En mis tiempos de universidad hubo unos meses que tuve que vivir en una habitación de una casa de familia sencilla en el centro de la ciudad. Aunque el alquiler era bajo a veces me veía en verdaderas dificultades para poder reunir el dinero del mes.

La familia era una pareja joven como de 30 años con dos niños pequeños muy revoltosos. Normalmente el señor llegaba ya de noche a la casa y la mujer no trabaja en la misma casa preparando comidas y dulces para vender afuera. Como mi horario de clases era muy forzado normalmente los veía poco así que solo iba a dormir o a estudiar a la casa y cuando estaba ahí no salía de mi habitación.

Un sábado fin de mes que ya llevaba un mes de atraso, me había levantado temprano, luego de asearme seguí acostada en la cama mientras leía unas guías que estaba estudiando. Como a eso de las nueve de la mañana sentí que tocaban la puerta con rudeza, así que me levante de golpe sorprendida. Cargaba una franelita corta sin nada abajo y un bikini así abrí la puerta pensando que le ocurría algo a la señora o a los niños.

Cual seria me sorpresa al encontrar parado en la puerta al señor de la casa, con la cara mas irónica que he visto en toda mi vida. Instantáneamente su mirada me recorrió de arriba abajo viendo mis pezones a través de mi franelita y mi bikini blanco de algodón. Me puse muy nerviosa y trate de tapar mi sexo con mis dos manos.

"Puedo pasar" dijo riendo.

"Ocurre algo malo" le respondí con voz asustada

"Solo vine a pedirte el dinero de la renta" Al principio sentí un alivio pero luego al darme cuenta que no tenia excusa comencé a darle cualquier cantidad de excusas creo que sin sentido. Me hizo callar y me dio a entender que eran gente necesitada y que requerían de la renta para los gastos y si no tenia el dinero debía marcharme. Al momento quede helada, de solo imaginarme sola en la calle con mis cosas, sin comida ni dinero, solo pude sentarme en la cama y taparme los ojos olvidando mi semidesnudez.

Se acerco a mi tomo mi mejilla con su mano derecha y me calmo diciendo que había una forma de solucionarlo. Subí la mirada con los ojos vidriosos esperando cual seria su resolución.

"Voy a poseerte una vez por cada semana que me debes". Así que era eso lo que haría conmigo.

Trate de reaccionar pero su mirada me decía que si no accedía solo me esperaba la calle.

"Ahora???" pregunte. Dándole a entender que su esposa se daría cuenta.

"Ahora mismo" dijo el, "ya que mi esposa acaba de salir".

Oh Dios, no tenia salida, así que solo pude cerrar los ojos, levantarme de la cama y le dije que estaba bien pero que fuera rápido y con preservativo.

"Tranquila nena que no te dolerá, solo desvístete" me dijo riendo.

"Hace tiempo que quería ver ese cuerpo tuyo" siguió diciendo.

Con los ojos cerrados de la vergüenza me quite la franela y la panty y solo pude sentir sus manos dándome la vuelta y poniéndome de espalda. Sus manos me acariciaban las nalgas mientras se reía diciéndome como lo iba a disfrutar. Volvió a guirarme y sin delicadeza me apretó los senos y me beso, beso que rechace con asco.

Se molesto por mi rechazo así que me empujo sobre la cama y se abalanzo sobre mi sacudiendo su miembro en el aire con su mano. Trate de alejarme hacia un borde apartándolo con mis piernas mientras sollozaba y le decía que me diera algo de tiempo, pero el se reía diciendo que aunque fuese una vez no iba a perder la oportunidad, así que me trajo por un tobillo y se acostó sobre mi para besarme mis senos mientras sus manos trataban de entrar en mi vagina.

Yo intentaba retorcerme y soltarme de sus brazos, mientras el se reía y decía que mientras mas resistencia ponía, mas le gustaba. Y así logro abrir mis piernas para darle paso a su verga dentro de mi. Comenzó a bombearme como un salvaje, ni siquiera tuvo consideración de que estaba seca y me ardió, cuando me penetro tan violentamente que tuve que clavarle mis uñas mientras gritaba, pero el solo se reía y me decía puta y cosas así y lo sabroso que era mi cuerpo.

Mientras mas me penetraba apretaba mis senos con una de sus manos y su otra mano tenia inmovilizadas mi brazo derecho y mi cabeza. Que resistencia tenia ese hombre, no se cuanto duro pero pense que no terminaría nunca, incluso mi vagina se había lubricado un poco al responder mi cuerpo a las embestidas guturales.

Al momento me saco su miembro y se levanto de repente de la cama mientras yo miraba su miembro aun erecto con sorpresa y sin entender nada. Fue cuando me dijo que no quería que fuese así y que acabaría en mi culo. Yo me voltee rápido y trate de gatear hasta la cabecera de la cama pero nuevamente me tomo de un tobillo y me atrajo con fuerza dejándome boca abajo. Me tomo por la cintura y comenzó a penetrar mi ano. Al menos tuvo la consideración de hacerlo lentamente, así que solo respire profundo y trate de jadear para que se dilatara rápido y no me doliera tanto. Y poco a poco fue entrando dentro de mi para comenzar nuevamente sus locas embestidas salvajes. Hasta que sentí su chorro caliente dentro de mi y comprendí que todo había acabado. Se separo lentamente de mi y se subió su short para salir del cuarto.

En la puerta solo me dijo que si para el lunes no tenia algo de dinero se cobraría otra semana, y me felicito por lo puta que era y me lanzo un beso desde la puerta dejándome allí totalmente asqueada y humillada.

Sin embargo esa noche decidí quedarme en casa de una compañera de clases con la excusas de estudiar y tratar de conseguir el dinero prestado al día siguiente, pero esa es otra historia.

Lynn