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Alimentación forzada ii : mi suegra

en Sadomaso

ALIMENTACIÓN FORZADA II : MI SUEGRA

Tras mi primer relato de " Alimentación forzada " he recibido numeroso email solicitando nuevos relatos sobre esta técnica, que parece que tiene muchos fetichistas sobre este tema, he decidido escribir un nuevo relato centrado en alimentación forzada y os invito y animo a que escribáis el vuestro, ya que como dije en el primer relato, es muy difícil encontrar un relato sobre este tema. Os recuerdo las palabras del anterior relato "antes de comenzar el relato me gustaría hacer una breve introducción sobre el significado de " Forced feeding " o " Alimentación forzada " : Se trata de una técnica de dominación o fetiche donde la parte dominante obliga a comer cualquier alimento a la parte sumisa. Puede obligar a comer una gran cantidad de comida al sumiso -  esclavo o bien obligarle a comer  algo completamente repugnante o bien combinar  ambas cosas dependiendo del nivel que quiera dar a esta técnica. Este relato lo trata de una forma light e incluso con un toque de humor este tipo de dominación. Encontrar un relato de dominación sobre alimentación forzada es verdaderamente difícil y por eso he querido escribir este pequeño relato "

Una de las cosas que más odio ,es ir  a la casa de la madre de mi novia, mi futura suegra. Desde el día que mi novia me presento a su madre surgió una relación odio -  antipatía  ya que no nos llevábamos nada bien. Mi suegra, Carmen, me considera muy poco hombre para su hija, intentó por todos los medios que no saliese adelante nuestra relación, pero no lo consiguió. Siempre se está metiendo conmigo mi suegra, dice que soy  demasiado debilucho para su hija, que ella necesita un hombre fuerte y grande y no un enclenque como yo. Para que entendáis porque me llama enclenque, es porque soy muy delgado, quizás demasiado delgado, no soy adicto a la comida, no es algo que me produzca demasiado placer el comer, sin embargo, mi novia y su madre son grandes y fuertes y las encanta comer mucho ,a  mi suegra mucho más que mi novia. Mi suegra es una mujer voluptuosa, de 57 años de edad,  de unos 100 kilos de  peso o mas  y un carácter terrible.

La ultima y repetitiva discusión con mi suegra fue que debería de comer más, para engordar y ser fuerte, yo me enfadaba  y la respondía que no quería ser como ella de gorda, algo que la enfadaba a raudales, me miraba con unos ojos que desprendían verdadero odio. Al final terminaban enfadadas mi suegra y mi novia contra mí por insinuar que estaban demasiado voluptuosas.  Termino la discusión con su famosa frase:

 

- ¡¡ yo  no permitiría que estuvieses tan flaco, me encargaría de que comieses bien, aunque fuese a la fuerza  ¡¡¡ - Me reprochaba constantemente. Esta vez me enfade más de lo habitual y contesté a mi suegra:

- Por mucho que lo intentaras, no lo conseguirías, no soy un niño, no comería tus porquerías de comida - . Mi suegra Carmen se enfado  también mas de lo habitual, había insinuado que no podría alimentarme y había insultado sus comidas llamándolas porquerías.

En esta discusión comenzó todo, mi suegra Carmen muy ofendida y enfadada me reto a una apuesta:

 

- ¿ Crees que no sería capaz de hacerte comer lo que yo quisiera ? - Me pregunto ofendida.

- ¡¡ Por supuesto que no serias capaz ¡¡¡ - la respondí.

Entonces mi suegra me  propuso una apuesta disparatada.

- Haremos una apuesta: Prepararé la comida que a mí me plazca, te aseguro que  conseguiré que te comas todo el plato - Afirmo muy segura.

- Trato hecho - . Acepte de inmediato.  

Finalmente apostamos que si ella conseguía que comiese lo que ella quisiera yo nunca jamás volvería a llamarla gorda y comería mucho más para ser tan fuerte como ella y  su hija, si por el contrario no lo conseguía , sería ella y su hija quien comerían menos para ser delgadas como yo. Una apuesta absurda donde estaba completamente seguro de que ganaría , no tenía manera de obligarme a comer lo que ella quisiera.

Unos días después me presente solo en casa de mi suegra, era el día de la gran apuesta. Estaba completamente seguro de que yo ganaría la apuesta, fuera lo que fuese que iba a cocinar, por muy delicioso que estuviese no probaría bocado y no tendría más remedio que admitir la derrota y cumplir su parte de la apuesta.

Me senté en la mesa de la cocina esperando que mi suegra me sirviese la famosa comida. Apareció con una gran cacerola con la tapa puesta y la planto delante de la mesa. Estaba intrigado por saber de qué se trataba. finalmente destapó la cacerola y observe perplejo una comida que tenía un aspecto horrible, era una masa triturada de color marrón, una especie de puré o restos de comida triturados.  Tenía un aspecto horrible aquella comida, había triturado restos de comida hasta dejarlo hecho migajas. Ahora estaba mucho más seguro de que ganaría la apuesta, no  pensaba probar su comida, ni tan siquiera olerla. Tape la cacerola con la tapa :

 

- Esto es asqueroso, no pienso probar bocado, ya puedes admitir tu derrota - La dije riéndome.

-  Te comerás toda la cazuela te lo aseguro - Me contesto ella  también riendo.

Empecé a reírme a carcajadas y no me dí cuenta como mi suegra se abalanzo sobre mí , agarró mis manos bruscamente y las llevó a la parte trasera de la silla, sacó unas esposas metálicas  que llevaba en su delantal y rodeó mis muñecas con ellas. No pude oponer resistencia, ella me doblegaba en fuerza, pesaba más del doble que yo, tenía mucha más fuerza y tamaño , este era el inconveniente de ser tan enclenque. Cuando me di cuenta tenía mis manos esposadas al respaldo de la silla , estaban terriblemente apretadas, ahhh me hacían daño, había utilizado su fuerza para cerrarlas muy apretadas a mis muñecas. Tuve que admitir que fue una jugada maestra, en ningún momento me esperaba que reaccionara de esa manera y menos con unas esposas metálicas. No la creía capaza de aquello. Intenté quitarme las esposas pero era imposible, estaban muy apretadas y sujetas a los barrotes de la silla, sin tiempo de reacción mi suegra Carmen agarró un manojo de cuerdas y comenzó a atarme a la silla, rodeó mi cintura con una cuerda gruesa y me apretó a ella alrededor de la silla. Dio una y otra vuelta sobre mi torso y la silla y se aseguro que estuviese apretada para que no pudiese levantarme de la silla. Aquella locura de mi suegra no terminó ahí, agarró varios trozos de cuerda y la paso alrededor de mis tobillos para posteriormente atar mis pies a las patas de la silla.

En un momento estaba completamente atado a la silla sin poder moverme. Mis manos esposadas fuertemente al respaldo de la silla, mi torso atado alrededor de la silla y mis pies a las patas de la silla, estaba completamente inmovilizado a la silla. intenté desatarme de nuevo pero era imposible, yo apenas tenía fuerza y estaba atado fuertemente, quede exhausto de tanto intento en vano. Mi suegra comenzó a reírse de una forma perversa:

 

- Ahora no solo te vas a comer un plato, sino toda la cacerola te lo prometo - Me dijo de forma perversa.

 

- No pienso comerme esa comida tan repugnante - La dije furioso.

- Ya lo creo que sí, te comerás todo sin derramar una sola gota - Me dijo riéndose.

Mi suegra se tomó muy enserio la apuesta, estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para ganar y lo estaba demostrando. Carmen se dirigió hasta el fregadero de la cocina bajo mi atenta mirada, ahora ella estaba más tranquila, sabía que no podía escaparme de la silla . Agarró del fregadero unos guantes de goma amarillos hasta el codo de fregar los platos, tenían un aspecto horrible, completamente marrones y grasientos. Comenzó a enfundarse los guantes en sus manos tranquilamente, la quedaban muy apretadas y se escuchaba el sonido de la goma intentando encajar en su mano, finalmente lo consiguió y estiro del extremo para ajustárselos a sus dedos. Aquello me produjo verdadero pánico mientras ella continuaba riéndose perversamente.

Se acerco hasta la mesa y destapó la cacerola, introdujo sus manos enguantadas y agarró un buen trozo de aquella masa viscosa con la palma de su mano, acercó su mano a mi boca:

- Abre la boca - Me ordeno.

Apreté los dientes y cerré la boca con fuerza, no pensaba comerme aquella comida tan repugnante y menos proveniente de sus guantes apestosos. Acercó su mano a mi cara y cerró mi nariz con fuerza con sus dedos  impidiendo pudiese respirar por ella, esperó pacientemente a que abriese la boca. No tuve más remedio que abrir la boca y fue cuando ella introdujo su mano enguantada en mi boca con toda la comida. Fue realmente repugnante, sabía realmente mal, era una mezcla de alimentos triturados, era  muy desagradable su sabor. Traté de escupirlo pero mi suegra tenía todo planeado, cerro mi boca con fuerza con la palma de su mano enguantada.

- Traga todo - Me ordeno.

Lo mantuve en mi boca intentando no tragar pero ella me volvió a pellizcar la nariz impidiendo pudiese respirar y no tuve más remedio que tragarlo. Fue realmente humillante, su sabor era muy desagradable y mi suegra se reía a carcajadas.

-  Ahora te voy a enseñar a no burlarte más de mi hija y de mi - Me reprocho.

Volvió a meter su mano enguantada en la cacerola y relleno la palma de su mano con aquella masa solida y pegajosa. Repitió de nuevo el procedimiento sin darme ninguna opción, cerro mi nariz con fuerza y al abrir la boca volvió a introducir la comida hasta mi garganta. Se aseguró que introducía bien su mano y la comida hasta el fondo de mi boca y me tapaba la boca rápidamente con la palma de su mano para que no pudiera escupirlo.

- Por favor, no quiero más, me rindo - . Acepte mi derrota.

- Cuando te comas todo terminaremos  - Cruelmente mi suegra continuo introduciendo la comida en mi boca haciendo caso omiso de mis suplicas.

Estaba completamente lleno y su repugnante comida me daban ganas de vomitar pero mi suegra continuo, no se detuvo, estaba vengándose de mi humillándome. No tuve más remedio que comer toda aquella repugnante comida proveniente de sus apestosos guantes.

Una y otra vez repitió su  procedimiento, introducía su guante apestoso  hasta el fondo de mi boca para que no pudiese escupir y me tapaba la boca fuertemente mientras sonreiría y se burlaba de mi. Pacientemente esperaba a que tragase todo hasta que se desesperaba y  me tapaba la nariz para ayudarme y obligarme a tragar rápidamente para volver a respirar.

Terminé toda la comida y estaba completamente lleno, no podía mas, había sido derrotado por mi suegra, me había dado una lección que nunca olvidaría.

- Has perdido, a partir de ahora comerás lo que yo quiera, la próxima vez  te prometo que  prepararé algo mucho peor y me encargaré de dártelo con mis guantes  delante mi hija para que vea que lo patético que eres -  Me dijo cruelmente .

Completamente humillado comencé a pensar si sería capaz de cumplir su nueva promesa y obligarme a comer lo que ella quisiera delante de mi novia, aquello sería mucho más humillante. ¿ sería capaz ? .

Agradeceré sus comentarios en : sumisso22@yahoo.es