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El concurso (2)

en Hetero: General

VIERNES

Llegamos al hotel sobre las 12 del mediodía. En la recepción nos esperaban Hans, el director del hotel y organizador del evento, un hombre joven de unos 26 años de cuerpo musculoso, aunque lucia una calva acentuada debido al hecho que se afeitaba la cabeza, y Luzmila, su secretaria. Luzmila mediría 1´65, y tenía un pecho de unos 120 y un cuerpo muy bien moldeado y bronceado, lo cual destacaba su media melena rubia. Llevaba un traje muy corto azul que dejaba ver sus marcadas piernas, con unas zapatillas de tacón plateadas que las estilizaban más y unas pulseras en sus tobillos de plata como con unas lagrimitas colgantes y anillos de plata en tres de los dedos de los pies. Parecía como si ella fuera a tomar parte en el concurso también.

Alicia no le iba a la zaga, puesto que llevaba puesto un mini vestido rojo y sus zapatos de tacón negros con tiras anudadas hasta casi la rodilla, y llevaba una cola alta que recogía su negra melena. Hans quedó impresionado de la belleza de mi mujer, y le dijo, con un acento muy marcado, que estaba bellísima y que había mejorado con los años desde su última película. Alicia se sonrió, le dio las gracias y besó a ambos en las mejillas. Yo apreté la mano de Hans, al tiempo que un botones recogía nuestras maletas y, junto con Luzmila, nos acompañaba a nuestra suite.

La habitación era espectacular. Tenía una cama enorme redonda, con sábanas negras. Un sofá grandísimo pensado para follar en él. El baño tenía sauna y jacuzzi. En fin, que no faltaba detalle para lo que allí iba a suceder.

Luzmila le entregó a Alicia unas carpetas con información acerca del concurso. Participantes, pruebas previas a realizar, pruebas del concurso, etc.…

Nos dejaron a solas y empezamos a inspeccionar las carpetas. Lo primero que miramos eran el resto de concursantes. La selección era fantástica. Hans había invitado a un ramillete de estrellas mundiales del porno, algunas retiradas ya como Alicia. Entre otras destacaban Vanesa del Río, en representación de Puerto Rico, diva del porno de los años 70 y 80, y Amber Lynn por EE.UU., grandísima estrella de la misma época. Luego habían otras no tan conocidas, como Heather, una chica rubita de Inglaterra con unas medidas de infarto, Olga de Rusia, una mujer morena con un cuerpo perfecto y grandes tetas, Helga, una rubia teutona un poco rellenita especialista en profundas penetraciones anales y vaginales, según rezaba su "currículum", Justice Lee de China y Divine de Sudáfrica completaban la lista de participantes. Todas eran muy buenas en la cama y todas estaban allí para ganar, por lo que ya intuía la dureza de las pruebas a las que Hans las iba a someter, y estaba seguro que ninguna de estas mujeres se iba a achicar.

Las pruebas previas eran dos: la primera se celebraría el domingo por la mañana, y se trataba de demostrar las habilidades con el sexo oral de todas las participantes, y la segunda, que sería el mismo día por la tarde, consistiría en conseguir, en una especie de lucha sexual, que la rival asignada en suerte se corriera antes que tú, sin reglas marcadas para conseguir tu objetivo. Parecía divertido.

Después de almorzar nos metimos en la suite Alicia y yo a solas.

- Tienes que ayudarme a ganar este concurso.

- Vale, pero ya me dirás cómo.

- Sólo ayúdame con mis entrenamientos estos dos días y apóyame mucho la semana del concurso.

- ¿Tan segura estás que vas a clasificarte?

- Sí. La competencia será dura, pero estoy segura si logro en estos dos días hacer lo que me tengo propuesto, empezando ya mismo.

- Ja, ja, ja. ¿Sin hacer la digestión?

Alicia se abalanzó sobre mí y me tiró en el sofá. Nos quitamos la ropa a toda prisa. Me cogió la poya con la mano y empezó un suave movimiento que me la puso al palo enseguida. Alicia fue a buscar un neceser grande que había preparado para su entrenamiento, y sacó de él una botella de aceite para masajes de coco y me lo untó por toda mi poya y los huevos, masajeándolos y pasando la lengua por la misma puntita.

- Te quiero totalmente empalmado.

- ¿Más?

- Sí tonto. ¿No te imaginas los calibres de poya con las que me voy a enfrentar?

- Pues empieza con esta.

- No, no es lo que te imaginas…

Y dicho esto se la metió entera en la boca y comenzó a chuparla como sólo ella sabía hacerlo.

- Sigue Alicia, sigue cariño…ah, ah…

- Espera y verás.

Me dijo mientras sacaba toda la poya de su boca y la miraba con deseo como midiendo sus posibilidades. De repente, se la volvió a meter hasta el fondo e hizo un movimiento de mete y saca por dos veces. A la tercera, y con toda mi poya encajada en su garganta, abrió más la boca y lamiendo mis huevos se los metió enteros en la boca, lo que me produjo un poco de dolor, pero no quería que parara por nada del mundo.

Alicia estaba un poco provocada, pero seguía con esta mamada y lo hacía a un ritmo infernal, metiendo todos los huevos, sacándolos y lamiéndolos fuertemente. Yo estaba como loco y a punto de correrme.

- Me voy, me voy…

Me corrí en su boca, y Alicia sin dejar de mirarme a los ojos se tragó toda la leche, incluso recogiendo un poco de la comisura de sus labios con un dedo y metiéndoselo en la boca…

- ¿Qué tal?

- Casi no puedo hablar

- ¿Crees que tengo mejorar mi técnica?

- Lo que creo es que podrás exprimir cualquier poya que se te ponga delante

Ella sólo se reía…

 

CONTINUARÁ