          Si, que rico.

Me metí todo el dildo. Rozar mis paredes era una sensación acogedora de placer.

-          Vamos, tía. Cogete!!

-          ¿quieres que me venga?

-          Si. Quiero verte chorrear.

Lo saqué y me lo metí. Penetre mi vagina con delicadeza. Sentía tan rico que decidí hacerlo más rápido.

-          Aaahhh!!!

-          ¿sientes rico?

-          …sii!!, conteste con los ojos cerrados.

La punta del dildo golpeaba la parte de arriba, lo que era mi pelvis. Hacía que disfrutaba cada penetracion.

-          Que rico se siente!!!

-          Vamos!!! Sigue!!! Imagina que te la meto!!

-          Sii!!! Métemela!!!

Se jalaba con ganas.

-          ¿te vendrás?, le pregunté con un tono débil.

-          Si, ya casi!!

-          Dios!!! Siento muy rico!! Aaaahhh!!!

El placer que envolvía mi cuerpo era indescriptible y muy abrazador. Penetre con más rapidez.

-          Aaaahhh!!! Siii!!!! Que ricoo!!!

-          Me encantas, tía!!! Sigue, no te detengas!!, dijo casi a punto de venirse.

Sus ojos se entrecerraban. Se masturbaba con ganas.

-          Vamos, corazón!!! Expulsa tu rico semen!!!

-          Si, tía!!! Lo que tu digas!!!

Tres segundos después de sus última palabra, su miembro expulsó ese líquido blanco y espeso cubriendo su punta y su mano.

-          Que rico!! Te sale mucha!!

-          Aaaahhhh!!!! Que rico siento, tía!!! Mierda!!!! Siiii!!!

-          Sigue!!! Expulsa más!!!!

-          Sii!!! Como quisiera que te la tragaras!!!

-          Mmmm que rico!!! Sii!!! Me bebería todo eso!!!

Terminó. Su verga sacó sus últimas gotas dejandolas escurrir por su glande.

-          Mmm que rica se te ve.

-          Dios, no creí que me saliera tanta.

-          Jaja pues que bien, ¿no?

-          Si, contestó muy agotado.

-          Aaaahhhh!!! Gemi.

-          Vamos, tía. Te toca.

-          …sii!!

Admirar su verga me hizo olvidar de mi placer. Retome el ritmo que había llevado al inicio.

-          Mmmm que rico!!!!

-          Vamos!!! Quiero ver como te vienes!!!

-          Sii!!! Espera!!!

Me metía el dildo con locura. Dios, era maravillosamente rica la sensación. Era un placer incontrolable.

-          Aaaahhh!!! Dios!!! Ya casi!!! Me…vendré!!!

-          Vamos!!! Hazlo!!!

-          Sii!!! Sii!!! Ya casi!!! Estoy apunto!!!, dije mientras me metía el dildo con una desesperación.

-          Rayos, rayos!!! Ya!!! Ya!!! Aaaaaaaahhhhhhh!!!!! Siiiiii!!!!!!!!

En un cerrar y abrir de ojos tuve un hermoso orgasmo. Mi vagina expulso un chorro que salpicó la pantalla de la laptop. Me importó una mierda. Seguí penetrándome. Mi concha expulsaba chisguetes. Mi cuerpo temblaba. Mis muslos no paraban de sacudirse. Mis ojos se cerraban inconscientemente. Dejé caer mi cabeza sobre las almohadas y comencé a retorcerme.

-          Dios mio!!!!

Mis manos tocaban todo mi cuerpo. Mis pechos, mi rajita, mis muslos, mi ombligo, mi rostro. Era una sensación muy rica. Levantaba la pelvis. Pasé mi manos izquierda sobre mis mojados pliegues. Me acaricié. Me levanté para ver a Luis.

-          Mojé la pantalla, dije.

-          Si. Vaya, tía. Me encantas.

-          Jaja. Y tu a mi.

Separé las piernas sin flexionarlas completamente dejando la planta de los pies sobre la colcha y acerqué la computadora hacia mi entrepierna.

-          Se te ve muy rica.

-          ¿si?

-          Si.

No estaba cansada pero necesitaba reponerme de ese orgasmo que había tenido.

-          Hazlo otra vez

-          Jaja ¿otra vez?

-          Si. Ándale. Hazlo.

Di un profundo respiro y exhalé lentamente.

-          Está bien. Pero sólo una vez.

-          Si, si, tía.

Dejé el dildo dónde estaba y chupé mis dedos, (medio y anular) para luego meterlos en mi concha. Comencé a acariciarme por dentro con la yema de los dedos. Lo hacía como si me estuviera rascando, cono si llamara a alguien. Enterré más los dedos.

-          Mmmm, reaccioné

-          ¿Qué sientes?, me preguntó.

-          …rico

Doble un poco la mano de modo que la punta de mis dedos golpearan la parte de mi pelvis. Metía y sacaba con un ritmo ni tan rápido ni tan lento pero la sensación era muy rica. Muy placentera.

-          Que rica te vez. Como quisiera cogerte ahí en tu cama.

-          Mmm si!!! Que rico meterme tu verga!!

-          Sii!! ¿Sientes rico meterte los dedos?

-          Sii!!! Muy rico!!!

Cerré mis ojos y me mordí el labio inferior, sofocando los ligeros gemidos que quería liberar. El placer aumentaba cada vez que penetraba mi concha. No podía tranquilizarme. Apretaba los dedos de los pies.

-          Dios, que rico!!!

-          Sigue, tía. No te detengas.

-          No, no…lo haré.  Aaahhh!!! Siii!!!

Ya había tenido esa sensación antes. Así que sabía que iba a explotar otra vez en un rico orgasmo. Mi pelvis comenzó a inflamarse un poco. Lo sentía. También empecé a tener ganas de mear. Sin duda era una buena señal. Y con más razón seguí metiéndome los dedos.

-          Uy, que delicia!!!

-          Quiero que te vengas, tía!!

-          Si!!! Eso haré, mi amor.

-          Si. Mi verga está poniéndose dura otra vez.

-          ¿Si?. A ver. Déjame verla.

Aunque ya se había venido, había pasado el tiempo suficiente para reponerse. Se le veía tan rica. Bien parada y apuntando hacia arriba.

-          Está bien rica, le dije

-          Si. Sería sabroso penetrarte la boca con esto. El culo y tu rica concha.

Sus palabras hicieron calentarme más.

-          Sii!!! Que rico!! Comerme esa vergota.

-          Claro que si.

-          Jálatela. Quiero ver como te vienes, le pedí.

-          Claro, tía.

Se paró y empezó a masturbarse.

-          Eso, así!!! Sigue jalándola!!

-          Claro!!!

No paré de meter mis dedos. Al contrario aumenté el ritmo.

-          Aaahhh!!! Que rico!!!

-          Sigue!!! No pares!!, me exigió muy excitado y masturbandose

-          …sii!!! Mmmm!!! Me gusta!!! Quiero que cogamos!!!

-          Yo igual!!! Cuando nos veamos, te voy a coger bien rico!!!

-          Siii!!! Me…gustaría!!! Mmmm!!!! Dios!!! Que rico se siente!!!

-          Tía!!! Creo que me vendré ya!!! No puedo!!!

-          Siii!!! Hazlo!!! Vente!!!

-          Pero!! Aaahhh!!! No aquí!!! Necesito…

Estiró el brazo izquierdo y colocó un vaso de plástico trasparente.

-          ¿Qué es? Aaahhh!!!

-          Un vaso de agua vacío. Aaahhh!!!! Que rico!!! Ya casi!!!

-          Vamos vente, mi amor!!! Le rogué muy excitada.

Dios, era riquísimo lo que estábamos haciendo.

-          Dios mio!!!! Creo que igual yo!!! Aaahhhh!!!

Estaba que no aguantaba. Estaba a uno segundos de explotar. Lo presentía.

-          Siii!!! Vamos!!! Quiero ver eso!!!

-          Siii!!! Aquí voy!!! Ya!!! Ya!!! Rayos!!! Aaaaaaaahhhhh!!!!! Mierdaaaa!!!!

Esa última palabra y ese último gemido fueron testigos de un inmenso chorro que mi vagina expulsó. Parecían meados lo que sacaba mi concha. Se sentía extraordinariamente rico. Se contrajo mi culo y mi pelvis se levantó. Mojé el teclado y la pantalla.

-          Que ricura, tía, dijo masturbándose con ganas.

-          Sii!!! Dios santo!!!, dije cansada.

Mis piernas temblaban. Lo miré. Estaba ya al borde de la explosión.

-          Si, si, si!!!! Aaaahhhhh!!!! Que ricoooo!!!! Eso!!!!!

Se estaba viniendo dentro del vaso. Su verga expulsaba su rico semen. Como deseaba que el vaso fuera mi linda boca recibiendo su rica leche. Su cara reflejaba mucho placer. Se le cerraban los ojos y mantenía la boca abierta.

-          Que rico!!! Sácala!!!

-          Siii!!! Se siente bien ricote!!!

Se exprimía la vergota. Con la colcha seque la lap. Esperaba que no sufriera algún corto.

-          Estoy cansada, dije.

-          Si, yo igual.

-          Jaja no puede ser. No pensé que fuera a hacer esto.

-          Estuviste sensacional, tía.

-          Jajja igual tu, corazón.

-          Cuando te vea moriré de ganas de ese culote.

-          Jajaja

-          En serio. Te lo voy lamer bien rico, y te romperé el culo hasta dejártelo bien abiertote.

-          Jajaja ya basta. Ya es suficiente. Debemos acabar, tus primos llegarán y debo limpiar este desastre.

-          Si. Un desastre muy rico.

-          Jaja si. Pero bueno. Espero que lo hayas disfrutado porqué será la única vez.

-          Dios, tía. Me quedé con las ganas de más.

-          Ni modo. Jaja

-          Gracias por esto, tía. De verdad. Estuviste fantástica.

-          Gracias. La verdad que a mi me gustó verte. Pero bueno, ya quiero limpiar.

-          Bueno, tía. Otro día charlamos.

-          Claro que si

Nos despedimos de un día que formaría parte de esas experiencias que jamás olvidaría. Me despedí aventándole un beso con la mano y me desconecté. Me bajé de la cama e hice mi trabajo de limpiar y cambiar colchas. 

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