miprimita.com

Un día cualquiera

en Hetero: General

UN DIA CUALQUIERA.

Pi, pi, pi... el despertador suena, es la hora de levantarse. Lo apago y a la vez siento como Candela se gira hacía mí, apoya su cabeza en mi hombro y me susurra:

Buenos días. – Mientras su mano se cuela por el agujero de la bragueta del pantalón del pijama y empieza a acariciar mi sexo.

Candela, que ahora no tengo tiempo de eso. – Protesto.

¿Cómo que no? ¡Venga, uno rapidito! – Dice subiéndose sobre mí.

Es por esas cosas que me casé con ella, siempre es capaz de sorprenderme.

Pega su cuerpo semidesnudo al mío y su sexo descubierto roza el mío que poco a poco va despertando. No tengo más opción que ceder, a fin de cuentas, me excita tenerla sobre mí con la camisa de dormir por la cintura y su sexo bailando sobre el mío.

La beso, me besa, y mis manos se pierden sobre las curvas de su cintura, hasta llegar a sus nalgas. Las aprieto con fuerza mientras nuestras lenguas pelean dentro de nuestras bocas. Cuando el beso finaliza, Candela se pierde debajo de las sábanas, llega hasta mi cintura y me baja el pantalón del pijama. Mi sexo salta como si tuviera un resorte, pero ella lo atrapa con la boca y empieza a lamerlo. Siento su boca húmeda y caliente alrededor de mi verga y empiezo a sentir el placer que esas caricias bucales me proporcionan. Candela es una experta haciendo eso. Puesto que no tenemos mucho tiempo, vuelve a la posición inicial poniéndose sobre mí, guía mi erecto pene hacía su húmeda vulva y se la introduce con suma facilidad. Suspiro al sentir las calientes paredes de su vagina alrededor de mi verga, ella también suspira y empieza a cabalgarme, primero despacio y después aumentando el ritmo poco a poco. Gimo, gime, nuestros cuerpos se acoplan, se sienten. Ella se mueve sobre mí, cada vez más velozmente, me voy a correr de un momento a otro, siento como mi verga se hincha anunciando el final, también ella está a punto de llegar. Grita cada vez más fuerte y a la par que su cuerpo se convulsiona siento como las paredes de su vagina estrujan mi pene, que explota por fin, llenando su interior con mi leche. Ambos dejamos de estremecernos y Candela se aparta a un lado diciendo:

Ya puedes irte. – Y me sonríe con picardía, sin duda este no será el único polvo de hoy entre nosotros, lo intuyo por la cara que pone.

Me ducho rápidamente y me visto con la misma celeridad, mientras ella sigue en la cama desperezándose.

Llego a la oficina con el tiempo justo, seguro que la reunión ya ha empezado. Me dirijo a mi mesa y cojo los papeles del proyecto. Y corriendo me dirijo a la sala de reuniones. Gracias a Dios aún no ha empezado. Me siento junto a Pablo y sonriendo me dice:

¿Qué, tu mujer te ha atado a la cama?

Pablo y yo somos amigos desde que empezamos a trabajar en la empresa, bueno, en realidad somos algo más que amigos, salimos juntos, vamos juntos de vacaciones, y Candela y Paloma, su mujer, son muy buenas amigas.

Casi, casi. – Le respondo – Pensé que no llegaba a tiempo a la reunión.

Pues has llegado justo a tiempo.

La reunión transcurre con tranquilidad, aunque aburrida, como siempre.

Una hora más tarde, por fin ha terminado la reunión, así que Pablo y yo salimos de la sala y entonces la veo, sentada en su mesa, como cada mañana. Con su precioso pelo rubio recogido en un moño y sus azules ojos fijos en la pantalla del ordenador. Pasamos justo por al lado de su mesa y me mira sonriendo. Es preciosa, la criatura más hermosa que jamás haya visto. Trató de disimular que me he fijado en la sugerente blusa que lleva medio desabrochada, dejando entrever el canalillo de sus sugerentes senos. Esa es la señal secreta que ambos tenemos para que yo sepa que hoy tiene ganas de guerra.

Me siento en mi mesa y abro el messenger, ella está conectada así que le envío un mensaje: "Buenos días, preciosa ¿cómo va? ¿Tienes ganas hoy?.

Ella me contesta inmediatamente: "Ya sabes que yo siempre tengo ganas, así que hoy no iba a ser una excepción". "Esta bien, ya sabes donde tienes que esperarme, iré dentro de cinco minutos." Le respondo. Cierro el messenger y la observo, me mira con cara de picardía y deseo, sonríe felizmente. Se levanta de su mesa y mientras se acerca y pasa junto a la mía, observo sus preciosas piernas, largas y turgentes, enfundadas en unas suaves y finas medias. La veo desaparecer por la puerta que da al pasillo y espero unos minutos, tras los cuales me levanto de mi mesa y me dirijo a la puerta por la que ha desaparecido ella. Recorro el desierto pasillo hasta la tercera puerta de la izquierda. Leo el letrero por enésima vez: "Privado", tan privado que sólo entramos ella y yo cuando nos apetece echar un polvo. Doy un par de golpes con los nudillos y su dulce voz me dice: "Entra". Y lo hago.

Tardo unos segundos en acostumbrarme a la oscuridad y poder distinguir donde esta ella. De pie junto a las escobas, me mira con sus azules ojos. Nos fundimos en un tierno abrazo y mis manos recorren su cuerpo de arriba abajo y de abajo arriba. Mi sexo se pega al suyo teniendo como única barrera la ropa que enseguida empezamos a desabrochar. Ella acerca su boca a mi oído y me susurra:

Hoy no me he puesto braguitas.

Sabe que eso me vuelve loco, por eso lo hace; me conoce tan bien. Con mis manos le subo la falda hasta la cintura, acaricio sus nalgas desnudas y las amaso, luego llevo mis dedos hasta su sexo. La arrastro hasta la pared que tenemos detrás y empiezo a besarla apasionadamente. Subo con mis manos hasta sus senos y los manoseo, le desabrocho la blusa y los observo. Son tan hermosos, blancos como la leche, pequeños y erectos, suaves, y con un pezón pequeño que los corona, me encanta perderme en ellos, chuparlos y lamerlos recordando viejos tiempos de infancia ya pasados. Ella gime cuando le muerdo uno y luego el otro, suspira y acaricia mi espalda con sus manos, pegando su pelvis a la mía. Me desea, lo sé, desea tenerme dentro de ella, lo sé porque ronronea, siempre ronronea cuando me desea. Así que me agacho, la cojo por debajo de las rodillas abriéndole las piernas y la aúpo, ella me abraza por el cuello. Guió mi verga hacía su abierto agujero y ella la guía hacía su interior. Y empezamos el baile del deseo, la batalla de su cuerpo contra el mío por alcanzar el placer supremo. Nuestros cuerpos se acompasan, siento su sexo caliente alrededor del mío, siento su acogedora humedad en mí y sus ojos se cruzan con los míos. Es tan hermosa que podría perderme en sus ojos azules que ahora brillan anunciando la pasión que arde en su interior. Empieza a gemir, al igual que yo. Gemimos ambos, tratando de no hacerlo muy fuerte, para que nadie nos oiga. Acerco mis labios a los suyos y un beso explota entre ambos, empujo contra ella, una vez, otra, y otra, cada vez más fuerte, deseo poseerla para siempre, que sea para siempre mía. Su cara demuestra la satisfacción, el placer que va creciendo entre sus piernas, me araña la espalda y sigue gimiendo.

Vamos campeón – Me anima y empiezo a sentir como mi sexo se hincha y como el caliente líquido seminal empieza a salir.

Uno, dos, tres chorros inundan la vagina femenina justo en el mismo instante, que ella se convulsiona, grita y me abraza con fuerza sintiendo el placer supremo dentro de su sexo.

Cuando deja de estremecerse, la suelto, dejo que pose sus pies sobre el suelo. Nos besamos de nuevo y al separarnos le susurró al oído:

Me vas a dejar seco, Candela.

Ya sabes que si queremos tener un niño hay que aprovechar cualquier momento. – Añade ella mirándome con picardía. – Sobre todo los días fértiles.

Sin duda esta mujer me tiene en el bote, y volvería a casarme con ella sin dudarlo.

Erotikakarenc.

Esta obra está bajo una licencia Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 2.5 Spain de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/es/ o envie una carta a Creative Commons, 559 Nathan Abbott Way, Stanford, California 94305, USA.

Mas de Erotika

Atada (capitulo 8 sonia)

ATADA VII El club

Atada vi (un oscuro deseo)

CAPITULO 6 Un oscuro deseo

Atada v

Atada iv

Atada III

Atada ii

Atada

Dos hombres distintos

La venganza IV (cómemela como tu sabes)

LA VENGANZA 3 (Fóllame el culo)

La Venganza 2 (En mi boca)

La venganza (entre mis piernas)

Atada 2

El diablo vestido de mujer 2

Cediendo a sus deseos

La fantasía de mi novio

Bajo la mesa

El diablo viste de mujer

Atada

Memorias de una sumisa (3)

Memorias de una sumisa (2)

Memorias de una sumisa

A 500 km de ti, contigo

Traición

Amantes (5)

Cristales rotos

En sus ojos

Unidos

Imágenes (2: La venganza)

Imágenes (1: el castigo)

La cliente

Historia del acto sexual (4: el sexo)

Historia del acto sexual (3: las caricias)

Historia del acto sexual (2: el beso)

Historia del acto sexual (1: la mirada)

Con ese traje

Destino

El dulce nombre de Marcela

Desnudo

Amantes (4: Yana, tú y yo)

El triángulo (3: Pablo)

El triángulo (2: el novio de mi hija)

El triángulo (1: aquella mujer)

En manos del enemigo

Amantes (3)

Entre dos hombres (3 y último)

Entre dos hombres (2)

Buscando la pasión

Inspección ocular

Entrevista de trabajo

Le encantaba mirarme (3 y último)

Le encantaba mirarme (2)

Le encantaba mirarme (1: una mamada sensacional)

Mujer con zapatos de tacón

Secretaria y amante (10 y último: libre)

Secretaria y amante (9: fóllale el culo )

Secretaria y amante (8: hagamos un 69)

Secretaria y amante (7: Desnúdate)

Secretaria y amante (6: te voy a follar como...)

Secretaria y amante (5: Quiero que seas mía)

Secretaria y amante (4)

Secretaria y amante (3)

Amantes (2)

Secretaria y amante (2)

Secretaria y amante

Sumisamente tuya

Los nuevos valores de TR

Amantes

Comprometidos (3: Perverso)

Comprometidos (2: el reencuentro)

Comprometidos

Intercambio

El amante compartido

La jovencita descarada

Despedida de soltera

A ti

Por el amor de mi hijo.

El reclinatorio

El vouyer

Examen oral

Hoy serás mi esclavo

Algo más

Solamente una vez

Hermanos

Sorpresas te da la vida

La paciente lasciva

Contra el plagio

Carolina, 16 años de vicio y el descaro...

Gracias a todos

Cazador Cazado

El primer día (5: Nuevos horizontes)

Entrevista con Ds1

El primer día (4: La sombra de una duda)

Juego de seducción

Mi perverso favorito

El primer día (3: Amandonos)

El primer día (2: Sintiéndonos)

El primer día (1: Conociendonos)

Algo diferente

Cediendo a sus deseos

Muerte

El sexo a través de la historia

Los juego de Aecio y Kacena

Contaré las horas

¡Maldito cabrón!

Dolor y placer

Calor

Magnetismo

Nuestra Travesura

Diosa

Al sol del verano

A 300 por hora, detrás de tí

Mathew

Un simple mortal

Amor a dos bandas

Vale la pena amarte

Sólo tú

El más dulce tabú

Amores que matan

Poesía Virtual

Nuestra Pequeña Isla

Cuando Sociedad encontró a Erótika

Angel

Una larga noche

Siete besos

Maldito oceano atlantico.

Infiel

Trio virtual

El nuevo instrumento de Data

El pirata y la princesa

Labios de fresa

¡Vaya con la nena!

La srta. Bibiana

Rafa, Mario y Sara

La tarde aburrida de Wilma

Mousse de chocolate

Una chica para Rafa

Imaginandote a solas

Desierto de amor

Mi fantasía erótica

La mesa de billar

El helado (2: Irene pierde su virginidad)

El helado

Las apariencias engañan: La boda

Comprometidos

El desconocido

El novio de mi amiga

Una noche loca

Abuelo

La fiesta

Al calor del amor en un bar

El técnico de la nevera

El amigo de mi padre

El secuestro

Vacaciones en Cuba

Pasión en la cocina

Una nueva experiencia con Maripaz

La pasión nos venció

Mi primera experiencia lésbica

Vaya noche

El cliente de Francisco

El presidente y la secretaria

La encerrona

El modelo

La Fantasía de mi novio

El hombre de mi vida (5 - Final)

Mi ginecólogo

Buscando un semental

El hombre de mi vida (4)

El hombre de mi vida (2)

El hombre de mi vida (3)

El hombre de mi vida