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Masturbándome sola

en Confesiones

Masturbándome sola

Estaba fastidiada viendo TV en la soledad de mi cuarto cuando al cambiar de canal me encontré con una película de corte erótico que me cautivo. La forma dulce como el hombre acariciaba la espalda de la mujer mientras esta gemía y se estremecía entre sus manos.

Yo ya estaba acostada, lista para dormir, solo con un camisón delgado. Así comencé a acariciarme como el hombre a la mujer. Mis manos recorrían mis senos por encima de mi franela y la tela de algodón dejaba ya ver mis duros pezones. Lentamente mis manos se metieron dentro de mi camisón para hacerlo salir por mis hombros y dejarme desnuda sobre la cama sola con mis caricias y el gemido de la mujer en la TV que ya no veía.

Mi mente comenzó a perderse en un sin fin de fantasías mientras mis manos apretaban mis senos y sutilmente acariciaban mis costados haciéndome estremecer. Poco a poco fui llegando a mi abdomen donde daba círculos entre el y mis senos recorriéndolos con lentitud como bailando un vals. Hasta que mi mano se encontró con mi raja ya húmeda y mis dedos cayeron dentro de mi ser, estimulando mis labios, mi vagina y mi clítoris. Lenta muy lentamente fui penetrando mi vagina con mi mano derecha mientras la izquierda presionaba y jugaba con mi clítoris ya hinchando sediento de tu lengua.

Pero mi cuerpo quería mas así que fui a la cocina para tratar de encontrar algo para satisfacerme. En mi locura tome un pepino y puntiagudo pero grueso creo que mas de 5 cm y una zanahoria que lave rápidamente y como no tenia vaselina tuve que tomar la margarina de la alacena.

Regrese a mi cuarto y me tumbe en mi cama, para continuar con mis caricias, entonces decidí vendarme los ojos para sentir tus manos sobre mí y no las mías. Primero unte la margarina en el pepino y vende mis ojos con una pareo negro. Estaba sumamente caliente que la zanahoria aun sin lubricarla entro en mi vagina tan rápidamente que el frió me hizo erizar ya que la acaba de sacar del refrigerador, y me concentre en frotarme rápidamente, quería acabar, quería sentirte.

Cuando el orgasmo recorrió mi cuerpo caí tumbada de un lado sintiendo tu frió miembro aun dentro de mí y mis jugos resbalando por mis piernas. Pero quería más. Tome el pepino que esta ya aceitoso y lo coloque parado sobre la cama mientras me iba sentado sobre él.

Hufffff!!!!!! que dolor tan rico...

Primero jugué para que entrara solo un centímetro mientras mi culito se dilataba pero luego entro con una felicidad que jamás hubiese pensado. 5 cm, 7, 9, mas de 14 cm de esa bestia verde, gruesa casi como una botella destrozándome por dentro, y así comencé a dar saltitos sentada sobre la cama, sintiendo como me golpeaba por dentro y me bombeaba a cada salto, solo faltaba la zanahoria.

La tome y lentamente fue entrando también en mi vagina aunque estaba vez estaba que enloquecía sola saltando en el borde la cama. El orgasmo fue increíble, tuve que gritar y me aferré a las sabanas que no pudieron con mi peso y fui a caer al piso desnuda, excitada y conmocionada por lo que había sentido, y dentro de mí seguía el pepino ensartándome.

Quede acostada de lado sobre el piso y me enrolle con las sabanas para darle tiempo a mi cuerpo de regresar a la normalidad, mientras iba apretando mis nalgas para que poco a poco el pepino fuera saliendo, al principio dolió un poco, cuando iba por la mitad sentía como si estuviera en una gran evacuación que me estremecía y al salir fue un delirio exquisito.

Tal vez deba comenzar a sembrar mis propias verduras.

Bueno luego de eso me quedo solo acostarme a dormir otra vez en la cama sola con tus recuerdos de placer en mi cuerpo.

Lynn.