Agarró entonces las pinzas y comenzó a retorcerlas. Patricia respondió con un gemido y se masturbó con más fuerza, demostrando que cuanto mayor era el dolor más se elevaba el placer que le provocaba. Ariadna, subiendo la apuesta, combinó los estrujamientos con palmadas sobre las pinzas que...
Patricia se retorcía entre las ondas de placer que partían desde las terminaciones nerviosas de pezones y coño sin dejar de estimularse el clítoris. Ariadna le apartó entonces la mano con que se pajeaba y sujetó la pinza que oprimía el pequeño botón de carne. Jugueteó con él, apretando y soltando...
Abrió los muslos y se acercó aún más a mí, colocando sus piernas a los lados de las mías. Mi mano machacaba sin descanso mi polla, ahora situada justo debajo de su coño. Podía ver sus labios mojados y abiertos a unos centímetros de mi capullo empapado de semen...
Una mujer aguarda (des)vestida con lencería sexy, un hombre enfundado en látex, una inesperada presencia...
Quizás era una de esas bragas modernas sin costuras; una ligera y cómoda prenda sin florituras, de tela casi transparente adherida al cuerpo como una segunda piel, permitiendo intuir la araña de vello púbico que, como una rizada y obscena señal, atraería la vista hacia el jugoso coño oculto entre los muslos
Un estudiante es invitado a una orgía organizada por una secta satánica. Sus apetitos más húmedos se verán al fin satisfechos en el desenfreno sexual desencadenado a mayor gloria del Diablo. Pero, cuidado con lo que deseas, porque puede hacerse realidad...
En la oscuridad del confesionario una adolescente debe contar sus pecados a un libidinoso sacerdote, sin ahorrarle detalles. Después, el cura la someterá a un particular castigo.
Cuidado con las despedidas de soltera, pueden tener un final indeseado.
En una sala de interrogatorios un violador es torturado por dos mujeres policías, en busca de la confesión de sus múltiples agresiones.
Su espalda se tensó, clavó las rodillas contra el colchón y sus manos sujetaron mis caderas. Bombeó con fuerza desesperada su eyaculación en mi interior...
...estiró la pierna y alcanzó con los dedos mi entrepierna. Con habilidad me acarició el pene, logrando hacerme culminar la erección que había iniciado su pequeño strip-tease...
Un gamberro es sorprendido de noche por una guardia de seguridad de un instituto. Ésta le aplicará un método correctivo muy especial para reconducir su conducta, incluyendo el uso de su porra (de las dos).
Deslicé mis dedos entre sus nalgas y seguí con las yemas el escaso cordón que se introducía en la raja. Lo aparté y acaricié el anillo de carne de su ano. Respondió a mis caricias dilatándose y abriéndose para mí. Introduje el dedo y lo estimulé...
Desabrochó mi bragueta, introdujo su mano en mis bóxer y agarró la polla, jugueteando con mis testículos entre sus dedos...
No me extrañó que Alicia me llamara aquella tarde siempre habíamos sido buenos amigos-, pero sí que metiera su mano en mi bragueta y agarrara mi polla...
Incesto, sodomía, sadismo... Las jornadas en el Infierno transcurren placenteramente, mientras Lucifer trama sus planes entre orgía y orgía.
La hija del Diablo pena sus faltas en lo más profundo del Infierno, torturada por sádicos demonios, hasta que es llamada a comparecer ante su padre.
En las entrañas del infierno Lucifer castiga a los pecadores; una labor de la que el Diablo y sus acólitos disfrutan sin complejos, pues ¿los gritos de dolor de los condenados no resuenan como música celestial?
...llegándome a rozar el coño con el borde de la madera. El pánico que sentí ante la idea de que dirigiera contra mi sexo su furia no disipó más bien al contrario- la ebullición que rugía en el interior de mi vagina.
En plena noche un intruso penetra en un silencioso apartamento. Dentro una mujer duerme ajena a la amenaza...
Un cine puede ser el escenario de nuestros más húmedos sueños o de nuestras peores pesadillas.
Andar por ahí abriéndose la gabardina para enseñar el pajarito es una fea costumbre que puede tener curiosas consecuencias.
Una joven es atacada en medio del bosque por una monstruosa criatura... de monstruosos atributos.
Un buen exorcista ha de utilizar todos sus atributos para acabar con la posesión de una joven e inocente víctima.
¿Quién ha dicho que sean incompatibles sexo y trabajo? La hora de descanso puede servir para algo más que para tomar el almuerzo.