PLANNING DE LA CONVENCIÓN
Día 1 - 12.00 - (Desnudo) Meeting en la habitación 206, entre los representantes de ambas empresas, osea, tú y yo. Se rompe el hielo encargando un carro de cafés, charlando de esto y de lo otro, y poniéndonos cómodos. Cuando los primeros nervios ante el encuentro disminuyen, decido que es el momento de ponerse a trabajar, ya que nos queda mucho por delante... Cierro las cortinas, hago que te sientes al borde de la cama, y de pie frente a tí, me desnudo hasta quedar en ropa interior. Dejo que me mires, me acaricies, y sacies tu curiosidad mientras te desvisto, hasta dejarte del mismo modo.
13.00 - (Masturbación) Nos tumbamos en la cama, uno junto al otro, y nos besamos, lentamente, sin prisa, acariciándonos y explorándonos, dejando que nuestras manos vayan donde nuestra imaginación lo ha hecho una y otra vez. Entonces, me quito el sujetador, y me bajo las bragas a medio muslo, compruebas que estoy empapada, y me masturbo para tí. No puedes tocarme, y te excita ver como me acaricio el clítoris con tanto fervor, así que te sacas la polla y decides darme el mismo espectáculo. No tardo mucho en sentir que me voy a correr, así que disminuyo el ritmo y me doy un ratito para verte en plena paja. Me miras fijamente, y respiras fuerte, pero sé que no te vas a correr inmediatamente. Como hemos empezado muy bien con nuestras tareas, decido que ver como nos pajeamos debe dar paso a la siguiente tarea, pajearnos el uno al otro. Aparto tu mano de tu polla, y la cojo con decisión. Está durísima, y en el mismo momento en el que la agarro empiezo a menearla lentamente. Con la otra mano te acaricio los huevos, que se contraen ante las caricias. Tú exploras mi coño, te llenas la mano de flujos y dos de tus dedos entran sin dificultad, mientras tu pulgar, perfectamente posicionado, me estimula el clítoris, que late bajo tus suaves frotes. Nos besamos, comiéndonos la boca. Me corro en apenas dos minutos, y poco después tú mismo me llenas el vientre y las manos de semen caliente.
14.30 - 16.00 - Pausa para comer y café. Se recomienda encargar la comida en la misma habitación.
16.00 - (Sexo oral I) Segun el planning de trabajo, vamos mejor que bien. Satisfecha con el rendimiento obtenido hasta el momento, y teniendo en cuenta que el tópico que nos espera es dificil, decido que hay que darle más tiempo del inicialmente previsto. Nos desnudamos, y te sientas en un sillón. Coges postura, abres las piernas, y dejas vía libre a tu sexo. Me arrodillo frente a tí, entre tus piernas, tan cerca que puedes sentir mis tetas acariciando tus muslos. Y sin dilación te cojo la polla y empiezo a lamerla, lentamente, sintiendo como crece dentro de mi boca. Está enorme, y me esfuerzo por hacerte una buena mamada, desplegando mis habilidades, lamiéndote los huevos, chupándote bien el tronco, y succionando suavemente el glande, que responde dándome pequeñas dosis de tu dulce líquido preseminal. Me ayudo de una mano, que frota tu polla arriba y abajo, dejando que mi boca y mi lengua hagan el resto. Cuando noto, por la tensión de tu cuerpo, que te vas a correr, paro la mamada en seco para meterme tus huevos en la boca y relajarte. Lo agradeces volviendo a ponerte cómodo en el sillón, ofreciéndome de nuevo tu sexo completamente, así que decido que es un buen momento para empapar mi mano libre con mis propios flujos y juguetear en tu culo. Lo lleno de mis líquidos, acariciando el ojete, y a la vez, empiezo de nuevo a lamerte la polla, suavemente, para que tu atención se centre en mi lengua. Y así, lentamente, uno de mis dedos se cuela en tu ano, completamente y sin resistencia, pero no lo muevo, lo dejo quieto para que lo sientas del todo. La mamada sube de intensidad, y mi cabeza, arriba y abajo, te practica una serie de gargantas profundas que te hacen soltar sonoros gemidos. Me dices que te vas a correr, que no pare, así que me sigo chupándote la polla sin sacármela de la boca, y cuando noto que te tensas para correrte, aprieto mi dedo dentro de tu culo, me ayudo con la mano para acabarte el trabajito, y justo en el momento en el que noto tu lefa llenándome la boca, saco el dedo de tu ojete, gimes entre agradecido y extasiado, y te quedas observando como dejo tu polla completamente limpia. Cuando coges aire, te pido que te pongas a cuatro patas apoyándote en el mismo sillón. Obediente, bajas al suelo conmigo y te das la vuelta dándome la espalda. No sabes muy bien por donde van los tiros, así que me dejas hacer. Me coloco detrás de tí, te abro un poquito las piernas, y con la lengua empiezo a lamerte los huevos por detrás. Lo hago lentamente, para que bajes la guardia y no pongas pega cuando empiezo a chuparte descaradamente toda la raja del culo. Arriba y abajo, no dejo centímetro sin lamer, hasta que, para tu sorpresa, me centro en tu ojete. Está super prieto, a la defensiva después de mi pequeña violación durante la mamada, así que le pido perdón dándole chupaditas sumisas y relajantes. Bajas la guardia y tu culo se abre para mi. Te cojo las nalgas para separarlas y dejar que tu ojete sea solo mío, y suavemente lo lamo, lo chupo y lo beso hasta que te relajas del todo. Te oigo gemir, casi inaudiblemente, así que sigo a lo mío hasta que tu ano parece totalmente relajado.
18.00 - Pausa para café.
18.20 - (Sexo oral II) Después de la pausa para el café y picar algo, ha llegado el momento de comprobar el estado de tu empresa en este campo. Me tumbo en la cama a petición tuya, pero me indicas que junte las piernas. Te colocas sobre mis rodillas y sorprendentemente cuelas tu lengua dentro de mi pubis, buscando como un oso hormiguero. Sin esfuerzo encuentras el clítoris, que te recibe hinchado, sensible, deseoso de que tu lengua le de un buen repaso. Separas ligeramente los labios con las manos, pero a la vez, me juntas más las piernas con las tuyas, lo que hace que aumente la presión en mi coño y la sangre corra con mucha más fuerza en esa zona. Tu lengua juguetea con mi clítoris hinchado, hipersensible, rojo, lleno de sangre, que me hace estremecer con cada lametazo. A veces te metes mi coño entero en la boca, absorbes los labios, lo besas como si fuera otra boca. Cuando está lo suficientemente mojado para tu gusto me abres las piernas y te tumbas entre ellas, mirando fijamente mi sexo latente, acariciándolo con tu mano como dándole una pequeña tregua, y cuando menos me lo espero, esa misma mano separa mis labios y tu boca vuelve a hacerse sitio en mi coño. Deslizas la lengua por todo mi sexo, extendida, como si fuera una manta, lamiendo hasta el último centímetro a su paso, tragando hasta la última gota de flujo que emana. Pero no das más de ti, está demasiado empapado, excitadísimo, y fluye mucho más liquido del que puedes tragar. Así que te ayudas de un par de dedos para ir abriendo el camino, y me penetras con ellos. Suavemente al principio, tus dedos exploran mi interior, empapándose ellos también de mis flujos. Cuando has cogido un buen ritmo tu boca vuelve a comerme con ganas, mientras tus dedos me follan, y así, en apenas cinco minutos, consigues que me corra. Notas los latidos orgásmicos en tu lengua y calmas mi sexo con ligeras chupadas.