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La finca 2

en Grandes Relatos

Al día siguiente nos levantamos algo más tarde de lo habitual. La verdad es que no era para menos. Cuando desperté, ya Cecilia estaba despierta y me miraba…

¿Cómo estás?

Bien, algo cansado después de lo de anoche- dije con media sonrisa en los labios.

Sabes que esto va a cambiar muchas cosas, ¿no?

Lo sé, pero no me importa siempre que tú estés de acuerdo con todo.

Yo estoy de acuerdo y feliz con todo esto. Sé que es un juego peligroso que no sabemos a dónde llegará, pero no hay vuelta atrás.

Pues disfrutemos del momento y no nos preocupemos más…

Nos besamos dulcemente y aún estuvimos un rato compartiendo nuestra cama.

Cuando al final nos levantamos, nos dirigimos a la cocina con intención de desayunar. Gloria estaba todavía durmiendo y la única que estaba allí era Carmen, la abuela de mi mujer.

Buenos días. ¿Cómo está la pareja de enamorados?- lo dijo con un tono particular…

Bien abuela. Buenos días…

Carmen nos sirvió un suculento desayuno y nos dejó a solas en la cocina. En ese momento no quise darle importancia a su comentario, aunque me sonó algo raro.

El día se desarrolló de la siguiente forma. Mi mujer y mi suegra se organizaron para ir a la ciudad de compras y aprovecharían para visitar a la familia. Carmen les dio una disculpa para no ir con ellas y yo prefería quedarme en casa y disfrutar de la piscina y hacer algo de ejercicio en el gimnasio.

Cuando nos quedamos solos, me cambié y me puse una bermuda para bañarme en la piscina.

Creo que voy a hacer lo mismo y comparto la piscina con usted.

Muy bien Carmen, como quiera.

La abuela de mi mujer subió a cambiarse a su habitación, mientras yo preparaba unas toallas y cogía unas cervezas frías. Me fui y acomodé dos tumbonas para coger sol, en lo que llegó Carmen. Se me hizo la boca agua… Venía con un tanga minúsculo, unas zapatillas con un pequeño tacón que realzaban muchísimo sus ya esbeltas piernas y con un pareo semitransparente que dejaba vislumbrar el tanga… y ¡sin bikini!

Espero que no te moleste…

Claro que no

Jajaja… si quieres voy a por el bikini

No… ¿y privarme de esta maravillosa vista?

¿Te gusta lo que ves?

Me encanta…

Jajajaja…

Mientras se reía, Carmen abría su cerveza y empezaba a tomar un poco…

¿Sabes? Anoche vi lo que hicieron.

¿Nos viste?- dije, notando como mi cara se empezaba a poner roja

Sí, y no te dé vergüenza. Me gustó lo que vi… y me excitó mucho. Me encanta saber que mi hija y mi nieta son tan putas en la cama y que además tengan con quien.

¿Si?

Sí. Me calenté tanto que tuve que masturbarme a solas en mi cama. ¿No te da pena?- Esto lo dijo soltando la cerveza y dejando caer el pareo al suelo….

Miré a Carmen directamente a los ojos y ya no hizo falta más. Ambos nos fundimos en un abrazo y en un beso con lengua. Estábamos calientes y nos íbamos a quitar la calentura a base de follar y de follar bien….

El abrazo dio paso a las caricias. Nos tocábamos con ansia de palpar nuestros cuerpos. A mi me volvía loco tocar sus enormes tetas y ella me sobaba el paquete por encima de mi bañador.

¿Me vas a quitar la calentura con la que estoy desde anoche?

Cogí a Carmen de la mano y entramos a la casa. Subimos la escalera con intención de ir a mi habitación, pero ella me paró y me dijo que prefería su cama, por lo que al final fuimos a su cuarto. Antes de caer en su cama ya nos habíamos quitado toda la ropa. En la cama, Carmen se lanzó como una posesa a mamar mi polla, tragándosela entera…

Uhmmm…. Que rica polla tienes

Sabes cómo chuparla

Jajaja… Sí me encanta tragarme una enorme polla como la tuya.

Y siguió tragando y chupando. Yo me fui acomodando para colocarnos en posición para hacer un 69. Tenía una vagina totalmente depilada y sus labios menores sobresalían. Me entretuve mucho rato en chupárselos y morderlos suavemente, para luego meter mi lengua en su rajita hasta llegar a su clítoris. Carmen alcanzó un fuerte orgasmo.

Ahh…. Me corro. Chupa más cabrón, así… ahhhh

Al correrse lanzó un fuerte chorro que mojó mi cara y mi pecho. Yo no dejaba de chupar.

Para, para…. Déjame recuperarme…

Me separé un poco, pero sin dejar de acariciar sus enormes tetas.

Eres muy bueno en la cama. Ahora me toca a mí demostrarte de lo que soy capaz…. Ponte de pie.

Hice lo que me pidió y Carmen se acostó dejando caer su cara por fuera de la cama. Me cogió la polla y se la volvió a meter en la boca, agarrándose de mi culo para que empujara toda mi polla dentro de su garganta. Literalmente le estaba follando la garganta, muy profundamente. Carmen dejaba caer de su boca abundante saliva que le mojaba los laterales de la cara y le llegaba al pelo. No me podía creer la suerte que tenía: tener a tres mujeres de bandera a mi disposición en mi casa para follar… Ni en mis mejores sueños… Carmen, mientras seguía dándome esa increíble mamada, me empezó a tocar el culo, intentando llegar con su dedo a mi ano. Me abrí un poco de piernas para facilitar su labor. ¡Qué gusto me estaba dando la madura! ¡Qué manera de chupar una polla!

Ahhh, ahhh… que bueno….

Carmen la sacó de su boca, con una sonrisa de satisfacción. Ver que era capaz de satisfacer al marido de su nieta a su edad, para ella era mucho, como me dijo después, y muy morboso.

Venga para acá, que va a tener que follarme.

Pues vamos allá…

Me tiré en la cama y la puse de costado, recogiendo su pierna derecha con mi mano y se la metí de un viaje en su húmeda cueva.

Sí, así, vamos déme duro, fuerte…

Como quiera…

Me la empecé a follar a un fuerte ritmo, sacando y metiendo mi polla del todo. La verdad es que era demencial la manera en que la estaba follando. Carmen alcanzó otro orgasmo entre gritos y una fuerte convulsión, lo que hizo que soltara otro fuerte chorro de flujo que mojó toda mi polla y mis huevos…

Diossss, que bueno es esto

Qué caliente es usted Carmen. Está hecha toda una perra en la cama…

Y una puta… Me encanta follar. Me vuelva loca que un hombre me sepa follar duro y que me haga llegar muchas veces

Pues conmigo…. Cuando quiera…

Carmen me miró y me besó, agarrando mi cuello y haciendo llegar su lengua muy adentro de mi boca.

Ahora me toca devolverle el favor…

Se incorporó sobre la cama y se colocó a cuatro patas hacia mí. Llevó su mano derecha a su trasero y empezó a tocar su agujero trasero, metiendo primero un dedo, luego dos y hasta un tercero. Me miró y me dijo:

¡Rómpame el culo y no pare hasta dejarme todo su semen!

Me coloqué detrás de ella y sin hacerme de rogar, apunté mi polla a su agujero negro y se la metí de un envión. Qué maravilla de mujer, qué maravilla de culo. Admitió mi intrusión sin ningún problema. Y empecé a follármela por el culo como había hecho antes por su coñito, a un ritmo fuerte y endiabladamente rápido.

Me encanta cómo me folla. Siga, siga, rómpame el culo…

Se la voy a sacar por la boca…

Más duro cabrón, no quiero sentarme en varios días…

Aquello era demencial, pero Carmen no sólo lo aguantaba, sino que me pedía más.

Voy a correrme, no aguanto más…

Carmen la sacó y dándose la vuelta me cogió la polla y empezó a pajearla abriendo su boca. Me corrí y el semen fue a parar en parte a su boca y en parte a mojar toda la cara de la abuela de mi mujer.

Qué manera de correrse… Qué rico… Uhhhmmm…

Caí derrumbado en la cama, sudando mucho y totalmente agotado. Carmen siguió moviendo mi polla más suavemente y chupando todo el semen, tragándolo con gusto e intentando dejar mi polla limpia y brillante. Cuando terminó se acostó encima mío y terminamos de nuevo besándonos, saboreando entre los dos el sabor de mi semen y acariciando nuestros sudorosos cuerpos.

Ha sido increíble Carmen.

Sí. La verdad es que sí, y después de lo que vi anoche y de lo de hoy no me cabe duda que en esta casa van a pasar muchas cosas…

Desde luego. Lo único que espero es que Cecilia y Gloria estén de acuerdo.

Son mi nieta y mi hija…¡lo estarán!

CONTINUARÁ