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Marcada

en Erotismo y Amor

Palabras, frías y desgarradoras palabras fue lo último que se escuchó salir de sus labios antes de oír el fuerte portazo. Le ví salir de la casa cargado con sus maletas y me quedé sola con mi pena.

Decidí dedicarme ese día a mí misma ya que no quería ver ni hablar con nadie y porque la opresión que sentía en el pecho apenas me dejaba respirar.

Me deslicé en la ducha y sentí cómo el agua tibia resbalaba por mi suave piel , por mis turgentes pechos y mis bien formados muslos. Cuando salí del baño me sentía mucho mejor, me vestí con una falda corta y una blusa y me puse zapatos de tacón ya que necesitaba encontrarme femenina ese día.

Cuando salí a la calle sentí el dulce aroma de la primavera, la llegada del buen tiempo y mi estado de ánimo mejoró considerablemente. Pedí un café para llevar en una tienda y me sentí en un banco del Gran Parque a leer.

Tan absorta estaba en la lectura que no me dí cuenta del ocupante del otro lado del banco, me llegó su aroma, olía bastante bien pero su aspecto distaba mucho de ser tan acogedor. Enfundado en unos pantalones de cuero negros que se le ajustaban a sus poderosas piernas y una ajustada camiseta de manga negra marcando sus músculos parecía un guerrero salido de un cuento dispuesto a despachar él sólo a todo un ejército.

De repente me miró, una mirada inquietante de depredador y me sentí desarmada por completo, cayeron abajo todas las defensas que esa mañana me había dispuesto a adoptar respecto a los hombres.

- Hola, ¿pasé el examen?- me preguntó , con voz muy masculina y seductora.

- ¿Qué?- logré decirle.

-He visto como me mirabas de reojo y me pregunté que si he pasado el examen.

- Oh, eso, lo siento yo..........-logré balbucear ruborizándome .

-Bueno que te parece si damos una vuelta en mi moto?- me invitó.

-¿Eres motero?- pregunté .

-¿Es que tengo pinta de bailarina , quizás?.- inquirió alzando una ceja. Ese gesto suyo me volvió loca de remate. No sé que me impulsó a ello pero le asentí con la cabeza, un calor empezaba a generarse entre mis piernas y mi mente no dejada de pensar en imágenes de ese macizo desnudo encima mía.

- Ponte el casco no quiero que te mates antes de que lleguemos, sería una lástima.- dijo mientras me lo lanzaba.

Me arremangué la falda hasta más arriba de mis muslos y me coloqué en la parte de atrás de la impactante Harley Davidson con el casco ya puesto. Él me miró y se fijó en mis muslos al descubierto y una brillante dentadura asomó entre sus deliciosos labios.

Arrancó y salimos lanzados a toda velocidad por la carretera, yo me agarré a su torso y al palpar sus músculos la boca se me hizo agua, ya pensaba en lamer cada rincón de ese duro cuerpo con mi lengua, de morder ese culo que se pegaba a mis muslos. Me eché descarada hacia delante y pegué mis pechos a su espalda en un intento de que comprendiera lo excitada que me tenia.

Pasamos a gran velocidad por numerosas calles y abandonamos la cuidad, giró la moto y se internó por un sendero, un tanto más rural, y con abundante vegetación. La verdad es que no estaba preocupada por lo que me podía pasar, mi único pensamiento era el tener a ese semental dentro de mi a toda costa, si tenia que morir que fuese así.

Al final del sendero llegamos a una casita, más bien modesta, con ventanas de madera y fachada blanca. Aparcó la moto en lo que se suponía que era una especie de garaje aunque distaba un poco de serlo porque sólo tenía un techo sin paredes.

Abrió la puerta principal y me invitó a pasar. El interior me sorprendió, bastante confortable, un sofá, una alfombra bastante mullida, una cocina americana...vaya me imaginaba haciéndolo con aquel tipo en cada rincón de la casa.

De repente, me pasó el brazo por detrás y empezó a masajearme los pechos, un placer infinito me recorrió entera.

-Esto es lo que has venido a buscar y yo te lo voy a dar todo- me susurró al oído y se pegó a mí espalda dejándome sentir su enorme erección.

-Haz lo que tengas que hacerme hoy y aquí soy tuya- le dije. ( dios mío estaba loca y hablaba como las actrices porno, ¿cómo me había hechizado?).

Así comenzó, me tumbó en el suelo y empezó a desnudarme y a mordisquear mi blanca piel mientras gemidos de placer se escapaban de mis labios. Cuando llegó con su lengua a mi sexo y empezó a entrar y a salir y a lamer en círculos no pude reprimir un grito y derramarme en su boca.

Logré ponerme encima de él y por fin pude hacer realidad mi fantasía lamiendo esos pectorales, esos abdominales y llegar hasta su miembro, tan duro, tan potente , tan preparado. No lo dudé ni un momento y me lo metí en la boca y por poco casi me atraganto del tamaño, lo saboreé , lo chupé , le dí pequeños mordiscos, lo disfruté en grande y cuando quería más él me agarró y me sentó a horcajadas encima suyo insertándome su enorme pene. Lo monté y cabalgué sin cesar, disfrute de cada gota de sudor derramada y cada orgasmo que me hacia temblar además de esos ojos casi amarillos que me miraban estudiándome con todo detalle recordándome a un gran depredador.

Cuando creí desfallecer me tumbó de espaldas en la alfombra y pobre de mí ahí comenzó mi verdadera tortura, me penetró hasta el fondo y con cada fuerte embestida alcancé el cielo ¿o tal vez el infierno?.

En un minuto toda la escena cambió, sus ojos se volvieron amarillos brillantes y en su boca sus dientes crecieron de forma descontrolada, quise quitármele de encima pero me tenia bien ensartada y cuando quise coger algo para golpearle me agarró fuerte y me pegó un mordisco en el hombro antes de derramar su líquido en mi interior.

 

El despertador sonó como cada miércoles para acudir al trabajo a las 7:00 am y me dejó atontada. Ahí estaba en la cama, en mi habitación, en mi casa de siempre Vaya- pensé- sólo ha sido un sueño, ya decía yo que esos tíos macizos no se encontraban por la calle; había algo del sueño que no recordaba bien y me daban escalofríos.

Me metí en el baño para ducharme e irme a trabajar, cuando estaba completamente desnuda me miré en el espejo y ahí la ví, la mordedura, la marca del lobo y un grito desgarrador salió de mi garganta.