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Extraña creencia

en MicroRelatos

Mi novio tiene la extraña creencia de que es el mejor polvo del mundo. Llevamos cerca de 3 años juntos y, desde un inicio, siempre me hizo saber que él pensaba así. Vaya, no trato de decir que no sea bueno, pero simplemente no es el mejor… y tampoco es el único polvo que he tenido en estos 3 años. Ja.

Lo cierto es que, con esta también extravagante creencia que tiene de que su “sexualidad esta satisfecha” (sic), cogemos cada 4 meses (aunque él se aferra en decir que no y que parecemos conejos) y si yo tengo alguna necesidad “extra”: me chingo (y esto incluye que sea solo 1 polvo por ocasión, porque el señor tarda horas en que se le pueda volver a parar). Sobra decir que he tenido que satisfacer esas “necesidades extras” con otras personas (y no sé si a él no la parezca extraño que no le pido hace MUCHO tiempo) pero cuando él quiere (como hoy), jamás le he dicho que no (aunque eso implique, literal, que solo me la mete y ya. Cero foreplay); así como hoy por la madrugada… y solo duro 1 minuto. O menos. Tuve que masturbarme yo, aunque sí me prestó sus dedos para sentir mejor.

Bueno, pero el punto es que casi no me da… y yo no puedo vivir así. Ja. Soy mínimos 6 años más chica que él y, no soy Miss Universo ni top model, pero no creo estar mal. Hay gente que dice que exudo sensualidad (hombres y mujeres), que ocasionalmente intimido a los hombres y, hasta el momento, no he sabido que coja mal (aunque no se si sea porque nadie ha tenido la descortesía de decírmelo).

Y, pues bueno, ya ni sé si fue durante esos “gloriosos” 45 segundos de metida de hoy, o después de ellos, me preguntaba que sería si accediera a pasar una noche con aquél que me ha mantenido, digamos “satisfecha”, este último año. Un hombre que, fácilmente, podría ser mi padre y casi mi abuelo pero, Dios, cómo coge…

Empezando porque siempre, SIEMPRE, me ha hecho sentir deseada. Jamás ha minimizado mis deseos y mi líbido… y nunca me ha castigado sin sexo (esa es otra de mi novio). Me pone la piel de gallina cuando me agarra por atrás y respira sobre mi cuello; me besa, lo lame. Me pone los pezones duros y juega con ellos; los acaricia, los pellizca, los muerde. Se toma la molestia de exitarme y mojarme; de calentarme la panocha como para que empiece a palpitar y a pedir verga.

El fulano hace unos orales que… uff!!!! No hay vez que lo vea que no me regale un oral de Dios Padre (mi novio hace como 2 años y medio no lo hace). Siempre se arrodilla ante mí, pone su cabeza entre mis piernas y hace que me retuerza con su lengua. Mete dos dedos en mi vagina y los mueve al ritmo de su cabeza y mis caderas mientras yo juego con su cabello cano y delgado. Hace que me venga en su boca dos o tres veces por ocasión. Juega con mis pezones mientras lo hace y yo, con los ojos como huevo… y bueno, pues cuando acabo yo, viene la retribución. Yo me hinco ante él y meto su deliciosa polla en mi boca. La mojo con mi saliva, la rodeo con la lengua, jugueteo con la punta y la succiono. Se la mamo como si fuera una rica paleta y el pone sus manos en mi cabeza y me indica el ritmo al tiempo que yo lo miro desde mi posición. Le gusta cogerme la boca, aunque se me ha venido ahí.

Luego de haberme hecho correr al menos dos veces, siempre viene la metida de verga. Pero una verga divina. Justita. Topa y tapa sin problema. Me llena toda y empieza el vaivén… dentro fuera, dentro fuera. Me frota el clítoris con cuidado, sin ser tosco. Suave, en círculos…

Y mientras hace eso, me habla. Me pregunta si me gusta y me dice que me la está llenando, que me tiene abierta de piernas y me la está bombeando; que le gusta montarme y que si esa conchita es suya… En medio de los gemidos, cómo carajo decirle que no? Y bueno, dentro de todo eso, a él le gusta que yo le mame los pezones (curioso). Parece que realmente se extasía así…

A veces, me la mete por detrás. Nunca hemos usado lubricante. No ha habido necesidad. Siempre que me toca, me mojo como si no hubiera un mañana y me dilato solita, para recibirlo por ahí. Me jala del cabello y me estira el cuello. Me lo vuelve a besar y a lamer. Me da nalgadas en mi culito hasta que se pone rojo y yo siento que exploto otra vez, sobre todo cuando -al mismo tiempo- me mete los dedos en la vagina y me sigue frotando el clítoris. Futa! La gloria… Y, cuando me coge así, ahí se viene. Me deja toda su leche en el culo. Caliente, chorreando.

Jamás me ha dejado insatisfecha… pero, repito, podría ser mi padre/casi abuelo. Y es casado… Ja. De todos modos, no tendría una relación seria con él. Cogemos bien. Y ya. Así es esto.

Y mientras encuentro algo similar más cercano a mi edad, yo regresaré a la misma cama y al sueño del que me despertaron para tener 45 segundos “de gloria”… En fin.