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Después de la boda (04: Durmiendo como lirones)

en Sexo con maduros

Después de la boda IV

Durmiendo como lirones

No se cuanto rato debíamos llevar dormidos allí. La cuestión es que medio me despertaron unas voces. Sin abrir aun los ojos oí una voz de hombre hablando en voz baja.

-Menuda borrachera que llevaban estos.

-Pero no ve como están, don Germán?

-Se habrán venido a bañar y se han quedado fritos. Les habrá dado frío y se han pegado al viejo.

-Ja, ja, ja, han notao tanto pelo y se han creído que el viejo era una manta.

-Ja, ja, ja, cuando se despierten y se den cuenta que están agarraos a los huevos y al rabo del Lucas, se van a pegar un susto de la hostia. Anda, Willy, quítales las manos de ahí con cuidado de no despertarlos.

-Sí, jefe, será mejor. Aunque podríamos despertarlos y ver la cara que ponen al ver que los hemos pillado así, je, je, je.

-Que cabroncete eres, Willy. Te gustaría a ti que te pillaran así? Cualquiera diría que no has pillao nunca una buena cogorza.

Oyendo lo que oía, me pareció que lo mejor era hacer ver que seguía dormido. Así que note como una mano quitaba mi mano de los cojones del tío Lucas y la depositaba con mucho cuidado sobre los míos. Supuse que debió de hacer lo mismo con la de Mauri la cual debía haber pasado la noche sobre el rabo de mi tío.

-Eso es mucho mas decente, Willy.

-No habrán pasado frío en las manos, eso está claro, no le parece, jefe?

-Tienes razón, Willy. Vaya con Lucas, eh?.

-Vaya, vaya.

-Que te parece, nos damos un baño también nosotros, antes de despertarlos, Willy?

-Apetece cantidad con este calor. jefe.

Entreabrí con disimulo los ojos y vi allí delante a Germán, el machorrón dueño de la discoteca y al portero Willy quitándose la ropa. Ambos se quedaron en calzoncillos.

-Mejor que nos bañemos en bolas jefe, sino después tendremos los calzoncillos mojados.

-Sí, mucho mejor.

Verdaderamente, el cincuentón ganaba en pelotas, al menos de espaldas. Aunque el pelo de la cabeza lo tenía prácticamente gris, una espalda esbelta y un culo algo bajo pero con dos buenas nalgas, bien firmes para su edad, aparecían cubiertos por una pelambrera negra que solo se aclaraba en la cintura. Parecía que el pelo de su culo se hacía mas tupido en la raja que separaba las nalgas. A Willy, el pelao con perilla, sí que lo veía de frente. Estaba cantidad de cachas, con unos pectorales cubiertos de un poco de vello el cual continuaba hacia abajo en una línea fina que le llegaba hasta el ombligo donde el pelo aumentaba de manera casi desproporcionada poblando su plana barriga su pubis y sus piernas. El chaval mostraba entre el espeso pelo una polla con un respetable glande totalmente a la vista y bajo ella se apreciaban unos buenos cojones muy colgantes y con poco pelo, uno mas subido que el otro. Cuando el Willy se giró y se agachó para dejar sus calzoncillos junto al resto de su ropa, observé que llevaba un tatuaje en su nalga derecha. Cuando Willy se incorporó, ignorante de que estaba siendo observado, su vista se paseó claramente por el cuerpo de mi tío Lucas, fijándose especialmente en aquello que él mismo había dejado al descubierto hacía un momento.

-No seas impresionable. chaval –le dijo Germán a Willy, percatándose de lo que miraba.

-Es que tiene una polla unos huevos de la hostia, no cree, jefe?

-Pues que me dices de esto? –dijo Germán refiriéndose a lo suyo, que hasta entonces no había dejado a la vista de su empleado al haber mantenido en la mano sus calzoncillos justamente a la altura de sus partes.

Aunque yo tenía a Germán de espalda me pareció que la vista de Willy indicaba que lo que acababa de ver debía ser algo bien grande.

-Joder, jefe, que callado se lo tenía. Ahora entiendo el éxito que tiene a su edad.

-Si lo vieras en pleno apogeo aun lo entenderías mejor, muchacho.

Willy se estaba empalmando Y yo también, pero por suerte Willy había dejado mi mano en el sitio oportuno para que no se viera como me estaba creciendo la picha.

-La suerte que tenéis los jóvenes es que se os pone en seguida como una flecha –dijo Germán a Willy, al percatarse de que el pelao se estaba empalmando.

-A usted no se le empalma ya?

-Joder que no soy tan viejo. Aunque a mi edad ya se necesita algo de toqueteo para ponerla en firmes como se te ha puesto a ti.

-Y crece mucho si se la soban, jefe? Je, je.

-Como os pica la curiosidad a los chavales con las pollas maduras, eh? La verdad es que igual alucinabas si la vieras tiesa.

-Ya será menos jefe.

Willy no quitaba ojo de la delantera de su jefe y a mi me estaba picando mucho la curiosidad. Germán como pensándoselo añadió de pronto.

-Si la quieres ver empalmada hagamos una cosa, Willy: Yo cierro los ojos, tu me la sobas, yo imagino que es la mano de una tía y me apuesto lo que quieras a que se me pone a tope. Después nos vamos a bañar y como dice no se quien, todo lo que sube baja, ja, ja ja.

-Joder, aquí delante de esta peña, jefe?

-La peña esta duerme como un tronco.

-Ok, jefe.

Mierda, ya no veía nada. Como tenía a Germán de espaldas, al acercarse Willy a tocárserla se produjo el eclipse total. Bueno, casi total, porque Germán abrió un poco las piernas y... joder ahí aparecieron unos cojonazos colgando tan gordos y peludos como los de mi tío, con la salvedad de que al ser el dueño de la discoteca menos corpulento y de piernas algo más cortas y menos recias que mi tío, aunque también muy musculadas, peludas y viriles, sus huevos, en proporción, aparecían como una tremenda munición para el arma que no veía. Al ver por un momento aparecer la mano de Willy por aquella entrepierna sopesando aquellas hermosas peludas pelotas deseé poder moverme y volver a sentir lo que tenía mi tío en aquel mismo lugar. Pero la voz casi tartamudeante de pelao de la perilla y el tatuaje en la nalga, me hizo volver a aquel morbazo ajeno.

-Ho, ho, hostia don Germán, menuda tranca se le está poniendo.

Veía que Germán tenía la cabeza levantada mirando al cielo, supongo que con los ojos cerrados como habían acordado, para poder motivarse. Y joder si se motivaba, con lo serio que parecía Germán. Aquel maduro en la cama debía ser un macho de cuidado.

-Ummmm, sí nenita, tocámela bien, así, así, mira que dura me la estás poniendo, mira que pedazo de polla vas a tragarte. Ummmmm, así, tócame bien los huevos, mmmmmm que bien los tocas, pero que bieeeennn....

La mano de Willy aparecía así otra vez ante mi vista sobando los cojonazos de Germán siguiendo al pie de la letra las instrucciones de su jefe.

-Anda, cómeme los huevos preciosa y vas a ver lo gorda y dura que es mi polla.

Entre las piernas abiertas de Germán vi aparecer la perilla del pelao y una lengua que lamía y lamía aquel escroto peludo que por la manera como aquella lengua se movía Willy lo debía estar encontrado delicioso de veras. Así debía ser puesto que la curiosidad de Willy se estaba convirtiendo en obediencia ciega, y puesto que por entre las piernas de su jefe vi como la mano del portero en cuclillas empezaba pajearse su gordo glande mientras su boca le comía los huevos a Germán.

-Que te parece?

-La hostia –oí que decía Willy apartándose un poco, seguro que para ver bien lo que Germán debía tener en la mano.

-Chúpala ya, preciosa.

La perilla del Willy desapareció de mi vista pero por el movimiento de su mano pelándosela con fuerza y el movimiento que emprendió el peludo culo de Germán era evidente que el pelao se estaba tragando aquel cipote que yo sentía cada vez mas curiosidad por ver. Y así era porque los gemidos de ambos y el típico balbuceo que se da cuando uno quiere hablar con la boca llena de la voz de Willy no podía deberse a otra cosa que a una buenísima mamada que además le estaba gustando cantidad.

-Que polla tiene, jefe, que polla, que polla, que polla...-balbuceaba admirado con la boca llena.

Ya no veía las manos de Germán, o sea que seguramente ya estaban en la cabeza de Willy dirigiendo su mamada. Pero sí su culo, que se movía a un ritmo que hacía prever lo que estaba a punto de venir. Lo mismo indicaba el aumento de ritmo en la paja que se estaba haciendo Willy. Yo empecé también a pelármela relamiéndome como si yo mismo tuviera en la boca aquello que era evidente debía ser algo suculento.

Germán ya había bajado la cabeza, por lo visto en ese punto lo mismo le daba ya que la boca que le comía así la polla perteneciese al pedazo de macho que era su joven empleado.

-Así, chaval, así, trágatela toda.

-No puedo jefe, no me cabe.

-Claro que te cabe, chaval, y bien que te gusta.

-Mucho, jefe, mucho.

-Quieres probar como sabe la leche de un tío, Willy?

-Sí, don Germán, sí.

El culo de Germán aceleró el meneo, lo mismo que la mano de Willy y la mía. De pronto me di cuenta que Mauri y mi tío Lucas estaban también con los ojos como platos meneándosela a toda leche.

-Toma Willy, prueba esto –dijo Germán con un golpe de culo que ni os cuento.

-Ummmmm.

–Y esto, chaval

-Siiiiiii

-Y esto....

- Ufff...

Con la corrida invisible pero brutal de Germán vimos salir la leche de la polla de Willy corréndose en perfecta sincronía con los golpes de cadera de su jefe. Con la misma sincronía que nos corrimos los tres mirones, eso si, impidiendo que nuestra leche fuera más lejos de nuestra mano, puesto que en cuanto aquel par de machos volvieran en sí y se diera cuenta de lo que habían hecho nos encontraran durmiendo a borrachera como si nada.

Germán y Willy volvieron al mundo no sin antes pegarse un buen morreo y restregarse bien cada uno en el cuerpo del otro. Pero como muy bien había dicho Germán, todo lo que sube baja.

-Lo siento, Willy, no vayas a creerte que....

-Tranki, jefe, no se que me ha pasado... –dijo Willy, escupiendo.

-Perdona, si te ha dado asco te compensaré.

-No, jefe, he sido yo el que.... joder, el porro y tal... no sé, parecía que lo necesitaba... además usted es mi jefe.... Menos mal que estos no se han despertado... Igual se pensaban que los maricones éramos nosotros, joder.

-Venga, tranquilo, no ha pasado nada, vamos a bañarnos, después los despertamos y nos vamos todos al Yucatán.

Cuando los oímos chapotear en el agua, Mauri, el tío Lucas y yo nos incorporamos, nos enseñamos las respectivas manos llenas de semen y casi nos meamos de la risa.

-Deberíamos bañarnos también me parece -dijo Mauri.

-Y hacernos los sorprendidos –dije yo.

-Eso y que se nos lleven al Yucatán- dijo el tío Lucas. –aunque me ha salido competidor por lo que parece.

-Eso habrá que verlo –dijo Mauri.

-Sí, señor, habrá que verlo –dije yo.

-Pues, al agua patos.

Nos metimos en el agua.

-Anda, pero si sois vosotros –dijo el jocoso Mauri de siempre.

-Ibamos para el Yucatán, pero vimos vuestro coche y pensamos que estaríais bañándoos –dijo el dueño de la disco.

-Pero como estabais dormidos como lirones, no os hemos querido despertar y aquí estamos.

-Está de cojones el agua –dijo mi tío.

-Venga, ya está bien de baño, a seguir la farra –dije yo.

Uno a uno empezamos a salir del agua.

-Uff, que ganas de mear –dijo mi tío Lucas, poniéndose en posición allí mismo en dirección al tronco del primer árbol que pilló.

-Y yo, -dijo Willy saliendo y poniéndose al lado de mi tío.

-Y yo –dijo Germán saliendo y uniéndose a la fila.

-Joder, y yo –dije poniéndome al lado de Germán y rozándole accidentalmente el vello de su brazo.

Mauri salió al último y se puso flanqueando al tío Lucas por el otro lado. Un ufffff colectivo de alivio acompañó una sonora meada durante la cual los ojos de unos otros fueron oteando aquel cachondo muestrario de pichas estableciendo cada uno sus conclusiones privadas. Lo que tenía a mi lado echando un chorro de la hostia era un pollón muy gordo y descapullado rodeado de espeso pelo negro que hacía honor al macho maduro que lo sostenía en su mano. Ganas de convertir aquello en un bufet libre seguro que no nos faltaban a ninguno, pero dada la nueva composición del grupo, debíamos comportarnos como los machos que en realidad éramos pesar de los recientes resbalones. Nos la sacudimos ostensiblemente entre bromas, nos vestimos y nos metimos en los coches. El dos plazas de Germán me llamó mucho la atención y así se lo dije y al bueno de Willy enseguida se le ocurrió que yo me fuera en el de su jefe y que el iría en el otro con Mauri y el tío Lucas.