miprimita.com

Mi vida con mi tia 3

en Amor filial

capítulo 3

La depilación placentera

 

Mientras manejaba de camino a su trabajo Doris recordaba todo lo sucedido en un lapso de tiempo muy corto, el labio roto le recordaba a su marido que la acababa de abandonar, no sabía cómo afrontar esa situación y realmente se sentía angustiada, sien embargo el deseo sexual y el par de cogidas que le dio su sobrino la habían dejado con una sonrisa, aun sabiendo que estaba mal lo que hacían pues el chico era el hijo de su hermana. Al llegar al consultorio sus compañeros de trabajo no pudieron evitar notar el moretón en el rostro de Doris, una de las enfermeras con la que tenía una amistad verdadera de nombre Damaris le preguntó 

 

-¿pero qué te pasó mujer?-

-no me pasó nada- dijo Doris 

-no me digas eso Doris alguien te pego no me quieras engañar ¿fue tu marido?-

 

Doris no pudo contener el llanto y entre sollozos le confirmó a su amiga lo que ella sospechaba.

-maldito infeliz ¿y tú qué hiciste?-

Por fin Doris pudo contenerse y recomponer su semblante.

-mi sobrino llego justo en el momento adecuado y lo tiró al piso, él desgraciado de mi marido se fue de la casa y no sé nada de él-

-que bueno que tu sobrino te ayudo que se largue el infeliz-

Damaris abrazo a su amiga para que terminara de desahogarse y poder seguir con su jornada de trabajo, ese mismo día por tener tantas cosas en la cabeza Doris no pudo asistir a un doctor en su cirugía por lo que Damaris tomó su lugar, sin embargo el doctor se enojó por esta situación y se quejó con la directora de la clínica, enseguida Doris fue llamada a la oficina de su jefa, al llegar lo primero que vio fueron todos los reconocimientos que tenía colgados en la parte de atrás de su escritorio, todos por el el trabajo altruista que realizaba y por supuesto su más grande logró su título universitario y la especialidad en proctologia, en su escritorio se podía leer en un cristal finamente delineado Dra. Diana Flores

 

-hola Doris buenos días pasa siéntate- le indicó la directora 

-buenos tardes doctora ¿en qué puedo ayudarla?- contestó Doris 

-mi comentó el Dr. Domínguez que hoy faltaste a la cirugía que tenían programada y quiero saber cuál es la razón-

-estoy muy apenada por esa situación pero no me he sentido bien mi esposo me dejó y no quiero causar un accidente, por eso le pedí a Damaris que ella asistiera al Dr.-

Los ojos de Doris se volvieron a llenar de lágrimas al confesar sus preocupaciones a la doctora 

 

-Doris eres una de nuestras mejores enfermeras, lamentó mucho lo que te está pasando y agradezco que tomaras esa decisión, en estas condiciones no creo que debas de estar trabajando, te voy a pedir que te tomes el resto del día para calmarte, descansa los próximos dos días y por favor regresa el lunes a trabajar, entiendo por lo que estás pasando, mi marido hace algunos años también me abandonó estando embarazada y la pase muy mal-

 

-Gracias por su apoyo doctora Diana le aseguró que pronto me repondré y seré mejor que antes-

 

La doctora abrazó a Doris y la despidió en la puerta, Doris se sintió agradecida con aquella mujer y se retiró de la clínica con destino a su casa, donde sentía que nada tenía sentido pero podía estar tranquila.

 

Al llegar a su casa el cansancio combinado con el estrés de trabajo la hicieron quedarse profundamente dormida, a media tarde despertó desorientada y con dolor de cabeza, recordó que su sobrino llegaría más tarde y no quería perder la oportunidad de darle una sorpresa, buscó unas tijeras en uno de los cajones de la mesa de noche, recorrió el camino al baño pensando en lo que haría, al llegar al baño bajo la tapa del retrete se quitó la ropa para quedar completamente desnuda, con las tijeras comenzó a cortar los vellos puvicos cercanos a su vagina, la sensación le resultaba excitante. Corto todos los vellos lo más corto que pudo, sacó una maquinilla de rasurar y con la ayuda de jabón y agua hizo espuma para untarla por toda el área, comenzó a rasurar su pubis delicadamente, no quería lastimarme, continuó por un par de minutos con esta actividad hasta dejar completamente limpio su coño, la sensación de libertad la hacía sentirse feliz, se metió a la ducha para quitar el resto de jabón. Al pasar su mano por su coño se dio cuenta que estaba mojada y su clítoris inflamado, la piel tersa se sentía bien al tacto y se arrepintió de no haber hecho esto antes, recorrió sus labios vaginales con sus dedos, para posteriormente deslizarlos en medio de su coño sus jugos empapaban sus dedos y acarició su clítoris delicadamente, se detuvo como si estuviera haciendo algo malo y terminó de ducharse.

 

Volvió a su dormitorio y se observó en el espejo detenidamente, sentada en la orilla de la cama acercó el espejo que tenía en la habitación y abrió las piernas para observar que su coño estaba perfectamente depilado, abrió sus labios vaginales con una mano para observar su clítoris, le gustaba como se veía. Pensaba en si le gustaría su sobrino o no.

 

Así desnuda como se encontraba decidió dormir unas horas más antes de la llegada de su sobrino, al llegar Darío a la casa abrió la puerta, él sabía que su tía estaba en casa ya que su carro estaba estacionado en la cochera, la buscó en la planta baja de la casa y no la encontró, al subir las escaleras trato de hacer el menor ruido posible para sorprender a su tía, al llegar a su cuarto el sorprendido fue el. En la cama encontró a su tía completamente desnuda acostada boca arriba, una vez más recorrió su cuerpo con la mirada, pero esta vez su sorpresa fue mayor el vello de su coño había desaparecido por completo, una deliciosa sorpresa que él disfrutaría enseguida, se acercó a su tía muy despacio, sacó su lengua y comenzó a recorrer el coño de doris delicadamente, de arriba a bajo sin dejar un solo rincón sin lamer, Doris comenzó a moverse delicadamente, su cuerpo estaba reaccionando a las caricias del chico.

 

Las lamidas de Darío se hicieron más profundas, su lengua comenzó a hacer círculos alrededor del clítoris, la humedad, del interior de la vagina de su tía tenía un sabor amargo delicioso para él y sus jugos vaginales comenzaron a fluir como si se tratara de un manantial, por fin los ojos de Doris se abrieron para observar cómo el muchacho le comía el coño, viéndola directo a los ojos el chico continuó deleitándose con el sabor del coño de su tía,

 

-¿te gusto tu sorpresa verdad?-

 

Darío movió la cabeza sin dejar de lamer el clitori, comenso a ir más profundo en su vagina, Doris abrió las piernas para que pudiera chuparla mejor, de pronto el muchacho comenzó a utilizar su lengua para penetrar el coño, sacaba y metía la lengua apretando lo más que podía su rostro contra el coño, su nariz quedó a la altura del clítoris de Doris de esta forma estimulaba la vagina con su lengua y su clítoris con la nariz, Doris estaba disfrutando de la mamada de coño pero también quería darle placer a su sobrino así que lo detuvo pero con el único propósito de mejorar la situación.

 

-espera Darío yo también te quiero chuparte la verga- 

 

cuando estaba con su marido estas palabras nunca salieron de su boca era desagradable tener que chuparle la verga a ese hombre que nunca hacía nada por estimularla, esta vez era diferente Darío le mostró el camino 

 

-pero antes quiero quitarte todo ese vello que tienes ahí ¿te parece bien?-

-tía ¿tú me lo vas a quitar?-

-Claro que si ¿te animas?-

-Por supuesto que sí-

-Entonces vamos al baño-

 

Doris tenía todo preparado en el baño hizo que Darío se quitara la ropa, lo sentó en el retrete con la tapa cerrada y comenzó a recortar sus vellos con la tijera, con la otra mano acariciaba el  glande que cada vez se humedecía más, de pronto ya estaba masturbando al chico, lo hacía con mucha dificultad por el tamaño de su pene, hizo que el chico se pusiera de pie mientras ella se encontraba de rodillas, ahora la verga estaba tan cerca de su cara que se le hacía agua la boca, siguió recortando sus vellos pero esta vez de sus testículos que al igual que el pene eran bastante grandes, se olvidó por un momento de las tijeras que tenía en la mano, sacó su lengua y comenzó a recorrer la cabeza de aquel miembro como si fuera una paleta, el sabor del líquido preseminal le pareció delicioso se preguntaba ¿a qué sabrá el semen de este muchacho? Y sin duda pronto lo descubriría.

 

Doris abrió su boca lo más grande que pudo y comenzó a meterse el pedazo de carne que tenía delante de sí, comparando la verga de su marido con la de su sobrino pudo darse cuenta que esta llenaba toda su boca, el muchacho no se mantuvo pasivo ante la situación tomó a su tía del cabello y comenzó él a meter la verga en su boca forzándola un poco, a Doris no le desagradó para nada que él tomara la iniciativa si quería tratarla como una puta ella lo permitiría con gusto.

Estuvieron así por unos minutos, pero Doris todavía no terminaba de hacer su trabajo, se separó del muchacho, empujando sólo un poco se separó de él, buscó la maquinilla para rasurar por completo sus genitales y terminar pronto lo que estaba haciendo, quería sentir su verga.

 

El agua y el jabón se mezclaron en las manos de Doris, ella recorrió todo lo largo del pene del muchacho para dejar enjabonada toda el área, se volvió a incar delante de él y comenzó a rasurar , al terminar lo mandó a bañarse y ella se fue a su cuarto para esperarlo en la cama.

 

Cuando Darío llegó a la recámara esta vez fue Doris la que se llevó la sorpresa el pene de su sobrino se veía más grande ahora que su vello púbico había desaparecido.

 

-me encanta como se siente tía gracia por depilarme- le dijo el muchacho a Doris 

En seguida el joven se acostó a un lado de ella y le ordenó seguir chupando su miembro

-ahora quiero disfrutar sigue chupando mi verga- 

 

Doris se abalanzó sobre él para seguir las órdenes del joven, esta vez lamía la cabeza mientras que con la otra mano masturbaba al chico, mostrando su habilidad natural para el sexo Darío comenzó a moverse lentamente hasta que las piernas de Doris quedaron acerca de su cara , la tomó de las caderas la levantó con fuerza y se metió en medio de su piernas. De pronto Doris estaba experimentando un 69, Darío lamía desesperado todo lo que estaba a su alcance recorría de arriba a abajo el coño depilado de su tía y ponía especial cuidado en el clítoris, lo succionaba cada vez con más fuerza probando la resistencia de su tía, pasó sus brazos por en medio de los muslos de su tía, esto le permitió abrir con las dos manos las nalgas de Doris, su lengua fue directamente al ano que tenía frente a él, Doris gimió de placer.

 

Debido a su educación Doris sabía que las terminales nerviosas del ano al ser estimuladas también producen placer por lo que no le extrañaba que aquella acción le gustara sin embargo estaba consciente que era una práctica peligrosa.

 

Al sentir la lengua del muchacho un impulso la llevó a tomar la iniciativa, sacó la gruesa verga de su boca y metió los brazos por en medio de los muslos de sus sobrino repitiendo la acción que él acababa de realizar, con la ayuda de sus brazos levantó las piernas del chico y con sus manos abrió sus nalgas, sin darle tiempo a reaccionar y con un poco de asco comenzó a lamerle el ano, Darío estaba vuelto loco de placer, pero siguió con su trabajo,

 

Ahora los dos seguían el mismo ritmo mientras que Darío lamía los bordes exteriores del ano de su tía ella así lo mismo con el suyo, para aumentar el placer el chico comenzó a meter la lengua cada vez más profundo, la reacción de Doris lo hacía seguir adelante pues él sentía como la lengua de su tía se abría camino en su propio ano, a pesar de lo mucho que estaba disfrutando, el muchacho utilizando sus manos llevó uno de sus dedos al ano de su tía mientras que con un dedo de la otra mano la empezó a penetrar por la vagina, su lengua chupaba su clítoris. En se momento Doris se entregó al placer que le proporcionaba su amante y se detuvo para disfrutar del momento. Darío podía sentir como el clítoris de su tía estaba inflamado por dentro, la piel arrugada en el interior del coño de su tía le indicaba que ese era el punto de placer máximo y sabía que si lo estimulaba adecuadamente ella tendría un placentero orgasmo.

 

No desistió en su intento por hacer que ella se viniera en esa posición así que continuó estimulandola con mucha más lujuria, Doris recordó que tenía en su mano el pene del muchacho y quiso llenar su boca con él se dio cuenta que todos sus agujeros estaban llenos de carne. Ella siguió mamando el miembro del chico, Darío no se pudo contener más y sin decirle nada a Doris comenzó a eyacular en el interior de su boca. Por un momento pensó que ella reaccionaría con disgusto pero se sorprendió al darse cuenta que ella comenzó a tragar su semen, así que se relajó y continuos viniendose copiosamente en la boca de su tía.

Doris no podía controlar sus impulsos ni tampoco era que lo deseara hacer así que se trago toda la leche que pudo, el sabor era raro pero a ella le pareció delicioso, esto la estimuló tanto que así como estaba penetrada por todos sus agujeros comenzó a venirse ella también, sin poder gritar de placer su cuerpo se empezó a mover involuntariamente con el orgasmo.

 

Un líquido transparente comenzó a salir del coño de Doris, Darío lo recogía todo con su lengua, cuando por fin terminaron los dos Darío se apresuró a retirar a su tía de ensima de el, busco su boca que todavía estaba llena de su semen y la beso para compartir con ella el sabor de su propia lefa, lo que le quería demostrar a su tía era que él no le tenía temor a nada.

 

La reacción del muchacho desconcertó mucho a Doris pero acepto sus besos, ahora los dos disfrutaban de la mezcla de todos sus fluidos.

 

Doris disfrutó del beso y sintió de nuevo el compromiso de su sobrino con ella, esta relación incestuosa se basaba en la confianza de los dos, por lo tanto cualquier fantasía sería cumplida por el sin pedir explicaciones, llevando los límites de su sexualidad al maximo.

 

Recostados en la cama la primera en hablar fue Doris

 

-Darío no puedo entender de dónde sacaste tanta experiencia en el sexo pensé que eras virgen-

 

-pues en realidad sí lo era pero después de estos últimos días ya no más, lo de la experiencia,  no es experiencia más bien estoy haciendo lo que vi que hacían en las películas porno llevó 5 años viendo películas y soñando en hacer lo que he visto-

 

-wauuuu estoy impresionada con lo bien que lo haces-

 

Mirándose a los ojos Doris empezaba a ver a su sobrino diferente con más autoridad sobre ella y su vida sexual

 

-tia lo que yo no puedo entender es por que si estabas casada con Dionisio ¿por que nunca experimentaste lo que ahora haces conmigo?-

 

-tú tío bueno el que ya no es tu tío siempre fue muy egoísta conmigo él me follaba solo con la intención de satisfacer sus propios deseos y no para darme placer a mi, la mayoría de las veces que hacíamos el amor yo terminaba fingiendo mis orgasmos-

 

-lamentó mucho por eso yo creía que una vez que me casara podría disfrutar de mi esposa de todas las formas posible y sigo creyendo que el mejor regalo que un hombre puede recibir de su mujer son sus orgasmos-

 

-no lamentes nada de lo que me pase, claro que hubo momentos muy buenos en nuestra relación, hace algunos años la visita de tu tío en mi consultorio me sorprendió llegó justo después de salir de su trabajo, se presentó en la clínica como un paciente más y pidió realizarle un chequeo de rutina, entró en mi cubículo y saludándome como un extraño me tomó del brazo, me jalo hacia adentro del consultorio, yo sin decir una sola palabra solo me deje guiar, al llegar a la camilla me empujó sobre ella, me bajó los pantalones junto con mis bragas y comenzó a follarme como si fuera una puta, disfrute tanto de esa experiencia que no pasó mucho tiempo antes que me viniera, tal vez por el miedo de ser descubierta o por que realmente me gusta ser tratada así, ahogue mi orgasmo con la sabana de la camilla, a él no le importo el lugar donde estábamos y gimió cuando se vino, cerró su cremallera se dio la vuelta recorriendo el camino a la salida  se fue del lugar dejándome el coño lleno de leche y expuesto, yo reaccioné después de unos segundos recordando donde me encontraba la puerta del consultorio estaba abierta y mi nalgas expuestas, reacomode mi ropa y regrese a trabajar como si nada pasara-

 

-eso sí que estuvo muy bueno por parte de mi tío ¿y a ti te gusto?-

-Por su puesto te digo que fue la vez que mejor me cogio el desgraciado de tu tío-

 

La verga de Darío había tomado otra vez su forma erecta y Doris se dio cuenta, el muchacho sin perder el tiempo quiso complacer de nuevo a su tía esta vez la dominaría como una hembra en celo. La arrastró al centro de la cama, la obligó con poca delicadeza a ponerse en cuatro patas, él se colocó en la parte de atrás de ella, con la punta de su pene empezó a buscar la entrada del coño, enseguida comenzó a meter su miembro, los gemidos de Doris no tardaron en llegar mientras el muchacho continuó metiendo su verga cada vez más profundo, continuo por unos minutos más en esta posición solo para lubricar bien el coño de su tía, las manos de chico no se quedaron tranquilas, para aumentar el placer llevó su dedo pulgar a su boca para lubricarlo, su destino final el ano de su tía, con la otra mano alcanzó el cabello negro de su tía y comenzó a jalarlo mientras la penetraba con mucha fuerza.

 

-te gusta que te traten como una puta pues yo te voy a tratar como la puta que eres-

 

Doris no podía creer las palabras que salían de la boca de su sobrino pero se sorprendió más cuando de su propia boca salieron las siguientes palabras

 

-si soy una puta follame soy tu puta-

 

El muchacho tomó las dos muñecas de Doris con sus manos las jalo rápidamente hacia atrás provocando que Doris golpeara con su cara la cama, Darío llevó las manos de Doris hacia atrás donde las junto presionandolas contra su espalda, esta posición hacía que se verga tuviera más roce con el coño de su tía, y podía ir más profundo, se levantó hasta poner la planta de sus pies a un lado de las rodillas de su tía, desde esta posición todo el peso de su cuerpo se concentraba en su pelvis provocando que que Doris cargara con todo su peso mientras le metía la verga.

 

-¿TU MARIDO TE FOLLA ASÍ?-

-no, no , no- fue la respuesta de Doris mientras seguía gimiendo

 

El muchacho podía sentir la presión del coño de su tía, la seguía follando desesperado queriendo demostrar que era mejor amante que su tío, era algo que Doris había ya comprobado, la mano derecha del muchacho tomó del cabello a Doris y la jalo con brusquedad la forzó a ponerse de nuevo en cuatro patas, pero el movimiento del chico no terminó ahí la siguió jalando hasta que la espalda de Doris quedó pegada a su pecho, sin sacarle la verga y sin dejar de penetrarla, el muchacho tomó a su tía del cuello y comenzó a apretarlo cada vez más fuerte el aire salía y él apretaba más  aumentando el ritmo de la follada con su mano libre buscó el clítoris de Doris y lo movía rápidamente, con este último estímulo Doris no pudo más y se corrió.

 

-!FOLLAME SOY TU PUTA FOLLAME MAS DURO, ERES MEJOR QUE MI MARIDO-

 

-eso es lo que quería escuchar- le contestó Darío

 

Y siguió follando sin piedad la falta de aire le provoco un orgasmo más placentero a Doris y mientras ella terminaba las contracciones de su coño invitaban a la verga de Darío a terminar, satisfecho se dejó ir con todo prolongando el orgasmo de su tía, de nuevo llenó su coño de semen. Cayeron rendidos en la cama y se quedaron dormidos.

 

Doris estaba decidida a divorciarse inmediatamente de Dionisio, la idea la despertó muy temprano, se levantó de la cama a las 7 de la mañana, tomó una ducha rápida preparó café, mientras se tomaba su café aprovecho para tomar el teléfono y contacto a un amigo suyo que era abogado, enseguida el abogado le contestó la llamada para hacer una cita. Doris salió de la casa a la oficina del abogado, el ruido del motor despertó a Darío, quería saber a dónde se dirigía su tía así que le envió un mensaje, se quedó dormido de nuevo hasta que su teléfono sonó recordando la hora para ir a la escuela, el mensaje de su tía llegó más tarde.

 

-estoy con mi abogado estamos preparando los documentos para el divorcio te veo en la noche-

 

Darío se preparó para salir a la escuela, sin recibir más mensajes de su tía,  las horas de escuela pasaron muy aburridas, el chico tenía una capacidad de aprendizaje por encima de sus compañeros y la información que le proporcionaban sus maestros no le era suficiente por lo que las clases le parecían monótonas. Esa misma tarde conoció a un par de compañeros que le parecieron muy agradables, sentados en unas bancas de la escuela pasaron  un par de horas agradables por lo que la hora de llegada de Darío a casa se prolongó.

Al llegar a casa estaba ansioso por estar con su tía pero al llegar a su recámara se encontró dormida con los jeans y una blusa, por lo que esa noche no intentó nada con ella y se fue a dormir a su cuarto.

 

A la mañana siguiente la rutina de los amantes se repitió sin más remedio para Darío que tuvo que aceptar la situación y Doris también.

 

El fin de semana era un buen momento para reanudar sus encuentros pero la mañana del sábado estuvo muy complicada con la ayuda de su abogado Doris buscaba papeles por toda la casa tratando de anular lo antes posible su matrimonio con Dionicio así que las únicas palabras que cruzaron ella y su sobrino era para decirle que la ayudara.

 

El domingo a medio día el teléfono de Doris sonó era Dionisio, quería hablar con ella en persona así que lo sito ese mismo día pero más tarde.las cosas entre el matrimonio no terminaron muy bien ya que Doris le comunicó a Dionisio la decisión que había tomado de terminar su matrimonio un trago muy amargo para los dos, la mayor parte de las cosas de Dionisio todavía se encontraban guardada en esa casa por lo que decidieron que era momento de que él las juntara y se las llevara.

 

Al terminar el día Doris estaba devastada y solo quería encerrarse en su cuarto a dormir, Darío entendía que ella se sintiera de esa manera.

 

-tía ¿te puedo ayudar en algo?- le dijo Darío

-no es necesario solo te pido que entiendas que este es un momento difícil en mi vida, tirar a la basura 10 años de mi vida no es fácil, lamentó no puedes complacerte, pero recuerda que una vez que esto termine todo será diferente-

 

Cerro la puerta de su habitacion y comenzó a llorar durante horas hasta que el sueño la venció y se quedó dormida.

 

El lunes por la mañana Doris volvió a salir temprano de su casa, no pasaría más tiempo en su casa sin ir a trabajar y  quería agradecerle personalmente a su jefa la Dra. Diana por los días de descanso, al llegar a la clínica se encaminó a la oficina de su jefa, tocó la puerta, la Dra. desde su escritorio le llamó

 

-pase por favor-

-Buenos días Dra.-

-Buenos días Doris ¿qué haces aquí tan temprano?-

-Solo quería agradecerle por los días que me permito faltar quiero reponerle el tiempo de trabajo y pues ahí estoy-

-No te preocupes por hoy está bien pero mañana llega a tu horario normal y si necesitas algo más no dudes en avisarme tienes las puertas de mi oficina abiertas-

-Le agradezco mucho por su tiempo me voy a trabajar-

 

Como era de esperarse a esa hora de la mañana no había pacientes que atender y Doris se pasó gran parte de la mañana bostezando sentada en su cubículo.

 

Darío por su parte no estaba dispuesto a seguir esperando a su tía por lo que ese mismo dia por la mañana decidió ir a la clínica donde trabajaba Doris, las primeras horas de clases que tenía era una materia poco demandante por lo que tenía tiempo de hacerle una visita rápida, tomó como de costumbre un camión que pasaba en la esquina de su casa y se dirigió a la clínica, al llegar preguntó cuál era el cubículo de su tía, una de las compañeras de Doris le indicó el camino al chico y lo dejó frente a la puerta que estaba cerrada.

 

El muchacho entró en el cubículo, puso su mochila a un lado de la puerta y cerró la puerta con llave.

-Darío ¿qué haces aquí?- preguntó Doris 

 

El muchacho se acercó a ella y tomándola del cabello con fuerza, sin decir una sola palabra la arrastró detrás de la puerta el consultorio la empujó sobre la camilla, en ese momento Doris recordó lo que le había contado sobre Dionicio, así que decidió seguir el juego.

El muchacho observó unas tijeras en una bandeja sin dejar de precintar la cara de Doris en la camilla tomó las tijeras para retirar vendaje, bajo el pantalón que traía puesto Doris y comenzó a cortar sus Braga, buscó la tela dentro de sus nalgas y la cortó, después cortó el elástico de la cintura dejándola sin ropa interior, bajo su cremallera y sacó la verga para penetrar a su tía, de un solo empujón metió la mitad de la verga el quejido de su tía fue más de dolor que de placer, empujando más fuerte introdujo todo su miembro, seguía jalandola del cabello y penetrandola al mismo tiempo, piso su pantalón para después obligarla a levantar su pierna hasta poner su rodilla sobre la camilla, en esta posición la penetración era más profunda, Darío espero a que su tía terminara para después eyacular en su interior, Darío se retiró de su interior, el semen del muchacho escurría desde el coño de su tía por sus piernas, cuatro días sin sexo habían provocado que acumulara mucho semen. Antes de guardarse la verga se acercó a la cara de ella que permanecía inmóvil en la camilla, al ver tan cerca el miembro de su sobrino lo único que hizo fue abrir la boca, por fin estaba entendiendo que se estaba convirtiendo en una puta de primera. La lengua de Doris recorrió el glande de su sobrino recogiendo el semen, en esta ocasión disfruto más el sabor, se metió el miembro a la boca y siguió mamado hasta dejarlo limpio, cuando Darío estuvo satisfecho simplemente metió su miembro a su pantalón y subió su cremallera

-espero que dejes de recordar a tu marido-

fueron las palabras del muchacho que emprendió el camino de regreso a la salida. Doris recordó que tenía que vestirse estaba en el consultorio, en seguida subió sus pantalones y trató de acomodarse el cabello, recogió los pedazos de bragas que encontró en el suelo y se los guardó en una bolsa del pantalón, siguió al chico hasta la puerta y cuando la abrió del otro lado la Dra. Diana sostenía la manija de la puerta.

La impresión de Doris fue tremenda los ojos abiertos como platos delataban su estado de preocupación, el chico completamente ajeno a la situación solo saludó a la Dra.

-Buenos días-

-Buenos días- contestó Diana amablemente 

Doris se sintió con la obligación de intervenir presa del nerviosismo enseguida dijo

-hola Dra. Le presento a mi sobrino Darío vino a dejarme unas cosas que se me olvidaron en casa-

CONTINUARÁ