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El hermano de mi amiga (3)

en Hetero: Primera vez

En el reflejo del espejo se veía el reloj de su recamara que marcaban las 2:30 de la tarde, no sabía por que estar más preocupada si por que llegará su familia o por que iba a recibir un pene tan grande, tan grueso, tan largo, y quizá para ustedes sea normal, pero tan curvo, con el que apenas podía mi vagina, sí, esa tremenda verga de película porno pretendía estrenar mi ano, el cual había mantenido virgen a pesar de mis ya innumerables relaciones sexuales.

Separó mis nalgas con sus manos y colocó su pene en la entrada de mi ano, ya no sabía que hacer, como reaccionar, Dios mío me iba a partir y me la iba a partir, poco a poco y con suavidad fue introduciendo su pene en mi ano, poco a poco pero con fuerza, quizá como reacción lógica incontrolablemente se me escapaban gases a lo que decía – que rico truenan tus pedos putita, no habré sido tu primer macho, pero si te estrenare el chiquito – sus palabras me estremecieron.

Logro entrar su glande en mi culo y hasta ahí era doloroso pero soportable, imprimiendo fuerza pero con movimientos cuidadosos fue introduciéndolo dentro de mi, mis gritos eran una mezcla de placer con dolor, gritaba como si estuviera en el recorrido de la montaña rusa o en el maldito kalihuea, Dios, sentía como separaba mis nalgas y empujaba, empujaba, no se que diablos empujaba pero empezó a ganar el dolor, mis lagrimas estaban empezando a brotar de mi rostro mientras suplicaba – por favor, por favor, ya no, ya no más, salte que siento que me matas – después de mi palabra y solo con la mitad de su pene adentro empezó a bobear como si fuera mi vagina mientras seguía estimulando mi clítoris, guau como empecé a sentir, a pesar del dolor sentí que estaba llegando al cielo, mis gritos parecían religiosos – oh dios, oh dios, de lo que me he perdido – mientras el solo decía – sí putita, sí putita – con el bombeo fue logrando entrar poco a poco más su pene y a medida de que aumentaba el ritmo, sentía como era poco lo que faltaba para que pegara su pelvis a mis nalgas y su enorme pene se clavaba en lo más profundo de mis entrañas o cuando menos eso era lo que sentía.

Después de estar así, se salió de mi y me dijo que volviera a limpiar, la verdad me daba un poco de asco ya que había estado en mi ano así que le dije que así no, tomo una playera que estaba botada en el suelo, se limpio el pene que no parecía tener rastros de haber estado en mi ano salvo un nada de sangre quizá de un ligero desgarramiento, pero yo no tenía dolor, y me dijo que la chupara, entonces lo senté en la cama y me arrodille a sus pies sobando sus huevos y mamando su verga muy bien parada.

Se recostó en la cama después de eso y me dijo que lo montara pero viendo hacía sus pies, eso hice mientras me inclinaba hacía el frente después de estar con la espalda erguida facilitando una penetración más honda, sentía otra vez esos espasmos en mi vagina y que chorreaban mis jugos bañando su verga clavada en mi, mis orgasmos eran extraordinarios, a veces cortos, a veces largos, sentía como envolvían su pene mis paredes vaginales.

Mientras hacía esto tenía mi culo en su cara que estimulaba con sus dedos, guau, si eso era un dedo y un pene, que delicia serían dos penes, pero ese no era el caso, me tomo de mis nalgas con las palmas de sus manos y me levanto, sujeto todo mi peso, colocó su pene en posición de penetrar mi ano y dejo caer mi peso suavemente, era inevitable que todo su pene entrara, si me movía podía lastimarme, así que solo apoye mis manos en la cama a la altura de mis hombros y deje que entrara, sentí como nuevamente estaba partiéndome en dos y que iba abriendo, separando, desgarrando mi culo, hasta que sentí que quede sobre sus piernas, tenía todo su pene en el interior de mi ano.

Ayudándome de mis brazos empecé a subir y bajar suavemente hasta que sentí un poco más de lubricación, y el dolor fue pasando poco a poco a placer, empecé cada vez a aumentar el ritmo mientras el jadeaba de placer alzando demasiado la voz, sin llegar al grito, me cojió de las caderas y entonces con la pura fuerza de sus brazos empezó a manipular el ritmo, como hubiera deseado que el espejo estuviera frente a nosotros.

Me fue bajando de los hombros lentamente para no salirse y recostando mi espalda en su pecho me amasaba un seno con una mano mientras con la otra me masturbaba y provocaba que mis jugos nuevamente empezarán a correr.

Me giró, la verdad con un movimiento audaz y me puso en cuatro (de perrito) y arrodillado tras mis nalgas y sujetando mis caderas empezó a bombearme con más fuerza por mi culo mientras mantenía un dedo dentro de mi vagina, y de lo dilataba que estaba con la penetración anal hasta mas dedos metió mientras jugueteaba con ellos dentro de mi vagina.

Bombeaba cada vez más fuerte al grado de que se salio y rápidamente me corrió hasta la orilla para poderme penetrar estando el parado, haciendo juego con gran fuerza sus gemido y los míos se confundían en la habitación, su jadeo era cada vez más intenso, hasta que empecé a sentir unos espasmos de su pene, lo empujaba ya en golpes secos y únicos, fue cuando supe lo que vendría, una inundación de leche corriendo por mi ano que sentía que lo taponeaba cuando el se salio, sentí como ese delicioso semen, ese rico néctar brotaba y brotaba de mi ano tal como si lo estuviera orinando, sentía como salía de mi ano, corría por en medio de mis nalgas y yéndose hacía mis piernas, me que de en esa posición disfrutando la sensación.

Jimmy me jalo para que me levantara y le dije que quería permanecer en esa posición, así que solo me corrió para dejarme de lado, teniendo el espejo de lado me dio nuevamente su verga para que la limpiara y succionara el resto de la leche que me había regalado en mi pene, ahora no me dio asco, sería por la excitación, pero me dedique a chupar y sentir sus jugos en mi boca.

Después de eso me recosté en la cama de bruces y piernas abiertas, como toda una puta que acababa de ser aniquilada, me quede recostada descansando unos minutos, eran ya las 3:05 que marcaba el reloj, así que me dijo – no queda mucho tiempo – y en ese momento acomodo su cara entre mis piernas y empezó a hacerme sexo oral, yo abría más las piernas para que el pudiera chuparme a gusto.

- sigue, que me calientas de nuevo Jimmy

- si Jessy, todavía falta

Estábamos dispuestos a seguir cojiendo el resto de la tarde y solo nos quedaba menos de una hora.

 

 

Continuara