miprimita.com

Office Girl

en Dominación

Office Girl

He venido a tu oficina buscando trabajo. Tu secretaria me ha mostrado tu oficina privada y ha cerrado la puerta detrás de ella, con un suave clic. Te levantas para apretar mi mano a modo de saludo, mientras trato de ser sutil al recorrerte con mis ojos.

Me ofreces que me siente en una larga silla frente a tu escritorio. Me siento cruzando mis piernas, sin dejar de mirarte. Cierta incertidumbre me embarga, necesito el trabajo y se que tengo las calificaciones pero sera lo que estas buscando?

-        ¿Así que cuales son tus calificaciones? Preguntas en tono cordial, al momento que noto como miras fijamente donde mi falda se ha levantado revelando mi pierna blanca cremosa debajo de mis medias negras.

Comienzo a decirte mi experiencia laboral colocando mis papeles sobre el escritorio pero no estas escuchando. Tus ojos verdes están vagando desde la escote de mi blusa hasta el borde de mi falda, recorriendo todo mi cuerpo. Me siento intimidada pero no me vas a hacer flaquear.

- ¿Tienes algo puesto debajo de tu falda? Me interrogas.
 
Tu pregunta me sorprende y me ruborizo al instante, ¿cómo te diste cuenta? y en un murmuro respondo.

- No señor.
- Descruza tus piernas y sepáralas, me ordenas.

La autoridad que emite tu voz hace que mi cuerpo reaccione. No se porque me estoy calentando pero mis pezones saltaron de un golpe y me siento humeda aunque no te des cuenta. Un momento de duda me detiene, y trato de entender que paso con la entrevista, y adonde va todo esto pero lentamente mis piernas se van separando y mi falda se va levantando permitiéndote completa vista de mis húmedos labios vaginales.

Puedo sentir mis jugos entre mis piernas colándose por la raja de mi culo. Que pasa, porque estoy tan mojada!!!

-        ¡Mmmmmmm, que lindo!!!, Dices, moviéndote al frente y agachándote.

Separas aun más mis piernas, abriendo mi húmeda grieta para tu inspección y me corro hacia atrás de la silla. Estoy nerviosa y excitada. Me tomas por las caderas y me empujas al borde de la silla, y luego usas tus dedos para separar mis labios revelándote mi clítoris pulsando. Lentamente lo lames dentro de tu boca golpeándolo con tu lengua a la par de que tus dedos se arrastran dentro de mi vagina y mi espalda se arquea hacia atrás mostrándote mi excitación.

Ya no pienso, solo siento y me dejo llevar por tus dedos. Mis piernas comienzan a temblar mientras tu chupas y lames. Ya no puedo detenerme.

Deslizas dos dedos dentro de mí, lentamente y mi vagina los succiona mas profundos. Tus dedos se resbalan por dentro, lentamente, solo hasta el primer nudillo, jugando, deslizándose adentro y afuera. Mis muslos están temblando y tu puedes sentir mi clítoris latiendo por debajo del lento movimiento de tu lengua. Mis jugos fluyen mas rápido y puedo escuchar el ruido de tu mamada, mis labios y tus dedos.

Repentinamente lanzaste tu lengua recta y tiesa dentro de mi hendidura, adentro y afuera, dándole a mi clítoris rápidos golpecitos y luego de regreso a mi raja mas profundo esta vez, sobreponiéndote a mis jugos.

Tus pulgares comenzaron ligeramente a frotar mi clítoris así como clavabas tu lengua adentro y afuera de mi vagina. Mis gemidos ahora eran mas fuertes, y yo trataba de forzar mi vagina hacia tu lengua examinadora.
 
Te diste cuenta que estaba muy cerca de correrme

-        No todavía, me dijiste, levantándome sobre mis pies.

Mis piernas temblaban tanto que me costaba estar de pie, y mi néctar se corría por mis muslos. Mi clítoris estaba latiendo e hinchado. Moví mi mano abajo, queriendo frotar mi clítoris, queriendo acabar, necesitando acabar, pero tu mano detuvo la mía.

- No hasta que yo te diga, tu me dijiste y me llevaste frente a tu escritorio.

Me dijiste que me sentara en el borde y lo hice. Empujaste mi falda hacia arriba y me forzaste a bajar mi espalda con mi culo en el borde del escritorio.

-        Hazte acabar, dijiste, quiere verte hacerlo.

Tan pronto me mirabas, abriste tu cremallera para sacártelo. Tu verga se veía dura con un brillo perlado en la punta. Se veía deliciosa. Moje mis labios pasando mi lengua por ellos mientras te miraba frotándola. Mi mano se movía ahora más rápido en mi vagina, entrando y saliendo, sintiendo como iba subiendo la presión.

-        No acabes todavía!! Me dijiste todavía frotándote tu miembro.
-        Frota tu clítoris muy lentamente. Lentamente comencé a masajear mi engordado clítoris regando mis jugos sobre el. Me dolía mi raja, y solo pensaba en sentir tu verga dentro de mi ahora mismo.
-        Ahora desliza un dedo dentro de tu vagina, no completo, solo un poco, bien así.

Ahora tu mano comenzaba a frotar tu verga mucho más rápido la que ahora se veía mucho mas dura. Te acercaste poniendo la cabeza de tu miembro frente a mi boca. Lamí la punta, saboreándote y comencé una lenta mamada dentro de mi caliente y húmeda boca. Mis dedos dentro de mi vagina moviéndose lentamente batían todos mis fluidos.

Sosteniendo tu verga y todavía frotándola, comenzaste a alimentarme, y yo ávidamente lo chupaba, centímetro a centímetro de roca dura dentro de mi boca hasta que mis labios la envolvieron toda desde la raíz hasta la punta en mi garganta.

Comenzaste a cogerme la boca, lentamente al principio, y yo acariciaba tus bolas con mi otra mano, sintiéndolas tensarse, sintiendo tu verga ensancharse y pulsar dentro de mi boca. Mis dedos se movían como locos en mi vagina, rápidamente de un lado a otro tratando de hacerme acabar así como tú en mi boca.

Pausadamente sacaste tu verga de mi boca hambrienta y apartaste mis dedos de mi vagina. Clavaste los codos debajo de mis rodillas, mis piernas cruzaron tus hombros y empujaste tu miembro dentro de mi raja salpicante. Sosteniéndolo con una mano introdujiste la cabeza a través de mi jugosa ranura, golpeando mi clítoris, atormentándome, y luego hacia abajo, regando mis jugos por todo mi arrugado culo. Arriba de nuevo y deslizaste la cabeza entre mis labios vaginales. Trate de mover mis caderas para que entrara cada centímetro en mi pero tenias mis piernas fijadas y no podía. Tu sentiste mi vagina tratando de succionarte, jalándote con avaricia, pero no te moviste.

-        Cógeme por favor, te grite gimiendo. Mi mano comenzó a frotar mi clítoris.

-        Quiero acabar. Tu apartaste mi mano.

-        No, no todavía, me dijiste, quiero que me ruegues para que te coja, mientras presionabas con la cabeza de tu verga.

Una vez mas la sacaste fuera de mis labios.

Me retorcía sobre el escritorio, queriendo sentir tu verga de todas maneras, y apretaba los puños para tratar de controlarme…

- Ruégame o me detendré, dijiste, mientras me penetrabas de golpe y volvías a sacarla completamente.

- Siii!!!, Yo grite, por favor, cógeme, cógeme ahora, cógeme ya!!! Pero cógeme, la quiero toda dentro de mí, cógeme, cógeme.

Tu boca caliente cubrió la mía ahogando mis gemidos y enterraste tu verga dentro de mi, para comenzar a cogerme fuertemente. Tu lengua violaba mi boca, tanto como tu verga entrando y saliendo de mi vagina, llenándola. Mi vagina aprisionó tu verga mas fuerte aun y comencé mi orgasmo.

Mis gritos llenaban tu boca, y sentías mi vagina pulsando alrededor de tu verga mientras salían mis jugos.

Retiraste tu verga de mí y te levantaste.

-        ¿Pero tu no acabaste?, proteste
-        Oh, este.. bueno… es que, veras, sonreías.

Estaba maravillada de solo pensar que me harías ahora. Tu verga salpicaba mis jugos y latía mientras te miraba acercarte a un pequeño closet. Tomaste unas cuerdas de amarres y regresaste a tu escritorio.

- Rueda sobre tu estomago,  me ordenaste y te obedecí, así que mi vientre estaba sobre tu escritorio, con los pies en el piso.
Comenzaste a atar mis muñecas al borde del escritorio y mis tobillos a las patas del mismo. Apretado, para que no pudiera moverme. Podía sentir mi vagina abierta y todavía algo escurriendo de ella.

-        ¿Quieres mas? Me preguntaste, metiendo un dedo en mi raja y frotándolo lentamente.

-        Si, gemí, empujando mi cuerpo hacia tu dedo zambullido en mi. Sacaste tu dedo y comenzaste a masajear mi culo, untándolo con mis jugos y gentilmente introducías un dedo dentro.

Tu otra mano suavemente frotaba mi clítoris, sintiendolo crecer y ponerse duro de nuevo.

Lubricaste la cabeza de tu miembro al frotarla con el apretado anillo de mi culo, forzando la entrada, lenta, muy lentamente, estirando la cereza que es mi culo para permitir la completa entrada de tu verga tan dura.

Empujaste otro centímetro, luego otro y otro, muy lentamente, dejando que entrada se fuera calentando, se fuera dilatando, mientras jadeaba y jadeaba que ya hasta babeaba. Sentías mi ano contraerse apretando tu verga.

Se siente tan bien.

Te deslizaste mas allá hasta que toda tu verga estaba enterrada profundamente. Ahí sin moverte.

-        ¿Te gusta?, me preguntaste, y respondí
-        Ha, ha,  siii. Mas en un gemido que en una respuesta.

Tu dedos se mueven rápido ahora en mi clítoris sin mover tu verga. Tus dedos riegan todos mis jugos por mi clítoris y me dejas clavada con tu verga en mi culo sin poder moverme.
 
-        Ruégame para que te coja el culo. Me dices.
-        Si no me ruegas, no acabare y tampoco tu.

Tus dedos frotan mucho mas rápido mi clítoris, y todo mi cuerpo se estremece. Trato de controlarme y pero estoy demasiado excitada, se que estoy en el borde. Trato de moverme pero estoy bien atada. Mis muñecas me están doliendo por la cuerda y siento mis labios hinchados como mis pezones.

-        Viólame el culo con tu verga, Te grito.
-        Cógeme toda, métela toda, cógeme como no me han cogido pero cógeme…

Mis gritos parecen enloquecerte porque comenzaste a cogerme mi culo en fuertes embestidas, separando mis nalgas para una entrada completa, y tus bolas golpeando mi vagina.

Tu respiración se acelera con tus empujes, y me sueltas una mano.
- Frota tu clítoris, mi dices. – Frótalo y acaba conmigo.

Tu verga parece mucho más grande ahora dentro de mi y comienzo a frotarme con desesperación, aunque se que no hace falta, pero voy a la par de tus rápidas embestidas, cada vez mas rápidas, mas fuertes y mas profundas.

Solo se escucha un fuerte chapotea del golpe que dan tus caderas al chocar con mis nalgas y muslos ahogado por nuestros gemidos.

Siento que me partes en dos cuando repentinamente tu verga se hincha dentro de mí y comienzas a acabar y sueltas chorro, luego otro y otro chorro caliente pulsante profundo en mi culo.

-        Siii, ahhhh, siii. Tu gritas.

Tu verga sigue dentro de mí y exploto al instante también en un alto y fuerte chillido de orgasmo placentero. Siento tu leche goteando de mi culo ya que es mucha, y retiras lentamente tu verga de él, y me desatas.

Cuando me enderezo y me pongo frente a ti, ya estas vestido de nuevo. Gentilmente bajas mi falda sobre mi dolorosa he hinchada vagina y me das un profundo beso.

-        Estas contratada. Me dices.
-        ¡Puedes comenzar mañana y vente preparada!

Fin

Lynn