Una historia de amor, deseo y pasión.
Acercó sus manos al corchete del sujetador y lo aflojó, volvió a girarse de cara a mí, sujetando el sostén con las manos.
Sentí la mano de Mateo acariciando mi rodilla y subiendo por mi muslo despacio. Miré hacía Carlos y ví como nos miraba por el espejo retrovisor.
Su sexo estaba ya erecto, altivo entre sus piernas. Lo así con una mano y cerré mi boca sobre él. Empecé a lamerlo e inmediatamente Oscar comenzó a gemir.
En el antiguo Egipto, el amor físico era algo natural, no había ningún tipo de prejuicios ni sentimiento de culpa. La desnudez era algo normal, hasta el punto de que la mayoría de mujeres iba ligera de ropa o con tejidos semitransparentes que dejaban poco margen a la imaginación.
Las manos de Kacena se deslizaron hasta la coraza de él y se la desabrochó sin dejar de mirarlo a los ojos. Fue quitándole todas las prendas de una en una, hasta que estuvo desnudo.
Le quito la camisa y él acerca su boca a mi cuello, me muerde, me besa y yo me estremezco, sigue chupando mi cuello.
y por enésima vez me partirá el alma, me romperá el corazón, hará que le odie y que grite al viento: ¡Maldito cabrón!.
¡Zas! El siguiente cayó sobre mis tiernas nalgas, haciéndome templar los músculos y cerrar los ojos al sentir el dolor. Pero en lugar de desagradarnos aquel dolor nos excitaba, sentí como mi sexo se humedecía y miré a Sonia, que me miró sonriéndome pícaramente.
Su piel era suave, y su cuello olía a aire fresco, aspiré su aroma, cerré los ojos y me dejé llevar por las sensaciones...
Empezó a lamer desde mi dedo gordo, pasando la húmeda lengua por mi empeine, mi pantorrilla, la rodilla, el muslo, hasta llegar a mis braguitas.
Te bajo el slip, me arrodillo frente a tu sexo. Te miro traviesa a los ojos. Acerco mi boca a tu sexo. Lo beso. Abro la boca.
Me estremecí, sintiendo su boca caliente chupando mi verga. Sus labios empezaron a succionar y lamer.
Noté que el sujetador del bikini se aflojaba, mientras mis manos descendían hasta su culo, que apreté con vehemencia.
Tras entrar, de nuevo nuestras manos recorren nuestros cuerpos. Me vuelve loco esta mujer, y la velocidad también....
Segunda parte del relato sobre vampiros: "Un simple mortal". En este descubriremos como Gina se convirtió en vampiro y hasta donde llega la estrecha relación entre ella y Mathew.
Me cogió por la cintura, me elevó frente a él, aupándome, y me dejó caer sobre su pene erecto,altivo, llenandome por completo.
Empezaron a besarse, abrazándose, recorriendo sus cuerpos con las manos por encima de la ropa.
Atrapaste tu pezón derecho entre tus labios, lo mordiste y lamiste, haciendome gritar de deseo.
A veces me resulta tan difícil y triste amarte así, otras me da valor para seguir y con sólo un minuto hablando contigo me siento feliz.
Traté de apartarme de él, perono podía, algo me lo impedía. Así que quedé allí, de pie,mirando el horizonte,sintiendo el calor de su cuerpo pegado al mio...
Su mano tocó mi sexo y me estremecí sin remedio.Lo había deseado durante tanto tiempo, y por fin sucedía.
Sentí tu sexo entre nuestros cuerpos, erecto. Deslicé mi mano hasta la cremallera del pantalón, mientras las tuyas acariciaban mis nalgas...
Siento tu sexo chocar con el mio, pues el beso te ha puesto a cien. Instintivamente froto mi sexo contra el tuyo...
Una vez atado, me deslicé hacía abajo, pasando mi culo por encima de su sexo, y situándome entre sus piernas, cogí la daga y le rasgué el blanco slip que llevaba...