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La caverna (1)

en Dominación

Recorrió con el todoterreno el camino pedregoso que llevaba hasta el acantilado. Un camino lleno de maleza y vegetación, miró hacia la parte trasera y vió los aparejos de escalada desperdigados .

Al rato de perderse varias veces y consultar el mapa otras tantas llegó al sitio acordado, allí le esperaban María y Pablo.

Se bajó del coche y avanzó hacia ellos, María ya estaba preparada para darla un fuerte abrazo, hacia mucho tiempo que no se veían y por fin habían podido quedar ese verano para practicar sus deportes favoritos: la escalada y la espeleología.

-¡ Hola mi niña ¡ - le dijo María mientras le pegaba un fuerte abrazo.

- Hola Ángela ¿qué tal el viaje?- le preguntó Pablo con su encantadora sonrisa.

- Pues bien, me he perdido un par de veces pero bueno, ya estoy aquí- respondió.

- ¿No os parece un sitio perfecto? ¿a qué he escogido bien?- presumió María.

- Ya te digo, está todavía en estado virgen , estoy deseando bajar a la cueva. – apuntó Pablo.

-Si os parece nos ponemos manos a la obra y así cuanto antes estemos acomodados en la cueva antes podemos realizar el recorrido.- afirmó Ángela.

Y así lo hicieron, prepararon las mochilas y las cargaron a la espalda, prepararon los apuntes, las cuerdas de seguridad y se dispusieron a bajar por el acantilado que daba al mar.

- Dios mío esto es impresionante, qué preciosidad- exclamó María que fue la primera en pisar el suelo de la cueva.

Ángela apuntó con la linterna hacia el interior de la misma y observó la dentadura que formaban las estalactitas y estalagmitas producto de la infiltración del agua. Observaron las pequeñas lagunas que se habían formado en la superficie de la cueva y sintieron en su piel el frío aire que la recorría.

Acordaron internarse en las profundidades de la cueva y siguieron una ruta que supuestamente tenía que desembocar en un lago interno de más amplitud que el resto, esperaban dar con él para poder tomar todas las fotografías y muestras que necesitaban.

Pablo para amenizar el descenso y el agobio al tener que arrastrarse entre los huecos que encontraban para poder continuar empezó a contar sus batallitas de la universidad.

-Pues sí os digo que la rubia le enseñó las tetas al de química orgánica en su despacho y así ha sacado sobresaliente en el examen- decía Pablo.

- Venga ya tío esa para conseguir un sobresaliente no sólo le tuvo que enseñar las tetas, se la tuvo que chupar muy bien- le replicó María.

- Anda chicos dejadlo ya y estaos atentos a ver por dónde pisáis. Aunque para seros sincera yo también creo que se la chupó- se rió Ángela.

Al poco llegaron a una explanada en el centro de la cueva y se dispusieron a tomar posiciones para descansar y comer algo.

Chicos me voy a mear que no aguanto más, enseguida vuelvo- dijo mientras se levantaba María.

Chica no te cortes puedes hacerlo aquí mismo- le dijo Pablo mientras le guiñaba un ojo.

¡Pervertido¡- le gritó María mientras se alejaba por un angosto sendero.

Reconoce que sigues pillado por ella, Pablo- le preguntó Ángela.

No sé lo que siento, sólo sé que folla como una buena profesional y está buenísima con ese culo, esos pedazo de pechos, se me hace la boca agua….

Tío estás salido- le dijo Ángela.

Puede ser pero qué se le va a hacer uno tiene sus necesidades, así que si te apuntas a pasar un buen rato conmigo….- dijo esto y empezó a abalanzarse sobre Ángela.

Ángela llevaba mucho tiempo sin probar un hombre y de verdad que tenía ganas pero ¿con Pablo? Nunca lo había pensado y no sabía qué tal se lo iba a tomar María…….pero cuando sintió la mano de Pablo en su pecho no pudo reaccionar a tiempo.

Eso es nena, déjate que te haga mía- le susurró Pablo al oído y empezó a lamerle la oreja.

La manoseó los pechos, le bajó la cremallera de sus vaqueros y empezó a acariciarle el clítoris, le separó los labios e introdujo un dedo en su sexo, no perdón ya eran dos, si que era rápido……Se notaba húmeda y realmente excitada, ayudó a Pablo a que le quitara la camiseta y el sujetador mientras Pablo se puso un momento de pies para colocarse mejor.

Ella no desaprovechó ese momento se acercó gateando hacia él meneando sus caderas se colocó de rodillas delante de él y le bajó la cremallera.

¿Qué me vas a hacer , gatita?- coqueteó Pablo.

Mmm pues veamos me gusta mucho la leche, así que ¿por qué no me das un poco de la tuya?.

No le dejó tiempo para responder, se metió su polla en la boca, empezó dándole pequeños lametazos, a meterla y sacarla, a hacer círculos en el glande con su lengua, a recorrerla hasta la base y empezó a succionar mas y mas rápido, Pablo acompasaba su ritmo y embates a los de Ángela y cuando vió que Pablo podría correrse se alejó.

¿Qué pasa?- preguntó Pablo.

Lo he pensado mejor y creo que no sólo me apetece tu leche quiero tenerla dentro de mi- y acto seguido Ángela se bajó los pantalones y el tanguita morado.

Pablo se acercó a ella la tumbó en el suelo, le abrió las piernas y empezó a juguetear con su polla alrededor del sexo de la chica, rozándolo, acariciándolo con el glande hasta ponerla a cien. Cuando vió que la chicha no paraba de gemir le introdujo su polla hasta el fondo, la caverna les devolvía el sonido de sus jadeos. Pablo la embestía más salvajemente, la agarró de las piernas y se las subió hasta que ella las apoyó en sus hombros, esto hizo mas profunda la penetración hasta que por fin alcanzaron el orgasmo, Ángela notó toda su vagina inundada con el semen caliente de Pablo, se sentía realmente bien.

Después de un silencio bastante incómodo Pablo se atrevió a decir algo:

Uff estoy agotado, madre mía menuda sesión hemos tenido.

Ya ves, lo necesitaba. Por cierto, de esto ni una palabra a María, ¿vale?

Coño María es cierto ¿dónde se habrá metido esa meona?.

En otro extremo de la cueva María no se podía creer la buena suerte que la acompañaba ¡se había perdido!, estaba desesperada ya no sabía qué hacer , creía que estaba dando vueltas en círculo sin ningún sentido.

Al final de un pasillo de roca creyó ver una luz, se dirigió hacia allí pensando que por fin había encontrado a sus amigos.

Cuando llegó allí no pudo creer lo que sus ojos veían, había cadáveres y huesos apiñados en montañas, colgando de ganchos y cuerdas, todo cubierto de sangre, trozos y más trozos humanos. Una arcada le llegó y se puso a vomitar ahí mismo, ¿qué coño pasaba alli? ¿qué era todo esto?, dios mío lo estaré soñando- se decía mentalmente. Se giró rápidamente para huir de allí pero topó con una montaña de negro que la hizo retroceder y caer de culo. Miró a aquel ser y……..no podía ser , no….. todo se volvió negro.

Cuando despertó se encontró atada a una especie de pira de piedra con los brazos en cruz y completamente desnuda, se miró y pudo comprobar que tenía el cuerpo lleno de arañazos.

La figura de negro ahora estaba acompañada de otras cuatro y la miraban como si fuese un manjar.

-Soltadme, por favor- les gritó .

Una de las figuras se movió hasta ella se quitó su túnica y pudo comprobar que era un ser deforme, con bultos y abscesos por todos lados supurantes. Sus ojos eran ciegos, grises, casi blancos, daban auténtico pavor. Las otras cuatro figuras hicieron lo mismo.

¿Qué vais a hacer?, no por favor, mi padre tiene dinero os dará lo que pidáis pero , por favor, no me hagáis daño- les dijo María entre sollozos.

Tú eres nuestro regalo de hoy y no te vamos a desaprovechar- dijo uno de aquellos seres que se acercaba a ella.

Se pusieron los cinco a los lados de su víctima y a una señal del jefe de todos ellos hicieron su trabajo.

Uno de ellos introdujo su polla en la boca de la chica que no tuvo más remedio que aguantar sus embestidas y atragantarse.

Otro de ellos se encaramó a la pira y alzando a su víctima la empaló por el coño, como un salvaje, como un animal. El siguiente no tuvo tanta piedad y se colocó de tal forma que la penetró analmente, fue forzándola poco a poco hasta que consiguió hundir su asqueroso miembro en el ano de la chica que empezó a sangrar.

Y los otros dos ebrios y extasiados en su crimen y saboreando del espectáculo procedieron a cortar los pedazos mas tiernos de la chica para comérselos, le arrancaron sus pechos con un gran cuchillo afilado. Agarraron cada uno un pecho en su mano ya cercenado goteando sangre, empezaron a lamerlo y a darle pequeños bocados, un gran manjar.

Cuando por fin disfrutaron de ella lo que quisieron se pusieron histéricos y excitados, empezaron a golpearse unos a otros y los que parecían más débiles se pusieron de rodillas en el suelo ofreciendo sus nalgas para ser penetrados por sus superiores en gesto de sumisión por su parte y de gratitud por haber participado en la pequeña ofrenda que habían recibido de sus dioses. Los jefes los penetraron fuertemente y al mismo tiempo cogieron un látigo y los azotaron sin piedad a modo de hacerles comprender quién era el que mandaba en aquella caverna. Entre sangre, sudor y esperma dieron por finalizado el ritual.

Colgaron el cuerpo desmadejado de María en uno de los ganchos de la pared a modo de despensa y se marcharon por uno de los caminos a la espera de sus siguientes víctimas.