Me encanta coger mi barca e irme a navegar mar adentro. Cuando estoy lejos de la costa me pongo a pescar en el silencio, solo roto por los sonidos del mar. Mi barca mide cuatro metros, es de madera con motor fueraborda (de las antiguas, huele a mar). Siempre he ido a pescar solo, hasta ahora.
Mi mujer me convenció para hacer un viaje con otra pareja, su amiga del trabajo y el marido de ésta. El sufría de impotencia; fue un viaje increíble.
Mi nueva compañera de trabajo solo quiere agradarme y hacer bien su trabajo.
Que mi compañero de celda me cediera a su esposa fue algo que no esperaba. Aceptarla como pago por protegerlo, no lo pedí; pero tampoco me negué. No me siento orgulloso de haberla tomado, pero como a él le encantó, tampoco me arrepiento; "y cuanto placer sentí".
Ulia me trae el correo desde hace años, la he visto cambiar de peinado de forma de vestir y hasta de carácter. Nunca he intentado hacer nada con ella, porque no creía que lo pudiera conseguir; pero el otro día cuando comenzó aquel temporal que estuvo lloviendo dos días intensamente.
Pasé a su despacho y la señorita que me atendió cerró la puerta tras de mí desde afuera. Dentro del amplio despacho Rosa estaba sentada en una gran mesa de escritorio de madera, llevaba puesta una falda plisada de vuelo y una blusa muy elegante. ((Reposición por peticiones por correo))
Es la historia de un hombre que descubre que su vecina fantasea con la sumisión, este descubrimiento lo llevara a hacerse dominante para poseerla; ¡la dominara con el deseo ardiente del novato!, ¡intensamente y sin mesura!, el aprenderá practicando con ella. ((Reposición por peticiones por correo))
Puse el siguiente anuncio: (se necesita personal de servicio para casa en la costa andaluza, solo personas obedientes y trabajadoras, buen sueldo, neto tantos euros). Mi intención con lo de "obedientes" era no tropezar con gente respondona y grosera, pero encontré algo "distinto".
Capítulo final de la trilogía: ¿Me tiro a mi cuñada divorciada? y ¿Me tiro a mi cuñada divorciada? (cap.2) Espero que sea de vuestro agrado.
Montse es mi escritora favorita de relatos eróticos, escribe con el seudónimo de (*) (No la busquéis porque su correo está oculto a petición mía). Ella contestó a un correo electrónico que le mandé, y desde entonces somos amigos y "amantes virtuales".
La imagen fija que más se repetía en mi recuerdo era "la estampa" de su coño medio afeitado, con sus labios menores rosados y jugosos "asomando a la luz" y los pelos rizados, ¡desechados y tirados por el suelo!, y "pegándose a mis pies descalzos y mojados".
Pasé a su despacho y la señorita que me atendió cerró la puerta tras de mí desde afuera. Dentro del amplio despacho Rosa estaba sentada en una gran mesa de escritorio de madera, llevaba puesta una falda plisada de vuelo y una blusa muy elegante.
Mi mujer tiene una hermana que está divorciada, es su hermana mayor y "está buenísima", pero siempre ha sido una estúpida conmigo...
Es la historia de un hombre que descubre que su vecina fantasea con la sumisión, este descubrimiento lo llevara a hacerse dominante para poseerla; ¡la dominara con el deseo ardiente del novato!, ¡intensamente y sin mesura!, el aprenderá practicando con ella, cada vez con más dominio.
Mi mujer tiene una amiga desde la juventud, (es su mejor amiga), no está casada y tengo que decir que es más bella que mi mujer.
Me llamo Harry y quiero relatarles mi experiencia en la base internacional Antártica en el año 2050, hace dos años. (Un comienzo tranquilo y un final tormentoso)
Todas las mañanas cojo el autobús, en hora punta; para ir al trabajo. Una mañana cuando subía al bus observe que estaba abarrotado de gente, ¡no se podía uno ni mover!
Les voy a relatar lo más fielmente posible, el contenido del blog, que mi pareja Julia; una cordobesa de pelo negro y largo, piel clara y ojos azules como el zafiro, escribió hace dos años; antes de conocernos y que me ha entregado ahora. «Era su blog secreto».
Conozco a Miranda desde hace dos años, es la peluquera de mi mujer.
Este relato de ficción narra la iniciación a la sumisión de una mujer con deseos de ser la sumisa de un dominador experimentado. Las experiencias narradas incluirán castigos sin heridas, ataduras, azotes y órdenes. Todo con ello con «excitación y sexo intenso» de los protagonistas.
Un teléfono equivocado fue la causa de un placer inesperado.
Esta historia termina donde comenzó, en la casa rural donde se conocieron. En este capítulo darán rienda suelta al deseo, ¡intensamente! Los protagonistas se verán en la ciudad, pero yo me despido de ellos. Puede que los encuentre en el futuro, pero eso ya sería otra historia.
(Ed. Rev.) «Capítulo reeditado y mejorado ¡Versión extendida!» (Continuará con el capítulo final). «Después de que mi semen se deslizara dentro de la sandalia de Virginia seguimos camino a la casa rural, escuchando los sonidos que hacía al andar».
Después de que mi semen se deslizará dentro de la sandalia de Virginia Seguimos camino de la casa rural escuchando los sonidos que hacia su pie al andar con mi semen entre su pie y la plantilla de la sandalia, eran como mini coitos húmedos. Mientras tanto Ingrid era sodomizada en el restaurante...
El primer capítulo acabo cuando me corrí dentro de la boca de Sara y al sacar mi pene observe como ella tragaba. Cuando aún se deslizaba mi semen por su garganta yo le ordene que me explicara la decisión tan extraña que habían tomado tres mujeres adultas de hacerse sumisas de un desconocido.