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Mi vida con mi tia 5

en Amor filial

Capítulo 5

 El primer encuentro y el masaje prostático

Darío salió de la habitación sin hacer ruido y bajó las escaleras, cruzó el recibidor de la residencia, mirando a su alrededor podía admirar el espacio alrededor de él , no le pareció que fuera el camino correcto así que regresó sobre sus pasos y camino hacia el comedor, al cruzar la puerta entró a una cocina hermosa, con una barra enorme donde podían comer 4 personas cómodamente, se dirigió al refrigerador, abrió la puerta, sacó un bote de jugo de naranja y bebió directo de él, una tierna voz lo sorprendió

-A mamá no le gusta que tomen directamente del bote-

Darío casi escupe el jugo, no pensó nunca en que Diana tuviera familia, pero en ese momento ese pensamiento no era su mayor problema,  tenía cubrir su cuerpo desnudo, ruborizado por la situación se tapó con la puerta del refrigerador

-Perdón no era mi intención pero ¿tú quién eres?-

-Pues la dueña de esta casa-

-Lo siento pensé que esta casa le pertenecía a Diana-

-Y así es pero yo soy su hija Denis-

-Lamentó mucho conocerte en esta situación-

-No te preocupes estoy acostumbrada a lidiar con los amantes de mi madre, lo que sí tengo que decirte es que sin dudarlo tú eres uno de los mejores-

-¿No te entiendo ?-

-Los escuché coger hace un rato y nunca había escuchado a mi madre gritar tan fuerte mientras se corría-

Darío seguía sorprendido por las palabras de la muchacha una jovencita muy delgada que probablemente tenía su misma edad hablando de esa manera sobre las anécdotas sexuales de su madre.

-no sé qué decir, y creo que será mejor que me valla-

-Esta bien- 

La chica no se movió de su lugar e incluso encendió la luz de la cocina para poder ver el cuerpo desnudo del desconocido Darío, como pudo el chico caminó frente a la mirada cautivante de la joven Denis, sus ojos azules penetrantes no dejaron de ver su cuerpo desnudo, era la primera vez que Darío se sentía verdaderamente intimidado.

 La chica jugaba con un vaso de plástico entre sus manos, cuando Darío pasó a un lado de ella le lanzó el vaso, lo que provocó que el chico lo atrapara con sus dos manos, dejando al descubierto su enorme pene.

-Te puedo hacer una última pregunta ¿cómo te llamas?- con una sonrisa irónica y lujuriosa la chica le dijo a Darío.

Ruborizado tuvo que contestar la pregunta con su miembro semierecto.

-me llamo Darío- 

Denis pudo entender por qué su madre gozó tanto esa noche, el miembro del chico le pareció muy grande a pesar de estar semi erecto. Darío se dirigió rápidamente a la habitación donde estaban durmiendo sus amantes y se metió en medio de las dos.

Totalmente despreocupados por la hora, los tres alegres amantes comenzaron a despertar entrelazados, los movimientos de Doris hicieron que los otros dos se despertaran

Doris fue la primera en hablar 

-Buenos días jefa ¿como amaneció?-

-Estoy hecha polvo y mi coño está destruido, ¿como puedes aguantar la verga de este semental?-

-Yo solo sé que me encanta su verga-

Darío escuchaba la conversación de las dos mujeres sin decir nada, se levantaron de la cama donde Darío se dispuso otra vez a quedarse dormido, las dos mujeres avanzaron al otro lado de la habitación para entrar al baño, Doris no salía de su asombro, cuando entró a la habitación de baño, era el doble del tamaño que la habitación donde dormía en su casa, la ropa de su jefa estaba debidamente acomodada en los estantes, otro espacio era utilizado para sus zapatos, todo esto estaba alrededor de un sillón que se encontraba en medio de la habitación, al cruzar la habitación estaba el inodoro y por supuesto una bañera donde cabrían sin dudarlo unas cuatro personas. Doris sabía que su jefa tenía mucho dinero producto de las clínicas que tenía en la ciudad pero nunca se imaginó que le alcanzara para tanto.

Diana la invitó a seguir con su plática mientras la guiaba hasta la ducha 

-Doris parece¿ que nunca hubieras visto un baño como este?-

-Jefa en realidad nunca había visto una casa cómo está, es muy grande y hermosa-

-Acostúmbrate vas a pasar mucho tiempo aquí conmigo-

Una sonrisa se dibujó en la cara de Doris, no entendía muy bien esta situación pero se sentía feliz de lo que estaba pasando.

-Quiero confesarte algo Doris, desde el día que te contrate he deseado tenerte, me encanta tu cuerpo, me resistí mucho tiempo pero ahora vas a ser mía cada vez que lo desee-

Diana se acercó a Doris para besarla en la boca, esta vez Doris entendió sus palabras y disfruto de sus caricias, a pesar de no ser lesbiana ella comenzó a entender estás preferencias. Las caricias de Diana comenzaron en las nalgas de Doris, pero ella también quería sentir lo que era ser la que tomara la iniciativa. Se separó de su amante para poder disfrutar de sus tetas, los pezones de Diana eran diferentes a los de ella, más grandes de lo normal, Doris se acercó a ellos con la boca abierta, comenzó a succionar con fuerza, mordiendolos de apoco para saber hasta dónde llegar, Diana estaba cada vez más caliente.

Las dos mujeres entraron a la ducha sin dejar de manosearse mutuamente el agua recorría  sus cuerpos desnudos, Doris se convirtió en experta seductora esa mañana, tomó el jabón líquido en sus manos, enjabono la espalda de su jefa mientras pasaba delicadamente sus manos por en medios de sus nalgas, metió delicadamente un dedo en su ano para limpiarlo, quería asegurarse que estuviera limpio para ella, su otra mano se deslizó por el vientre de Diana y subió delicadamente hasta sujetarla de las tetas, disfruto pellizcando con fuerza los pezones mientras metía su lengua en la oreja y le decía cosas al oído.

-Eres la primera en mi vida me gustas, me excitas- 

Las palabras de Doris eran atrevidas pues nunca antes había estado con una mujer pero Diana la volvía loca. Las manos de Doris comenzaron a moverse de nuevo, empezó a meter y sacar el dedo del ano, Diana estaba recargada con las manos extendidas en una pared levantando lo más que podía las nalgas para facilitar la penetración, estaba parada de puntitas disfrutando.

Diana la tomó del cabello para besarla, Doris bajo su mano para enjabonar el coño de su jefa, estaba haciendo algo impensable para ella.

Doris dejó su tarea y espero a que Diana hiciera lo mismo por ella, la doctora se puso de frente a Doris, recargó su espalda en la pared y comenzó a besarla profundamente, con su mano derecha se apoyó en la pared mientras que con la izquierda lavaba el coño de su amante, deslizando sus dedos de arriba a abajo y en momentos acariciando su clítoris, desde esta posición alcanzó su ano solo para enjabonarlo.

-creo que estaremos más cómodas en el sillón no te parece- 

Dijo Diana, salieron de la ducha y secaron sus cuerpos, agarradas de la mano llegaron al sillón pero Doris tenía otros planes, se sentó en la alfombra y le pidió a Diana 

-ponme tu coño en la cara, quiero sentir tu sabor-

Siguiendo sus instrucciones Diana colocó sus pies a cada lado de la cara de Doris, bajo lentamente las caderas hasta que su coño quedó a la altura de la boca de Doris,  ella sacó su lengua para recorrer delicadamente los labios vaginales con su lengua, concluyó su movimiento en el clítoris haciendo círculos alrededor de él, Diana se sostenía del sillón firmemente para no caer encima de su amante y aprovechaba para moverse delicadamente encima de ella, Doris no dudó más y con sus manos libres acariciaba las nalgas de la doctora, su lengua se deslizó dentro de su vagina para hacerla gozar más, estuvo disfrutando del sabor de su jefa por un momento, su calentura la llevó a meter la lengua en el ano de Diana, ya lo había probado pero esta vez se sentía diferente y le causaba más placer hacerlo.

Continuó metiendo la lengua en el orto hasta que Diana no aguanto más, quería complacer a Doris así que se giró sobre sus caderas se inclinó sobre Doris y comenzó a chupar su clítoris con desesperación, los movimientos de las mujeres eran delicados y sensuales al mismo tiempo, la lengua de Diana comenzó a penetrar a Doris que se movía deseando ser poseída por su amante, con las manos Doris comenzó a abrir las nalgas que tenía encima de ella metió uno de sus dedos en el coño de Diana sólo con la intención de lubricarlo, una vez que estuvo húmedo lo sacó y siguió lamiendo el clítoris pero su dedo índice tenía otro destino, entró como cuchillo en mantequilla en el orto de Diana 

-haaaa que me haces perra- 

Chillo Diana  pero la verdad era que lo estaba disfrutando tanto que empezó a mover sus caderas con más velocidad, con la otra mano Doris continuó penetrando el coño de su amante, el placer que recibía Diana era por partida triple la lengua en el clítoris, un dedo en el coño y otro en el orto.

Diana no pudo hacer otra cosa que imitar los movimientos de Doris así que las dos disfrutaban por igual, en ese momento Darío entró en la habitación, observando la escena lésbica alucino de placer, no quiso interrumpir así que se decidió a ir a la ducha, sin dejar de ver a las dos mujeres mientras disfrutaban se masturbaba observando la escena en el piso. Las chicas ignoraron su presencia y se corrieron en esa posición disfrutando del sabor de la otra, exhausta de placer se quedaron en esa posición. Observaron como Darío salió de la ducha pero estaban tan complacidas que no les apetecía seguir cogiendo, al llegar Darío al sillón las mujeres seguían besándose en el piso. Se paró frente a ellas esperando ser atendido 

-creo que merezco una explicación- 

Los tres se rieron de la situación, el muchacho fue a secarse

-Doris no creo aguantar otra cogida de este animal por lo menos no por hoy, te molesta si lo hago terminar sin coger?-

-para nada me gustaría aprender a hacerlo-

-Ok decidido entonces busca en aquel cajón unos guantes de látex y el lubricante-

Estos dos elementos eran las herramientas de trabajo de Diana en el consultorio, al revisar la próstata de sus pacientes, ella sabía que una correcta estimulación de esta glándula provocaría un orgasmo increíble al chico.

Cuando Darío estuvo de regreso se sentó en el sillón, Diana le pidió a Doris que le chupara la verga, quería tener tiempo para prepararse, se puso el guante y lubricó su dedo medio, se acercó a donde estaba Doris chupando el miembro de su sobrino, mientras la hacía a un lado, levantó las piernas del muchacho y comenzó a lamerle el ano, la cara de placer del chico era evidente 

-¿quieres que me detenga?- le preguntó

-sigue se siente muy bien-

Diana continuó con lo suyo mientras que Doris le ofreció su coño al muchacho para que lo chupara, Diana alternaba las lamidas de ano con profundas succiones en el glande del chico, de pronto Darío detuvo sus lamidas, al voltear Doris observó como Diana metía su dedo medio en el ano de su sobrino, se quitó de encima de él y se puso junto a la doctora. La mano libre de Diana masturbaba a Darío y con la otra estimulaba su próstata, el muchacho podía sentir como su miembro empezaba a expulsar su líquido preseminal copiosamente. Diana no desperdició la oportunidad de disfrutar del líquido así que lo succionaba de cuando en cuando.

Diana empezó a hablar con Doris.

-Mira Doris la próstata de los varones es como nuestro punto g, Darío está disfrutando de una estimulación directa por eso se puso asi, a algunos hombre no les gusta admitir que es placentero pero mira a tu sobrino el si sabe disfrutar-

Hablándole al oído le dijo - lo voy hacer terminar-

Continuó moviendo su dedo dentro del ano del chico y masturbandolo con la otra mano estuvo así por un par de minutos y Darío no pudo aguantar más

-haaaagggagaga-

Se vino más abundantemente que antes, los chorros eran tan intensos que llegaron a la cara de Darío y mucho más potentes, Doris no se resistió y quiso probar el semen, se abalanzó sobre el pene de su sobrino succionando todo lo que podía, el chico disfruto la actitud de su tía, Diana sacó el dedo del ano del muchacho mientras le desia

-espero que lo hayas disfrutado-

Jadeando el chico movía la cabeza desesperado diciendo que si con los ojos cerrados.

-bueno chicos creo que es momento de desayunar ¿no les parece?-

Tanto Doris como Darío estaban asombrados con lo amable que se comportaba Diana pero Doris estaba consciente que estaban en esta situación por el chantaje de su jefa así que a pesar de haber disfrutado de todo no estaba muy confiada, Diana tomó el teléfono de su escritorio, levantó la bocina y ordenó el desayuno, la doctora se encontraba desnuda y comenzó a trabajar en su computadora, Doris y Darío salieron del baño para recostarse en la cama pero Diana parecía haber cambiado de ánimo.

-creo que eso hora de que se vistan y se vayan- 

Les dijo estas palabras sin voltear a verlos, la pareja se sintió desconcertada, Diana salió de la habitación sin voltear a verlos analizando unos papeles, en ese momento Darío sacó una usb de su pantalón se acercó a la computadora portátil del escritorio e inserto la memoria, ejecutó un programa espia y se retiró rápidamente del lugar justo en el momento en el que Diana entraba en la habitación, Doris seguía desnuda al igual que Darío

-pensé que ya se habían ido, Doris apúrate a vestirte te espero en la clínica para que cubras tu horario de trabajo-

-Si doctora-

Estas fueron las últimas palabras que intercambiaron ese día la pareja salió de la casa y el vehículo de Doris estaba en la puerta esperando con el motor encendido para que pudieran salir lo antes posible. En el camino la plática entre Darío y Doris fue entorno a lo sucedido

-no entiendo a la doctora Darío, anoche estaba muy complacida con nosotros y después de lo que hicimos nos trata como sus empleados-

-yo tampoco sé qué es lo que pasa con ella, seguramente quiere seguir con el chantaje-

-Hay no me recuerdes eso creo que voy a tener que ser su esclava sexual por mucho tiempo, digo tampoco es que me moleste-

-Si vi como te estabas divirtiendo-

Los dos se rieron de la situación una vez más, pero Darío tenía la solución para toda esta situación, pero primero quería estar seguro de tener la información completa antes de poder decirle a Doris, a pesar de haber pasado una noche increíble con Diana su mayor preocupación seguía siendo su tía.

Al llegar a su casa de vuelta a la realidad Doris tuvo que apurarse para ir a trabajar, tenía que cumplir con las órdenes de su jefa y presentarse lo antes posible, tomó una taza de caja, se despidió de Darío y salió de su casa con rumbo a su trabajo.

La dedicación con la que Darío se había enfocado a tener conocimientos de computadoras en el pasado por fin le sería útil en su vida cotidiana, el programa que instaló en la computadora de Diana mientras estuvo en su casa le daba la posibilidad de obtener información importante que le permitiría ayudar a su tía