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Obsesionado por los pechos maduros III - Fin ¿?

en Amor filial

Miguel y Jesusa estaban en la cocina, hablando de lo que había sucedido la noche anterior.

Jesusa llevaba la bata que se ponía siempre para estar en casa en verano y estaba preparando café en la cocina de gas, mientras Jesús estaba sentado y pensando en la suerte que había tenido al haberse casado con ella.

Comenzó a mirarla el culo, que respingón lo tenía la desgraciada, solo de pensarlo sintió como su polla crecía, se la acomodó notando un cierto placer al hacerlo.

- Miguel, tenemos que pensar en lo que le vamos a decir a Jesús.

- Yo creo que la verdad

- ¿No se enfadará?

- No veo el porqué, a fin de cuentas, él ha disfrutado tanto como nosotros.

Miguel no pudo aguantar más, se levantó y se acercó a su mujer que seguía de espaldas, en la cocina, la agarró la agarró por las tetas y empezó a estrujárselas, a la vez que acercaba su cipote a su culo.

- A lo mejor se siente utilizado, dijo Jesusa, mientras intentaba zafarse del abrazo de su marido.

- Ya quisiera yo que me hubiesen utilizado así a su edad, para poder follarme a una hembra como tú, no me hubiese importado, en absoluto, te lo aseguro, dijo Miguel, al mismo tiempo que se apretaba más contra ella y empezada a pellizcarle los pezones.

- Bueno, vale ya, Miguel, no estoy para fiestas, vamos a esperar que salga el chico, a ver qué pasa, dijo Jesusa mientras apartaba la cafetera del fuego.

- Está bien, cariño, pero es que me cuesta controlarme cuando estamos los dos solos.

- Ya lo se cariño, dijo Jesusa que se volvió para besar a su marido en la boca, pero hay que tener cuidado hasta que sepamos a que atenernos.

Se sentaron en la mesa a esperar a que se levantase Jesús

Mientras tanto Jesús se había despertado, oía a sus padres trastear en la cocina, estaban todavía un poco resacoso y confundido, de pronto notó que tenía algo en la mano, es verdad, son las bragas de mi madre, pensó y recordó todo lo que había sucedido la noche pasada, tenía que espabilarse y pensar en ello.

Como siempre al despertarse tenía una erección del copón y decidió que lo mejor para despejarse era hacerse una buena paja aprovechando que tenía en su poder las bragas de su madre, seguro que después de aliviarse pensaba mucho mejor.

Dicho y hecho enrolló las bragas en su polla y empezó a meneársela pensando en la primera vez que se había fijado en su madre, vamos en realidad no en su madre, en los pechos de su madre.

Estaba estudiando en el salón y su madre estaba en el dormitorio, de repente salió buscando una blusa que se había dejado olvidada.

- Hola, Jesús ¿Qué haces?

- Ya ves, estudiando, mamá dijo levantando la vista y viendo a su madre que había salido del dormitorio vestida con un sujetador negro que apenas le tapaban los pechos y una falda del mismo color, su abuela había fallecido hacía poco y su madre estaba de luto.

Se quedó con la vista clavada en los pechos de su madre, no podía apartarla de allí, ¿Cómo no se había dado cuenta antes?

- ¿Qué te pasa, te has quedado como alelado? Le dijo su madre mientras se ponía la blusa y quitaba de su vista lo que tanto le había agradado.

- Oh, nada mamá, dijo volviendo en sí, estoy un poco cansado de estudiar.

- Debería darte una ducha, seguro que así te despejas

- Si seguro que sí, mama, voy ahora mismo.

Se fue al baño, mientras observaba como su madre se sonreía, pero antes de ducharse tuvo que hacerse una paja pensando en las tetas de su madre.

Dios que tetas, madre, que tetazas susurraba ahora mientras se corría en sus bragas.

Después de la paja se sintió más despejado y pudo empezar a pensar con más claridad.

Se dio cuenta por ejemplo que la actitud de su madre hacia él desde ese día había cambiado por completo, parecía que le iba provocando, aunque entonces pensó que era su mente calenturienta que se imaginaba cosas que no había.

Desde ese día se ponía siempre falda para estar por casa, se sentaba enfrente mío y me dejaba ver más de lo aconsejable, se ponía blusas que siempre estaban más desabotonadas que de costumbre dejando asomar el canalillo de sus pechos o le faltaba algún botón justo donde era necesario para entrever un pecho, iba por la casa sin sujetador y se rozaba con él demasiado a menudo.

Un día que estaba estudiando se sentó junto a él, le puso la mano en la pierna, pensaba que para darle ánimos.

- Mi cielo, así me gusta que estudies para el día de mañana

- Si, mamá, pero estoy cansado.

- Descansa un poco, hijo, descansa, dijo acariciándole la pierna y llegando a rozar su miembro que ya estaba a punto de ponerse tieso, ellá se quedó mirando hacia su entrepierna, pero se levantó sin decir nada, solamente le mirón sonriendo.

- Vamos hijo, déjalo ya un rato

Otro día estaba en la cocina preparándose algo para la cena, ella llegó por detrás y con la escusa de coger algo de un armario que estaba por encima de él le restregó todas las tetas por la espalma, llegándoselas a poner a la altura de la nuca.

- Perdona hijo, es que quiero coger un vaso

- Habérmelo dicho y te lo hubiese alcanzado yo.

- Es que no quiero molestarte.

En ese momento Jesús se dio la vuelta y pudo ver que su madre iba sin sujetador, como últimamente y que a través de la blusa le veía un pezón, fue increíble.

- Bueno hijo, ya lo tengo, te dejo.

Ahora lo veía claro, su madre había estado insinuándosele porque quería que la follara, pero ¿y su padre, porque consentía?, solo había una explicación lógica, pensar en su mujer y su hijo follando facilitaba su vida sexual que por aquel entonces se veía muy apagada, en cuanto a lo de Javi supuso que era por dar más variedad al asunto o porque su madre se había encaprichado con él.

 Ahora lo veía claro, llamó a Javi y le explicó lo que había descubierto, quedando en que se pasara por su casa en un cuarto de hora.

Salió hacia la cocina llevando las bragas de su madre en la mano, se asomó a la puerta y les vio sentados tomándose un café cada uno

-    Buenos días familia

- Hola, hijo

- Mamá, me parece que anoche te dejaste olvidado esto en mi cama, dijo mientras tiraba las bragas encima de la mesa.

- Si, es que tenía calor y me fuy a tu habitación.

- ¿Qué pasa te sudaba el chocho, mamá?, lo digo porque estaban todas mojadas, ahora también lo están pero no de tus líquidos, de los míos.

- Por dios, Jesús, ¿pero que dices?

- Lo se todo, mamá, cuando llegué anoche vi como follábais y oí lo que decíais. Buena jugarreta utilizarnos a Javi y a mi para vuestros juegos.

- Mira, Jesús, dijo Miguel, al final todos hemos salido ganando, vamos creo yo, ¿Dónde ibas a ver encontrado tu una hembra como tu madre? Y sobre todo a tu edad, deberías de estar agradecido.

- Lo estoy papá, lo estoy, pero a partir de ahora se acabó el esconderse, por cierto he llamado a Javi, se merece estar en la celebración, él es tan parte interesada como nosotros.

- ¿Pero es que vamos a celebrarlo? Dijo Jesusa

- Por supuesto mamá, mira a papá como tiene ya la polla pensando en lo que se avecina.

- Es verdad, hijo, estoy poniéndome malo.

En ese momento sonó el timbre.

- Vete a abrir papá, por favor, mientras yo lo preparo todo.

- De acuerdo hijo, seguro que no me defraudas.

e quedaron Jesusa y Jesús solos en la cocina.

- Venga mamá, quítate la bata.

-

Ella obedeció y se quedó en bragas y sujetador.

- Hombre, el famoso sujetador negro, hacía tiempo que le había perdido la pista.

- ¿Te gusta?

- Me encanta, pero quítatelo también y la bragas, mientras yo me quitaré también los calzoncillos que mi polla no aguanta más.

-

Se quedaron los dos desnudos, ella depié y el sentado en una silla.

- Vente aquí, mamá, siéntate en mi pierna

Jesusa así lo hizo se sento en el muslo de Jesús mirando hacia él.

- Y no te preocupes, mamá que tu también vas a gozar, dijo mientras le empezaba a sobar el coño.

- Ya lo se hijo, siempre piensas en tu madre.

En ese momento entraron Miguel y Javi

- Hola, familia ya veo que estais dispuestos a todo.

- Hola, Javi, el algo que se ha inventado Jesús, a ver por donde nos sale.

- Seguro que es algo que nos da mucho gusto a los cuatro.

- De eso podéis estar seguros dijo Jesús, venga no se a que esperáis, desnudaros.

-

No se hicieron de rogar Javi se desnudó en un santiamén dejando ver su polla ya tiesa y Miguel lo único que tuvo que hacer fue bajarse el pantalón del pijama mostrando también su miembro erguido.

- Acercaos.

Así lo hicieron

Cogió la mano de su madre y la acercó a la polla de Javi, la agarró con fuerza, hizo lo propio con la suya.

- Y tu papá, ven aquí, seguro que con su boca puede hacerte algo.

- Seguro que si, hijo

- Venga madre, ya sabes lo que tienes que hacer le dijo, mientra él empezaba a meterle la mano por el coño.

Su madre empezó a masturbarlos a los dos, mientras su boca se afanaba con la polla del padre, la cosa no podía durar mucho, estaban todos demasiado excitados viéndose unos a otros en tal trance.

Cuando se iban a correr cogieron sus miembras y dirigieron su leche hacia la cara y tetas de Jesusa que quedó toda llena de lefa, ella ni se inmutó, cogió las bragas de la noche anterior que todavía estaban sobre la mesa y se limpió lo mejor que pudo, no se acordaba que tenían semen de Jesús, pero le dio igual.

- Bueno, madre, a partir de ahora nos vas a tener que satisfacer a todos, ¿te ves con fuerzas?

- No lo se, quizá hubiese que buscar a otra.

- Una especia de casting, dijo Miguel divertido, no estaría mal un desfile de tetas para elegir la que más nos gustase.

- Yo, dijo Jesús lo único que quiero es que no sea una niña, quiero una mujer con experiencia y sobre todo con unos buenos pechos, como este, dijo cogiendo uno y llevándoselo a la boca.

- Yo opino lo mismo dijo Javi, haciendo lo mismo con el otro.

- Y yo aparte de un buen par de tetas quiero que la chupe tan bien como tu, dijo Miguel mientras le daba un morreo a su mujer.

- Muy exigentes me parecéis dijo Jesusa, pero en fin, vosotros veréis, porque creo que voy a tener que descansar un tiempo, me temo que estoy embarazada.

-

Los cuatro se quedaron mirando sin saber que decir…