Dos chicas uniformadas, con su gorra, su pistola, su porra, sus esposas y un hombre indefenso haciendo realidad su sueño.
La Srta. Martinez acude a una entrevista con el Sr. Canales que le deparará muy gratas y placenteras sorpresas.
CAPITULO 3: SUEÑO Y REENCUENTRO. Por fin el esperado encuentro se produce.
DESVIRGADA POR OTRO. Sira sigue deseando perder su virginidad con Manuel, pero este tiene otro planes para ella y le presenta a Ernesto, convirtiendo esa primera vez en un trío.
me arrodillé frente a él y le bajé la cremallera del pantalón, sacando el erecto pene. Lo lamí sin más preámbulos.
Así que me levanté de la cama y me acerqué a ella colocándome a su espalda. Acaricié sus nalgas suaves y me arrodillé frente a ellas
Me hizo dar medía vuelta, llevó mis manos hasta la pared para que me apoyara. Oí como se baja la cremallera del pantalón y sentí como acercaba su polla a mi húmedo sexo.
Ambos hombres movían los látigos con violencia dentro y fuera de mí, haciendo que me doliera el sexo y el culo, además de los brazos que pendían de las cadenas.
Realmente nunca antes había sentido una boca como aquella sobre mi sexo, una lengua que se adentraba en mí hasta lo más profundo, que mordía y lamía mí clítoris como no lo había hecho nadie.
Sentirme ensartada, penetrada por aquella vara caliente, hacía que mi sexo se humedeciera cada vez más, que mis músculos se tensaran y que todo mi cuerpo se llenara de sensaciones agradables. Mi vello se erizaba y una serie de agradables gemidos escapaban de mi garganta.
(Rodrigo me arrancó las bragas de un tirón y acercó su verga hasta mi agujero y de un solo empujón me penetró, sentí un dolor agudo entre mis piernas, pero el dolor del corazón aún fue mayor.)
Me tendió la mano y se la cogí, luego me hizo sentar sobre sus piernas y acarició mis muslos y mis nalgas con delicadeza, mientras con la misma delicadeza lamía mis pezones.
Mientras el Sr. López se colocaba detrás de mí. Sentí su verga erecta rozando mis nalgas y enseguida, Rodrigo las abrió para que nuestro invitado a aquel festín.
De repente siento como frota su sexo erecto contra el mío, lo guía hasta mi agujero vaginal y muy despacio me penetra. Me incorporo y lo abrazo con mis piernas y mis brazos, mientras siento como pega su cuerpo al mío
Saber que alguien nos observaba, nos empujaba a demostrarle hasta que punto llegaba nuestro deseo, a desafiarle a que se excitara con nosotros.
Cuando Rodrigo creyó que ya estaba preparada, se situó sobre mí, separó mis nalgas y guió su erecta verga hasta mi ano.
Cerré los ojos y dejé que sus manos recorrieran mi cuerpo, que se detuvieron en mis caderas. Suavemente me fue subiendo la falda del vestido.
- No, Nico, por favor, me va a doler Protesté algo asustada, pero excitada a la vez, tratando de imaginar las cosas que serías capaz de hacer conmigo y con mi cuerpo.
Yo creo que la página sigue teniendo futuro, y lo demuestran autores nuevos que últimamente he leído y me han gustado, gente como Caronte, Pedro Allende, YO SOY YO, Darling boy, xxx, Ecsagardez, gente por la que vale la pena apostar fuerte.
Ví una de sus manos deslizándose por mi vientre, la metió por entre mis braguitas y la llevó hasta mi sexo. Entreabrí las piernas para que pudiera acceder más fácilmente. La imagen que veía en el espejo me excitó aún más.
Mi sexo se pega al suyo teniendo como única barrera la ropa que enseguida empezamos a desabrochar. Ella acerca su boca a mi oído y me susurra: - Hoy no me he puesto braguitas.
Bruno tenía su mano sobre mi cabeza y me apretaba fuertemente contra su sexo para que siguiera con el trabajo, yo trataba de no hacer ruido.
Dirigí una de mis manos hacía mi sexo, mientras con la otra seguía acariciando mis senos. Y empecé a hurgar en mi sexo, acariciando primero mi clítoris con suavidad y dirigiendo luego mis dedos hacía mis labios vaginales para humedecerlos con mis jugos.
Me apoyé sobre el lavamanos que estaba detrás de mí y dejé que sus labios besaran mi cuello y poco a poco descendieran por mi escote, a la vez que sus manos acariciaban mis senos por encima del sujetador de encaje que llevaba.
Sentí su lengua lamiendo mi clítoris con mucha suavidad y descendiendo luego hasta mi vulva.