Os cuento una cosa que hemos experimentado y que nos ha hecho sentir un gran placer tanto a mi pareja como a mí.

Teníamos una cena con unos conocidos de lo más vario pinto y entre ellos se encontraba una vieja hippie que me dio la receta. Comenzamos a hablar de sexo y ella relató, en una historia deslavazada, cómo, cuanto y cuando se había follado a cuantos y cuntas. En una de estas dio una formula magistral para que, todas aquellas que tuvieran aversión a hacerlo por detrás, experimentaran un gran placer. – Tomad unas ramas de romero, unas hojas de menta y un cogollo de maría. Ponedlos a cocer en una gran olla a fuego lento por media hora. Durante la cocción, haceos una lavativa, para eliminar las heces y así no os encontrareis con una desagradable sorpresa. Una vez preparada la infusión llevarla al baño y destapadla para que el vapor aromatice la estancia. Durante el tiempo que esté emanando vapor o hasta que esté tibio, deleitaos con una ducha. Una vez llegado el momento y con la ayuda de una pera, introducid por el esfínter una cantidad generosa de infusión, aguantándola en vuestro interior un rato y cuando la expulséis, que vuestra pareja os haga por un rato un anilingus, profundizando con su lengua poco a poco y después ayudándose de los dedos. No tengáis prisas. Repetid esta operación hasta que os cueste trabajo retener el líquido. En este punto ya estaréis preparadas para recibir a vuestra pareja. Ayudaos con un lubricante, mejor si es aceite con esencia de romero.— y concluyó. — Niñas, si tanto lo desean, hacédselo primero ustedes y cuando os los hayáis follado, permitidles hacer a ellos.

Os prometo que la experiencia vale la pena. Entre tíos estas cosas son mariconadas, pero en la intimidad de tu casa, es una pasada.