miprimita.com

Tarde entre cinco

en Orgías

Tengo un muy buen amigo, vecino mío de enfrente a tan sólo tres casas, Rodrigo, el es un chico de 23 años, tiene un miembro muy rico el cual ya me he comido unas cuantas veces.

Hace como unos dos meses estaba en casa, aburriéndome un sábado por la tarde, estaba sola en casa así que me serví un caballito de tequila y me puse a ver películas, mientras estaba sola en mi recamara empecé a jugar con mus vellitos para después masturbarme un poco ya después de un rato ya con unos 4 tequilitas encima y sin mejorar la tarde decidí ir a visitar a mi amigo Rodrigo, un poco caliente, a lo mejor se daba algo.

Llegue a casa de Rodrigo y cual es mi sorpresa, estaba con otros tres amigos a los cuales yo no conocía, estaban tomando y platicando, así que me dijo que me pasara y la siguiera con ellos, eso hizo que decayera mi animo, pero de estar sola en casa a convivir con ellos, decidí quedarme.

Ya traía unos caballitos encima, y seguí tomando con ellos coñac, después otra vez tequila, así que se me empezaron a subir los tragos.

Estaba platicando con uno de sus amigos Javier, mientras Rodrigo charlaba con sus otros dos amigos, Oscar y Alberto.

Javier me contaba de lo que hacía, que era contador, mientras tenía su mano sobre mi pierna, acariciándola y subiendo un poco mi faldita queriendo llegar más allá.

Teniendo ganas inicialmente de tener una cesión de caricias con Rodrigo, me lleve puesta una faldita corta de pliegues color verde pálido cuadriculada y una blusa blanca desfajada blanca con tres botones desabrochados y por supuesto un coordinado de brasiere de media copa con encaje así como una tanguita.

Al ver a sus amigo supe que no habría nada ese día más que una peda, pero error, mientras acariciaba Javier mi pierna y medio atontados por el licor injerido me empezó a besar, a lo cual yo respondí, acariciaba mi pierna subiendo poco a poco mi faldita, fue subiendo su mano lentamente para acariciarme los senos, a lo cual yo no opuse resistencia, mientras sentía que alguien se sentaba a mi lado y también acariciaba ya mis piernas, era Oscar, que se unía a las caricias, yo jamás me había dejado acariciar por dos a la vez, tampoco había tenido la oportunidad, y quizá inspirada por el alcohol permití que siguieran.

Javier empezó a desabrocharme poco a poco la blusa, mientras Oscar empezaba a trabajar en mi clítoris, recorriendo con sus dedos el contorno de mi tanga, Rodrigo quien platicaba con Alberto, al percatarse de lo que estaba aconteciendo se me acerco y me dijo – Jessy, sabes lo que estas haciendo – sí, y me encanta, conteste, mientras Alberto subiéndose al sillón empezó a besarme, solo extendí la mano, pidiéndole a Rodrigo que se acercara, el dio unos pasos al frente, bajándose el ziper de su pantalón, para que a una mano pudiera masajearle poco a poco su pene.

Ya estaba hecho, aquella tarde que creí sería aburrida se había tornado poco a poco en un placer supremo, lo que nunca pensé, más que en mis locas fantasías, cuatro chicos para mí solita.

Oscar se animó al fin a meter su mano por debajo de mi tanga acariciando mis labios vaginales, estimulándome, empecé a liberar mis primero gemidos, mientras Javier amasaba mis senos liberándolos del brasiere mientras Alberto me ayudaba a quitarme la blusa y el brasiere.

Oscar seguía introduciendo un dedo primero, después dos en mi vagina, eso me hacía jadear, empezaba a abrir un poco más mis piernas para facilitar la operación que estaba disfrutando infinitamente, así que Rodrigo, se inclino para quitarme la tanga, apartando a Oscar, metiendo su cabeza debajo de mi faldita para empezar a hacerme sexo orla, a lamer mi clítoris, mis labios vaginales, succionando mis jugos e introduciendo toda su lengua en mi vagina, ah que exquisito sentía, mientras Javier y Oscar besaban cada uno de mis senos, cada uno de mis pezones, y Alberto alentaba – vamos Jessy, hoy vas a ser la putita de todos nosotros. –

Rodrigo dijo que por ser su amiga el haría los honores, la verdad a mí me valía quien empezara, estaba ya tan excitada, que solo les decía:

- quiero que ya me la metan, quien va a ser el primero que me va a hacer su puta, quien va a ser el primero en meter su verga en mi coño húmedo (he aprendido que eso les excita), quiero que me la metan todos.

Me agarro Rodrigo, y poniéndome de pie me desabrocho la faldita, que cayo al suelo, todos empezaron a quitarse la ropa, me acomodo en el sillón en posición de perrito (en cuatro) y fue el primero en hundir todo su sexo dentro de mi vagina – grita Jessy, grita, pide más – mientras Oscar tomaba su posición frente a mi, poniendo frente a mi cara su enorme pene erecto invitando a besarlo – mama puta, mama, mientras tienes una verga a dentro – si papito, yo te mamó hasta que te vengas, decía, mientras empezaba a introducirlo en mi boca, con ganas de morderlo, por la presión del bombeo que hacia rodrigo por a tras de mi.

Alberto intentaba acariciarme los seno, lo cual no era fácil, mientras veía a Javier como se frotaba su pene viendo la escena, esperando su turno, verlo me excitaba aun más.

Decidieron cambiar de posición y me llevaron a la mesa del comedor, me recostaron dejando mis piernas colgando (esa posición me encanta) Javier, poniéndose al frente de un golpe seco empezó a penetrarme, mientras Rodrigo mamaba y acariciaba mis senos, Alberto se acomodo para que mamara su ya jugoso pene, de la paja que se estaba haciendo y Oscar sostenía mis piernas y las besaba.

Teniéndome en esa posición, paso Oscar a penetrarme, y Rodrigo a que se la mamara, y por ultimo Alberto, que me penetraba con fuerza, amasando el mismo mis senos.

Decidieron después tenderme en el suelo, Oscar volvió a tomar posición ahora de misionero, una y otra vez – muevete putita, muevete – cojee a tu putita, cojeme respondía, siguiendo después Alberto, penetrando siempre con fuerza, como con ansia de venirse, Javier pidiendo turno, subió mis piernas sobre sus hombros llegando hasta lo más profundo de mis entrañas, para después cederle el turno a Rodrigo:

- que rico cojes, me encanta metértela, venias a esto verdad

- si a cojerme a todos (contestaba entre jadeos)

Después se levanto y me arrodillo para que se la mamara, sabía que venía el gran final, mientras chupaba y chupaba buscando el gran premio, sus amigos se pajeaban, sentía como sus gemidos iban siendo más intensos cuando sentí como se llenaba mi boca de su gran corrida, mientras tragaba un poco y otro poco iba expulsando para que derramara por mi boca, mis labios, mi cara, mis senos, cuando empecé a sentir una lluvia pegajosa, apretando sus glandes poco a poco se iban corriendo Oscar, Alberto y Javier, dándome su leche para beber.

Me recosté en el suelo, donde aun chorrearon algo de semen sobre mi quedándome disfrutándolo, gozando como había sido penetrada por cuatro enormes, jugosos y deliciosos penes.

Después de eso, me dijo Rodrigo que llevara mi ropa a su cuarto, y que me bañara para asearme de la leche derramada, tome mi ropa e hice lo que me dijo.

Estando en su cuarto subió para darme una toalla, me abrazó por atrás, sujetando mis senos, diciéndome – que putita saliste, esa no me la sabía, pero ahora solo tu y yo – me giro hacia el empujándome de los hombros, agachándome, arrodillándome para que le mamara su verga que aun chorreaba los últimos rastros de leche, cuando nuevamente se le paro, me dio vuelta poniéndome en cuatro y empezó a cojerme, introduciendo su pene primero suavemente y cada vez más rápido mientras introducía un dedo en mi ano, excitándome más, en eso, entro Oscar, a lo que nosotros no nos detuvimos por eso (ya había cojido con todos, por que detenerme por que me vieran) estando aun desnudo se le erecto el pene, poniéndose en posición me dice poniéndolo en mi boca – chupa hasta que me venga – así que empecé a hacerle sexo oral, mientras dejándome en la misma posición, cambiaron dos veces, penetrándome Oscar mientras hacía sexo oral a Rodrigo, para que terminara Oscar llenando mi boca de su tibia leche que quedo impregnada en mis labios y Rodrigo se corriera sobre mi espalda y mis nalgas.

Después de eso me metí a bañar, ellos se bajaron con Alberto y Javier, cuando Salí de bañarme, enredada en la toalla, encontré a Javier en la recamara de Rodrigo hablando por teléfono, me le quede viendo como si nada, y seguí en lo mío, en eso colgó, y jalando mi tolla para quitármela me dice:

- que rica puta, que rico cojes, que rico mamas, y quiero que me mames de nuevo

- sacalo

Inmediatamente se quito los pantalones y me arrodille para hacerle sexo oral, me había gustado mucho como lo hacía Javier, cuando llego a buen tamaño, me incorpore viéndolo a los ojos diciéndole – tómame, penétrame, cojeme y haceme tuya, parteme en dos como tu puta, y meteme tu verga hasta lo más dentro de mi, me recargo en la comoda abriendo mis piernas y empezó a meterlo hasta adentro, mientras amasaba mis senos, para después, subirme en la comoda abrirme las piernas e introducir fuertemente en mi vagina su pene hasta correrse dentro de mi tanto que vi como salía su lechita por mi vagina.

El se bajo con los demás después de eso, dejándome sola para poder vestirme, ya estando lista entro Rodrigo para preguntarme si ya estaba lista a lo que respondí que si.

- que rica sesión Jessy, de verdad que eres aventada, me encantas

- y tu a mi Rodri (acariciándole sus partes nobles)

- pero antes de que te vayas (se hincó frente a mi sexo, levantando mi falda bajo mis braguitas, y empezó a hacerme sexo oral, donde hacía unos minutos Javier había llenado de su leche)

Eso me empezó a calentar otra vez.

- Rodrigo, ya, que si no voy a querer que me la metas otra vez

A lo que poniéndome otra vez en cuatro sobre la cama bajo mi tanguita, levanto mi faldita y me dijo:

- si insistes

Empezó a penetrarme haciendo chocar sus grandes huevos contra mis nalgas fuertemente, una y otra vez, hasta salirse y decirme – gira y abre la boca grande para no mancharte – corriéndose nuevamente en mi boca para tragar toda su leche, después me dijo que ya bajara.

De tanto sexo ya hasta le peda se me había bajado, así que me empecé a despedir de todos de beso en la boca, y una mutua sobada de nalgas, antes de irte Jessy, una ultima chupada, dijo Alberto, y caí en cuenta de que había cojido con los cuatro, pero no había visto a las cuatro al mismo tiempo, así que les pedí que todos se bajarán los pantalones y me las mostraran, me agache y di dos chupadas a cada una, volviéndome a despedir de ellos, y en mi mente agradeciéndoles esa gran tarde, mi primera orgía, y una de mis fantasías cumplidas, cuatro para mi solita.

Espero les haya gustado este relato amigos y que lo califiquen bien, recuerden que como siempre espero sus comentarios vía mail o por todorelatos.com gracias por sus comentarios anteriores y hasta la próxima.