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Mi suegra

en Amor filial

Mi suegra

Había tenido mala suerte, una mala racha que ya  duraba unos seis meses, desde que se había quedado sin trabajo, encima, las cosas en su matrimonio ahora no iban demasiado bien, su mujer le decía que era un haragán que no buscaba trabajo y que en casa no ayudaba apenas nada, por eso ella mandaba todos los días a su madre, que vivía cerca, a que le preparase la comida e hiciera algo por casa.

De buena gana hubiese preferido que fuese ella la que se fuera al paro, y él poder trabajar, pero así tenía que aguantar los reproches de su suegra, y los de su mujer, que además estaba siempre cansada y enfadada, casi ni hacían el amor, y eso que eran un matrimonio joven, de 33 y 30 años, y él necesitaba mucho sexo, algo de lo que ahora apenas disfrutaba... tenía que conformarse con sus masturbaciones; solía estar muy excitado después de comer, se sentaba en el sofá y alcanzaba el placer de forma solitaria; pero aquello se había acabado, ahora estaba la madre de su mujer, y casi ni le dejaba respirar, cada día se pasaba más horas allí. Al final tuvo que optar por decir que se iba a echar la siesta para estar unos instantes tranquilos.... pero ni así, ahora su suegra había tomado la costumbre de abrirle la puerta de la habitación... "venga holgazán.... haz algo... échame una mano...levántate..."

No podía disfrutar de la tranquilidad, venía a prepararle la comida, se marchaba una hora o así, y luego volvía casi toda la tarde... sin darle ni un minuto de respiro... con lo que a él le apetecía estar a solas, acostarse en su cama, cerrar las persianas, desnudarse, sentir el calor del verano.... cosas que ahora le semejaban imposibles...

Quizás por el calor, por su abstinencia, comenzó a fijarse en su suegra como mujer.... era atractiva, y a pesar de sus cerca de 50 años podía decir que era una hembra muy hermosa... observaba sus movimientos... ella solía cambiarse al llegar a casa y vestirse una fina bata que dejaba adivinar sus enormes pechos, todavía duros, erguidos, que dibujaba la braga sobre su gordo culo... algún día incluso llegó a observarla mientras ella se aseaba, ya que dejaba abierta la puerta del baño... podía verla semidesnuda, con aquel sujetador de encaje que a duras penas era capaz de abarcar las enormes mamas... luego se metía en cama, con la polla tiesa, y se la acariciaba suavemente, con miedo, ya que ella podía entrar en cualquier momento...

            Así transcurrían los días, ahora le parecía que ella también disfrutaba haciendo que a veces se rozaran, a veces intentando mostrarle su generoso escote... o quizás fuese su imaginación, su deseo...

            Aquel día, la había observado como tantos otros, y ahora se hallaba en cama, bajo la colcha, sólo en calzoncillos, sabía que ella estaba acabando de asearse y que se marcharía, sí podría disfrutar, estaba muy excitado y lo necesitaba... la oyó como tantas veces en la puerta... "..otra vez en cama... mira que eres...".. y se le acercó... notó su perfume... ella se sentó en el borde de la cama, se agachó hacia él para hacerle cosquillas.."...venga... espabílate... anímate..."... podía ver el movimiento de sus gordos pechos, como incluso le rozaban... como vislumbraba  bajo la blusa, a contraluz, el contorno de las tetas... su polla crecía cada vez más... y ella no paraba de hacerle carantoñas, cosquillas, sobre su pecho, sobre sus brazos... sentía las manos de su suegra cerca de su erecta polla... "estate quieta mujer... déjame..".. pero ella continuaba... se había fijado en los muslos que dejaba semidesnudos su falda, tersos, gruesos... mientras ella seguía jugueteando... ".. ya verás como te espabilo yo... haragán... dice mi hija que no vales para nada..."... ahora notó las manos de ella muy cerca de su polla,  quería evitarlo, pero no sabía como ni quería, la tenía dura, gorda, como hacía mucho tiempo que no lo estaba... joer, ahora su suegra estaba cosquilleando sobre ella, jugueteando, rozándosela, podía notar los dedos como se la pellizcaban, como la oprimían.. notaba dolor en su capullo, sentía que estaba morado, descapullado, deseoso... ella seguía rozándole, apretando su polla... "... venga hombre... vamos... parece que tiene razón mi hija...  no eres más que un trasto..."... no sabía que hacer...las manos de ella jugueteaban con su polla y oprimían su dilatado capullo... tuvo que girarse por miedo a correrse... "..  ya veo que no te espabilas... bueno... hasta mañana...".... La observó mientras salía, el contoneo de sus pechos, el movimiento oscilante de sus caderas, de su hermoso culo... llevó la mano a la polla y la acarició, con sólo un par de roces se corrió pensando en ella, en lo tonto que había sido... pero esperaba... deseaba que llegara el próximo día...

 

... hacerme saber si os interesa...