Una vez vestida, aquel hombre me pagó el importe de las 20 revistas y salí de su casa con dirección al coche.
cliente que me había pedido la revista, decidió comprarla y le indiqué que pasara por caja. En cuanto estuve a solas con el primer cliente, le dije...
Nos esperaba impaciente. Nos saludamos con cierta familiaridad y una mujer emergió de la penumbra de la estancia. Pierre, nos la presentó...
Me mantuve en la fiesta bailando con quien me solicitaba.
La segunda parte de la terrible historia de Lorena; prisionera de unas mentes tortuosas cuyo goce supremo consiste en despertar de mil formas distintas el sufrimiento mas atroz que un alma pueda soportar. Lector, si en lugar de apiadarte de esta pobre muchacha, prefieres hacerla sufrir nuevos y más terribles padecimientos, solo tienes que escribir un mail y tu deseo se verá cumplido con creces.
Al no estar mi novia contenta con mi comportamiento sexual, le pide a su padre que me aleccione enseñandome a usar el culo.
Era de grandes dimensiones y disponía de todo tipo de aparatos. Me hizo entrar y me llevó hasta el potro. Entonces, me dijo...
En cuanto estuvimos a solas, me retiró la máscara y admiró mi belleza.
¿Serías capaz de perdonar mi mala forma de actuar?. Tú, puedes azotarme si lo deseas.
Mi mejor amigo decidio follarme como castigo por acostarme con su novia.
Hola me llamo Celina, tengo 25 años, soy morocha, delgada mido 1,65 m, hago gimnasia todos los días así que tengo un cuerpo bastante atractivo, buenas piernas, buena cola, pero lo que mas llama la atención, sobre todo de los hombres, son mis 120 cm. de lolas...
Una vez en el sótano, terminé de colocar todos los látigos en el armario y saqué brillo a las sillas y aparatos de tormento. Valeria, me asestaba cada dos por tres un latigazo en la espalda. Y a veces en las nalgas o los muslos.
Fui sodomizada y violada por él papá de mi novio del cual estoy muy enamorada...
Cuando me desperté el sol ya había salido y una tremenda luz se adueñaba de la habitación.
Las dos administradoras unieron los grilletes de mis muñecas a la espalda y me condujeron hasta el lado opuesto en donde aparecería Lea. Yo colaboré respirando agitadamente y manteniendo mi cuerpo ligeramente doblado.
Cuando me ví en el coche de Valeria, pude respirar...
Me sentía inmersa en una terrible ansiedad y no sabía que hacer. Me levanté y después de vestirme, salí a la calle para poder despejarme un poco.
Está bien. Lo hablaré con él y fijaremos unas fechas en las que yo esté de viaje. Ahora volvemos a casa. Tengo sorpresas para tí.
Una vez en el exterior respiré profundamente y me sentí libre. Me dirigí al coche y me trasladé a casa con la sana intención de no volver a visitar aquellos parajes.
Bajé la mirada y me dirigí de nuevo a la habitación. Cogí las cadenillas y entré con paso algo vacilante. Me aproximé a él y le entregué aquel diabólico juguete.
Historia de Ady. Es una historia encadenada de muchas situaciones, al identificarse la protagonista con el placer de vivir ese tipo de vida, a través del dolor. Lo catalogaré como SadoMaso, pero sería casi más acertado catalogarlo como de Masoquismo puro y duro. En cualquier caso es una fantasía que escribí hace unos 3 años, quizás un poco en función de mis diferentes estados emocionales. Contiene 20 capítulos, pero son de 6 a 7 páginas cada uno, por lo que será de fácil lectura. La historia comienza por la sumisión de Ady (yo misma) ante una mujer. Y prosigue en un mundo orgiástico y depravado, que la protagonista consigue hacer cómo suyo. Hay ciertas situaciones (no diré cuales) que están basadas en situaciones vividas por mí, pero ésto, es anecdótico y no deberá ser tenido en cuenta. Para los lectores de este tipo de relatos (ampliándolo a todos los demás) deseo que los disfruten. Al menos esa es mi idea y deseo, al publicarlo en Todorelatos.com. Un beso y un saludo. Sandra Raquel.
Fue ella, quien seleccionó el espino y lo fué depositando sobre mis brazos, que de vez en cuando, me los rozaba por los pechos a fín de que sintiera sus mordientes y lacerantes efectos.
En un momento determinado, me retiró con su mano y se puso en pie. A una indicación suya le imité y entonces me dijo...
De haber durado la inmersión 10 segundos más, me hubiera ahogado. Cuando mi cabeza salió a la superficie, comencé a soltar toses y aspirar aire entrecortadamente.