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Mi vida con mi tia 2

en Amor filial

capítulo 2

LA PRIMERA FOLLADA

Caminó desnuda por la casa sintiéndose liberada por las locuras que acababa de cometer primero provocando a su sobrino y después masturbandose como una jovensita, se dedicó a sus actividades diarias de la casa para después tomar una ducha, planeando su salida a trabajar.

Por su parte Dionisio se encontraba molesto en su trabajo, no tenía nada que comer pues como él mismo decía la malagradecida de su mujer no le preparó el desayuno, no sólo era el hecho que no le hubiera preparado la comida, hacía años que le pedía hacer cosas en la cama pero su mujer no accedía, él se sentía desatendido por su mujer a tal grado que no podía dejar ver en secreto a otras mujeres, recordaba lo sucedido una noche anterior donde una de sus amantes le permitió hacerle de todo. Al llegar a su casa quería comparar a su esposa con aquella mujer y como es lógico pensar Doris salió perdiendo.

El joven universitario salió de la casa de su tía desorientado por lo sucedido, pero disfrutando de lo vivido esa mañana, ahora entendía un poco más a las mujeres pensaba el joven. El traslado en el autobús fue una tortura para él, al ver a una mujer le recordaba las tetas de su tía y su hermoso coño, al llegar a su primera clase no podía dejar de pensar en ella al grado que salió del salón para dirigirse a uno de los baños de la facultad, fiel a su costumbre llevó consigo su celular, abrió la puerta de uno de los excusados , cerró la puerta detrás de él, bajó rápidamente sus pantalones y comenzó a masturbarce de nuevo recordando a su tía, tardó un par de minutos y eyaculo en el agua del retrete, esto tranquilizó el ánimo del muchacho y pudo continuar con sus siguientes clases pero siempre pensando en su tía.

 

Esa misma noche al llegar a la casa de sus tíos Darío se dio cuenta al pasar por la ventana de la sala que sus tíos discutían, no podía escuchar lo que decían pero los ademanes de Dionisio parecían muy agresivos, en uno de los sillones de la sala Doris lloraba amargamente escuchando los reclamos de su pareja.

 

-ESTOY HARTO DE TI, TE HE PEDIDO MUCHAS VECES QUE ME COMPLAZCAS EN LA CAMA - le reclamaba Dionicio 

-Y TU CREES QUE LLEGANDO BORRACHO A COGERME COMO ANOCHE VAS A PODER SATISFACERME-

 

La contestación de Doris caló muy hondo en el ego de Dionisio que de inmediato le dio una cachetada.

 

Darío abrió la puerta de la casa con el rostro desencajado de ira, empujó a Dionisio tirándolo al suelo, la fuerza que demostraba el chico estaba fuera de proporción con su actitud 

 

-QUÉ TE PASA IMBÉCIL ELLA ES UNA DAMA RESPÉTALA-

 

-ERES UN PENDEJO QUÉDATE CON LA PUTA DE TU TÍA,  YO ME LARGO-

 

Dionicio levantó su maleta del suelo y salió de la casa donde compartió muchos años de su vida con Doris, se sentía frustrado por dejar que un niño lo dejara en ridículo y su mujer no lo detuviera.

 

Al acercarse lentamente a Doris Darío se dio cuenta que su tía tenía sangre en la boca, la abrazó lentamente y enseguida Doris comenzó a llorar en su hombro, él la dejó desahogarse sin decir una sola palabra, el gesto que tuvo con su tía era una reacción de protección y ella lo agradecía. Él tomó su mentón con la mano para limpiar la sangre con su playera, no le importaba otra cosa más que solo proteger a su tía.

 

-Gracias por cuidarme no sé qué hubiera pasado si tú no llegas-

-lamento mucho esto creo que el que debe irse soy yo-

-no mi niño nuestro matrimonio está muy mal desde antes de tu llegada no fue tu culpa-

 

Unas lágrimas salieron de los ojos de Darío, el chico recordaba la angustia que le causó la separación de sus padres, la impotencia de no poder rescatar a su madre cuando era golpeada por se papá, la fuerza desmedida y violenta con la que reaccionó al ver a Dionisio maltratando a su tía venía de esos recuerdos. Amable y cálida como de costumbre Doris limpio las mejillas de su sobrino, para consolarlo le dio un pequeño beso en la mejilla.

 

Esos dos espíritus quedaron conectados desde ese momento, Darío reaccionó inmediatamente y correspondió el beso de su tía besándola en la frente, a pesar de lo sucedido la situación cambió radicalmente para la pareja.

 

Doris necesitaba sentirse amada por lo que dio un beso en los labios a su sobrino, sorprendido por la acción el chico no se movió, una sensación completamente nueva aparecía en su cuerpo,  una cosa nueva que no podía explicar pero se sentía como mariposas revoloteando en su estómago. Con los ojos abiertos y sus manos en los hombros de su tía, se separó delicadamente de ella.

 

Doris entendió este gesto como un rechazo 

-lo lamento no quería incomodarte-

-No me incomodo el beso he deseado por mucho tiempo ser besado por una mujer pero es algo extraño que tú seas mi tía-

-Perdóname tienes razón no debería de estar haciéndote esto-

 

Las lágrimas volvieron a aparecer en el rostro de Doris, las palabras de Darío habían sido malinterpretadas por su tía, él quería continuar con los besos y arrancarle la ropa pero una vez más su timidez lo hizo detenerse. Al ver las lágrimas de su tía no pudo contenerse más, y pensó que si lo que ella quería es que él la besara él haría todo por que ella estuviera feliz.

 

Se abalanzó con brusquedad sobre su tía, la besó apasionadamente, mientras la sujetaba con fuerza, la boca de Doris se abrió para dejar entrar la cálida lengua de su sobrino que poco a poco se convertía en su amante.

 

Las manos de Doris tomaron con gran pasión la cabeza del chico apretándola contra su rostro, disfrutaba de la rudeza con la que el chico la trataba, pues sabía que era su inmadurez la que lo hacía comportarse de esa manera pronto, descubriría lo excitante que era para ella ser tratada con rudeza.

 

Las manos del muchacho se encontraban ansiosas y temblorosas por estar acariciando a su tía de esa manera tan obscena, no le importó nada más que buscar las tetas de su tía, apresurado apretó con fuerza uno de los pechos de Doris, lastimándola por la presión.

 

-ay- exclamó 

-perdón tía ¿te lastime?-

-tienes que ser más delicado con tus caricias déjame ayudarte-

 

Doris se puso de pie frente al chico, lentamente se quitó la blusa que llevaba puestas exponiendo un bello sujetador de encaje que dejaba ver sus pezones color marrón, el muchacho no podía creer lo que estaba pasando, de su boca no salía ninguna palabra sólo quería disfrutar chupando aquellos pezones. Hábilmente Doris se volteó para que el chico le desabrochara el sujetador.

 

-quítame el sujetador -

 

Las manos del chico acariciaron la espalda de la mujer que tenía enfrente le parecía hermosa y no perdió la oportunidad de recorrer cada centímetro de piel, las llenas de sus dedos podían sentir la suavidad de la piel de su amante, recorrio sus hombros hasta llegar a sus caderas ahí se detuvieron expectantes, el pantalón del uniforme de Doris le impedía continuar, pero las manos de Doris sujetaron las del chico para ayudarlo a deslizar la prenda hacia abajo, las nalgas de Doris quedaron a la altura del rostro del muchacho, ella se puso de nuevo en pie, pero Darío continuó con lo suyo recorrió sus piernas con sus manos delicadamente hasta llegar y disfrutar de la delicada piel del culo de su tía.

 

Las cortinas de la ventana que se encontraba en la sala seguía abierta a Doris no le importaba que alguien pudiera verla, sentía un placer extraño al pensar que alguno de sus vecinos la pudiera ver, siguió disfrutando de las caricias de su joven amante.

 

Darío apretó las nalgas de su tía pero esta vez ella no se quejó, el muchacho tenía curiosidad por ver y sentir lo que el cuerpo de aquella mujer madura le ofrecía, separó sus nalgas con la mano para observar la tanga metida en medio de las nalgadas de su tía. El pene del muchacho estaba completamente erecto en su pantalón y no pudo resistir más y dirigió sus manos al sujetador , lo retiró sin ningún problema.

 

Los ojos de Doris se abrieron al sentir sus pechos libres de su cárcel al voltearse se encontró con los preciosos ojos de su sobrino la veían fijamente a sus tetas, ella comprendía que el chico nunca había estado tan cerca de poder acariciar esta parte del cuerpo de una mujer, todo era nuevo para él y para ella que nunca se había sentido tan mujer como ahora.

 

El muchacho no perdí más el tiempo sujeto a su tía de las caderas, jalandola hacia el  sujeto una de sus tetas con los labios, su lengua jugaba con el pezón marrón que sobresalía orgulloso, la firmeza de las tetas de Doris era como la de una jovencita, con sus manos el chico seguía masajeando las nalgas de su tía mientras que Doris se dejaba llevar por lo que hacía el. En su mente Doris pensaba en lo delicioso que era estoy ya no recordaba la última vez que alguien le dio una mamada de tetas como esa, sus manos jalaban el cabello del joven vuelta loca de placer.

 

El chico comenzó por iniciativa propia a bajar las bragas lentamente hasta dejarlas a medio muslo dándole acceso al delicioso coño de su tía, los vellos púbicos le impedían ver el clitoris pero con sus dedos comenzaron a acariciar delicadamente la vulva de su tía.

 

-me gusta lo que estás haciendo no te te detengas- 

 

Bramaba como perra en celo Doris.Los dedos del joven encontraron rápidamente el camino al interior de la vulva, los jugos vaginales empapaban los labios exteriores del coño, el muchacho continuó besando y mordiendo los pezones de su tía mientras pellizcaba delicadamente el clítoris.

 

De pronto uno de sus dedos ingresó en el coño de Doris extasía por el placer, ya que nunca nadie la había hecho sentir algo así, ni hecho algo parecido el nivel de calentura aumentó rápidamente. Doris no aguantaba más quería sentir el pene de su sobrino penetrandola, se puso de pie y lo invitó a su recámara.

 

-vamos a mi habitación-

Ella se puso de pie frente a él, dejando caer sus bragas al piso, lo tomó de la mano para que se pusiera de pie, demostrando gran caballerosidad el chico la sujeto y la cargó entre sus brazos la complexión delgada de Doris no era ningún problema para el tamaño del chico. Siguieron el camino a la escaleras mientras se besaban apasionadamente, subieron sin ninguna prisa los escalones, al llegar a su recámara Darío depósito tiernamente a su tía en la cama

 

-quítate la ropa quiero verte desnudo-

Las palpitaciones del corazón y el coño de Doris al pronunciar estas palabras hacían que le faltara el aire y qué decir de Darío que seguía viviendo este suceso como un sueño.

 

El chico encendió la luz para quitarse la ropa quería estar seguro que ella pudiera ver todo su cuerpo y al mismo tiempo poder disfrutar del cuerpo desnudo de su tía, Doris nunca permitía que su marido encendiera la luz mientras hacían el amor pero también recordaba que nunca la había tratado como toda una dama

 

El chico se quitó la playera que traía puesta, su cuerpo no era el de un modelo sin embargo se mantenía en forma, además que su juventud se veía reflejada en todo su cuerpo, apresurado se quitó los tenía sin desamarrar las agujetas y al mismo tiempo se desabrochaba el cinturón apresurado.

 

-cálmate hijo me tienes para ti sola no voy a ir a ningún lado- lo tranquilizo Doris 

 

El muchacho recordó que estarían solos y tendría todo el tiempo que quisiera para hacerla disfrutar, se bajó el pantalón junto con sus bóxer exponiendo su cuerpo desnudo a la vista de su tía, a pesar que Doris ya había podido ver el miembro de su sobrino tenerlo tan cerca la hizo perder de nuevo el aliento, no sabía si podría meterse ese tamaño tan grande de verga.

 

El chico se puso a un lado de su tía para besarla, mientras las manos de Doris buscaba desesperada la verga de su sobrino para comenzar a masturbarlo, cuando la encontró se dio cuenta del tamaño real de aquel pedazo de carne, su delicada mano no alcanzaba a cubrir el grosor y los veinticinco centímetros  de largo no eran cualquier cosa, el chico volvió a llevar sus dedos al coño de doris pero en esta ocasión los metió en él, los gemidos de su tía solo hacían que aumentara el ardor que sentía en la punta del pene.

 

-no resisto más quiero sentir como es penetrarte- dijo Darío con voz descompuesta-

-metemela- Contestó Doris

 

El chico subió a la cama de rodillas frente a su tía, él podía ver en su cara como deseaba ser penetrada, no tardó mucho en poner la cabeza de su verga en la entrada de la vagina comenzó lentamente a presionar su cuerpo con contra él de su tía, la sensación de tener un nuevo amante con un pene tan grande hacía delirar a la ya extremadamente caliente Doris.

 

-métela ya no me hagas esperar-

 

La voz de Doris resonó en los oídos del joven y empujó con fuerza su pene, el grito de dolor y placer no se hizo esperar, la mitad del miembro de Darío entró en la vagina y se detuvo, Doris con su mano palpó su clítoris y bajando sus dedos se dio cuenta que podía sentir la mitad del miembro fuera de ella. 

 

-Métemela toda por favor- gimió Doris 

 

Una embestida más fuerte por parte de Darío logró meter una parte más pero el coño de su tía no podía con tanta carne así que comenzó a follarla con delicadeza

-aaaaay que rica verga tienes, vuélvela a meter, lléname otra vez-

 

El chico no perdía ningún detalle de la cara de su tía los gestos iban desde el placer, pasando por la ansiedad hasta llegar al placer, con los ojos bien abiertos Doris también quería ver la reacción de su sobrino mientras se la follaba. El muchacho empujaba más fuerte sacando y metiendo su miembro en aquel delicioso y húmedo agujero Doris fue la primera en terminar después de sólo disfrutar de una parte de esa verga 

 

-aaay mi amor me voy a venir dame más duro-

-dale-

-cogeme perro-

Totalmente fuera de sí Doris se vino entre gritos y contracciones de su coño, completamente relajada, ella se quedó con la verga de su sobrino en el coño, Darío no sabía qué hacer y se quedó inmóvil sin decir nada hasta que Doris reaccionó y le dijo.

 

-Me has hecho disfrutar como nadie lo ha hecho antes, pero ahora te toca a ti-

Ella comenzó a moverse lentamente para darle placer al chico y poco a poco comenzó a levantar sus piernas , las manos de Darío sujetaron sus tobillos e imitando los movimientos que siempre veía en las películas porno siguió penetrando a su amante.

 

La follaba con tanto ímpetu y fuerza que el coño de su tía se fue abriendo hasta dejar entrar el pene completamente, la agarraba con fuerza de los tobillos y Doris disfrutaba su actitud agresiva, aumentó la intensidad del movimiento hasta que el chico no pudo contenerse más y se vino dentro de su tía, aun con la pérdida de erección el pene de Darío seguía dándole placer a Doris que al sentir la leche de su sobrino en las entrañas volvió a venirse.

 

La feliz pareja disfrutó de ese momento sin decir nada más, Darío se acomodó a un lado de su tía para quedarse dormido después de tanto placer, Doris tampoco dijo nada y se acomodó en un lado de la cama para quedarse dormida.

 

La nueva pareja durmió hasta tarde el día siguiente, Doris fue la primera en despertar, desnudó a un lado de ella so sobrino dormía plácidamente, ella se levantó y se dirigió al baño, al levantarse se la cama se dio cuenta que sus piernas estaban llenas de semen, disfruto esta sensación de victoria. Fue al baño para tomar una ducha, el agua caliente recorriendo su cuerpo le parecía algo extraordinario, no quería que esté tiempo con su sobrino terminará, recordaba lo experimentado en la noche pero tenía que ir a trabajar.

 

Salió de la ducha se secó el cuerpo con una toalla pero decidió que no quería ponerse ropa, esas sensaciones nuevas que estaba experimentando la motivaban a experimentar y disfrutar de lo que su sobrino le ofreció, entre ellos no habría ni secretos ni limites sexuales.

 

Salió del baño y se dirigió a la cocina quería consentir al joven con un desayuno en la cama, al pasar por la sala noto que la ventana seguía con las cortinas abiertas.

Darío se despertó y no encontró a su tía pensó que todo era un sueño hasta que se dio cuenta que estaba en la cama de sus tíos, disfruto del olor de la mezcla del sexo de su tía y su semen, escuchó que su tía estaba en la parte de abajo de la casa pero él también  deseaba tomar una ducha, así que fue al baño ha hacer lo propio, al salir se puso ropa limpia y bajó a la cocina. Encontró a Doris desnuda con un delantal para no quemarse, al abrir la puerta de la cocina su tía le sonrió.

 

-buenos días mi amor como amaneciste?-

-Hola tía muy bien-

-Espero que te gustara dormir en mi cama-

 

El chico ruborizado por las palabras de su tía contestó con un sí moviendo la cabeza pero sin voltear a verla.

 

Doris siguió preparando el desayuno y mostrándole a su sobrino su trasero, un impulso del muchacho lo llevó a ponerse de rodillas detrás de su tía, masajeaba las nalgas, disfrutando cada movimiento, ella no le dio mucha importancia y continuó preparando el desayuno, de pronto las manos del muchacho separaron las nalgadas de Doris, espantada por lo que pasaba detrás de ella preguntó 

 

-¿qué haces?-

-quiero chuparte el ano-

Doris se quedó petrificada por las palabras del muchacho, su coño que ya estaba húmedo solo de pensar en la verga parada de su sobrino se mojó a un más al escuchar su respuesta.Darío sacó la lengua de su boca y lamiendo lentamente el contorno del ano de su tía serraba los ojos disfrutando del placer, Doris no sabía cómo reaccionar pero su cuerpo disfrutaba de cada caricia nueva que el chico le proporcionaba, se abandonó al placer al cerrar los ojos y se dejó llevar, el muchacho recorría de arriba abajo el ano de su tía como si chupara una paleta, lamidas profundas y lentas le producían placer a su tía.

 

El chico quiso ir un poco más lejos, separó las piernas de Doris, se agachó un poco más y con su lengua lamió sus labios vaginales, sintiendo por primera vez ese sabor amargo pero delicioso a la vez del coño de su tía, alternaba sus lamidas entre el ano y el coño proporcionado un placer inexplicable a su tía.

 

Los dedos del muchacho buscaban la entrada de la vagina mientras con la lengua empezaba a penetrar el orto de Doris una oleada de placer recorrió la espalda de aquella mujer hasta terminar en su ano no podía creer que el chico la hiciera gozar tanto, con los dedos metidos en el coño y la lengua en el culo. No parecía que el chico fuera virgen hasta hace apenas unas horas, pero lo que Doris no sabía era que el muchacho acumuló mucha experiencia durante los muchos años que se dedicó a ver pornografia.

 

-no puedo creer lo que me estás haciendo-

 

Los labios y la lengua del chico estaban muy ocupados para hablar en ese momento, sus manos tomaron la breve cintura de Doris y la hicieron girar, el chico se puso de pie frente a ella y comenzó a besarla apasionadamente, la mezcla de sabores en la lengua del muchacho le parecían alucinantes a Doris, la retiró de la estufa, deshizo el nudo del delantal que tenía puesto y se dedicó un momento a chupar las tetas de su tía, mientras seguía chupando los pezones erectos de su amante,levantó de la cintura y la sentó en la barra de la cocina con la única intención de seguir chupando su coño. El chico colocó las piernas de Doris a un lado de sus caderas lo que producía que el coño quedara completamente expuesto y de esta manera poder llegar más adentro con su lengua, esta vez sin prisas empezó a lamer el clítoris que se encontraba rodeado de abundante bello puvico, ahora Doris entendía por que las jovencitas preferían tener el coño depilado, el chico atrapó con sus labios el clítoris y mientras lo succionaba con fuerza sus dedos volvieron a penetrar a Doris que se retorcía de placer , agarraba de los cabellos a su sobrino jalandolos con fuerza y gimiendo. Con estos movimientos Doris no pudo contenerse más y comenzó a correrse gritando, tiró la lata de los cubiertos haciendo mucho ruido, nada le importaba solo quería seguir disfrutando.

 

 

 

-aaa aaah que rico que me haces que rico la chupas-

 

Con la respiración entrecortada y sollozando de placer Doris seguía con las piernas abiertas la boca de Darío liberó el clítoris, sacó sus dedos del interior de su tía , de inmediato bajó la cremallera de su pantalón, sacó su pene erecto de la prisión de su pantalón y se sentó en una de las sillas del desayunador, le hizo una seña a Doris que enseguida bajó las piernas de la barra donde se encontraba, al deslizarse se dio cuenta que la superficie estaba completamente mojada con sus jugos. Camino de puntitas hasta donde se encontraba su sobrino, acomodándose sobre él tomó el pene con su mano y lo dirigió a su vagina, se dejó caer con todo su peso resultando en una penetración dolorosa por el grosor del pene, la lubricación permitió que la verga de su sobrino llegará hasta el fondo de la vagina de Doris que enseguida comenzó a subir y bajar provocando al muchacho, las manos de Darío no perdían el tiempo y mientras la besaba compartiendo los jugos vaginales de su boca, con una mano pellizcaba uno de los pezones de su tía, pero su otra mano aún más atrevida acariciaba sus nalgas. El muchacho sentía como su pene rozaba con las paredes vaginales de aquel coño delicioso que se estaba follando, la mano de Darío se deslizó en medio de las nalgas de Doris, uno de sus dedos encontró el camino a su ano que todavía se encontraba húmedo de saliva, sin mayor presión el dedo de Darío entró en el ano de su tía 

 

-no por favor no hagas eso- gritaba Doris 

 

Pero el muchacho no hizo caso a sus palabras, separó sea labios de los pezones y le dijo tiernamente al oído 

 

-solo disfrútalo tía-

 

Estas palabras dulces y tiernas que le dijo el muchacho rompieron con el poco recato que le quedaba a Doris, sin retirar su dedo del ano, el chico comenzó a sacarlo y meterlo, él podía sentir como se pene penetraba el coño de su tía, con él dedo empezó a hacer pequeños círculos en el interior del ano. Doris nunca había experimentado tanto placer, no podía distinguir qué era lo que le gustaba más si la verga en su coño o el dedo en el culo.

 

Darío no se pudo contener más víctima de su inexperiencia se corrió en el coño de su tía llenándolo de semen una vez más a Doris que podía sentir la potencia de los chorros de semen en su interior, siguió moviéndose con fuerza hasta que el chico dejó de expulsar su semen, la verga de Darío no perdía volumen, mientras que Doris descansaba un poco el chico comenzó a moverse de nuevo, Doris entendió el mensaje y reanudó su cabalgata, el sonido de humedad que provocaban sus cuerpos hizo que el orgasmo de Doris llegará rápido el semen escurría por toda la verga de Darío, provocando una mancha enorme en su pantalón.

 

Doris se quedó quieta sobre su amante disfrutando del momento, con la verga todavía dentro de ella, no se apresuró a levantarse, continuó besando al chico delicadamente por toda su cara, acariciando su cuello y su cabello, Darío seguía masajeando sus glúteos.

 

-tia por favor no me limites cuando te esté dando placer, mi única recompensa son tus orgasmos-

 

Las palabras exactas que Doris necesitaba escuchar, anteponer las necesidades de ella por encima de su propio placer era una lección que debía ser aprendida, a Doris le sorprendía cada vez más la sabiduría del muchacho el conocimiento que tenía de hacer cosas sexuales que ella a pesar de su edad nunca antes había experimentado. A pesar de conocer cómo funciona el cuerpo humano gracias a sus estudios de enfermería Doris no se había dado permiso de disfrutar, así que estas palabras le permitían ser libre sexualmente.

 

-tienes razón-

 

Doris se levantó de las piernas de su sobrino con el coño bien abierto, el semen que salía de su vagina escurría por sus piernas y manchó el pantalón del chico, era tan abundante el líquido  que una parte terminó en el suelo.

 

-discúlpame tía te ensucie toda-

Una sonrisa juguetona apareció en el rostro de Doris

 

-quiero que me ensucies siempre con tu semen me encanta sentirlo dentro de mi-

 

El muchacho se sintió orgulloso de las palabras de su tía 

 

-ahora vas a tener que cambiarte de pantalón- dijo Doris 

Darío le dio la razón a su tía, mientras que Doris se agachaba a recoger el bote de cubiertos que había tirado y al observar la estufa se dio cuenta que el desayuno estaba arruinado lo que estaba preparando se había quemado, así que lo tiro a la basura y comenzó de nuevo, antes de retirarse de la cocina Darío se acercó a su tía para darle un beso de despedida.

Subió a su habitación pensando en lo bien que se sentía consigo mismo cogiendo con su tía, su juventud no se podía disimular ya que su pene se estaba poniendo duro de nuevo, no quería apresurar las cosas pero todavía tenía muchas cosas que experimentar y estaba seguro que no se detendría.

Darío bajó vistiendo uno jeans limpios y se dirigió de nuevo a la cocina, su tía seguía desnuda y ya tenía lista el desayuno, mientras el chico comía podía ver detalladamente el cuerpo de su tía, le fascinaba el tamaño de sus bien formadas nalgas, la cintura delgada y la forma de reloj de su cuerpo le parecían cautivantes, sacó su celular y de nuevo comenzó a fotografiarla, le pidió que se diera la vuelta los pechos de Doris eran grandes con una aureola muy grande y coronados con unos pezones color marrón de buen tamaño, continuó tomando fotos mientras Doris no se diera cuenta.Las cosas seguía su curso normal Darío se despido de su tía con un beso apasionado y agarrándole las nalgas, tenía que acudir a sus clases, su cuerpo le impedía irse pero la razón se impuso sobre la lujuria y se fue a la escuela. Doris también tenía que ir a trabajar,sólo le quedaban unas pocas horas para preparar e e ir a su trabajo a su que se apresuró para no llegar tarde.