Office Girl
He venido a tu oficina buscando trabajo. Tu secretaria me ha mostrado tu oficina
privada y ha cerrado la puerta detrás de ella, con un suave clic. Te levantas
para apretar mi mano a modo de saludo, mientras trato de ser sutil al recorrerte
con mis ojos.
Me ofreces que me siente en una larga silla frente a tu escritorio. Me siento
cruzando mis piernas, sin dejar de mirarte. Cierta incertidumbre me embarga,
necesito el trabajo y se que tengo las calificaciones pero sera lo que estas
buscando?
- ¿Así que cuales son tus calificaciones?
Preguntas en tono cordial, al momento que noto como miras fijamente donde mi
falda se ha levantado revelando mi pierna blanca cremosa debajo de mis medias
negras.
Comienzo a decirte mi experiencia laboral colocando mis papeles sobre el
escritorio pero no estas escuchando. Tus ojos verdes están vagando desde la
escote de mi blusa hasta el borde de mi falda, recorriendo todo mi cuerpo. Me
siento intimidada pero no me vas a hacer flaquear.
- ¿Tienes algo puesto debajo de tu falda? Me interrogas.
Tu pregunta me sorprende y me ruborizo al instante, ¿cómo te diste cuenta? y en
un murmuro respondo.
- No señor.
- Descruza tus piernas y sepáralas, me ordenas.
La autoridad que emite tu voz hace que mi cuerpo reaccione. No se porque me
estoy calentando pero mis pezones saltaron de un golpe y me siento humeda aunque
no te des cuenta. Un momento de duda me detiene, y trato de entender que paso
con la entrevista, y adonde va todo esto pero lentamente mis piernas se van
separando y mi falda se va levantando permitiéndote completa vista de mis
húmedos labios vaginales.
Puedo sentir mis jugos entre mis piernas colándose por la raja de mi culo. Que
pasa, porque estoy tan mojada!!!
- ¡Mmmmmmm, que lindo!!!, Dices, moviéndote
al frente y agachándote.
Separas aun más mis piernas, abriendo mi húmeda grieta para tu inspección y me
corro hacia atrás de la silla. Estoy nerviosa y excitada. Me tomas por las
caderas y me empujas al borde de la silla, y luego usas tus dedos para separar
mis labios revelándote mi clítoris pulsando. Lentamente lo lames dentro de tu
boca golpeándolo con tu lengua a la par de que tus dedos se arrastran dentro de
mi vagina y mi espalda se arquea hacia atrás mostrándote mi excitación.
Ya no pienso, solo siento y me dejo llevar por tus dedos. Mis piernas comienzan
a temblar mientras tu chupas y lames. Ya no puedo detenerme.
Deslizas dos dedos dentro de mí, lentamente y mi vagina los succiona mas
profundos. Tus dedos se resbalan por dentro, lentamente, solo hasta el primer
nudillo, jugando, deslizándose adentro y afuera. Mis muslos están temblando y tu
puedes sentir mi clítoris latiendo por debajo del lento movimiento de tu lengua.
Mis jugos fluyen mas rápido y puedo escuchar el ruido de tu mamada, mis labios y
tus dedos.
Repentinamente lanzaste tu lengua recta y tiesa dentro de mi hendidura, adentro
y afuera, dándole a mi clítoris rápidos golpecitos y luego de regreso a mi raja
mas profundo esta vez, sobreponiéndote a mis jugos.
Tus pulgares comenzaron ligeramente a frotar mi clítoris así como clavabas tu
lengua adentro y afuera de mi vagina. Mis gemidos ahora eran mas fuertes, y yo
trataba de forzar mi vagina hacia tu lengua examinadora.
Te diste cuenta que estaba muy cerca de correrme
- No todavía, me dijiste, levantándome
sobre mis pies.
Mis piernas temblaban tanto que me costaba estar de pie, y mi néctar se corría
por mis muslos. Mi clítoris estaba latiendo e hinchado. Moví mi mano abajo,
queriendo frotar mi clítoris, queriendo acabar, necesitando acabar, pero tu mano
detuvo la mía.
- No hasta que yo te diga, tu me dijiste y me llevaste frente a tu escritorio.
Me dijiste que me sentara en el borde y lo hice. Empujaste mi falda hacia arriba
y me forzaste a bajar mi espalda con mi culo en el borde del escritorio.
- Hazte acabar, dijiste, quiere verte
hacerlo.
Tan pronto me mirabas, abriste tu cremallera para sacártelo. Tu verga se veía
dura con un brillo perlado en la punta. Se veía deliciosa. Moje mis labios
pasando mi lengua por ellos mientras te miraba frotándola. Mi mano se movía
ahora más rápido en mi vagina, entrando y saliendo, sintiendo como iba subiendo
la presión.
- No acabes todavía!! Me dijiste todavía
frotándote tu miembro.
- Frota tu clítoris muy lentamente.
Lentamente comencé a masajear mi engordado clítoris regando mis jugos sobre el.
Me dolía mi raja, y solo pensaba en sentir tu verga dentro de mi ahora mismo.
- Ahora desliza un dedo dentro de tu
vagina, no completo, solo un poco, bien así.
Ahora tu mano comenzaba a frotar tu verga mucho más rápido la que ahora se veía
mucho mas dura. Te acercaste poniendo la cabeza de tu miembro frente a mi boca.
Lamí la punta, saboreándote y comencé una lenta mamada dentro de mi caliente y
húmeda boca. Mis dedos dentro de mi vagina moviéndose lentamente batían todos
mis fluidos.
Sosteniendo tu verga y todavía frotándola, comenzaste a alimentarme, y yo
ávidamente lo chupaba, centímetro a centímetro de roca dura dentro de mi boca
hasta que mis labios la envolvieron toda desde la raíz hasta la punta en mi
garganta.
Comenzaste a cogerme la boca, lentamente al principio, y yo acariciaba tus bolas
con mi otra mano, sintiéndolas tensarse, sintiendo tu verga ensancharse y pulsar
dentro de mi boca. Mis dedos se movían como locos en mi vagina, rápidamente de
un lado a otro tratando de hacerme acabar así como tú en mi boca.
Pausadamente sacaste tu verga de mi boca hambrienta y apartaste mis dedos de mi
vagina. Clavaste los codos debajo de mis rodillas, mis piernas cruzaron tus
hombros y empujaste tu miembro dentro de mi raja salpicante. Sosteniéndolo con
una mano introdujiste la cabeza a través de mi jugosa ranura, golpeando mi
clítoris, atormentándome, y luego hacia abajo, regando mis jugos por todo mi
arrugado culo. Arriba de nuevo y deslizaste la cabeza entre mis labios
vaginales. Trate de mover mis caderas para que entrara cada centímetro en mi
pero tenias mis piernas fijadas y no podía. Tu sentiste mi vagina tratando de
succionarte, jalándote con avaricia, pero no te moviste.
- Cógeme por favor, te grite gimiendo. Mi
mano comenzó a frotar mi clítoris.
- Quiero acabar. Tu apartaste mi mano.
- No, no todavía, me dijiste, quiero que me
ruegues para que te coja, mientras presionabas con la cabeza de tu verga.
Una vez mas la sacaste fuera de mis labios.
Me retorcía sobre el escritorio, queriendo sentir tu verga de todas maneras, y
apretaba los puños para tratar de controlarme
- Ruégame o me detendré, dijiste, mientras me penetrabas de golpe y volvías a
sacarla completamente.
- Siii!!!, Yo grite, por favor, cógeme, cógeme ahora, cógeme ya!!! Pero cógeme,
la quiero toda dentro de mí, cógeme, cógeme.
Tu boca caliente cubrió la mía ahogando mis gemidos y enterraste tu verga dentro
de mi, para comenzar a cogerme fuertemente. Tu lengua violaba mi boca, tanto
como tu verga entrando y saliendo de mi vagina, llenándola. Mi vagina aprisionó
tu verga mas fuerte aun y comencé mi orgasmo.
Mis gritos llenaban tu boca, y sentías mi vagina pulsando alrededor de tu verga
mientras salían mis jugos.
Retiraste tu verga de mí y te levantaste.
- ¿Pero tu no acabaste?, proteste
- Oh, este.. bueno
es que, veras,
sonreías.
Estaba maravillada de solo pensar que me harías ahora. Tu verga salpicaba mis
jugos y latía mientras te miraba acercarte a un pequeño closet. Tomaste unas
cuerdas de amarres y regresaste a tu escritorio.
- Rueda sobre tu estomago, me ordenaste y te obedecí, así que mi vientre estaba
sobre tu escritorio, con los pies en el piso.
Comenzaste a atar mis muñecas al borde del escritorio y mis tobillos a las patas
del mismo. Apretado, para que no pudiera moverme. Podía sentir mi vagina abierta
y todavía algo escurriendo de ella.
- ¿Quieres mas? Me preguntaste, metiendo un
dedo en mi raja y frotándolo lentamente.
- Si, gemí, empujando mi cuerpo hacia tu
dedo zambullido en mi. Sacaste tu dedo y comenzaste a masajear mi culo,
untándolo con mis jugos y gentilmente introducías un dedo dentro.
Tu otra mano suavemente frotaba mi clítoris, sintiendolo crecer y ponerse duro
de nuevo.
Lubricaste la cabeza de tu miembro al frotarla con el apretado anillo de mi
culo, forzando la entrada, lenta, muy lentamente, estirando la cereza que es mi
culo para permitir la completa entrada de tu verga tan dura.
Empujaste otro centímetro, luego otro y otro, muy lentamente, dejando que
entrada se fuera calentando, se fuera dilatando, mientras jadeaba y jadeaba que
ya hasta babeaba. Sentías mi ano contraerse apretando tu verga.
Se siente tan bien.
Te deslizaste mas allá hasta que toda tu verga estaba enterrada profundamente.
Ahí sin moverte.
- ¿Te gusta?, me preguntaste, y respondí
- Ha, ha, siii. Mas en un gemido que en
una respuesta.
Tu dedos se mueven rápido ahora en mi clítoris sin mover tu verga. Tus dedos
riegan todos mis jugos por mi clítoris y me dejas clavada con tu verga en mi
culo sin poder moverme.
- Ruégame para que te coja el culo. Me
dices.
- Si no me ruegas, no acabare y tampoco tu.
Tus dedos frotan mucho mas rápido mi clítoris, y todo mi cuerpo se estremece.
Trato de controlarme y pero estoy demasiado excitada, se que estoy en el borde.
Trato de moverme pero estoy bien atada. Mis muñecas me están doliendo por la
cuerda y siento mis labios hinchados como mis pezones.
- Viólame el culo con tu verga, Te grito.
- Cógeme toda, métela toda, cógeme como no
me han cogido pero cógeme
Mis gritos parecen enloquecerte porque comenzaste a cogerme mi culo en fuertes
embestidas, separando mis nalgas para una entrada completa, y tus bolas
golpeando mi vagina.
Tu respiración se acelera con tus empujes, y me sueltas una mano.
- Frota tu clítoris, mi dices. Frótalo y acaba conmigo.
Tu verga parece mucho más grande ahora dentro de mi y comienzo a frotarme con
desesperación, aunque se que no hace falta, pero voy a la par de tus rápidas
embestidas, cada vez mas rápidas, mas fuertes y mas profundas.
Solo se escucha un fuerte chapotea del golpe que dan tus caderas al chocar con
mis nalgas y muslos ahogado por nuestros gemidos.
Siento que me partes en dos cuando repentinamente tu verga se hincha dentro de
mí y comienzas a acabar y sueltas chorro, luego otro y otro chorro caliente
pulsante profundo en mi culo.
- Siii, ahhhh, siii. Tu gritas.
Tu verga sigue dentro de mí y exploto al instante también en un alto y fuerte
chillido de orgasmo placentero. Siento tu leche goteando de mi culo ya que es
mucha, y retiras lentamente tu verga de él, y me desatas.
Cuando me enderezo y me pongo frente a ti, ya estas vestido de nuevo.
Gentilmente bajas mi falda sobre mi dolorosa he hinchada vagina y me das un
profundo beso.
- Estas contratada. Me dices.
- ¡Puedes comenzar mañana y vente
preparada!
Fin
Lynn