miprimita.com

Como me cogí al novio de mi amiga III

en Gays

Luego que el deseo de Sneider para sacear su apetito sexual no podía ser saciado en nuestros encuentros semanales, decidió que el colegio sería nuestro nuevo lugar para ser su perra. Era la hora del recreo, cuando todos empezamos a desocupar el salón. Mis amigas se adelantaron para lograr ir a la cafetería mientras yo terminaba de copiar algunas cosas en el cuaderno. Como yo era quien cerraba el salón, también debía quedarme de últimas. 

Sin aviso, Sneider entra en el salón y cierra la puerta. 

- Qué bueno encontrarte, maricona.- Dijo mientras se agarraba su paquete. 

- ¿Necesitas algo? - respondí tontamente, pensando que necesitaba algún tipo de favor académico, pero era todo lo contrario. 

- Lo que realmente necesito es que apenas me veas a solas te arrodilles, esperando permiso para hablar. 

Mi lívido subió a las nubes y descendí lentamente para mostrarle mi obediencia. Como mi salón de clases era en el último piso de un edifició, no había forma que alguien nos viera desde que el salón estuviera cerrado. Se bajó el cierre del pantalón poco a poco y se sentó en la mesa del profesor. Cuando vi su gran verga erecta, solo pude dirigirme a gatas para poder empezar mi trabajo. La metí a mi boca y me encataba la sensación de frescura que tenía a esas horas de la mañana. 

Cada experiencia con su verga era inmaculada, saboreaba su tronco desde la base, hasta su punta, tragando centímetro tras centímetro, pero ahora, Sneider había decidido que mi culo necesitaba ser perforado, tal como yo lo pedía interiormente. 

Me bajó lentamente el pantalón, dejando ver mi culo, que para mi edad, era un suave y lampiño. Un agujero blanco y con mi ano rosa. 

- Ponte en cuatro patas, que pueda ver tu culo - ordenó. 

Al ponerme en esa posición, ordenó que me arqueara lo que más pudiera, mientras el se masturbaba. Con su zapato empezó a abrirme las nalgas, las cuales tenían un aspecto regordete ya que siempre fui propenso a tener un peso mayor al que debería, y que las clases de natación se encargaban de bajar. 

- Métete un dedo - ordenó. 

Empecé a hacer un baile sensual con mis dedos, mientras poco a poco me introducía uno de mis dedos, de forma que antojara a Sndeider todo lo que pudiera. Tenía una sensación de miedo y excitación por lo que pudiera pasar si alguien entrara en el salón, tanto que cada toque de mi macho me hacían poner la piel de gallina. Seguí introduciendo otro de mis dedos, lubricando mi pequeño orificio virgen, que solo podía pedir una verga que le robara su inocencia. Sentí cómo Sneider escupía en mi culo, para mi suerte, de forma certera. 

- Cada que no acerte, te lo tragas del piso, marica- dijo severamente. 

Sentía como seguía escupiendo en mi agujero mientras yo trataba de insertar mi tercer dedo, con un poco de dolor, pero sobre todo excitación. Habían pasado 15 minutos del recreo y yo había perdido la noción del tiempo, por lo que solo estaba preocupado en satisfacer a mi macho. Cuando de repente se abre la puerta de golpe y el profesor de sociales nos encuentra. 

- Pero qué sorpresa. De Oscar ya sospechaba que era un maricón, pero ¿tú Sneider? 

Ambos nos quedamos callados, mientras el profe se acercaba. De todo pasaba por mi cabeza, cuando de repente el profe le dice a Sneider. 

- Muy bien muchacho, es bueno que identificas a las perras de la esuela y las aproveches - dijo, chocando las 5 con Sneider mientras yo trataba de levantarme. 

En esto, ciento como soy jalado del pelo por una fuerza más brutal que la que Sneider usaba conmigo. 

- Quién te dijo que levantaras, maricón. - dijo mi profe mientras lentamente acercaba su mano, más grande que la de Sneider a mi culo. 

Esta situación le hacía bastante gracia a Sneider. Me encontraba indefenso ante dos cabrones que no harían más que disfrutar de su posición de privilegio. 

- Así profe, dele duro - dijo Sneider, alentándolo. 

- Hay que saber cómo tratar a estas mariconas para que nunca osen desobedecer. Tienes que ser duro, extricto y no permitir ningún tipo de desobencia, así podrás sacar el mayor provecho de ellos - decía mientras propinaba una fuerte nalgada en mi culo. 

Sus gordos dedos empezaban a rondar por mi ano, el cual solo podía apretar un poco, cuando el profe mete uno de sus dedos complemtamente. 

- Veo que te has estado dilatando, perrita, pero estás muy estrecho. ¿Aún es virgen? - preguntó a Sneider. 

Éste asintió levemente, por lo que  el profe se acercó a mi oído. 

- Pues no más de eso, maricón. Vas a saber lo que es estar ensartado por tus dos agujeros - dudurró mientras introducía su segundo dedo. 

La campana de entrada sonó y los estudiantes comenzaron a movilicarse a sus aulas. 

- Esto no se queda así. Esperanos a Sneider y a mi en los baños a la hora de la salida - dijo, mientrasme sotaba brucamente contra el piso. 

Me arreglé mi ropa mientras veía como el profe salía con una gran erección en su pantalón, después de decirle algo a Sneider. Mientras terminaba de arreglar mi camisa, se acercó tomandome del cuello. 

 - Al medio día te veo. Ni se te ocurra faltar - ordenó severamente. 

Las clases siguientes solo pensaba en lo que mi profe de sociales y Sneider me harían. No podía concentrarme y mi excitación no bajaba. Ser dominado por un alumno y mi profe, nunca se me había pasado por la mente, aunque no diré que me hacía agua a la boca poder vivirlo. 

Cuando sonó la campana me dirijí a los baños, donde solamente Sneider me esperaba. 

- ¿Y el profe? - pregunté. 

- Ya viene, perrita. Qué caliente debes estar de comernos los rabos. 

Solo podía asentir ante esta idea. El profe llegó, indicandonos desde la distancia que fueramos a los baños. Fuimos a una de las duchas, las cuales no serían usadas en las próximas horas ya que todos estarían en clase y no había entrenamientos ese día. El profe me miró y ordenó.

- De rodillas. 

Sneider miraba al profe con una sonrisa pícara de solo imaginar lo indefenso que ahora era. Sin embargo, el sueño de comer dos pollas al tiempo pronto se volvería realidad. 

Ambos se acercaron a mi lentamente. Podía ver sus erecciones a punto de romper su pantalón. Instintivamente puse mis manos en cada bulto y procedí a acariciarles con deseo. Luego el profe se acercó más poniendo su bulto en mi cara, a lo cual olí profundamente. Me ordenó sacar ambas vergas, lo cual procedí rápidamente. Bajé el cierre de Sneider y el del profe al unísono, tratando de meter mis manos para conoer al nuevo miembro que mi boca saborearía hoy. En comparación, la polla del profe no era significativamente más grande que la de Sneider, pero la textura sí que lo era. Su vello era más abundante y duro, la piel un poco más rasposa y seca, para lo que mi boca tendría que hacer un mayor esfuerzo para humedecerla. Metí el miembro de Sneider y las arcadas comenzaron instantáneamente con la ayuda del profe que susurraba en mi oído "Eso mariconcito, chupa, haz para lo que naciste" Y así lo hice. Mientras mi otra mano se ocupaba en masturbar al profe, bajando su capullo y dejando su glande con pre - cum libre, éste desabrochaba mi pantalón, dejando libre mi culo. Impecable, rosadito y pidiendo verga a gritos. 

- Qué lindo hoyo el que nos comeremos hoy - dijo. Al momento, su saliva comenzó a caer en mi agujerito, resbalándose por mi periné. De repente siento el gordo dedo de mi profesor empieza a explorar mi orificio. 

- Pero qué perra tan aseada y dispuesta. Creo que ya sabremos como podemos definir tu nota del curso - Decía mientras todo su dedo se encontraba en mi ano. 

En un momento sacó su teléfono y comenzó a tomar fotos de mi culito con su dedo adentro, diciendome que ésta sería mi garantía de silencio, ya que de lo contrario mostraría a todo el colegio cómo uno de sus estudiantes estrella le gustaba pasar el tiempo libre. De repente sentí como los tres dedos del profe se introducían en mis entrañas mientras impulsaba más profundamente la verga de Sneider. 

- Creo que ya es hora que te enseñe cómo debes tratar a tu perra de ahora en adelante - dijo a Sneider, quien poco a poco se acercaba a explorar mi culo también. De pronto siento cómo el profe le murmura algo en el oído mientras se para frente a mí. Su verga solo se encontraba a unos pocos centíemtros de mi cara y su imponencia era descomunal, a lo que solo pude responder con mi lengua afuera. El profe acerca mi cara a sus testículos, que empiezo a engullir poco a poco, sintiendo su vello púbico debajo de mi nariz. En este trabajo, la polla de Sneider comienza a jugar alrededor de mi culo. 

- Mira que ambrienta estás. Ya vas a ver cómo me pedirás tenerme dentro de ti todo el tiempo, maricona

Sin aviso y con la verga del profe ya en mi boca, sentí cómo mi pequeña flor era invadida por un pedazo de carne descomunal. Mis ojos se inundaron de lágrimas mientras tragaba más a fondo al profe. 

- Pero qué tierno te ves ¿No es esto lo que querías? - me decía el profe - Ya vas a ver cómo te va gustando. Yo te entrenaré al tiempo con Sneider, así que tranquilo. 

Podía sentir como el tronco de Sneider era engullido por mi ano, estrecho y virginal. 

- No te desconcentres, puta. Sigue mamando - me decía el profe. 

Seguí mi tarea, de forma que olvidara el dolor que sentía y poniendo por encima mi excitación. A pesar del dolor, el cual duró poco, podía sentir como mi esfinter se abría y acomodaba al nuevo invitado que nosvisitaría más recurrentemente. Su polla lograba su londitud total dentro de mis entrañas y sentía como mi próstata era tocada y estimulada lentamente, al principio, para lograr un ritmo más uniforme. Después de 5 minutos todo dolor se había ido y las embestidas de Sneider eran más violentas, lo cual resultaba increíble con la mamada que le pegaba al profe. Con muy pocas interrupciones, la polla del profe estaba recibiendo una mamada ejemplar, resultado de todo el entrenamiento que había tenido con Sneider. Cada que podía, pegaba cachetadas en mi cara sudada y restregaba todo su miembro para que no olvidara que de ahora en adelante tendría que complacer a dos machos. 

- Me alegra que te guste, ya verás cómo te patiré el culo esta tarde que vengas a mi casa ¿Oíste? Tú y yo, sin ningún tipo de ayuda a quien acudir. Sabrás lo que es que te peten el culo. 

- Sí profe, hágame suyo, úsame y abúsame - dije entre jadeos cada vez más excitados. 

- ¿Lo ves Sneider? Esta perra se muere por verga, así que no desperdicies ningún momento para disfrutarla. 

Sneider seguía sus embestidas fuertemente. Su respiración se hacía más intensa y sentía que me iba a reventar. Chorros de leche empezaron a inundar mis entrañas, sentía como el nectar de macho llegaba a mi flora intestinal, que una vez sin el miembro de Sneider adentro, rebozó por mi culo. Al tiempo, el profe se venía en mi cara, dejando caer algunas gotas de semen que creía perdidas. 

- Traga del piso - ordenó Sneider. Con la calentura del momento, solo pude obedecer con afán. 

En ese momento que mi lengua saboreando el semen de mis machos tirado en el suelo, siento como un líquido caliente baja por mi cabeza. Ambos cabrones me estaban meando. Podía ver cómo ambos sonreían de ver cómo me humillaba antes estos dos machos. 

Al final, mi profe se acercó a mi, diciendome al oído que nos encontraríamos en un lugar cerca al puente de mi casa, a lo que no pude decir mucho. El profe y Sneider salieron mientras yo terminaba de expulsar mi corrida en las duchas, redordando cómo había gozado con todo esto. 

Continuará...