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Julia III (vs. Natalia y las gitanas)

en Confesiones

Después de la tremenda cogida, y cuando se dirigían a ducharse tocaron el timbre de casa. Julia se puso una bata de seda roja muy cortita que apenas le llegaba al inicio de sus hermosas nalgas y acudió al llamado. Eran las hermanas gitanas a las que había invitado. Carmen y María, dos chicas de 22 y 23 años, muy morenas y con cuerpos de infarto. Ambas medían sobre el 1´65 m y tenían unos pechos de al menos 110 cms con los pezones muy oscuros y grandes aureolas, y unas piernas y un culo de infarto que cuidaban en sesiones de gimnasio. Venían vestidas con una malla de cuerpo entero de gimnasio negra y hasta la rodilla. Sus pelos eran largos y lacios, aunque en esta ocasión los cubrían con unos pañuelos tipo piratas de color rojo que destacaban el moreno de su piel. Las dos gitanas eran hermanas y eran unas viciosas de campeonato que se prestaban a todo tipo de prácticas sexuales. Las dos tenían unos piercings de titanio muy gruesos en los pezones.

Hola muchachas, justo me iba a duchar.

Hola Julia.- dijeron al unísono.

Carmen se acercó a Julia, la agarró por el pelo y le dió un beso metiéndole la lengua en la boca. María se acercó por detrás y agarró los pechos de Julia, estrujándoselos fuertemente y masajeándoselos bruscamente. Julia se separó de las gitanas, cogiendo aire.

Tranquilas que tenemos tiempo. Vengan conmigo que les presento a Natalia, una puta que conocí hoy en el centro comercial y me aceptó un reto de los míos. Folla de puta madre y no tiene miedo de nada.

Que bien, carne nueva- dijo María.

¿Te acuerdas Julia cuando nos desafiaste a las dos? Pensamos que te habías vuelto loca, pero nos ganaste cuando conseguiste que aquellos tres negros te follaran el culo al mismo tiempo.

Si, claro que me acuerdo. Hoy vendrán también, lo repetiremos. Pero vamos al baño que Natalia espera.

Las tres mujeres fueron al baño, donde Natalia estaba desnuda metiéndose a la bañera.

Hola putita- dijo María- Teníamos ganas de conocerte. Julia dice que eres muy caliente follando y eso nos encanta.

Pues conmigo no puede nadie. Nadie es más puta que yo.

Ja ja, ya veremos.

Entra en esa bañera ya y cállate- soltó Carmen- veremos a ver si eres tan buena como pregonas.

Natalia entró ansiosa en la bañera, esperando a ver qué se les ocurría a las gitanas.

Échate y abre bien las piernas.

En lo que Natalia hizo lo que le pedían, las hermanas se quitaron la ropa y se subieron a los bordes de la bañera, sujetándose de la pared.

Esto mismo se lo hicimos a Julia cuando nos retó. A ver si te gusta.

Se empezaron a pajear fuertemente el coño, metiéndose los dedos con furia, muy rápido, con ganas de correrse. Carmen y María alcanzaron un gran orgasmo simultáneamente y eyacularon una gran cantidad de corrida por todo el cuerpo de Natalia.

ASI ZORRAS, DARMELO TODO. YO TAMBIÉN ME CORRO.

Natalia también se pajeaba metiéndose cuatro dedos por el coño.

¿TE GUSTAN MIS AMIGAS? ELLAS ACABARAN MIL VECES Y SE CORRERÁN TODAS ELLAS EN NUESTRAS CARAS.-dijo Julia, al tiempo que entraba también en la bañera para recibir su parte de corrida.

¿TU TAMBIEN QUIERES? ¡PUES TOMA, PUTA!

Exclamaba Natalia al mismo tiempo que se corría en la cara de Julia. ¿Hasta dónde estaban dispuestas a llegar aquellas mujeres para demostrarse quién de las dos era más zorra en la cama? No tendría que esperar mucho tiempo para averiguarlo.

Las dos gitanas tumbaron a Julia y a Natalia en el suelo de la bañera, y cada una se subió encima da cada una dándoles a comer su coño para correrse otra vez. Las dos se aplicaban para hacer llegar a las gitanas al orgasmo de nuevo. Carmen y María parecían que estaban programadas para correrse juntas y de nuevo alcanzaron un maravilloso orgasmo simultáneamente.

Que bien lo comen estas payas hermana,- dijo María- démosles nuestro tratamiento secreto.

Es verdad que lo comen bien, menuda corrida me acabo de pegar, pero tengo ganas de más. Venga empecemos.

Las dos gitanas se pusieron de pie abriendo sus piernas y empezaron a mearse encima de las caras de Natalia y de Julia regándoles todo el cuerpo. Natalia abría sus piernas para que le llegara la meada hasta su coñito abierto de para en par, mientras que Julia se metía de nuevo cuatro dedos por el culo mientras cogía el pie de Carmen y se lo restregaba por el coño.

Cerdas, cochinas, cómo nos estáis poniendo, pero me encanta no paréis…

Ya era hora de pasar a la acción, que buenas son estas gitanas, pero ahora se van a enterar de quién soy yo,- dijo Natalia al tiempo que se levantaba haciendo que María, "su gitana", se echara en la bañera. Julia hizo lo mismo con la suya, y mi mujer y su rival empezaron a mearse sobre el cuerpo de las gitanas mientras se masturbaban y se tocaban las tetas. Las cuatro acabaron de nuevo en el orgasmo.

Ya más tranquilas se bañaron y comenzaron a preparase para recibir al primer grupo de machos que Julia había invitado a la fiesta.

CONTINUARA