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Obsesión perturbadora (2)

en Zoofilia

Obsesión perturbadora (Parte 2)

No se si me recordaran , soy Cindy, en mi relato anterior les conté, con aquél negro cabrón, que me chantajeó, al verme como Khan, mi perro, me estaba proporcionando un delicioso sexo oral, teniendo que pagar por ese error, con mi cuerpo, para callar su silencio.

Mi intención era, publicar esta segunda parte, mas pegada a la primera, pero por diversos motivos no pude realizarle.

Les comento que por una segunda vez tuve que acceder, al guardia, pero prefiero no comentar mas nada al respecto.

Por suerte mi esposo decidio despedirle, pero fue por otros motivos, realmente me senti totalmente liberada.

Este hecho hizo que me alejara un poco de la idea de tener sexo con mi mascota, me duró bastante el temor de que podian verme, un poco de paranoia posiblemente, pero creo que es entendible. Raúl, mi esposo no se iba de viaje, por consiguiente traté de olvidar la idea de hacerlo.

Pero las cosas ocurren cuando uno menos lo piensa, me encontraba un día orinado, en el instante que entra Khan al baño, me sorprendi al verlo, me levanté apenas terminé, cuando su hocico húmedo buscó mi entrepierna, dirigiendose a mi intimidad, lamiendo el orín que aun no habia secado.

Al sentir su aspera lengua, friccionando rapidamente los labios de mi vagina, sin pensar demasiado. me entregué a ese placer, saque mi bombacha que estaba sobre mis tobillos y me abrí de piernas para que pudiese acceder más facilmente.

Su áspera lengua comenzó a lamer mi raja, que ya comenzaba a emanar los primeros flujos, producto del inicio de mi excitación.

Me corrí al dormitorio, para volcarme sobre la cama, abrí mis piernas, dispuesta a sentir su lengua frotar por mi humeda vagina, disfrutando su contacto, que de manera muy vertiginosa, comenzó a estremecer mi cuerpo, cuando un placentero orgasmo se adueñó de todo mi ser.

No quise continuar, por que sabía que mi esposo llegaria en cualquier momento, acaricie al perro, cuando noté que ya asomaba su punta roja, me excitó volver a verlo, como asi tambien darme cuenta que él, sentia lo mismo que yo.

Durante todo el resto de la noche, no pude dejar de pensar en eso, a pesar de haber tenido sexo con mi esposo, mi calentura no cesaba, al punto que durante el acto me imaginaba que era Khan, quien lo estaba haciendo.

Si bien aún me quedaba algo de temor por si alguien podría verme, mis deseos comenzaron a aflorar nuevamente, asi que traté de esperar el momento adecuado para concretar el encuentro con mi mascota.

A veces cuando lo bañaba, tocaba su bulto, hasta hacerle aflorar, me encantaba ver su tamaño, al que acariciaba y hasta besaba.

Por fin llegó el día, en que Raúl, mi esposo tuvo que irse de viaje por su trabajo, si bien lo extraño cuando lo hace, esta vez parecia ser distinto, sentia deseos por que se fuese, así que previamente comencé a planificar que haria y como, fundamentalmente tomar todos los recaudos necesarios, para evitar cualquier tipo de sorpresas.

Despues que mi esposo se fué, preparé la habitación para huespedes, que está bastante privada y dá solamente a nuestro patio interno, bañé a Khan, sín llegar a excitarle demasiado, pero sí lo suficiente para despertar su instinto.

Llevé una colchoneta a la habitación, toallas y la miel que le gusta tanto, para huntarla en mi cuerpo.

Llamé a mi esposo para cerciorar, que habia llegado a su destino. Ya tenia todo preparado para mi noche de "bodas zoo".

Khan, se me acercaba cada tanto a olerme, parecia saber lo que pasaría, no puedo negar que estaba bastante húmeda, estado en que mi perro no debía de dejar de percibir.

A eso de las 11 pm lo llevé a la habitación "nupcial", realmente estaba bastante nerviosa y a su vez muy ansiosa. Comencé a jugar un poco con él, y poco a poco me fuí desnudando, aumentando los juegos, me revolcaba, le decia cosas, tocaba su bulto hasta hacer asomar su roja punta.

Me puse la miel en las partes mas sensible, y comenzó a lamer de manera vertiginosa, cosa que me excitada enormemente. En un momento que lamia con vehemente mi vagina, mi boca quedo muy cerca de su verga, a la que no pude dejar de tentarme, y se la comencé a chupar, en un 69 perfecto, que cada vez se iba intensificando. Sentia que un orgasmo me llegaba y la mamaba con mayor ahinco, mientras una segregacion estaba invadiendo mi boca.

Me habia entusiasmado mamando esa verga roja, sentir su excitación, era aumentar la mía, hasta que en un momento decidí frenar ese impulso, a fín de evitar su eyaculación, pero Khan ya trataba de agitar su cuerpo en el mío, como buscando descargarse en mi. Ya era el momento adecuado, cambié de posición y me coloqué en cuatro, sobre la colchoneta, esperando su encuentro, me montó rápido, pero se bajaba y asi un rato, nunca me he entregado de esa manera a ningún hombre, ni he tenido la paciencia de esperar que me cogiesen, como lo estaba haciendo, pero esto era algo especial, estaba dispuesta a cualquier cosa con tal de que me penetrase.

Pero despues de esos intentos ,por fín me montó, para agitarse de una manera alocada y frenética., golpeando con la punta de su verga mis muslos y nalgas, sin acertar en mi cavidad, asi que con mi mano la conduje al lugar preciso. Ahi senti como ese tronco arremetía en mi útero, grité, por que realmente me hizo doler, pero en escasos segundos, su leche se descargó en mi interior, y se bajó, para lamer su verga y mi concha.

Realmente quedé con un orgasmo por la mitad y bastante malhumorada, asi que terminé masturbandome para aplacar mi calentura. Que a pesar de eso queria otras cosa, me tiré sobre la colchoneta en espera de una nueva erección de mi perro, pero finalicé quedandome dormida.

No sé que hora seria, cuando unas lamidas me despertaron, era Khan, lo acaricié, mientras su lengua recorria mi cuerpo, perfumado aún, por el aroma de su esperma seco que todavia permanecia en mi piel, automáticamente mientras me despabilaba, me coloqué en cuatro, levantando mi culo, y palmeando mis glúteos, invitandolo a penetrarse mi cavidad. quien no dejaba de pasar su lengua por mi desnudo cuerpo, esa espera hacia que mi excitación se fuese acrecentando, deseosa de sentir esa verga en mi vagina.

No tardó demasiado tiempo en montarme, me abrazó fuertemente con sus patas delanteras para empezar a bombearme, el perro estaba caliente y yo también, sentía su miembro refregarse por mi espalda y glúteos, lo tome con mi mano y acerque su punta en mi raja, movimiento suficiente para penetrarme con todo, gracias a la lubricación de ambas partes, sentía como su punta chocaba contra las paredes de mi vagina. Cada vez, me apresaba más con sus patas, moviendo su pelvis a un ritmo acelerado. El roce en las paredes de mi vagina era vertiginoso, llevé mi dedo a mi clítoris mientras el bombeo era cada vez más acelerado. Mi posición me permitía observar como ese tronco de carne, entraba y salía de mi vagina de manera presurosa.

Estaba en un total estado de paroxismo , ya no pensaba, todos mis sentidos estaban concentrados en esa vehemente cogida, hasta los arañazos que me proporcionaba el perro, se sumaba al placer que me producia, la transpiración comenzó a bañar mi cuerpo. Jadeaba igual que Khan, mientras su baba bañaba mi espalda. El perro empujaba cada vez mas prendiéndose a mi cuerpo y yo, levantaba mi culo para sentir su penetración, esa sensación de ser poseída por una bestia era algo patético.

En ese momento de total placer, algo pareció partirme, pequé otro grito, en el instante que mis labios inferiores cedieron, para introducirme el extremo de su bola, en segundos parecía seguir dilatandose en mi interior, como tomando posesión de todo el espacio, que mi vulva permitía.

Los roces se aplacaron para sentir el palpitar de esa verga, estimulando mi punto G, dando llegada a una serie de alucinantes orgasmos., mientras no dejaba de temblar, disfrutando ese momento que realmente con palabras no se puede llegar a describir.

Pero faltaba lo mejor, al eyacular su leche, vibré como una hoja, sentí como descargas eléctricas por todo mi cuerpo, no podía dejar de jadear y gritar de los espasmos que me originó, estaba fuera de sí, hasta mis pezones estana rígidos a punto de estallar. Realmente me sentía que era su hembra, dispuesta a soportar lo que fuese, con tal de disfrutar del placer que me proporcionaba.

Pero la mayor sensación, fue cuando quedamos apresados por su bola

El perro trataba de saliese, pero el acople se mantenía, hacia que en mi posición de perra, trataba de acompañar los movimientos de Khan para impedir de que un brusco desacople terminara produciéndome algún desgarro.

Volví a tener otra venida, no tan fuerte pero deliciosa, después de un largo tiempo 5 u 8 minutos, realmente no lo sé, se produzco el desenlace, con una cascada de su leche que aún mantenía en mi interior.

El perro lo primero que hizo fue lamer su verga y yo abanicar mi conchita inflamada que me ardía bastante. Después de acomodar todo, y llevar a Khan, me dí una ducha, donde me percaté de los arañazos que tenía.

Me acosté y era tal el cansancio que me dormí al instante, después de esa calurosa y ardiente relación zoofilia, realmente fué una intensa noche, lo mismo que las subsiguientes

Creo que fué una buena idea, hacerlo en el cuarto de huespedes, dado que cada vez que voy, tiro la colchoneta y me saco parte de la ropa, Khan ya sabe que pasara, llegó la hora de su "comida".

He finalizado de redactar mi experiencia muy mojada y toca ropa, y a Khan merodeando a mi lado, a la espera para ya saben qué, asi que no creo que tardaré demasiado tiempo para complacerlo, ya que mi marido volvio a salir de viaje.

Hasta pronto.