A los diecisiete años, pensar en el sexo era normal, pero practicarlo era toda una historia, todas mis amigas decían de sus experiencias, las mías solo existían en mi mente, puesto que las películas pornográficas en verdad instructivas también me daban miedo, principalmente comparar nuestros cuerpos sujeto a semejantes miembros.
Fue una película de "putitas" la que me dejo más tranquila , produciendo creo un escenario a mi iniciación buscada mucho mejor, en este filme las protagonistas fueron adquiriendo experiencia hasta llegar a recibir los miembros enormes , con cuerpos similares al mío.
Soñaba varias veces con ese momento, después de dejar a mi novio, por estar decidida (no me gustaba) ese viernes mi primo Germán me llamo por teléfono, nuestros padres estaban en Buenos Aires y ambos solos , el charlar entre nosotros (cosa que hacíamos por horas) , se me ocurrió que era un buen momento con la excusa de mi soledad a pedirle que viniera para hacerme compañía, el tiene dos años más que yo, en verdad siempre me gusto, pero es mi primo , para colmo, mi familia siempre hablaban de que los primos son hermanos etc. etc.
Al llegar me impacto , creo porque mi preconciente ya sabía lo querido ,comparándolo con el tarado que había dejado, más bronca me daba que era mi primo, ! Que fuerte! , nos sentamos en el living a ver películas del cable, algo sentía en mi cuerpo aparte del cosquilleo de ese cuerpo a mi lado, al ir al baño, flujos vaginales y mis dedos llevaban mi mente a momentos deseados.
Algo en su mirada era distinto, puse música, no me di cuenta cuando estuvo a mi lado tomando mi cintura y nos pusimos a bailar, nuestros cuerpos se fueron fusionando, al mirarlo un beso de pasión surgió, fui yo la que lo llevo a mi pieza, en silencio, nos desnudamos mutuamente, sus caricias llegaron a mi vagina un poco antes que tomara su erecto miembro, no era enorme como el de las películas, tampoco chiquito, me recosté, sus manos abrieron mis piernas arrodillado acerco su falo a mi cuevita, mis flujos se encontraron con sus jugos preseminales, cerré mis ojos y poco a poco se fue introduciendo, el dolor cedió al goce , un goce que me hizo abrazarlo con mis piernas, apretando sintiendo el dolor intenso y la felicidad de ser mujer plena, su semen me invadió y su peso cayo sobre mi, mientras sus labios me besaban me decían que siempre me quiso y amo, los minutos pasaron, cuando nos sonreíamos por el clima de goce logrado, se dio cuenta de la sangre mezclada con semen y flujos de la sabana, de mi virginidad perdida.
Una sonrisa de por ser el primero y una pregunta fuera de lugar (¿te cuidas?) daban un poco de azúcar y sal, por suerte hacía dos días que mi menstruación se había retirado, igual lo deje con la intriga diciendo, un !no! interrogándolo que haría si quedaba embarazada, a los pocos minutos supe que me amaba.
Nos fuimos a duchar haciendo de nuestros cuerpos casi uno, besándonos y jugando, el ardor de mi vagina no me incitaba a otra penetración, fueron las imágenes de las "putitas" en mi mente que me llevo al 69 , su lengua mi cueva y su falo en mi boca, sobre las toallas en el piso del baño, empezaron a jugar el acompañamiento rítmico de ese juego , que tantas veces recordamos .
A la mañana, mi madre llamo , su voz cambio cuando le dije que Ger me acompaño, su pregunta
¿ Se portaron bien? fue contestada casi riendo con un
!Es mi primo!
Esa no fue la última vez, a las tres semanas se nos presentó una oportunidad similar, ensayamos cada pose y terminamos con un 69 por partes el, me hizo acabar introduciendo su lengua y manejando mi clítoris, haciéndome feliz, luego lo mame, tomando su falo, envolviéndolo entre mis labios, desde la base con mi lengua hasta llegar al glande, hermoso con resto pequeños de semen anteriores, los cuales bebí , sacando también gustos salados de flujos preseminales, apoyando esa cabeza y succionando fue pequeña la cantidad que tuve que tragar con varios centímetros de esa barra dentro, a la mañana en la ducha mi entrega total termino con mi primera penetración anal, sus dedos me dilataron con el jabón con crema fueron abriendo mis esfínteres hasta que apoyo esa dulce espada, fue cediendo con dolor hasta que la sentí bien adentro, bombeando con pasión , solo pensaba en que acabara y me penetrara normalmente, no me gustaba pero era su putita , esa fue una fantasía que al cumplirla no me satisfizo, casi al mediodía con mi culo dolorido, me penetro como la primera vez, el goce de ser su puta, el entre y saca con pasión , nos unió el sexo ya ahora sabía que no tenia que envidiar a nadie.
Mis fantasías eran reales, mantuvimos nuestro pacto, por años, aún cuando nos pusimos de novio (con 3ros.) , tres veces más en casa y en distintos moteles y departamentos, ahora casada, extraño esos momentos y si se presentara la oportunidad no creo que la deje pasar.