Tengo 23 años, soy morena, 1,67 de altura, cuerpo atlético, verdaderamente me gusta ser mujer, mis experiencias sexuales empezaron a los dieciséis años, en mi pueblo natal a uno 180 km. de Buenos Aires, en ese tiempo iba a la escuela secundaria, el grupo de amigas estabamos enamoradas del profesor de educación física. Su cuerpo (principalmente su paquete) hacia que nos masturbáramos por el.
Si bien el profe era recatado, sabíamos que años anteriores, había accedido al acoso de sus alumnas, en una tarde de noviembre , yendo al club , caminando con Carla , no nos extraño que parara un auto para llevarnos, pero si nos extraño que el conductor era él, el profe, que junto con un muchacho de nuestra edad, creo vieron presa fácil y a esa altura ambas sabíamos que así era.
Nos invitaron a una quinta y allí fuimos, fuimos al baño , al salir nos encontramos con ambos con el torso desnudo, automáticamente me abrace con el , me beso y me llevo a una habitación, me desnudo suavemente, me lambeteo , todo el cuerpo y la vagina, chupándome el clítoris, me abrió de piernas y despacio me penetro, cuando mi himen se desgarro, sentí que esto de ser mujer, era fabuloso.
El ardor se aparto dando lugar al goce , sus espermas entraron en mi vagina, naturalmente apretaba con mis piernas , para que no se escapara nada , sus besos y caricias nunca cesaron.
La sangre en las sabanas, le extrañaron sobremanera, pero como no fueron más que algunas gotas, no me extraño, que me diera vuelta, introduciendo sus dedos (que habían estado jugando en mi vagina) y un lubricante con espermaticida hicieron de mi culo, un nuevo convite al sexo.
Dilato mi culo , penetrando , haciendome doler y una vez más del sufrimiento al goce, cuando toda su verga, estaba dentro mío, sus dedos en mi vagina y clitoris, crearon un extasis total, que creo no podré olvidar y es a hoy que siempre trato de igualar, pero es imposible (hasta ahora).
Vi llegar a los chicos de reojo, cuando vi la verga del muchacho cerca de mi boca, empalada por el culo, me levante un poco con mis manos y no resistí de mamarlo, succionándole todos los restos de leche que había dejado en Carla.
Una vez que terminaron ambos, sentí un paz del goce, cansancio del esfuerzo y al quedar libre me duche, cuando llegue de vuelta, encontré a Carla en la posición que minutos antes, había estado, recién me di cuenta que éramos participes de una orgía, tome una filmadora que estaba sobre una cómoda y filme toda la escena.
Carla no era virgen, pero la mamada que le dio al profe, me enseño en pocos minutos, como se hacia, como hacer gozar al macho, como gozar con el falo al mismo tiempo de saborear una culeada de aquellas.
Nos recostamos todos en la ancha cama haciendo el 69 con ambos, seguimos hasta la noche, fue mi primera vez, para mi fue el principio de esta mi vida de puta, de gozosa del sexo real.
En relatos posteriores voy a contarles , como soy una profesional, de esas que muchos quisieran todos los días, para hacerles vivir.