miprimita.com

Las tetas de mamá 8

en Amor filial

Pilar y Silvia empezaron a colocar la mesa para cuando volvieran Jesús y Miguel, de vez en cuando se daban un pico o se tocaban el culo, estaban contentas y satisfechas.

Abrieron la puerta, eran Miguel y Jesús que volvían.

- Hola ¿Qué tal?, ¿Cómo lo habéis pasado?, Preguntó Miguel.

- Muy bien, de maravilla, contestó su madre.

- Vaya, me alegro que os llevéis bien, comentó Jesús.

- Nos llevamos divinamente, ¿Verdad que sí? Suegra.

- Estupendamente, nuera, dijo Pilar guiñándole un ojo.

Los hombres se miraron y no dijeron nada, sonrieron.

Se sentaron a comer, tomaron café NY empezó una conversación de sobremesa.

- He estado pensando, Miguel que igual que tú te follas a mi mujer, podría yo follarme a la tuya, dijo Jesús. No leche visto las tetas, pero lo que se intuye me encanta.

- Yo no tengo problema, siempre que ella quiera, dijo Miguel.

- Por mi encantada, dijo Silvia, una polla madura con experiencia siempre está de puta madre, mientras hablaba acariciaba la polla de Jesús por encima del pantalón.

- ¿Y a mi quién me va a follar?, Dijo Pilar.

- De ti me encargo yo mamá, dijo Miguel llevando la mano a la bata de su madre, a la altura de las tetas y apretándole una.

- Gracias hijo, sabía que no me abandonarías.

Se levantaron de la mesa y se fueron al sofá para estar más cómodos, Silvia ya iba con las tetas al aire y agarraba a Jesús de la polla, éste tenía la cabeza entre sus tetas, que duras estaban, nada que ver con las de Pilar.

Miguel y su madre también se fueron al sofá, Miguel tenía una mano dentro de la bata y del sujetador de su madre y le sobaba un pecho.

Estaban los cuatro en el sofá, estrechos, pero eso hacía la situación más excitante.

Jesús le subió la falda a Silvia, vio su coño joven y acercó su boca a él, metió la lengua en la raja y empezó a moverla.

- ¿Te gusta mi coñito, eh?

- Me encantan, dijo Jesús, dejando de lamerle por un momento. Tan extrechito, no sé si me va a coger la polla en él.

- Seguro que si, cabrón, aunque tienes una buena polla, dijo Silvia retorciéndose.

Mientras tanto Miguel se había sacado su polla y la puso a la altura de la boca de su madre.

- Me la vas a chupar, mamá.

- Si hijo, si, lo que tú quieras, mira como le chupa el coño tu padre a Silvia. Cogió la polla y se la metió en la boca.

- Ya lo veo mamá, por eso estoy así, vaya madre y vaya novia putas que tengo.

Pilar cogió la polla de su hijo y empezó a chuparla, mientras Miguel le sobaba las tetas que había sacado del sujetador  y veía como gozaba su novia, se estremecía, acabó corriéndose y su padre separó la cara de su coño.

- Mamá, Silvia ya se ha corrido, venga chupa, a ver si me corro yo.

Pilar aceleró su movimiento, Miguel la ayudaba empujando su cabeza con las manos adelante y atrás hasta que se corrió, el semen le caía a su madre por la comisura de los labios.

Jesús se acercó a Miguel y le apartó, ver a su mujer chorreando semen le había puesto cachondísimo, la morreo sin importarle que tuviera semen de su hijo en la boca, le levantó la falda, le bajó las bragas y se la clavó hasta el fondo, poniendo sus manos sobre sus tetas.

- Me la a voy a follar, hijo, Vete tú con Silvia que está desesperada, seguro que le arde el coño.

- Me hubiese gustado follarme yo a mamá, pero bueno, otro día será, dijo Miguel que fue donde estaba su novia bien espatarrada habriendose el coño con las manos.

- Ven aquí, Miguel, fóllame, demuestra a tus padres como se hace.

- Vamos papá, vamos a dar gusto a éstas mujeres, a ver quien tarda más en correrse.

-  De acuerdo, hijo.

Miguel metió su polla en el coño de Silvia y empezó a moverse despacio, tenía que aguantar, miraba de soslayo a su padre que aferrado a las tetas de su madre empezó a moverse.

Follaba despacio, pero Silvia no podía parar de moverse, intentó aguantar pero se corrió rápido.

Mientras su padre aprovechándose de su experiencia y con la colaboración de Pilar que era más pasiva seguía con su mete-saca constante.

- La experiencia es un grado, dijo Jesús que sacó la polla del coño de su mujer, le dió un par de sacudidas con la mano y echó todo el semen encima de las tetas de Pilar que lo extendió con sus manos.

Se quedaron los cuatro desnudos en el sofá un rato.

Pilar fue la primera en ponerse en actividad, de metió las tetas dentro del sujetador y se abrochó la bata,.

- A ver cuanto duro sin las tetas a la vista, pensó y se levantó para recoger la mesa.

Miguel la miraba de refilón, él quería follarse a su madre, era la mujer de su vida, Silvia era una sustituta y poco más, una buena sustituta, no cabía duda, pero su madre era otra cosa.

 Su madre se dirigió a la cocina, Miguel se abrochó los pantalones y se fue detrás de ella.

Pilar estaba en el fregadero, Miguel llegó por detrás y se aferró a sus tetas, era lo que más le gustaba hacer, eso y restregar a la vez su polla por el culo de su madre, lo que también hizo hasta que notó que la tenía tiesa.

- Déjame, Miguel que estoy fregando los platos.

- Te quiero follar, mamá.

- ¿Acabas de follar con Silvia y quieres más?

- Si mamá, te quiero a ti,.

- Si mi amor, mamá también quiere follar contigo.

Pilar se inclinó sobre el fregadero y se levantó la bata, Miguel le bajó las bragas a su madre y se sacó la polla, la enfiló hacia su coño y se la metió.

-¡¡ Ah, hijo, como me gusta tu polla!

- Tu a mí me gustas toda, mamá, antes solo tus tetas, pero tú coño es delicioso también.

- Empuja, hijo, empuja.

- Voy mamá.

Miguel empezó a follar a su madre contra el fregadero, le gustaba ver cómo se aplastaban sus tetas en la encimera, esta vez sí iba a durar, le iba a dar a su madre todo el placer que pudiese, Silvia a veces le desesperaba, era demasiado impulsiva para todo, su madre sin embargo era todo calma.

- ¡Oh, mamá qué gusto!!

- Como me gusta tu coño caliente.

- Y a mi tu polla, como me revienta el coño. Despacito, !i amor.

- Si mamá, que dure.

De repente Miguel sintió algo dentro de su culo, se volvió y vio a Silvia que le había introducido un dedo en su ano, se corrió sin remisión.

Soltó a su madre y se volvió hacia Silvia.

- ¿Te ha gustado, Miguel?

- No, Silvia, no, quería gozar más de mi madre.

- ¿O sea, te gusta más esa zorra que yo?

- Si, Silvia, si, mi madre es la mujer que más me gusta y no la llames zorra.

- ¡Ah, no¡ ¿Entonces una mujer que se acuesta con su hijo y con la novia de este, que es?

- Una buena madre, dijo Pilar.

Silvia dió media vuelta, y se fue.

En ese momento apareció Jesús.

- ¿Se ha ido Silvia?

_ Si, dijo Pilar.

- Vaya, pues me ha dejado a medias ¿No podrías tú hacerme un apaño rápido, Pilar?

- Yo por ahora solo voy a follar con tu hijo ¿Verdad, Miguel?

- Si mamá, si, dijo agarrándola por la cintura.

Jesús, cabizbajo salió de la cocina, pensando en la vuelta que había dado la situación.