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Mi Viaje al Pasado: Sandy

en Grandes Relatos

Viajar en el Tiempo, no es cosa fácil; recuerdo los viajes de Martín MacFly en el Delorian o del Dr. Samuel Becket de Quantum Leap, mejor conocida como Viajeros en el Tiempo; más hice mi primer viaje por meritito accidente.

No fue un rayo que cayera en el coche a alta velocidad, un experimento de laboratorio o una falla eléctrica en el horno de microondas; era algo más raro que caer por el hoyo del conejo de Alicia en el País de las Maravillas.

 

Simplemente, me quedé dormido en una de las mesas de la Biblioteca de la Ciudad; es día fui a la Biblioteca en busca de un Código Procesal Antiguo, la Bibliotecaria era ya una señora grande de unos sesenta años, gordita bien buena onda, tenía años que la trataba, era de los poco que iba a consultar libros, de nombre Elia, como buenos conocidos siempre me habla por mi nombre.

 

Me despertó, con el clásico joven, ya vamos a cerrar; veo a Elia, más joven, sus mismos rasgos, pero con una mirada que me desconocía, sacado de onda entrego el Código y salgo de la biblioteca; observo mi celular, sin red, sin señal, sin datos, la hora las 20:00 hrs. y lo más sorprendente el día 15 de febrero pero de . . .1994.

 

Pensé que era una broma o una mal pasada; al buscar el estacionamiento donde deje mi carro, antes era una casa abandona, la recuerdo porque de pequeño nos metíamos allí a cazar fantasmas y era el hogar de uno que otro inofensivo teporocho; allí estaba esa casa.

 

Viendo los coches de modelo noventero; todavía bochos, golfas y empezaban a usar los tsurus como taxis, decido caminar a la que es la casa de mis padres y estaba como en mi infancia, sin las remodelaciones y los locales comerciales al frente, solo la barda perimetral, el portón amarillo y la casa hasta el fondo.

 

En aquel tiempo mi padre tenía un departamento pequeño en la unidad habitacional cerca de mi antigua secundaria, y si la mente no me fallaba ese año, mi padre estuvo trabajando en Ciudad Central en las obras del drenaje profundo.

 

Tal fue mi suerte, que siempre supe donde guardaba su llave de emergencia; dos veces me trajo a enseñármelo, nombrándolo su leonero, donde traía a sus fieras a ser dominadas; una sala de piel negra de tres piezas, con una mesa de centro de cristal, al frente librero con un televisor de  21 pulgadas de esos cuadrados, con una videocasetera VHS y varias películas, un equipo stereo enorme y  una pequeña cantina al lado de un frigo bar; una cocina muy pequeña, una recamara literalmente desocupada, solo cajas y cosas sin importancia, la otra era la suya, una cama matrimonial, al frente un mesa con una televisión de 15 pulgadas otra videocasetera VHS y una cámara instantánea polaroid.

 

Como buen cazador, tenía tres mudas de ropa; y algo que descubrí es que tenía dinero de respaldo por cualquier contingencia; aunque comida nada. Salí del departamento buscando que cenar, encontrándome un puesto de antojitos a la puerta de la vieja secundaria, encontrándome nuevamente con Elia.

 

ELIA.- Usted es el joven que se quedó dormido en mi biblioteca.

GUIDO.- Gracias por lo de joven, si soy yo. (risas)

E.- Usted es nuevo en estos departamentos.

G.- Si, acabo de llegar de viaje y me estoy quedando en el F-15.

E.- Es usted pariente de Don Pedro, ya decía yo el parecido.

G.- ¿Usted conoce a Don Pedro?

E.- Que sino, (haciéndome notar que lo conocía muy bien); pero como usted es nuevo aquí, le invito a comer a la fondita de aquí enfrente, mañana es mi día libre.

G.- Me parece muy bien.

Sale el pedido de Elia, y se retira; yo hago lo mismo cuando me entregan lo que pedí para cenar. Ya en el departamento, tomé una coca de lata y me puse a ver televisión de la época, toda la noche.

 

Al día siguiente, me desperté tarde como eso de medio día, estuve curioseando entre las cosas de mi padre, cuando me encuentro unas fotos de Elia, en poses muy sugerentes, semi desnuda y desnuda; pude apreciar esas enormes sandias que tenía como pechos, y así de muchas mujeres algunas conocidas otras no.

 

Me voy a fonda donde había quedado de verme con Elia, pensando -A pinche viejito canijo, no te coges a ti mismo, porque no te llegas- me rei, porque yo hacía lo mismo, me entretuve en las maquinitas cerca de la secundaria, en el puesto de Don Huevas, jugando PANG, X-men, Children Of The Atom, Street Fighter II y el Samurai Shadow II; si que era bueno jugando, estaba oxidado, pero no había perdido práctica.

 

Llego poquito antes de las dos, veo a Elia sentada esperando; ya no la veo con los mismos ojos, queriendo comerme sus sandias, escondidas debajo de una sudadera rosa.

 

E.- Hola, como estás, como me dijiste que te llamabas (risas), es que soy muy olvidadiza.

G.- Me llamo Axel, pedimos.

E.- Esperamos tantito, a que den las dos y que salga mi sobrina de la secundaria.

G.- Esta bien, pero platícame de ti.

Comenzó a platicarme de su vida; en eso suena el pitazo de la dos de la tarde, viendo el desfile de cambio de turno de mocosos uniformados; era emocionante ver caras conocidas, aunque no me acordaba de sus nombres, solo de sus apodos.

En eso entra corriendo, abrazando muy efusiva a su Tía Elia, Sandy…  Sí, Sandy, mi compañera de la secundaria, la chica más hermosa de toda la escuela, su cabello trigueño, su piel blanca, sus ojos verdes como el más, carita era muy delicada como muñeca de porcelana, sus labios finos, con dos oyuelos en ambas mejillas, dentadura perfecta, bajo el suéter del uniforme se notaban unos pequeños senos, y esa faldita de cuadros con más de 5 dedos arriba de la rodilla, sus calcetas escolares y sus zapatos de piso, que buenas piernas tenía Sandy.

 

E.- Sandy, él es Axel, vive donde antes vivía Don Pedro.

S.- Mucho gusto Axel (dándome un beso entre la mejilla y la comisura de mis labios, dejándome sudando frio)

G.- Mucho gusto Sandy; y allí sigue viviendo mi primo hermano Pedro, yo solo me voy a quedar unos días en la ciudad y me presto su apartamento.

S.- Ellos son mis compañeros de grupo, y entonces eres tío de Guido.

Sandy iba acompañada de su sequito de amigas; Connie, la que podría ser la gordibuena; Mary, sin pena y sin gloria; Raquel, la gordita simpática y Richard, bueno Ricardo, el amigo gay.

G.- Si es un bueno muchacho, pero como vengo de rápido a la ciudad no quiero que se entere que estoy aquí.

S.- No te preocupes, yo no diré nada, pico de cera. (les dice a sus sequito) muchachos nos vemos el lunes, me voy a quedar con mi tía. (todos se despidieron de beso).

E.- Sandy, es muy buena guardando secretos; (risas), como cuantos días te vas a quedar en la ciudad.

G.- No tengo idea, solo tengo que resolver algunos problemas y ver la forma de encontrar el camino de regreso a casa.

S.- Te escuchaste muy viajeros en el tiempo.

E.- Vamos a comer, que se nos hace tarde para ir al cine Sandy y Axel me imagino que tiene cosas que hacer.

 

Pedimos el menú del día, y yo no podía dejar de admirar a Sandy; el amor platónico de muchos de mis compañeros y compañera mía de muchas pajas antes de ir a la cama. Terminamos de comer, en una charla muy placentera entre lo banal y lo absurdo. Antes de despedirnos, anoto en una hoja el número telefónico del departamento y se lo doy a Elia.

G.- Estoy a tus ordenes Elia, para lo que se te ofrezca.

E.- Ya me lo sé de memoria (risas picaras, dándole la servilleta a Sandy), para lo que se te ofrezca Sandy, (risas de nuevo)

Nos despedimos normalmente, con besos en la mejilla; ellas tomaron su camino y yo pase a jugar maquinitas de nuevo, queriendo tener a la mano mi SuperNintendo para no pasar aburrida la tarde, y pensar cómo resolver mi problema de que hago aquí, en 1994.

Dentro de mí, diciéndome debut y despedida con Sandy, pero en lo que estoy aquí, me comeré a Elia; solo espero que me llame por teléfono, ya que no tengo Whattsapp, Facebook, Twitter, Mensajes de texto, es más no tengo ni internet.

Me puse a ordenar las cosas de mi padre, en el otro cuarto; encontrarme un cajón de prendas interiores femeninas, como trofeos de guerra, de todos los tamaños y colores. Revisando las fotos, que tenía; reconozco a Iralia su secretaria, a la vecina Juanita, hasta la chica de la tienda de la esquina por la casa.

G.- A pinche viejito cochino.

Toda la tarde y noche, me quede esperando la llamada de Elia; como realmente no conocía a nadie, porque a los que conocía tenían entre 14 y 16 años, y de allí solo a mi familia y claro que no les iba a marcar y decirles:

G.- Hola Mamá, soy yo Guido; e hice un viaje en el tiempo, ha y me estoy quedando en el leonero de mi padre.

Pensaba en opciones de como regresar a casa, buscar al Dr. Emmet Brown y robarme el Delorian, buscar un microondas descompuesto, buscar un portal dimensional.

El sábado, para matar el aburrimiento salí a tomarme un café y leer el periódico en la Plaza Comercial Principal, en aquel tiempo la única que existía, leyendo noticias de acontecimientos que ya conocía y cosas chuscas, cuando escucho.

S.- Me puedo sentar un ratito

G.- Adelante Sandy, (haciendo el periódico al lado, puedo apreciar cómo iba vestida, jeans bombachos, una sudadera de esas enormes y su cabello suelto como Gloria Trevi).

 

S.- Es que quede de verme con mis amigas, pero no han llegado.

G.-Ya deben de venir en camino, anda pídete algo.

S.- Quiero una malteada de fresa y una rebanada de pastel; no, mejor no, porque en la revista dice que se te van a las caderas, toda esa grasita, mejor solo la malteada, mejor si el pastel y lo bajo corriendo toda la tarde.

G.- Que revista lees

S.- (sacando una revista ERES), mira aquí lo dice; y quiero conservarme bien para la semana del estudiante, que este año seré su Reyna.

G.- Que van hacer aquí en la plaza, van al cine, a tomar el café o a comprarse ropa.

S.- Vamos a dar la vuelta y Connie nos va a presentar a unos chicos del Bachillerato que conoció, ha ce unos días.

G.- Te gustan mayores, entonces; no andarías con alguien de tu edad.

S.- Claro que no, por ejemplo, tu sobrino, se la vive jugando en las maquinitas y en la cascara de básquet. A mí me gusta alguien que te sepa besar, que sepa lo que una quiere.

Nos interrumpieron su sequito de amigas, se despide rápido de mí y la veo alejarse moviendo las caderas muy coquetamente; como si supiera que mi mirada estuviera clavada en ella.

En la tarde me visita sorpresa Elia en el departamento, no venía espectacular, sino con una blusa blanca larga, un brassier del mismo color que parecía amaca; unos jeans pegados y puede ver que no tenía pancita cangurera, que era gordita cuerpo de uva.

G.- Hola Elia, que milagro.

E.- Como sabía que estas solo y no quieres ver a tu familia, te traje algo de cenar.

G.- (tú vas a ser la cena, me dije a mi mismo) Adelante pasa.

Ella con nerviosismo, entra como buscando algo; se sienta en la sala y comenzamos a charlar de cosas sin importancia.

E.-Y te has acomodado bien en el apartamento de Don Pedro.

G.- Claro que si, mi primo es muy ordenado; me dejo películas de guerra, acción, suspenso y una que otra pornográfica, para pasar el rato.

E.- Que cosas dices, no sabía que Don Pedro, viera esas cosas. (toda roja)

G.- Pero nada fuera de lo normal, eso sí; dejo cerrado con llave el otro cuarto, donde guarda documentos y cachivache y medio.

E.- Lo más seguro es para que no anden husmeando entre sus cosas (riéndose), no es cierto es broma (con una voz más tranquila).

G.- Te sirvo algo, una copa de vino, un tequila, un algo.

E.- No gracias, pero otro día nos ponemos de acuerdo, nos vamos a bailar y después vemos que pasa.

G.- Huyyyyyyyyyy

E.- Me refiero a ver que nos tomamos.

Elia se despidió con un beso plantado en los labios y un abrazo muy fuerte. Que puede sentir a través de la piel que eran enormes sus pechos. Como a las nueve suena el teléfono; me sorprendió, porque desde que llevaba allí nunca había sonado:

G.- Alo

S.- Hola

G.- Quien habla.

S.- Adivina (con su voz angelical y de inocencia)

G.- Mmmmmmm, déjame ver; Petra, Chana, Juana, mmmmmm, Jacinta.

S.- (risas) Soy yo, Sandy, soncito.

G.- Hola Sandy, y ese milagro que me llamas.

S.- Me encontré la servilleta con tu número y te marqué.

G.- Gracias por el alago; pero a que se debe.

S.- Hoy me la pasé muy bien platicando contigo, la verdad es que realmente sentí que era una plática de adultos.

G.- No te entiendes con Connie, con Mary, con Richard (hablando con una familiaridad de ellos, como si los conociera, en eso se escucha una voz en el teléfono).

Papá de Sandy.- Con quien hablas Sandy, que se escucha voz de hombre grande.

S.- Hablo con Guido, y me choca que me estés espiando; sabes que él tiene la voz muy gruesa.

G.- Hola señor papá de Sandy, como está usted.

S.- Guido, nos vemos mañana; en el parque como habíamos quedado; me molesta que mi padre me esté espiando, como si fueras mi novio, brincos dieras.

G.- Sale Sandy, mi candidata a Reyna.

 

Me colgó, y me dije en la madre; en que pedo me metí a mí mismo, espero que Guido no tenga problemas el lunes y que lo vaya a buscar el papá de Sandy, que es receloso.

 

El domingo nos vimos en el parque de la unidad habitacional, saco a pasear a su padre de nombre Druppy, un Frech; mientras nos sentábamos a platicar, Druppy estaba entretenido haciéndole el amor a la pierna de Sandy.

S.- Siempre que salimos hace esto, y cuando estamos en la casa igual.

G.- Esta en celo y anda buscando calmar sus hormonas.

S.- Ya decía yo, porque mi padre siempre dice (haciendo la voz gruesa) Voy a llevar a castrar a este perro (risas)

G.- Es lo mejor, así te vivirá más

S.- Déjame darle una vuelta y regreso

Se para y veo lo bien que se le veía esa bermuda beige, tipo safari; tennis, una playera de colores grande en cuello en v pero V mayúscula, dejando fuera un hombro, donde pude apreciar un top negro.

S.- Ya lo cansé.

G.- O te canso (risas)

S.- Ya sabes cómo son estos animales, pero quería hablar muy seriamente contigo. Primero, pedirte disculpas por el metiche de mi padre, desde que le llego un rumor de que tengo novio, de que el novio que tengo no es de mi edad anda insoportable. Segundo, nada de lo que hablemos aquí, puede saberlo nadie en absoluto.

G.- Lo prometo, lo juro por el osito bimbo (risas).

S.- Pues si tengo problemas; ando con Mario el maestro de música.

(Hice cara de sorpresa, ya sabía que andaba con Mario y que tuvo un hijo de él)

S.- Te cuento, pero esto no lo saben ni las chicas; Mario, me ha invitado varias veces a salir, al cine y a su casa; siempre que nos estamos besando me quiere meter mano, a veces lo dejo, otras no, pero me pide que lleguemos a otro nivel, como novios.

G.- Tu eres libre de decidir hasta dónde quieres llegar, es tu cuerpo y tu elección-

S.- Ya se lo he dicho, anda emocionado porque voy hacer la Reyna de la semana del estudiante y dice que quiere que le modele el vestido antes en su casa, pero como voy a ir a su casa, sola, con el vestido, se enteran mis padres, lo matan y luego me matan a mí, y lo vuelven a matar a él.

G.- No lo hagas, y termina con él. (Que tal si esto es lo que me trajo en el tiempo, cambiar la historia; me sentí el Dr. Samuel Becket, pero donde estaba Alf y Ziggy, para guiarme en mi viaje).

S.- No puedo, lo amo.

En eso se escucha una voz a lo lejos en coro: Sandy!!!!!!!!!, era el papá y la mamá de ella. El papá enérgico me saluda.

PdS.- Buenos días señor,

G.- Buenos días, señor, señora (Veo a la mamá de Sandy, que buena estaba; pareciera que su hija era un clon de ella, casi idénticas; si le hubiera hecho el amor allí mismo).

S.- Papi, Mami, les presento a Axel, es el tío de Guido (cambio la expresión de ambos de dura a muy suave)

Mamá de Sandy.- Mucho gusto, su sobrino es un muchacho muy atento y que voz se carga, ya veo que es de familia.

G.- El gusto es mio señora y señor, me encontré a Sandy, y le pregunte por mi sobrino; a lo que ella me dijo que estuvo con ella, pero lo más seguro es que lo encontraría en las maquinitas.

S.- Así es, él se la vive allí, ya llévenle su cama, sería feliz (risas).

G.- Me tengo que ir a buscarlo; y por cierto, hay que llevar a castrar Druppy, ya violo mi pantalón.

Entre risas y penas, el papá de Sandy, jalo a Druppy; mientras su mamá esta toda bien rojiza; dándome cuenta de que Elia era tía por el lado del padre. La semana paso normal, buscando la forma de como regresar a casa. En las llamadas telefónicas con Elia, que cada vez se ponían más picantes, y las llamadas de Sandy, que parecía más su Doctora Corazón.

 

S.- Pasado mañana es la coronación de la Reyna del Estudiante, y deberías de ver mi vestido, es hermoso.

G.- Lastima que no tienes una cámara fotográfica, para mandarme la foto (maldita ´tecnología, que llegara en más de diez años en el futuro).

S.-Si te portas bien, te lo modelo.

G.- Zas, pero no que se lo ibas a modelar a tu novio.

S.- Ya no tengo novio Guido, que no vez que hay muros en la costa.

G.- Será moros en la costa, cuando has visto muros en la costa, sonsita.

S.- Será el sereno, pero ya sabes que mi padre espía mis llamadas. El problema es que mi madre se niega a que use tanga debajo del vestido, quiere que use bikini o pantaletas, y no quiero porque se me nota muchísimo, quiero que no se me note nada.

G.- Y tu cómplice, tu tía Elia, que dice.

S.- Ella esta con la idea, de que no es mi edad.

G.- Bueno, seré tu cómplice, dime que talla y color.

S.- Color piel, chica; tengo que colgar que llego mi padre.

Días más tarde compre el pedido, en una tienda de lencería fina del centro; mientras seguí con mis intentos de comerme a Elia, y dos o tres veces entable conversación con la mamá de Sandy que salía a correr en las mañanas al parquecito de la unidad, paseando a Druppy.

Era martes, como eso de las 7 de la mañana; cuando escucho que tocan la puerta desesperadamente. No podía ser mi padre, porque según recuerdo debería seguir en Ciudad Central, y alguna fiera de él, la invitaría pasar y le daría labiada.

Veo en el ojo de buey de la puerta y era Sandy; diciéndome:

S.- ábreme rápido, que me vine de pinta y si nos ven tus vecinos le van a decir a mi tía Elia y ella a mi madre.

Iba normal con su uniforme de la secundaria, mientras yo, en bóxer y playera de los abejorros de Charlotte, se mete y me dio un beso en los labios.

S.- Gracias compli, que haría sin ti.

G.- Pero que haces aquí, a esta hora.

S.- Me vine de pinta, porque una vez que termine la clase de Mario, nos vamos a ver por aquí para que le modele el vestido.

G.- Ha bueno, (entre somnoliento).

S.- A mí me encanta mi vestido (saca su vestido de su mochila, es como el de Jessica Rabitt, No, es como el de Jessica, solamente que, en Dorado, al igual que sus tacones y por último saca su corona).

G.- Yo tengo sueño, allí tienes la tele, el control, allí está la cocina por si quieres desayunar algo, me voy a echar un sueñito.

Paso como una hora, cuando escucho que tocan la puerta del cuarto.

S.- Axel, despierta flojito.

G.- Ya voy.

S.- Necesito un espejo, para ver cómo me veo.

Salgo del cuarto, cuando veo tan lindo cuadro; ella enfundada dentro del vestido, con un strapple de forma de corazón, terminado con la espalda descubierta en forma V, resaltando sus lindas caderas, largo con una pierna descubierta.

G.- El único espejo grande es el de la recamara.

S.- Sale, paso. (se para frente al espejo) ayúdame a ponerme la corona.

G.- Voy, (se coloca la corona, y empieza a contonearse de un lado a otro, como que algo no la convencia). Te vez como toda una Reyna.

S.- No, esta pantaleta es enorme, se me nota toda.

G.- Ha es cierto, aquí tienes lo que me pediste. (sacando de la cómoda, la tanga como me la había pedido, en su caja de lencería fina).

S.- Axel tu eres un amor, anda salte para que me la pueda poner; ahorita te llamo.

G.- Bueno,  (me salí de mala gana).

S.- Axellllllllllllll, ven no seas malo, ayúdame.

Entro a la habitación y la encuentro acostada en la cama; su pantaleta se había enredado con los tacones, pues la flojita no se había quitado los tacones. La desenredo, y me pide ayuda a que le ponga la tanguita, con cuidado se la meto en una pierna y luego en la otra, parándose lo cual me ayuda a subírsela hasta arriba por debajo del vestido, disfrutando su olor a sexo, ya que su pantaleta ya estaba mojada.

Se mira al espejo y se empieza a girar nuevamente, ahora si convencida de lo que veía.

S.- Ahora si estoy completa.

G.- Déjame tomarte unas fotos con la instantánea para que veas en foto.

S.- Me parece bien.

Empieza a modelar coquetamente, aunque tengo que cuidar las fotos, porque el paquete solo es de 10 y no había más; desde poses de modelo y mujer fatal, hasta de fiera y de toda una prostituta.

G.- Mira, en esta se te salió un seno (un volcancito pequeño, coronado con una cereza rojiza, muy deliciosa).

S.- No me preocupo (deshinibidamente); para ese día voy a usar parches en los senos, para que se levante y realcen.

G.- Todo lo tienes fríamente calculado.

S.- Siempre.

G.- A bueno.

S.- Pero veo que has sido un compi bueno, y tu amiguito no para de mirarme.

Me doy cuenta de que tengo el pene erecto asomándose en el bóxer; déjame consentirlo, se acerca y me lo comienza a mamar muy rica mente.

G.- Que rico lo mamás, como sabes hacerlo.

S.- Es que así, mantengo quieto a Mario, de que quiera hacer otra cosa. (Se acerca y me besa).

La tomo y la empiezo a besar con pasión, con deseo y lujuria; con cuidado le quito  la corona; todo la demás ropa, solo se iba moviendo con base a las caricias y besos en su virginal cuerpo; aunque no eran los primeros labios que besan sus senos, sus caderas, sus labios vaginales, todo su cuerpo, si sabía que era el primero que le arrancaba sus suspiros y sus primeros grandes multiórgasmos.

G.- Creo que es hora de parar.

S.- No, Axel, anda métemelo, por favor, no aguanto, prometo ser una niña muy buena contigo.

La fui penetrando muy suavemente, Sandy gemía de placer en la posición de misionero, levanté sus piernas y estaba hasta el fondo, ella entre lágrimas y gemidos estaba gozando totalmente, tuvo otros órganos, terminando exhaustos, evité venirme en ella, manchando su vestido.

S.- Que rica mañana.

G.- Que rica y buena estas Sandy, déjame tu vestido, lo mando a la tintorería y mañana lo tienes litos.

S.- Sale, que hora es; es la una de la tarde, no chingues, quede de verme con Mario a las diez, me puedo bañar.

G.- Vamos, yo te ayudo.

Nos besamos bajo la regadera, enjabonado su cuerpo, disfrutando cada una de sus líneas y cada una de sus curvas, disfrute nuevamente de sus labios y su néctar vaginal, saliendo lista del departamento a las 2 de la tarde como si nada hubiera pasado y hubiera salido de la escuela.

Al día siguiente vino a recoger su vestido, después la escuela; llorando porque Mario estaba muy enojado con ella, por dejarlo plantado, hablo a su casa, diciendo que iba hacer un trabajo en equipo en la casa de Guido.

En esa semana, Sandy conoció diversas posiciones y formas de hacer el amor; su favorita era montar como a caballo; mi favorita era ponerla en cuatro y cogérmela de a perrito.

Elia, me invito a la coronación de su sobrina; Sandy se veía realmente como una Reyna, resaltando sus ojos verdes y su escultural figura. Se que muchos de sus compañeros, desearon estar con ella y desnudarla esa noche, porque yo también lo hice.

Allí, estaba yo; a la edad de 14 años embobado, mirándola, deseándola, sin saber que veinte años en el pasado, iba hacer mía.

Después de la Semana del Estudiante, nuestra relación se empezó a enfriar, Sandy me llamaba pocas veces, después me enteré por Elia.

Elia.- Que hermosa se veía mi sobrina en la coronación.

G.- Si, se veía muy bella, ella.

E.- Lastima del gañan de su novio, el maestro de música.

G.- El Maestro de Música,

E.- Si, me pidió que le guardara el secreto; yo espero que recapacite y se busque un novio de su edad.

G.- Me imagino, vi a su padre que estaba con fiera, queriendo matar a la bola de chamacos.

E.- Mi hermano, es su tesoro; si se entera que anda con el profe, lo mata. (risas)

G.- Que vas hacer el viernes, voy por ti y vamos a cenar.

E.- Me parece bien, te veo entonces, besitos (colgando el teléfono).

Llego a la biblioteca, con anticipación; me saluda diferente, con un beso pícaro Elia, pido una obra clásica de Maquiavelo “El Príncipe”, quedándome nuevamente dormido en la mesa de la biblioteca.

 

Me despierta Elia, con su voz; Guido ya vamos a cerrar, levántese mi Lic. Sorprendido de que no me llamara Alex, sino Guido, veo que es la misma Elia de 60 años; observo mi celular, con red, con señal, con datos, la hora las 20:00 hrs. y lo más sorprendente el día 15 de febrero pero de . . . 2017.

 

Me despido de Elia, regresando “El Príncipe” y no el Código que había pedido; encuentro el estacionamiento, encuentro mi coche, y decido marcarle a mi padre.

G.- Padre

P.- Ese milagro Guido.

G.- Oye, todavía conservas tu leonero.

P.- Ese es mi hijo, claro que sí; pasa por la llave y te lo presto.

G.- No te preocupes, se dónde dejas la de seguridad.

P.- Ese es mi hijo, hijo de tigre pintito.

Tomo camino directo al Departamento; tomo la llave deprisa, como alma que lleva diablo, busco el cajón de las fotos; muchas de ellas envejecidas por el paso del tiempo.

Encuentro esa foto, donde se escapa el pecho de Sandy de su vestido de Reyna y al fondo se ve la silueta en el espejo que corresponde a la mía. Y otras fotos más en poses sugestivas con su uniforme de secundaria.

Viajar en el Tiempo, no es cosa fácil; no son como los viajes de Martín MacFly en el Delorian o del Dr. Samuel Becket de Quantum Leap, era algo más raro que caer por el hoyo del conejo de Alicia en el País de las Maravillas.

 

 

(Este relato es relativo al :Ejercicio XIXX: Tema: Viajes en el tiempo

 

El viaje a través del tiempo es un concepto de desplazamiento hacia delante o atrás en diferentes puntos del tiempo, similar a como se hace un desplazamiento en el espacio.

La fecha de entrega era el 15 de julio, pero apenas hoy pude terminarle).