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relatos escritos por ElEscribidor

Mi cuñada Raquel 7: Trío con su mejor amiga de ElEscribidor

de 25 de Mayo de 2004 en Trios

Me lo hice con mi cuñada y su mejor amiga. "Me puse detrás de ella y mientras mi cuñada se vestía en el lavabo yo me dediqué a penetrar aquel hermoso culito".

El Jardín Prohibido de Carla (2) de ElEscribidor

de 19 de Mayo de 2004 en Autosatisfacción

Carla estaba segura que el vecinito espía ya estaría babeando por ella, maniobrando con desesperación su inexperta polla, y esa imagen la calentaba aún más.

Mi cuñada Raquel 6: otra vez humillada de ElEscribidor

de 18 de Mayo de 2004 en No Consentido

Siguen los relatos de mi cuñadita."Me puso contra el capó del coche, de espaldas a él, y empezó a lamerme con deleite el coño y el culo".

Elena en la playa de ElEscribidor

de 17 de Mayo de 2004 en Hetero: Infidelidad

Primera infidelidad. Entonces Gonzalo se echó encima de ella y empezó a besarla en la boca, con desesperación, haciendo que Elena sintiera el sabor salado de su propio cuerpo y de su sexo.

Mi cuñada Raquel 5: Ultrajada de ElEscribidor

de 15 de Mayo de 2004 en No Consentido

Ni siquiera esperó a que me desvistiera, me obligó a agacharme hasta ponerme de rodillas, con la cara frente a su verga, y entonces me abrió la camisa a la fuerza y empezó a magrearme las tetas al tiempo que me pedía a gritos que le chupara la polla.

La confesión de mi mujer (mi cuñada Raquel 4) de ElEscribidor

de 11 de Mayo de 2004 en Sexo con maduros

Mi mujer se hincaba de rodillas entre las piernas de su viejo profesor en una especie de rito religioso de adoración y se entregaba devota a una comunión en el que ese improvisado dios le dejaba lamer y chupar su sagrado miembro.

Más experiencias sexuales de mi cuñada de ElEscribidor

de 5 de Mayo de 2004 en Hetero: Infidelidad

Aurora se dejó hacer en su inmaculada vagina mientras con una de sus manos se pellizcaba los erguidos pezones y con la otra devolvía a su profesor las atenciones que con ella estaba teniendo, uniendo su mano a la de su hermana Raquel para culminar, juntas, un memorable trabajo en el aparato del agradecido tutor.

Mi cuñada Raquel de ElEscribidor

de 3 de Mayo de 2004 en Hetero: Infidelidad

Ardientes encuentros con mi cuñada. "...enjuagó con sus labios pintados los líquidos depositados en la punta y se la metió en la boca para culminar una mamada sensacional".

Todo gracias a mi madre de ElEscribidor

de 1 de Mayo de 2004 en Sexo Oral

Confieso que pareció muy atractiva y bien conservada para sus 45 años pero un sentimiento de culpa por invadir su intimidad me empujaba a cerrar la puerta de mi habitación y dejar de espiarlos.

Natalia de ElEscribidor

de 27 de Abril de 2004 en Jovencit@s

Sexo con una jovencita, hija de su amante. "Pasaba una y otra vez la punta mojada de su polla por el culo de Natalia, haciendo que la cabeza del pene, a punto de estallar, fuera briendo un poco más el anhelado agujero.

La oportuna llamada de mi cuñada Raquel de ElEscribidor

de 26 de Abril de 2004 en Hetero: Infidelidad

Sexo por teléfono con su cuñada."Cierra los ojos y piensa que yo estoy sentada a tu lado. No tengo braguitas. Me echo un poco de saliva en la mano derecha y empiezo a meneártela con suavidad".

Un servicio de grúa muy especial de ElEscribidor

de 24 de Abril de 2004 en Fantasías Eróticas

Me senté en un extremo del asiento trasero y levanté un poco más del abrigo para descubrir unas largas piernas y unas nalgas perfectas que sobresalían de unas diminutas bragas blancas. Era una mujer de las que sólo se ven en las revistas o en el cine, una auténtica modelo.

Una lección de hípica con Verónica de ElEscribidor

de 22 de Abril de 2004 en Fantasías Eróticas

Estaba preciosa con su gorrito gris de hípica bajo el que desbordaba una enredada cabellera casi pelirroja. Imponente en sus altas botas de montar y con los pantalones de hípica ajustados que moldeaban a la perfección los contornos de sus piernas y de su pequeño y bien formado trasero que parecía ofrecérseme como un melocotón maduro.

El Jardín Prohibido de Carla de ElEscribidor

de 21 de Abril de 2004 en Fantasías Eróticas

Carla, en la soledad del jardín, empujaba su espalda inconscientemente contra la hamaca, aferrándose con ambas manos a los brazos del asiento, y con las piernas abiertas y los pies descalzos firmemente apoyados sobre el cálido y húmedo césped. Inmovilizada en el sueño sobre una cama, a merced de un hombre que empezaba a poseerla sin que ella pudiera oponer ninguna resistencia.