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Reflexiones sobre la práctica de topless.

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REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA DE TOPLESS.

 

En esta ocasión no voy a escribir un relato en sí, sino una reflexión sobre la práctica del topless.

 

Acaba de finalizar otro verano y he tenido la posibilidad de pasar un par de semanas en un pueblo costero de la provincia de Cádiz (España). Llevo veraneando allí desde hace bastantes años y durante ese tiempo he podido constatar, y para bien, el aumento del número de mujeres que practican topless en la playa. Resulta satisfactorio saber que cada vez son más féminas las que se van liberando de todo tipo de antiguas y absurdas ataduras sociales, morales, éticas e, incluso, religiosas y ahora ya no les importa mostrar sus senos en público.

 

Co los años he podido comprobar la evolución de la práctica del topless y creo, sinceramente, que ha evolucionado a mejor. Tomaré como ejemplo la playa en la que suelo pasar mis días de asueto para establecer los siguientes apartados:

 

1. Antiguamente la mayoría de mujeres que hacían topless eran aquellas que tenían la suerte de disponer un cuerpo bonito y de unas tetas hermosas; en cambio ahora veo a muchas mujeres que hacen topless sin ningún tipo de complejos ni por su físico ni por el tamaño o estado de sus pechos.

 

2. Antes la edad de las mujeres que tomaban el sol sin el sujetador del bikini oscilaba entre los 25-35 años; en la actualidad se ha ampliado esa horquilla y observo con asiduidad en topless desde chicas de 18-19 años hasta señoras muy maduras.

 

3. Si hace años veía que la mayoría de mujeres que practicaba topless acudía sola a la playa, acompañada de una amiga o de su pareja, hoy día es habitual ver con las tetas al aire a grupos de 5 o 6 jóvenes amigas, a madres maduritas al lado de sus hijas de veinte años e incluso a hijas de esa misma edad a las que no les importa quedarse con los senos al descubierto delante de sus padres y hermanos.

 

4. Hasta hace unos años lo normal era que las mujeres en topless fueran turistas, bien españolas, bien extranjeras y era muy raro ver a alguna lugareña del pueblo mostrando los pechos; en la actualidad cada vez son más numerosas las chicas jóvenes y mujeres maduras del pueblo que no tienen reparos en desabrocharse el sujetador, guardarlo en su bolsa y lucir sus tetas, sean grandes, pequeñas, firmes, caídas… Eso las que vienen a la playa con la parte de arriba del bikini, pues algunas se quitan el vestido o la camiseta y directamente aparecen sus senos desnudos.

 

5. Para ir concluyendo, me gustaría reflexionar también sobre la actitud de las mujeres que se atreven con la práctica del topless: están las que se quitan el sujetador sólo cuando se tumban en la toalla boca arriba, pero que se lo ponen inmediatamente si se levantan o se meten en el mar a bañarse. Creo que son mujeres todavía algo pudorosas y poco atrevidas.

Después se encuentran las que pasan el día de playa, desde que llegan hasta que se van, en topless (tomando el sol y bañándose). A mi juicio son mujeres que ya han vencido casi por completo su pudor.

Por último están las más atrevidas, liberales y desinhibidas de todas: aquellas que no sólo se bañan y toman el sol con las tetas al aire, sino que pasean en ese estado por la orilla de la playa recorriendo toda la extensión de ésta, se acercan a los vendedores ambulantes para comprar algún refresco o aperitivo o que, incluso cuando algún vendedor africano se detiene junto a ellas en la toalla o en la hamaca en la que están tumbadas, ofreciéndoles pulseras, colgantes, relojes o gafas de sol, no tienen ningún tipo de rubor en estar varios minutos charlando con el hombre mientras se prueban algunos de esos complementos y el afortunado vendedor goza con la visión de los pechos y a veces también de los glúteos, pues algunas de esas mujeres lo único que llevan puesto es un minúsculo tanguita.

 

 

 

Conozco a varias mujeres que cuando ha salido entre nosotros la conversación de la playa, me han reconocido abiertamente que toman el sol siempre en topless. Sin embargo en lo que no ha habido unanimidad es en el motivo que les lleva a ello: una me dijo que lo hacía para que no se le quedaran las marcas del sujetador; otra me comentó que en su caso era porque lo veía ya como algo normal y natural; la última me confesó que practica topless porque le gusta lucir las tetas, pues las tiene muy bonitas y le agrada ver cómo los hombres (tanto maduros como chicos jóvenes) las miran con deseo.

Viendo esta disparidad de criterios, me gustaría acabar pidiendo que todos los que lo deseéis me escribáis comentarios, tanto hombres como mujeres, aunque me interesan más las opiniones femeninas, ya que son las verdaderas protagonistas: los hombres opinando sobre el motivo por el que pensáis que las mujeres practican topless; las mujeres para que me digáis con sinceridad qué os mueve realmente a esta práctica.

Mi correo está visible por si alguna chica me quiere contar alguna experiencia personal, vivencia o anécdota sobre este tema. Prometo contestar a todos los correos.

Un saludo a todos y espero vuestros comentarios y correos (chicas, animaos a opinar, por favor).