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Shizuka y Kosuke

en Erotismo y Amor

SHIZUKA Y KOSUKE

Una dulce historia de amor, con un toque de hiel...

El anterior relato lo escribí hace unos años como catarsis del profundo trauma que narro en él, decidí subirlo a la red como un postrero homenaje a la mujer que en su momento consideré el Amor de mi vida; casi no he efectuado correcciones de estilo – mas que las estrictamente necesarias para hacer un poco más legible el relato – pues el atropellado modo de escribir que utilicé en aquella ocasión – hace casi ocho años – muestra muy claramente la angustia y dolor que aún sufría en ese momento. No espero elogios ni empatía, sólo pido respeto a la memoria de "Shizuka".

Debo confesar que a efectos prácticos no puedo recordar el día exacto en que fui consciente de que yo no era el mismo ser que antes, pero corría el mes de febrero de 19... cuando conocí a una persona la cual hizo que por primera vez dejara realmente de pensar únicamente en forma de frías ecuaciones y teorías científicas para hacerme pensar sólo en su frágil figura, su hermoso rostro y su tierno y dulce carácter – su nombre era Shizuka – debo confesar que en los primeros días no nos llevamos particularmente bien, ya que por alguna razón oscura hallé un placer perverso en hacerle bromas, pero de alguna manera, ella siempre halló la forma de no caer en mis trampas, inclusive llegué a ponerle un curioso apodo, "ojitos de Desenfriol" – aludiendo a una popular marca de medicamento contra los síntomas del resfriado común – ya que tenía los ojos más azules que haya visto en mi vida, en fin, durante poco más de un año por diversas razones empezamos a estar más cerca uno del otro, hasta que casi sin darme cuenta, nos habíamos enamorado profundamente, por fin el 17 de Abril de 19... le confesé que la amaba y ella me correspondió lanzándose hacia mí y gritando "Yo también Osito", desde entonces, ella siempre me llamó "Osito" y yo siempre le dije "Muñequita".

Pasaron así los meses más idílicos de toda mi adolescencia, hasta que un día de principios de agosto, cometí el error más grave de toda mi vida; estábamos solos en su casa y casi sin darnos cuenta, caímos uno en brazos del otro, y antes de poder detenernos, un huracán de sensaciones nos arrastró y ambos perdimos nuestra inocencia, fue un momento mágico, maravilloso, pero después por un momento nos asustamos mucho porque como ya que ella estaba gravemente enferma del corazón, pero al ver que aparentemente no había pasado nada, nos tranquilizamos y en las dos o tres ocasiones en que repetimos la experiencia, nos guardamos mucho de tomar las debidas precauciones, sin embargo nunca esperamos que esa primera vez para ambos habíamos dado un paso mucho más grande del que nunca nos imaginamos. Para mediados de Septiembre, cuando ella sintió algunos malestares extraños, que todos en principio achacamos a su enfermedad, y acudió a su revisión mensual con el cardiólogo, fue que ella y yo nos enteramos de que no era como pensábamos, el médico nos envió con un amigo suyo que era ginecólogo y él nos dio lo que en ese momento nos pareció a ambos la mejor noticia de nuestras vidas: Shizuka estaba embarazada.

El ginecólogo mandó los resultados al cardiólogo de Shizuka y éste nos citó la día siguiente y nos dijo simple y llanamente que la única solución era el aborto, sin embargo, ella se negó y yo – estúpido de mí – la apoyé en esa decisión, el médico nos advirtió que el corazón de Shizuka no podía soportar un embarazo y que él se lavaba las manos si no le hacíamos caso; le pedimos que únicamente guardara el secreto hasta que nosotros le informáramos a nuestras familias y nos marchamos. Yo empecé a buscar un trabajo y ella a hacer planes, y así pasó un mes; finalmente, el 23 de Octubre de 19... – hasta ahora, el peor día de toda mi vida – fui a casa de Shizuka para que saliéramos a hacer unas compras, no habíamos dicho nada porque aún no tenía trabajo y queríamos esperar hasta que así fuera, estuvimos paseando, compramos un babero y comimos una hamburguesa – ella las tenía prohibidas, pero ese día quiso comer una – al regresar a su casa, aproximadamente a las 14:00 horas preparamos algo de comer y platicamos mucho sobre el futuro; pero como a las 17:00, Shizuka se empezó a poner muy pálida y sufrió un desmayo muy prolongado, despertó respirando muy superficialmente y con voz entrecortada me preguntó "¿Me quieres Osito?" y yo le dije "Más que a mi vida", cerró un momento los ojos y al abrirlos volvió a preguntar "¿Me vas a querer siempre?" sólo atine a decirle "Siempre", con apenas un hilo de voz me preguntó "¿Siempre me vas a proteger?" y acercándome a su oído le dije en un susurro "Te voy a proteger toda mi vida", moviendo los labios apenas susurró "Te amo" y mientras le decía "Yo también", dejó de respirar y me quedé abrazando su cuerpo, por alguna razón miré la hora: las 17:31 horas y no pude hacer otra cosa que quedarme ahí, abrazándola, sin poder llorar ni decir o hacer nada.

Lo siguiente que recuerdo es que los padres de Shizuka llegaron cerca de las 21:00, y al verme ahí tirado con su hija en brazos su mamá se puso histérica, y a golpes me quitó su cuerpo de los brazos mientras gritaba que por mi culpa estaba muerta; el papá la contuvo y me pidió que me fuera, y como un autómata me levanté y me fui, en el pasillo me encontré a su hermano, que nos había presentado en primer lugar, se quedó mirándome por un segundo sin comprender, después oyó los gritos de su mamá y salió corriendo hacía la sala gritando el nombre de su hermana, esa fue la última vez que pude verla, ya que sus papás no me permitieron asistir al funeral y mucho menos saber dónde fue enterrada, lo único que pude saber por un amigo es que se la llevaron a Zacatecas; la mamá de Shizuka – que siempre me odió – las últimas veces que la vi para suplicar que me dejaran verla me dijo que yo la había matado y que no tenía derecho alguno de verla, a su papá fue al único que le confesé que ella estaba embarazada y sólo dijo "Entonces comprendes mi dolor y comprenderás hijo porque te pido que no vuelvas a buscarme en tu vida" dicho lo cual se alejo sin mirar ni una vez atrás, en cuanto a su hermano, que había sido mi amigo, sin mediar palabra alguna me rompió la cara – sin que en realidad yo hiciera intento alguno de defenderme – y sólo cuando mucho más tarde pude explicarle, me abrazó y dijo "Creo que tú la vas a extrañar más que nadie y aunque prometo llevarle flores por ti, no te voy a decir a dónde la llevaron porque no quiero volver a verte"; el médico guardó el secreto profesional pero tampoco quiso saber de mi y me quedé solo, sin manera de externar el dolor y la soledad de estar sin ella, deseé morir y en varias ocasiones casi lo logré; nunca hablé con mi familia, porque ya para entonces en mi mente me parecía que realmente tenía yo la culpa de lo que había sucedido y mi silencio y aislamiento fueron parte del castigo que me impuse.

Claro que con el tiempo el dolor fue menguando, pero mi capacidad de amar a los demás se había esfumado, es hasta hace poco tiempo que he empezado a aceptar todo lo que sucedió, espero me disculpes estimado lector por un relato tan largo y sin final feliz, pero la vida rara vez nos brinda un final feliz como en los relatos.