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Después de la boda (12: Veteranos en la cocina)

en Sexo con maduros

Después de la boda XII

Veteranos en la cocina

Cuando me desperté, Germán no estaba en la cama. Miré el reloj, eran las nueve de la mañana. Salí dispuesto a pegarme una ducha. En el baño estaban Mauri afeitándose y Willy en la ducha.

-Buenos días, chavales, habéis dormido bien?

-De puta madre –dijo Mauri.

-Como un angelito –dijo Willy.-Y tu?

-De cojones, menudo día ayer, machos –dije yo, mirando disimuladamente los culos de Mauri y de Willy, buscando ingenuamente la señal de la movida nocturna.

-Y el hombre de la casa? –me preguntó, Mauri, mirándome con picardía.

-No sé, he dormido en su cama, pero no se donde anda.

-Estará con los otros preparándonos el desayuno –dijo Willy.

-Qué? –pregunté divertido.

-Que el equipo de veteranos ha dicho que nosotros nos pongamos en forma que ellos se ocupan del café. –dijo Mauri.

-No me lo puedo creer –dije- me encantaría ver por un agujerito a ese trío de madurotes marujeando en la cocina.

-Je, je –se rió Willy saliendo de la ducha rodeándose una toalla no muy grande a la cintura. –Vamos a fisgonear, chavales?

-Venga –dijo Mauri lavándose la cara y poniéndose también una toalla.

-Vamos y te duchas luego –Me dijo Willy, tirándome la toalla con la que se acababa de secar.

Me la lié a la cintura y nos fuimos sigilosamente hasta la puerta de la cocina donde estaban los tres maduros en calzoncillos, Germán con el café, mi tío con las tostadas y Joaquín cortando fruta.

-Pues lo que no hay es leche, se tendrán que tomar el café solo –Oímos que decía Germán.

-Pues estos chicos necesitan alimentarse –decía Joaquín.

-De hecho, el chaval del súper tenía que haber venido ya –aclaró, Germán.

-Les ponemos leche condensada, je, je –dijo mi tío, ordinariote como siempre.

-Eso es, llenamos un tarrito y solucionado –propuso el cabrón de Joaquín.

-Aun os queda marcha, cabrones? –preguntó riéndose Germán.

-Joder, que noche, tíos, no he pegado ojo – informó Joaquín.

-Ni yo –dijo mi tío.

-Ni yo –dijo Germán.

-Qué pasa, Lucas, no te ha dejado dormir Willy? –dijo el morboso de Germán.

-Seguro que el Lucas le ha dado lo que necesitaba –metió baza Joaquín, tocando el paquete de mi tío..

-No se, no se, ese chico nunca tiene bastante –confesó mi tío. –Pero tiene un culo de cojones.

En nuestro escondrijo, Mauri y yo nos cachondeamos de Willy.

-La juventud de hoy necesita mucha atención –dijo Joaquín rascándose los huevos.

-Para eso estamos nosotros, no muchacho? –dijo mi tío – Y tu tienes para dar y vender Joaquín –añadió devolviendo el toqueteo al gran paquete de Joaquin. Espero que atendieras bien al Mauri, ese chico se lo merece.

-Pero creo que también necesitaba más ese chavalote – dijo Joaquín. –Eso sí, un gran culo. Su boca ya la conocéis todos.

Ahora le tocaba el turno a Willy de cachondearse de Mauri.

-Y tu qué, Germán, dejaste alto el pabellón de los veteranos? –Continuó mi tío, metiéndole también mano al paquete. -Tuvo bastante atención mi sobrino?

-Ya lo creo que la tuvo, pero creo que su culo también pedía mas.-dijo el muy cabrón, causando la burla de Willy y Mauri. –Y de su boca no os digo nada porque sabéis de sobras como traga

-Ya lo creo que lo sabemos –dijeron a la vez mi tío y Joaquín.

-Pero os voy a confesar una cosa, aquí, entre hombres –añadió. –tuve que dejarle que me diera por el culo y no veas que buen follador es para su edad.

-Yo tuve que hacer lo mismo con Mauri y el cabroncete se me folló como un tigre. Promete.

-Yo también dejé a Willy que me la metiera, se lo merecía el chaval. Y cumplió bien el nene.

Los tres maduros mostraban ya bajo sus calzoncillos un considerable empalme.

-Qué, les preparamos un poco de leche condensada? –dijo Joaquín, tocándosela. -Algún voluntario, veteranos?

-Yo mismo –dijo mi tío, bajándole el calzoncillo a Joaquín y empezando a meneársela –acércate, Germán, que adelantaré trabajo.

Germán se acercó y mi tío le sacó también el rabo, meneando uno con cada mano.

-A ver si es que solo van a tener derecho los chavalitos a disfrutar de estas trancotas de verdadero macho. Que buenas pollas tenéis y que pedazos de machotes que estáis hechos, joder. –decía mi tío cascando las dos trancas.-Podíamos montar un pisito de solteros nosotros tres.

Las manos de Joaquín y Germán bajaron el calzoncillo del tío Lucas y agarraron también su tranca empezando a pelársela.

-Que pollón tienes, Lucas –le dijo Joaquín. –Tenía ganas de tocársela así en plan colegas desde anoche, tu no Germán?

-Muchas, también. Y sobretodo ese par de cojonazos de impresión que tienes, Lucas –añadió, Germán bajando su mano a ellos.

-Pues anda que vosotros –dijo mi tío llevando sus dos manos a los respectivos cojones de los otros.

-Mirar como me ha dejado el ojo del culo el cabronazo del Mauri. Hasta tu tranca me entraría, Lucas, o la tuya, Germán.

Se giró y los dos le miraron el agujerazo que les enseñaba apartando con las dos manos sus nalgazas peludas para dejar su ojete abierto a la vista.

-Mmmmmmmmm, si que te lo puso bien, machote –dijo mi tío, pelándosela él –Quieres probar a ver si te cabe esto, Joaquín?

-Si, Lucas, clávame esa pollaza madura

-Toma pedazo de macho, trágate esto –dijo mi tío metiéndosela entera.

-Que pollón, Lucas –dijo Joaquín empezando a menear su culo en el garrote de mi tío.

-Mirar el mío –dijo Germán haciendo lo mismo que Joaquín.

-Joder, ahí es difícil acertar el ojete con tanto pelo, macho, jaja –Dijo Joaquín.

-Prueba –dijo Germán poniéndoselo a tiro –El sobrino de Lucas me lo ha dejado como un bebedero de patos. Creo que me cabría hasta tu pollón Joaquín.

Germán se puso delante de Joaquín y él mismo se metió el rabazo del segurata cincuentón de la melena que se estaba tragando a tope la polla de mi tío. Nosotros tres estábamos mudos de asombro ya y por supuesto con las pollas tiesas.

-Mmmmmmm –me dijo Mauri, viendo la única polla que quedaba al aire, que era la de Germán. –Te has tragado bien esta noche ese pedazo de polla, verdad Jorge? Se me está poniendo el culo cachondo, colega.

-Joder, bien que te has tragado tu esa maravilla que tiene Joaquín, cabrón, ya me gustaría a mi. A ver como te lo ha dejao –le dije a Mauri.

El quitándose la toalla me enseñó su orificio peludo bien ensanchado.

-Que guapo te lo ha dejado el cabrón, me dejas probarlo?

-Claro, coleguita – dijo poniéndose delante de mí.

Se la metí. Pura delicia lo fácil que entraba y el cachondo meneo que Mauri empezó a dar. Willy se quitó la toalla y se puso delante de Mauri enseñándonos su ojete.

-Pues mirar como me lo ha dejado a mi el pollón de Lucas. Ojalá me la estuviera metiendo a mi ahora.

-Tienes un culazo, Willy, acércalo y date gusto con mi polla –dijo Mauri.

Willy se metió la polla de Mauri y los tres empezamos a follarnos mirando la follada de los tres madurazos en la cocina. Cuando vimos como Joaquín empezaba a meneársela a Germán mientras se lo follaba y era dado por el culo por mi tío, Mauri pilló a su vez el gordo capullo de Willy y empezó a sobárselo. Los maduros se lo estaban pasando en grande.

-Que bien follas, Lucas –decía Joaquín -y que culo tienes Germán.

-Te gusta mi polla, Joaquinito?

-Cantidad, Lucas.

-Pues menea ese coño de tío que tienes pedazo de cabrón.

Al acelerar Joaquín, Germán recibía su embestida aun mas fuerte.

-Joaquín, cabrón, que pedazo de taladro tienes.

-Te gusta que te de por el culo un tío, eh?

-Es la hostia, macho, folla fuerte, joder.

-Prueba la de Lucas, Germán, que yo quiero probar este tarugo que tengo en la mano. Cambio, chavales.

Los dos que estaban ensartados se sacaron las pollas y rápidamente cambiaron de pareja. Germán flipó, cuando se endiño la del tío Lucas.

-La madre que te parió, Lucas, que pppolla –soltó Germán empezando a menear su culo al mismo tiempo que su polla se metía en el culazo de Joaquín.

-Y de este culo que me dices? Mmmmmmmmmm, que ganas tenía de conocerte bien Germán, machote. Que polla tienes, cabrón –dijo Joaquín recibiendo el tarugazo que yo conocía tan bien como el de mi tío.

Mauri también quiso cambio.

-Coleguita, déjame ver como te lo ha dejado a ti Germán –me dijo.

-Claro, tronco – cambiamos de posición dejándomela endiñar con sumo gusto por la trancota de mi amigo del alma. –Mmmmmmmm, Mauri, tronco, que polla mas buena tienes. Con tantos chochetes que te has follado, ummmmmm, dame, dame...

-Toma la polla de tu hermano, que siempre he querido follarme tu culo –me decía Mauri llevándome al cielo. –Y tu Willy, que haces ahí solo, métete el rabo de mi hermano, es el mejor, tan bueno como su culo, prueba y querrás repetir.

Willy puso su culo en mi polla y de verdad que mi tío se lo había dejado fabuloso.

-Te pone mi tío, verdad Willy –le decía yo calentándolo bien. –que buenos estan esos madurotes peludos, verdad chaval, te gustan, eh?

-Mucho, mucho, mucho –repetía Willy follándose con mi polla y pajeándose sin dejar de mirar el trío de la cocina.-Con tíos como esos hasta me hacía maricón, colegas.

En la cocina, el único culo vacío era el de mi tío, que de repente, sacó su garrote del culazo de Germán y apoyándose en la mesa, dijo:

-Joder, darme tranca a mi también.

Germán también la sacó del culo de Joaquín y se miraron complacidos.

-Cuál quieres, Lucas? –dijo Joaquín.

-Joder, las dos, machotes.

-Endíñalo tu, Germán; que disfrute primero de la mas gorda en el culo y que se coma la mas larga por la boca. Luego cambiamos.

-Joder que trancazo vas a meterme, Germán.

-Te apetece, Lucas?

-Con vosotros me iba a vivir, cabrones.

-Aunque no lleve perilla, golfo?

-Siempre has sido el tío mas guapo de aquí, cabrito.

-Y tu con esa barba y esa pelambrera, el mas machote.

-Y mira Joaquín, no está guapote mamando?

-Una noche de estas quedamos los tres y nos pegamos un buen revolcón de veteranos.

Que cachondos nos puso a los tres imaginar esa escena. Nuestras pollas aceleraron y las manos empezaron a sobar bien al compañero. Pero, de pronto, sonó el timbre de la puerta. Todos paramos la follada de golpe.

-Joder –dijo Germán –en buen momento llega el cabroncete del súper. Lo siento, Lucas, dijo, sacándosela y dándole una buena palmada en el culo peludo de mi tío.

Nosotros nos fuimos otra vez al baño sin hacer ruído a continuar como si nada.