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Sorprendí a mis rumanos (3)

en Grandes Series

SORPRENDI A MIS RUMANOS (III)

Esta es la tercera historia y final de las experiencias vividas con Diego y Robert, los dos rumanos que me hicieron la pequeña obra en mi parcela, y la más que gran obra en mi cuerpo.

Cuando la obra había llegado a su fin, comente con Diego y Robert que el próximo fin de semana tendríamos una fiesta en la parcela para celebrarlo.

Yo llevaba tiempo pensando en esta fiesta, en la que esperaba pasármelo tan bien por lo menos como en las anteriores ocasiones.

Llegado el día señalado, nos reuniriamos en la parcela mis dos amigos rumanos, mi mujer y yo, mi mujer es una hembra que pese a los años que tiene ( 42 yo tengo 47 antes nunca lo había mencionado), se encuentra en plena madurez, tanto de su cuerpo, como de sus ganas de pasarlo bien, y como la verdad es que yo la tengo bastante desatendida por las últimas circunstancias acaecidas, pues esperaba que no tuviera demasiados problemas en llevar a acabo lo que yo había preparado.

La dije que como íbamos al campo y el tiempo era relativamente caluroso, pues que fuera ligera de ropa y que me hiciera el gran favor de no ponerse bragas, que es lo que estas tramando, me dijo, no vamos a una fiesta por el fin de la obra de la parcela, pues claro pero es una fiesta con sorpresa.

Cuando llegamos a la parcela, nos encontramos que ya habían llagado mis amigos con el añadido de otro compatriota y de mi conocido dogo, nos saludamos y presente a mi mujer a los dos rumanos y a su amigo que según dijeron se llamaba Illie, aunque todos sus amigos le llamaban "Obus", es que explota de alguna manera para tener este apodo, dije, no es por eso en toda su definición, pero algo parecido, dijo Diego echándose a reír los tres, este comentario la verdad es que me dejo un poco mosca.

Como ya era media mañana, nos sentamos en el porche a tomar un aperitivo, los rumanos se habían quedado en bañador, ya que pensaban darse un chapuzón en la piscina, cuando salieron así de la casa, mi mujer no pudo por menos de fijarse en algo que yo conocía de sobra de mis anteriores experiencias, los grandes paquetes que marcaban mis amigos, pero si la sorpresa inicial fue de mi mujer, cuando yo miré al nuevo amigo de la panda, empece a comprender de una manera clara, porque tenía el apodo de "Obus", el tío marcaba un paquete que si era el comienzo de lo que posteriormente me estaba imaginando, el panorama se estaba presentando muy bien.

Cuando mi mujer empezó a poner el aperitivo en la mesa, como el vestido que se había puesto era de una gasa casi transparente, los ojos de los rumanos empezaron a hacer chiribitas, viendo y adivinando lo que podían encontrarse debajo del mismo, el coño de mi mujer está totalmente depilado y tiene unos labios externos, que dan honor a uno de los muchos otros nombres que reciben, el de almeja, pues tal así parece cuando sobre todo la panorámica a disfrutar es por la parte trasera.

En las inclinaciones que tenía que realizar para colocar las cosas en la mesa, dejaba ver todos estos atributos, que a los rumanos como podía comprobar estaba volviendo locos, me miraron tratando de comprobar cual era mi reacción ante las miradas que estaban realizando sobre el cuerpo de mi mujer, yo los mire haciendo un gesto con la cara, diciendo adelante, la verdad es que no tardaron mucho en pasar al ataque, estando un poco inclinada sobre la mesa Diego agarró por las caderas a mi mujer levantándola el vestido y dejando a la vista todo el panorama de su redondo culo, que haces dijo mi mujer, pues creo que voy a dar a este cuerpo tan macizo que tienes, algo que estoy plenamente convencido que necesita desde hace tiempo.

Para esto es para lo que me has traído aquí so maricón, me dijo, pues no vas a salir defraudado ya lo veras, se quitó el vestido que tenia subido por la espalda, quedando totalmente desnuda, ya que tampoco se había puesto el sujetador, las tetas de mi mujer, pese a su edad, están totalmente tiesas, (mis buenos euros me cuestan las cremas "reafirmantes"), son dos globos perfectos con unos pezones que son una autentica delicia, cuando los chupas se ponen duros como la piedra y los pequeños mordiscos que te pide le des la ponen a cien.

Diego empezó a chupar la almeja de mi mujer y esta dio un pequeño gritito de gusto, al mismo tiempo que Robert que ya había cogido posición, arrimó la punta de su polla a la boca de mi mujer, para que esta empezara a chupársela, vamos a ver si eres capaz de chuparme la polla tan bien como lo hace tu marido, mi mujer me miró de reojo con los ojos muy abiertos, como pidiéndome explicaciones, al quedármela mirando sin hacer ningún gesto, esta comenzó a meterse la polla hasta dentro y a chuparla como si le fuera en ello la vida, Diego que ya había lubricado el coño de mi mujer suficientemente con su boca, se levantó y empezó a meter su maromo en el coño de mi mujer, que al sentir empujando en su abertura una polla de semejantes dimensiones, volvió a abrir sus ojos con creciente sorpresa, después de varios intentos, la polla de Diego entró en toda su dimensión y grosor en la almeja de mi mujer que se estaba relamiendo de gusto, ensartada por delante y por detrás, por dos semejantes estacas.

Te gusta como nos follamos a tu mujer, dijo Robert, no te preocupes como puedes comprobar está disfrutando de lo lindo, se nota que tú la tienes a dos velas y la hace falta pollas con desesperación.

Por lo que me han contado mis amigos, empezó a hablar Illie, tu tampoco haces ascos a una buena polla, vamos a ver si lo que han dicho es cierto, entonces se quitó el bañador y pude ver la polla que evidentemente daba nombre a su acertado apodo, era algo descomunal, era una polla de la que la gente habla que existen, pero que evidentemente tienes que ver con tus propios ojos, para creerte que realmente pueden ser verdaderas, las ves en las revistas o en las páginas de Internet o en películas porno, y siempre estas convencido de que son trucos.

Tenía por lo menos 28 cm y su grosor era como para echarse a temblar, parecía un bate de béisbol, se acercó a mi y me dijo, venga empieza a chupármela que tengo ganas de que se me ponga dura, pero aún la quieres más dura dije yo, cogí esa maravillosa herramienta entre mis manos y como mejor pude empece a lamerla por los laterales, era algo maravilloso, su carne era de una textura muy suave, pero su dureza le daba una sensación marmolea aunque no fría, como buenamente pude trate de meterme aunque fuera la punta en la boca, tenía la gran suerte que su capullo no era tan gordo como el de Diego, por lo que conseguí metérmela unos cuantos centímetros y empezar a chuparla con verdadero deleite, no esta mal dijo Illie, de verdad sabes como chupar una buena polla, ante esta escena mi mujer que seguía "sufriendo" los embates de las otras dos pollas, me miraba con una contenida rabia de ver como su marido se había convertido en un chupa pollas.

Después de unos minutos de chupada, Illie sacó su polla de mi boca y dijo, vamos a ver como tiene tu mujer ese coñito maravilloso y acercándose a ella la quitaron de su apoyo en la mesa, Illie se tumbó boca arriba en la mesa e hizo que mi mujer se pusiera encima de él insertándola poco a poco aquel pollón en su ya dilatada almeja, al principio mi mujer parecía estar sufriendo ante la acometida de semejante maromo, pero pronto la tenía toda dentro y disfrutaba como una loca, no dejando de soltarme insultos cuando su boca se encontraba algún momento libre, esto si que es una polla y no lo que tú tienes maricón, estos si que saben como follar a una mujer y no tú, Diego que había sido quitado de su trabajo anterior cambió con Robert su sitio y metió su estoque en la boca de mi mujer, calla y chupa le dijo, Robert se acercó por detrás a mi mujer y la escupió en su agujero trasero para lubricarlo un poco, la metió un par de dedos y a continuación la insertó su polla hasta el fondo, ante aquella visión de cómo mi mujer era utilizada por todos sus orificios, no pude por menos de sentir un placer grande pese a que yo no participaba directamente.

El bombeo de los tres hombres era continuo y mi mujer no paraba de gemir y disfrutar de aquellas cabalgadas, mi calentura no paraba de subir viendo semejante panorama, entonces dije que si no iba a haber nada para mí, en estos momentos no, me contestaron, pero ya que lo dices y como ya tienes experiencia no creemos que en esta ocasión sea necesario atarte las manos a ningún sitio, ahí tienes al perro seguro que se pone contento, mi mujer se sacó la polla de Diego de su boca por un momento y dijo, también has sido follado por el perro so cabrón, ya lo creo contestó Robert, pero bien follado.

Diego llamó al perro que se acercó donde nos encontrábamos y comenzó a olisquear entre mis piernas, yo me agache y comencé a frotar su vaina para que su rabo empezara a aparecer, cuando esto sucedió, metí mi cabeza debajo del lomo del perro y empece a chupar aquella cabeza de color rojo intenso, poco a poco el perro al notar el calor de mi boca, sacó todo su rabo que yo no dejaba de chupar con creciente gusto, mira como se lo pasa el maricón de tu marido dijo Robert a mi mujer, pero seguro que dentro de poco te vas a quedar más sorprendida aún.

Como el perro después de mi mamada, estaba ya bastante caliente y no era el caso de perder la oportunidad, me puse a cuatro patas dirigiendo mi culo al hocico del perro, este como si todos los días se pasara por la piedra a alguien, me hizo el abrazo de la anterior ocasión y montándose en mi espalda empezó a tratar de meter su rabo en mi culo, como le resultaba un poco difícil acertar con el agujero y yo no podía aguantar más sin tener ese rabo en mi interior, lo agarre y dirigí la punta a la entrada del orificio que estaba palpitando ante su próxima ocupación, el perro metió su rabo en mi culo y empezó a bombear con su clásico ritmo mis entrañas, mi mujer no salía de su asombro ante lo que estaba viendo, su marido estaba siendo dado por el culo por un perro, y eso no era todo, es que el maricón disfrutaba como un loco, tal vez por la contemplación de esta montada, mi mujer empezó a intensificar todos sus movimientos con los tres rumanos que la follaban y consiguió casi al mimos tiempo que todos ellos descargaran sus huevos en sus distintos huecos, los jadeos y gritos que estos soltaban cuando se corrían, quedaron totalmente tapados con los gritos que empezó a proferir mi mujer en el momento que la llegó un orgasmo, que como posteriormente me confesó, había sido lo más maravilloso, intenso y bestial que había sentido en su vida, estoy seguro que muchos de los vecinos colindantes, pese a la distancia que existe entre las parcelas, se enteraron ese día de cómo se las gastaba mi mujer en el momento de tener un orgasmo.

Cuando todos estaban empezando a recuperar el aliento, el que tomo el protagonismo de los gritos fui yo, cuando mi querido perro me acababa de meter toda su bola en el interior de mi culo y al poco empezó a soltar esa inmensa cantidad de leche que nunca parecía tener fin, al igual que en la anterior ocasión ello me llevo a tener una corrida que me dejo totalmente exhausto, como era de esperar el perro se dio la vuelta y los dos quedamos abotonados culo contra culo.

Esta claro que te gusta disfrutar de lo que los machos dan, me dijo mi mujer mientras seguía enganchado al perro, pues te voy a dar algo de ellos, se puso encima de mi cara y empezó a soltarme por su culo y coño toda la leche que los rumanos le habían echado anteriormente, espero que con esto tengas suficiente por ahora.

Estuvimos durante todo el fin de semana celebrando el fin de la obra, de todas las maneras imaginables posibles, yo fui capaz de recibir en mi culo el palo de béisbol de Illie y mi mujer terminó totalmente destrozada por la cantidad de corridas que tuvo, también "sufrió" las acometidas del perro y la verdad es que la gusto tanto o más que a mi.

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