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Todo un sueño (2)

en Zoofilia

La noche era clara y soleada, una luna enorme brillaba intensa; de fondo las estrellas titilaban completando un cuadro romántico invitador a la aventura y al placer.

Salí con paso coqueto alzando la cola, mi vagina húmeda despedía su aroma, segura que atraería gatos desde kilómetros de distancia.

-guauu, guau,- me saludó Vago, un perro mestizo que siempre me ha tenido ganas.

-te vas de putita Mimí?

-adivinas?, mira que listo que eres…!!! No. Solo salí a tirar fluidos… quieres una meada?, -le contesté.

Vago se tiró inmediatamente de espaldas ofreciéndome el vientre como miadera. –ven orina en mi panza, márcame con tus dorados placeres, márcame para siempre y seré tu esclavo incondicional.

-mi esclavo?... ya lo eres!! y no necesito desperdiciar mis orines en tu apestoso cuerpo de perro callejero. Giré en redondo alzando mas la cola segura que le llegaran mis deseos y se hiciera una paja con ellos. Me alejé haciendo una perfecta línea recta siguiendo las uniones de la banqueta. Ya mas lejos miré atrás para ver a Vago haciéndose una felación con la lengua. "pinche perro depravado", -pensé riéndome orgullosa de mis efectos en los perrunos.

La noche, como todas es el escondite perfecto para los domésticos de cuatro patas que quieren realizar los actos sexuales que aprenden de sus amos. "Todos pensamos que hacer el amor frente a nuestras mascotas nada tiene de malo". Aparentemente no ponen interés en las actividades de los humanos, la realidad; es que no perdemos detalle, cualquiera diría que el sexo solo es una actividad reproductiva en los animales, pero solo unos pocos saben que imitamos a nuestros amos y noche a noche intentamos igualar sus actos de reproducción.

Había en el camellón un árbol enorme en cuyas ramas me gustaba treparme para usar como Divisadero. Así que trepé a el y acurrucándome en su follaje, me dispuse a esperar.

Makisse, una Poddle que se las daba de mojigata faldera apareció doblando la esquina detrás de tres perrunos. Se les cruzaba entre las patas, lanzándoles gruñidos mostrando sus bien cuidados caninos, "taconeando" sugestivamente las uñas en el pavimento imitaba el caminar de su ama. Era una coqueta, de esponjoso y perfumado pelo blanco con enormes ojos amarillos que abanicaban sus largas y curveadas pestañas negras.

-deja de estarnos siguiendo perrita inútil, -le dijo el Pastor.

-solo edes una calienta-huevos. –un Terrier le gruñó para alejarla.

-te presumes de fina y si llegamos a preñarte por calenturienta, cuando vean tus amos las crías mestizas que tendrás de nosotros, seguro te "duermen" en la perrera. -No insistas!!! –en verdad te hacemos un favor ignorando tus súplicas. –contestó Vago que ya se había unido a la manada.

-les prometo que no me importa, -miren como sangra mi vagina… -necesito me desvirguen de una buena vez.

"interesante conversación", -pensé desde mi escondite, en qué terminará?

Makisse les rodeaba metiendo descaradamente el hocico entre las patas de los machos engreídos. Cuando se detenían su pequeña lengua lamía sus bolitas sexuales. Ella levantaba la cola exponiendo su virginidad logrando … nada!. No obtenía el interés de sus amiguitos. Giraba en círculos y los acosaba sin éxito.

-que te largues! -gruñó de nuevo el Pastor. – en vedad, te edtamos haciendo un favod al ignoradte, -increpó el Terrier.

Vago ya había abierto las patas permitiéndole a Makisse deleitarse a lamidas con su pene.

-compañeros! Deberían probar las mamadas de esta virgencita arrabalera, son … son. –no pudo terminar, en segundos su miembro tiraba leche a chorros por el pavimento. La perrita se alejó corriendo con la cola entre las patas; asustada por la reacción.

-ya ven?, cuando el acto se puede completar, esta animalita fina. Se espanta todita. –dijo el Pastor. -Si tienes buena suerte llegas a tirar lechazos, pero mi experiencia ya me enseño que solo le gusta lamer y mamar, pero cuando estás a punto de montarla, corre a esconderse como si la virginidad fuera el tesoro mas grande del universo. –larguémonos de aquí compañeros, vayamos por las verdaderas perras de seis tetas, vulva ardiente y esponjada quienes realmente necesitan de nuestros pingones para ser saciadas.

Y echando carrera el Pastor lidereó al grupo, siguiéndoles calle abajo, donde otros perros se unieron a la manada.

Makisse se quedó acurrucada bajo el árbol ignorante de mi presencia. Lamiendo y relamiendo sus ganas. Pude escuchar como lograba un par de orgasmos por esos gruñidos de placer que hacían contraer su cuerpo. De improviso se levantó, tirándose de reversa encontró una rama saliente del tronco y con ella se inmoló. Guauuu, guauu, guuauu, sus ojos casi salían de las órbitas, babeó intensamente y mordiéndose su propia lengua hasta sangrarse arreculó mas contra la rama. Su cuerpecito se tensó, -fijas las patas al suelo-, otro embiste mas y la rama desapareció por su trasero.

Quiso hacer movimientos de vaivén pero segura quedé de que aquello sería imposible, -está imitando a su ama con el dildo, -pensé y presté mas atención a los detalles. La infeliz perrita estaba empalada "literalmente" no cabía duda, insistía en penetrarse y balanceándose allá y acá desgarraba su vagina que ya sangraba por el roce sin lograr apagar las ganas que le consumían las entrañas.

-será la perra mas puta del barrio si logra zafarse de ese empalamiento, -imaginaba como quedaría aquella vulva perruna después del sacrificio… "ojala se muera desangrada", en un pensamiento egoísta imaginé que "mientras menos perros en el mundo" mas gatos para gozar… ja, ja, -solo esto me faltaba!!, presenciar un desvirgamiento que terminara con otro perro estúpido muerto en la calle.

La valiente Makisse terminó por separarse del árbol y lamiendo sus heridas se alejó tambaleante por el camino que tomó la manada. –la seguiré, esto se va a poner de lo mejor.!!!

La perrita corrió calle abajo dejando algunos rastros de sangre por el camino. Yo cautelosa solo tenía que olerlos para encontrar fácilmente el camino que seguía. Sniff, sniff. –sangre con heces?, será posible?, volví a oler de nuevo… ¡no lo puedo creer!... Esta perra ignorante se rompió el culo.

Di un par de vueltas en el aire con genuina alegría… la muy estúpida se había metido la rama por el orificio equivocado, ja, ja. Un par de retozones mas por el aire y seguí el camino mas que interesada por el desenlace.