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Carlos-Carlota 3

en Transexuales

 

Me quede abrazado a Anwar, durante unos segundos, comprendiendo que se había cerrado la historia con Hans, aunque mirase mis bragas rotas en mi muslo izquierdo. Estábamos en silencio. Mi amante salió de mi y colocó su pene en mi boca para que lo lamiera, en un claro ejercicio de dominación. Se había convertido en mi macho.

 

 Al cabo de un minuto, se levantó y me dijo que era mejor que me marchara, tenía que coger un avión muy temprano y que necesitaba dormir. Me pidió mi correo electrónico y mi número de teléfono. Los intercambiamos.

 

 Me vestí, recogí mis cosas (iba sin las bragas puestas) y salí de la suite, no sin antes lanzarle un beso desde la puerta. Me dijo que si iba a Madrid me llamaría.

 

Al acostarme, con mis ojos haciendo chiribitas y mirando las braguitas rotas que había dejado tiradas en la alfombra a propósito,  pensé en sorprender a Anwar por la mañana con un desayuno antes de que se fuera...con esa idea me quedé dormido, pero al despertar, comprobé que era demasiado tarde. Me dijeron en recepción que había salido a las 5 de la mañana del hotel para tomar el avión a Dublin, de modo que mi gozo en un pozo.

 

 Salí a pasear por Lisboa, una bonita mañana soleada. Llamé a George por si le apetecía comer conmigo y charlar de los pocos detalles que le pareciera y alguna idea que había tenido...tenía ganas de hablar con alguien de lo que me había pasado y George era una de las personas con quien se podía hacer algo así, de modo que cuando cogí el avión de regreso a casa, ya me encontraba bastante más tranquilo y mi pequeño nudo en la garganta había desaparecido.

 

Al día siguiente, y los demás... la rutina habitual...el fin de semana no quise ir de bares, me limité a ir al dentro y al cine y me hice a la idea de que poco a poco se me iría pasando el flash que había tenido.

 

Pasaron los días y cuando menos lo esperaba, recibí un correo de Anwar, en el que me decía que el próximo viernes iba a estar en Madrid y que si me apetecía salir con el a tomar una copa después de una cena de negocios que tenía.

 

No quiero ni contar como se me puso el corazón, de modo que desde que recibir el correo, al que contesté que allí estaría hasta la fecha, casi no pude dar pie con bola por los nervios. Anduve con los plazos del trabajo al límite porque no tenía en la cabeza más que la idea de volver a estar con mi hombre y que me volviera a follar….idear algo que me permitiera retenerle un tanto, porque me había dado cuenta de que con solo un polvo me había enganchado dándome una droga de la que me iba a resultar complicado escaparme, pero es que no quería escaparme, sino consumir más de esa droga; y cada vez que lo pensaba, todo me dirigía a eso, ignoraba cualquier idea de prudencia acerca de las precauciones cuando conoces a gente nueva y todo eso...yo solo quería algo sencillo, su polla dentro de mí empujando, y la sensación de correrme vivo mientras me rompían las bragas y me follaban.

 

Y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por conseguirlo.

 

El día de la cita, siguiendo sus instrucciones, me presenté en su hotel dos horas y media antes de que nos pudiéramos ver, mientras el atendía a su cita de negocios, pero que su secretaria me atendería, y así fue.

 

Doris, una “mujer” (eso parecía) de raza negra a quien tardé un poco en identificar como un precioso travesti, me recibió en el hall del hotel, vestida elegantemente como una ejecutiva. Nos besamos en la mejilla y me acompañó al ascensor. Allí me dijo que era un travesti en espera de reasignación de sexo y que trabajaba para Anwar como su secretaria en algunas ocasiones, y tenía instrucciones muy precisas acerca de cómo atenderme.

 

Subimos a la suite y dejé mi bolso sobre un sillón de piel, no llevaba ropa de abrigo porque hacía una temperatura excelente. Doris me sirvió una copa y ella otra. Nos sentamos a charlar. Me dijo que era oriunda de Namibia y que su condición gay la obligó a emigrar al norte, y se instaló en Londres, donde empezó a trabajar de “escort” gay para obtener fondos suficientes para su tratamiento. Allí conoció a Anwar de quien obtuvo una excelente lista de clientes. Ahora tenía su propia agencia de intermediación para hombres de negocios y a veces hacia las veces de secretaria privada de Anwar.

 

Yo le hablé de cómo le conocí y del impacto que me había causado y de cómo me había hecho el amor. Sonrió al oírlo...yo me iba encontrando cada vez más relajado, y en un momento dado, distraído en mis pensamientos, oí como me decía que, como Anwar rompió mis bragas en nuestro primer encuentro, había decidido compensarme. Y para ello le había encargado a ella la tarea.

 

Delicadamente me fue quitando los zapatos, la camisa y todo el resto de la ropa, acariciándome el torso y haciendo que cerrara los ojos...me tomó de la mano y me llevó a la bañera donde me introdujo poco a poco para lavarme tal y como, según ella, lavaban a las novias en su país nativo…. Yo estaba en la gloria...me trajo otra copa mientras le hablaba de mi trabajo y la dejaba hacer.

 

Me pidió que me levantara y me sentase en una silla de diseño, desnudo, allí se dedicó a masajearme suavemente las piernas con una suave y olorosa crema depilatoria que más tarde quitó con una espátula de madera...así hizo con todo el cuerpo y en las axilas y la cara...también en mis genitales...me perfumó, me pintó las uñas de los pies con un color rojo profundo y me puso una especie de media que me cubrió toda la parte de la cabeza donde tenía pelo.

 

Todavía no tenía muy claro de iba aquello, pero sospechaba que estaban tratando de transformarme, interpretando que mi gusto por ponerme braguitas indicaba algún tipo de tendencia oculta.

 

Me tomó de la mano y me llevó a la sala donde me dí cuanta de que en efecto, así era. Doris me dijo que Anwar deseaba hacerme ese regalo para que pudiera explorar junto a él ese terreno de mi sexualidad; me miró como si me pidiera permiso para seguir adelante, o bien para detener aquello, y yo cerre los ojos y le dije que me parecía muy bien, que hiciera lo que quisiera. Lo cierto es que estaba, como había pensado anteriormente, dispuesto a todo.

 

Me puso un peto con unos pechos de silicona, que llegaba hasta un palmo más arriba del ombligo, que se quedaba a medio cuello, con una textura más fina y tirantes...una camiseta con tetas, vaya, pero con unas estupendas tetas del tamaño de esa especie de melones pequeñitos redondos.

 

Era la primera vez que me veía así, y estaba aún sorprendido. Entonces me dio a ponerme una preciosa braguita rosa, una tanga de hilo que dejaba sólo un triangulito de tela rosa para tapar mis escasos atributos. Me la puse y sentí cómo me encajaba perfectamente. Después me mostró un par de medias de nylon de color carne, con costura y me las puso muy despacito, yo cerraba los ojos sintiendo el tacto de la fibra en mis piernas depiladas y vueltas a encremar con una deliciosa loción perfumada a jazmín. Llegaban a medio muslo, entonces me puso de pié y me colocó un liguero corsé que tapaba la parte baja del peto y que llegaba a sostener los pechos postizos por abajo mientras que por arriba los empujaba hacia el centro...me lo apretó todo lo que pudo mientras que yo veía cómo mis tetas postizas se iban expandindo hacia adelante insinuando lo que sería un precioso escote. Luego sujetó las medias con las tiras del liguero haciendo que no estuvieran demasiado tensas.

 

Aún no me podía mirar en ningún espejo, ni quería; me había abandonado al ritual e imaginé que tarde o temprano Doris me ofrecería una posibilidad de mirarme. Sacó unos zapatos de piel de tacón fino y puntera afilada de color negro brillante. Me dijo que eran de 12 centímetros, que no me apurara que en unos minutos me acostumbraría a caminar con ellos, y que probablemente quisiera tacones más altos más adelante...Doris decía: ”Es una sensación poderosa, las medias de nylon y los tacones de aguja cuanto más altos mejor”

 

Me los puse y Doris me acompañó suavemente en mis primeros pasos. El equilibrio no era el mismo porque tenía unos pechos que pesaban, pero tenía razón, enseguida, y siguiendo sus instrucciones me hice con los movimientos; nada que ver con cómo había caminado hasta entonces.

 

Me volví a sentar, como me indicó, y al cruzar las piernas, según las instruciones de Doris, sentí la magia del roce de las medias de nylon. Todo era cada vez más sorprendente. Entonces fue cuando me cogió las manos y empezó a colocarme unas largas uñas postizas del mismo color que tenía en las uñas de los pies. Cuando terminó, me ofreció un vestido de cuero negro fino con la falda ligeramente por debajo de las rodillas y dos aberturas laterales hasta un poco más arriba de la posición donde las pinzas del liguero sujetaban las medias. El vestido se cerraba con una cremallera por la parte de atrás y tenía un enorme agujero pectoral por donde podía verse un generosísimo escote y gran parte de mis tetas postizas. Los pezones de los pechos se notaban en el fino cuero. Doris decía que eeso era sexy. La zona del cuello donde terminaba el peto fue tapada con un collar ceñido de puntas metálicas, y antes de dedcirme que me sentara para lo que iba a ser una negro con una Q dentro en blanco sobre uno de los pechos. Me dijo que eso significaba que solo follaba con negros, y me miró a los ojos…

 

Empezó a maquillarme, yo respiraba cada vez más intensamente de la emoción...en un reloj de la habitación la hora me decía que Anwar pronto subiría y yo no sabía qué iba a pasar...pero estaba excitado...bueno, o lo que fuera, notaba como me pintaban los ojos, los labios, me ponían pestañas posizas…

 

En eso, termino, y sentí como me ponían y peinaban una peluca rubia de pelo rizado, y me adaptaban unos grandes pendientes de aro dorado en los lóbulos de mis orejas. Me dió a ponerme una fina cazadora corta de loque parecía piel de zorro de color mixto, e hizo que me levantara para que me viera al espejo. Me dijo que apartara algo las piernas en abanico para que se vieranf uera del vestido

 

Estaba excitado y pensé que lo que el espejo me mostraba era algo muy parecido a una prostituta.

 

 Y me preguntó:

 

 -“¿Quieres ser una puta de Anwar”?.

 

 Y yo le dije…

 

 “Si”.

 

 Y continué mirándome al espejo y gustándome.

 

 La puerta de la habitación se abrió y entro Anwar…

 

 Doris se acercó y le dijo:

 

 -“Anwar, te presento a Carlota”

 

 

 

 Los horarios en los que los obreros trabajan no suelen ser buenos para nosotras, así que aprovechamos para lavar la ropa y cuidarnos un poco. Ahmed se ha apiadado de nosotros y algunas mañanas nos da una bragas con unos pequeños dildos untados con una crema que calma las terminaciones nerviosas que hacen que nos piquen el culo y el coño y que nos tienen con ganas de follar a todas horas. Desde que me he levantado me he hecho ya a 14 hombres, contando los cuatro que me hice sola nada más levantarme y los seis que compartí con Petra después, Cuatro mamadas, una de ellas con corrida en mi culo, y las otras tres con semen bebido, además del bollo que Margareth me hizo hacer con ella.

 

Ahmed me ha venido a buscar para decirme que pronto me llevará a que me pongan más anillas en el coño, seis en cada lado y más gordas y en mi clítoris falso, lo que queda de mi pene, una bolita sonora. Nos la va a poner a todas, a los travestis lo mismo en sus escrotos. Tiene ofertas por muchas de sus putas transexuales, incluidas petra, Sara y yo, pero dice que no quiere vendernos porque le damos a ganar buen dinero, pero con algunas de las otras no está muy contento, tiene alguna queja de algún cliente de que no son lo suficientemente putas, que están mal físicamente y que se cansan cuando ya llevan varios hombres...algunas beben mucho y se han acostumbrado a la “buena vida” que Ahmed nos da, a fin de cuentas solo quiere que hagamos bien nuestro trabajo y que seamos buenas putas, de modo que está pensando en un buen escarmiento para tres de las que menos dinero saca y de las que no se puede fiar.

 

Las va a colocar con el vientre apoyado en una mesa pequeña y los brazos en cruz con un grillete que cuelga del techo, en plan cristo, y una barra tobillera que les separe las piernas al máximo para exhibir su culo y su coño. Habrá dos recipientes bajo cada una de ellas, uno bajo su boca y otro bajo sus genitales, y de sus pezones colgantes un pequeña campanita para llamar la atención. Foollarlas será gratis para todo el que quiera, se las puede abofetear, y dar azotes con las manos en el culo. Ahmed tiene a hombres para controlar. Si usan a una puta para follársela y desahogarse, deben de correrse en su boca y ver bien de que se lo trague todo.

 

Vestidas solo con su calzado sexy y sus medias rotas, tienen 48 horas para llenar de leche de hombre los recipientes. Todos son iguales. La que más haya “cundido”, se quedará, y las otras serán vendidas a otro chulo. Probablemente las lleven a algún lugar de Africa más al interior. Puede que mueran...dependerá de lo putas que sean.

 

 Nosotras estamos preparándonos para la fiesta. Tenemos que hacer quedar bien a Ahmed, vamos a ir Petra y yo como transexuales junto con tres travestis muy putas con quienes nos llevamos estupendamente y dos putas negras embarazadas de 4 meses que tienen un vicio que ya quisiera yo, que tengo mucho.

 

Creo que es una especie de boda que va a durar tres días, así que no vamos a tener que usar esa braguita de mierda y nos vamos a poder poner ciegas hasta arriba del todo de follar y que nos follen. Petra es una veterana en estas cosas, yo he estado en alguna fiesta, pero no ha durado tanto. Ahmed no me ha dicho nada, pero Petra sabe que a última hora todo el mundo se pone muy colocado y quiere ver a un par de putas, sean transexuales, travestis o mujeres, follando desenfrenádamente con perros.

 

Nos quiere elegantes, muy maquilladas, nos quiere zorras de baja estofa a 100 metros, con pinta de busconas baratas, con medias nuevas, ligueros, zapatos nuevos (nos ha comprado unos stilettos Peter Chu de imitación de 16 cm, y unas minifaldas de PVC supercortas.

 

 

Nos recogerá a las 8 de la tarde, apenas hemos terminado de comer algo y hacer alguna cosa y tenemos que quitarnos las bragas protectoras y bajar a la calle a trabajar...ya se siente, al no ir con esa mierda, el ansia y las ganas de polla. Es como si recuperaras la autoestima y volvieras a ser quien eres, una puta barata de calle ansiosa loca por vender sus agujeros cuantas más veces mejor, para su chulo. Sara y yo nos estamos besando y tocándonos el coño apoyadas en la pared para provocar a los pocos hombres que transitan por aquí a estas horas mientras que Petra hace una mamada al tiempo que se mete bien profundo los dedos en el coño.

 

Tres negros altos y fuertes, se han parado a nuestro lado, nos hemos abrazado a ellos y les hemos llevado la mano a los huevos mientras les decíamos lo cachondas que éstábamos y lo baratas que resultábamos si nos llevaban a las dos a la vez a la habitación media hora o hasta que se corrieran.

 

Sara anda más ligera que yo y abre las braguetas de dos de los negros y empieza a masajearles la polla para ponérsela dura; mientras, les dice al oido lo ricos que son sus agujeros y lo bien que los maneja para adaptarlos a las pollas que le meten y dar mucho gusto a quien la folla...y a ella

 

Yo me arrodillo y le abro la bragueta al otro y le paso los labios por los huevos, sin meterme su polla en mi boca mientras le miro a los ojos y le digo si me va a dejar así de cachonda, que me puede meter la leche que hay en sus huevos en el agujero que quiera.

 

El caso es que al final deciden llevarnos a las dos a la habitación por 40 euros, hasta que que se corran una vez, sin límite de tiempo. Ambas sabemos que podemos hacer que se corran en un cuarto de hora o menos si queremos, y que según nos guste la follada, lo haremos más o menos largo, nos vamos a apoderar de sus pollas y se van a correr cuando nosotras queramos. No es la primera vez que follamos en pareja, y aunque yo soy la menos veterana, también soy una puta experta, como Sara. Cuando follas con otra puta tienes que mirarla mucho, envidiarla cuando se corre y que ella te envidie a ti cuando te corres tu, y lo más importante...hay que saber compartir las pollas sin problemas, no puede haber nada que le hagan a una que no le puedan hacer a la otra, y también pedir a uno de los hombres que le hagan algo a la otra porque la pone cachonda.

 

Sara y yo follamos bien en pareja, nos hemos mirado y hemos decidido que vamos a echar un buen polvo con estos hombres.

 

Miro atrás y veo como el hombre se corre en la cara de Petra, que nos mira fijamente con envidia mientras se come los huevos de su cliente con su semen chorreándole la cara.

 

 

En la habitación, Sara y yo nos metemos, sin esperar, a cada polla por el coño mientras el otro negro entre ambas restriega su polla contra nuestros labios mientras yo le acaricio los huevos con una mano y Sara le mete un dedo por el culo. El negro coge nuestras cabezas y usa nuestras bocas a placer mientras cabalgamos todo lo fuerte que podemos restregando nuestro coño lleno de polla negra caliente en el abdomen de quien nos folla. Sabemos que luego se cambiarán, que una de nosotras será follada por los tres mientras la otra come un culo, cambiando de puta…

 

Lo que siempre queda que no sabemos es dónde se van a correr ni cuentas veces, nuestra obligación es que lo hagan pronto, pero a veces, sólo a veces, nos gusta la follada, y cada vez nos gusta más cuando son negros con pollas grandes. Se como se puede volver loco a un hombre que te está follando fuerte, cuando le dices mirándole a la cara que es un cabrón y que quieres que se corra en tu coño o en el culo, que te haga su puta. Esto va a terminar, a Sara le están haciendo un “sandwich” y a mi me están follando el culo a tope y bien fuerte con un pié apoyado en mi cabeza y mis manos abriendo de par en par mis nalgas. Me estoy corriendo viva y le chillo que me de su leche en el culo y que luego me folle por la boca si quiere...y eso hace. Los otros dos se han corrido en los agujeros de Sara y mi hombre me arrastra de los pelos después de correrse en mi culo y follarme la boca para limpiarse, hacia los genitales de Sara para que le recoja todo lo que sus amigos le han metido ahí y lo eche en la boca de Sara.

 

Me encanta hacer esto, porque se que a Sara le gusta que le coman el coño y el culo; la dejaron muy bien operada para eso, yo soy más de polla gorda y grande y de boca. Así que eso...ya se han ido y nosotras nos quedamos abrazadas pasándonos la leche de una boca a otra...yo la saco de mi culo despacito y se la meto en el de ella...toda...y luego me la bebo de ahí o se la doy a beber de mi boca...me mira, me dice que se ha corrido tres veces y que cada vez le pasa más, que no sabría que hacer sin follarse o que la follaran un montón de hombres al día...me dijo que le pidiera a Ahmed que la llevara a la fiesta, que no se arrepentiría, que le demostraría lo puta que podía llegar a ser si le daba esa oportunidad y que estaría orgullosa de ella como lo está de Petra y de mi. Le gusta cuando nos follan juntas...joder...a Petra lo mismo. Dicen que les gusta como les hablo y cómo les pongo...como si ellas no tuvieran el mismo tipo de agujeros sensibles operados que yo...lo que pasa es que yo hace tiempo, mucho tiempo, decidí que esto me gustaba.

 

Siempre me acuerdo de cuando Doris me preguntó si quería ser la puta de Anwar y le dije que si...