miprimita.com

La caverna (2)

en Dominación

Ángela y Pablo se habían quedado dormidos esperando a que María volviese, los chicos se despertaron rápidamente al oír el timbre del despertador.

El primero en desperezarse fue Pablo que miró en derredor suyo buscando a María, pero sólo encontró tendida a su lado a Ángela, sus labios se curvaron en una sonrisa de satisfacción al recordar el polvo que horas antes habían echado.

-Ángela, cielo, despierta. No encuentro a María por ningún lado, creo que no durmió con nosotros anoche- le dijo Pablo mientras la zarandeaba.

-¿Qué dices? ¿Dónde está? Deja de llamarme cielo que no soy tu cielo- contestó Ángela.

-Pues no lo sé, levántate preparemos la mochila y vayamos a buscarla- aconsejó Pablo.

Eso hicieron, rápidamente se pusieron en marcha para buscar a su amiga. Atravesaron espacios sinuosos, descendieron cuestas y pasaron por lagunas subterráneas. No se daban cuenta de que les seguían, cinco pares de ojos no les dejaban de observar y se relamían al pensar en sus próximas víctimas.

Cuando llegaron a una gran laguna hicieron un alto en el camino.

-Mira, Pablo, ésta es la gran laguna subterránea a la que queríamos llegar, el final de la cueva supuestamente una de estas salidas da directamente al acantilado y al mar, es otra de las salidas.-le instruyó Ángela.

-Genial, estupendo, pero ¿no ves que no hemos encontrado ni rastro de María?. Algo la debe de haber pasado. Mira vamos a hacer una cosa quédate aquí con todas las cosas para prepararnos para pasar la noche y yo mientras voy a investigar un poco por uno de estos entramados, enseguida estaré aquí.-dijo Pablo.

-Noooooooo, de ninguna manera. A mí no me dejas aquí sóla- le gritó aterrorizada Ángela.

-No te preocupes de verdad, cielo, que enseguida vuelvo.

-Está bien pero date prisa, ¿vale?.

-Ok-lo dijo y se puso en camino.

-¿Pablo?.

-Dime

-Recuerda: no soy tu cielo- le dijo Ángela con una sonrisa.

Pablo se dio la vuelta riéndose también, qué chica más dura y que caliente era, todo un manjar, todo pasión, cuando recordó cuando la embistió con su dura polla pudo sentir como gemía, cómo disfrutaba, dios le volvía loco. Hoy se la follaría otra vez, necesitaba hacerlo.

Recorrió el sendero de la derecha, un angosto camino, lleno de rocas por doquier, parecía que le llevaba en zigzag hacia el camino del que provenían y enseguida acabó en el lugar en el que cinco seres le estaban esperando, una mosca en la tela de araña.

Pablo se quedó por un momento parado mirando a aquellos seres, al principio pensaba que eran de plástico o maniquís o algo por el estilo, pero joder, ¡estaban vivos!… ¿pero cómo es posible?.

Uno de aquellos seres se le echó encima, le agarró por el cuello y le subió en vilo con su fuerza descomunal. El resto se iban despojando de sus túnicas listas para entrar en acción. La sala de sacrificios estaba lista y la víctima acababa de llegar. De las paredes de la sala colgaban los trofeos conseguidos hasta ese momento incluidos los restos de María.

El ser que le mantenía sujeto del cuello y que le estaba ahogando habló con su voz de ultratumba:

- Bien, un ejemplar masculino, mis favoritos. Quiero que lo entiendas bien, esta noche vas a morir, no vas a llegar a ver amanecer otro día pero va a depender de ti el que tengas o no una muerte rápida o lenta y dolorosa, ¿entiendes?.

Pablo no dejaba de llorar e imperceptiblemente asintió.

-Buen chico- dijo esto y le pegó un lametón con su rugosa lengua.

-Ummm realmente saladito, qué delicia. Desnudarle- tiró a Pablo a un extremo de la sala donde esperaba el resto de los seres que enseguida desnudaron a su víctima.

-¡ De rodillas¡ - le ordenó el jefe.

Pablo no podía hacer otra cosa que obedecer, estaba muerto de miedo y no podía enfrentarse él solo a aquellos seres. Éstos se desprendieron de sus túnicas negras y quedaron desnudos frente a Pablo, con sus abscesos, sus deformidades, su horror. Pablo pegó un gritito que quedó amortiguado cuando uno de aquellos seres desenrolló un látigo. Pablo se puso a rezar sin pensárselo dos veces.

-Esto es lo que quiero que hagas por nosotros y así morirás rápido- le empezó a explicar el demonio ese- De rodillas irás chupándonos la polla a cada uno hasta que quedemos satisfechos, te dejarás poseer por quien de ellos así lo quiera y luego te tumbarás en la pira a esperar tu muerte, así que ¡vamos a trabajar!- e hizo restallar el látigo en la espalda de Pablo que rápidamente se puso a la faena.

Empezó a chupar el miembro de cada uno de aquellos seres, dentro, fuera, dentro, fuera, con grandes lamidas mientras estos no paraban de tirarle del pelo y de disfrutar dándole latigazos que le dejaban profundas heridas en la espalda. No sabía bien como chuparles la polla, jamás lo había hecho con un tío pero se esforzó sobremanera por agradarles mientras que lagrimones le iban mojando sus mejillas.

Cuando llegó a uno de ellos ,el último, este le hizo darse la vuelta, hasta ese momento había tenido suerte y los demás se habían limitado a que se la chupase pero este quería violarlo.

- No, por favor, no señor yo se la chupo, pero no me haga más daño- gimió Pablo delante de él y de rodillas.

El demonio se limitó a pegarle una sonora bofetada y con su fuerza descomunal le dio la vuela y le ensartó su polla en el culo.

-Aaaaaaahhhhhh- sonó el gritó desgarrador de Pablo- mientras el demonio no paraba de bombear en su interior, violándole, desgarrándole.

Cuando por fin acabaron con él, no se podía poner en pie, estaba exhausto, dolorido y sangraba por las heridas infringidas por el látigo.

Aun así esos seres de pesadilla se las apañaron para colocarle en la pira y atarle de manos y pies.

Se le acercó el jefe:

- Te has portado bien, hijo mío, sólo por ello tendrás una muerte rápida como te prometí, con un pequeño detalle- dijo esto y acto seguido le cortó el pene con un cuchillo afilado , Pablo pegó un grito desgarrador y se desmayó. El jefe empezó a comer el miembro cercenado y a saborear la sangre que emanaba.

Otra persona gritó al contemplar aquello, era Ángela, que acababa de llegar y presenciar la escena. Sangre, cadáveres colgando de ganchos en las paredes, el cuerpo de María en uno de ellos, Pablo atado en una pira, aquellos monstruos comiéndose a Pablo……era demasiado para ella. Cuando las miradas de aquellos seres la recorrieron entera no lo dudó ni un instante y se puso a correr, tenía que escapar, llamar a la policía para que detuviesen a esos….a esos…..no sabía……

Miró hacia atrás y vió que la perseguían, giró hacia el túnel de la izquierda, luego a la derecha, dios estaba perdida.. No podía parar de sollozar y se ahogaba, estaba sin resuello. Hasta que lo vió claro ya sabía dónde ir. No la cogerían para torturarla, todo menos eso. Fue por el camino que daba al acantilado, al mar y cuando llegó al aire libre parpadeó porque la luz solar dañaba sus ojos miró hacia abajo y vio las rocas en el fondo y el mar que las bañaba, miró hacia el interior de la caverna y vió como se acercaban aquellos seres con cuchillos en mano y su sonrisa de satisfacción.

-Hijos de puta- fue lo que les dijo y se lanzó al vacío, antes morir que ser torturada.

Los seres se quedaron mirando el cuerpo aplastado de Ángela contra las rocas y volvieron a su caverna en espera de sus próximos visitantes.

"Cada año desaparecen cerca de 100 turistas en los acantilados de La Ruina y no se encuentran sus cuerpos, algunos hablan de ovnis, otros de suicidios, la verdad es que poco se sabe del tema, es un gran misterio"- Así rezaba uno de los periódicos de ámbito internacional más importantes que leía Héctor, un gran fanático de los misterios y en su mente se le iluminó una idea.