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Sandra Erótica (6) La hiena y la loca

en Confesiones

6.

-Tengo que decirte algo… - Su voz se ha puesto ronca, suena seria, la sonrisa cómplice y los superficiales intentos de reclamo han desaparecido. Sus ojos siguen puestos en la ventana pero está mirando algo dentro de su cabeza.  Se muerde los labios preocupada, lo que me va a decir es difícil, tal vez una confesión, incluso puede ser grave, así que me enderezo de nuevo y espero.  

Ha pasado suficiente tiempo para que la paz perfecta deje espacio para lo demás. Una gran hiena horrorosa entra por la ventana del cuarto, riéndose de mí y se sube a la cama. Veo en su lomo, dibujado entre sus manchas, la palabra SIDA… El toro despierta y sale huyendo despavorido. Me dan ganas de gritarle, ¡Maricón de mierda!… pero ni eso sale de mi boca, estoy asustado. La hiena se ríe. Se ríe de mí igualito que en los documentales de Animal Planet…  Pienso en la puta caja de condones que sigue guardada en mi maleta… sé perfectamente donde está y qué aspecto tiene… Pero claro, ninguna de las cogidas de estos dos días ha sido planeada, ni siquiera esperada. Vaya, el último polvo apenas fue consensuado.

Puta hiena… buena hora para venir a comerse la carroña, y la tranquilidad, y la paz, y lo entiendo todo y… y… y… qué pendejo soy…

-¿Te acuerdas de Juan Carlos? – me dice Sandra todavía mirando la ventana, y yo pienso, ¿Quién? ¿Quién es Juan Carlos y a mí que chingaos me importa?... ¡¡¡¿Tengo Sida?!!! Por favor dímelo ya, ¿Tengo Sida?... pero las palabras no llegan a mi boca, tengo miedo de pronunciar la palabra prohibida en una relación sexual (sobre todo después de una relación sexual… y sin condón…) (De hecho – me corrige la hiena sonriendo – varias relaciones sexuales… todas sin condón)

Sandra continúa al ver mi cara de ¿What? como única respuesta – Juan Carlos es mi novio – y se corrige – era mi novio… el muy cabrón… porque después de esto… después de esto se va a la verga el muy… es un pendejo… un verdadero hijo de la remilputas… – el tono de su voz empieza a subir, pero va dejando espacios de silencio entre frase y frase, – El muy pendejo creyó que no me iba a enterar nunca, pero ¿qué se cree ese idiota?... pero fui una pendeja por creerle… (la hiena deja de reírse y ambos volteamos a ver a Sandra… ¿de qué está hablando esta pendeja?)… Su mirada vuelve a perderse en algún lugar, pero esta vez el lugar es punzante, los ojos empiezan a llenarse de lágrimas contenidas, habla como si se estuviera hablando a ella misma, yo soy un mero testigo de su diálogo… y continúa – Pero claro, lo que pasa es que no quería yo ver… ¡Pinches cabrones de mierda!... No sabes cómo he disfrutado estos días pensando en verles la cara... (¿Cabrones? ¿Son varios?)… Si hasta me dan ganas de hablarles ahorita mismo y decirles que coges bien rico y que la estamos pasando de putamadre!... (la hiena me voltea a ver esperando que yo le explique, levanta los hombros, tampoco entiende nada)… ¡Cuatro años!... Cuatro años y ni una sola vez le fui infiel… Cuatro años malcogiendo con ese malparido – se deja caer en la cama y por primera vez me voltea a ver, en sus ojos hay más rencor que dolor (la hiena y yo estamos asustadísimos) – … y tuve muchas oportunidades… ¡Muchas!... ¡Muchísimas!...¡No sabes cómo te me antojabas cabrón!... y el puto Luis que nunca quitó el dedo del renglón… y… y el güero, ay ese tan lindo… y… y… ahhhhhhgggggg – se vuelve a poner de pié y esta vez empieza a caminar de un lado a otro.  Está fúrica. Cierra y abre los puños y pone las manos en garra cada que un nuevo pensamiento la asalta, y al parecer son muchos porque lo hace una y otra vez…

-¿Sabes lo que más me encabrona? – Dice deteniéndose por un momento – Lo que más me encabrona es que tenía más de tres años sin un pinche orgasmo, cabrón… ¡¿Sabes lo que son tres putos años?!... tres putos años completitos… y llegas tu y llega Claudia y en 24 horas me han dado más de los que había tenido en… en… puta madre… ¡Mas de los que he tenido en mi puta vida!!!… y yo pensando que era yo… y que había que dar tiempo al tiempo… y que las cosas son así… y la puta clínica y la puta psiquiatra… y ese puto tratamiento tan… taaannn… ¡Y la verga del muerto!!!!... ashhhhhggg… estoy tan encabronada conmigo… por pendeja por pendeja por pendeja… pero se van a enterar… si, ya veo sus caras… – y diciendo esto se vuelve a detener y me mira, esta vez su mirada de odio busca complicidad en la mía, pero sigo sin entender nada, se lo digo – No entiendo…

-¿Todavía no lo entiendes cabrón?

-No…

-El pendejo de Juan Carlos lleva poniéndome los cuernos 6 meses… 6 meses de salir y cogerse a una chavita de la uni y ahora la puta está embarazada…  (La hiena me dice, Yo me voy, esto no es conmigo, y sale caminando tristona, yo le prometo que voy a usar condón todos los días de mi vida, es más – le grito cuando está a punto de dejarme – tres o cuatro condones por vez…

¡Lo juro!!…) y vuelvo a ver a Sandra que me mira esperando algo, todavía no entiendo qué...

-No mames – le digo en el tomo más empático que tengo – y… ¿cómo te enteraste?

-¿De verdad que no lo sabes verdad pendejo?

-No sé qué…

-Cómo eres pendejo me cae… La puta que se está cogiendo mi ex novio – poniendo énfasis en lo de “ex” – es la puta que te ha estado viendo la cara durante… ¿Cuánto?... ¿Dos años…?

- (levantamiento de cejas)

-La puta se llama Nohemí Ramírez, es tu novia, idiota… y tiene 3 meses de embarazo…

-¡¿Qué?! – Me escucho responder. Pero los engranes de mi cerebro se atoran, casi escucho el chirrido que detiene la máquina… Ésta mujer está loca… Ya se deschabetó, la hemos perdido para siempre, Houston we have (a very very very serious) problem… ¿Qué chingaos tiene que ver Nohemí en todo esto?...

Los engranes vuelven a girar… Ahora sí lo he comprendido, ésta mujer tiene serios problemas y si esto me lo está diciendo para justificar que es la más puta de todas las chavitas que he conocido en la vida, entonces sí, la comprendo. No es fácil haberse tirado a un compañero de generación cuatro veces en dos días y tener… (¿Cuántos orgasmos dijo?) después de… (¿Cuántos años?) sin que te deschavetes de una… Además… (¿Mencionó a Claudia?... ¿También se cogió a Claudia entonces?) Y si a eso le sumamos que ha estado con una psiquiatra… (¿Dijo algo de una clínica?) Pues no hay más que entender.  Hay una única respuesta: Sandra estará rebuena ¡Pero está bien pinche loca!  

Me pongo de pié de un salto, busco mi traje de baño evitando mirar a Sandra que sigue parada al lado de la cama esperando una respuesta.  El pinche traje de baño se ha escondido quién sabe dónde.  Estoy encabronado y asustado.  Sólo en una casa de playa con una vieja loca y no sé si tiene intenciones de matarme o algo peor. La rodeo y me dirijo al baño de la sala. Quiero encerrarme y pensar (y protegerme).  No lo logro, cuando quiero cerrar la puerta del baño Sandra está parada justo detrás de mí.  No quiero parecer asustado así que la dejo en la entrada y me volteo a mear.   Mientras un chorro potente sale de mi verga pienso que le estoy dando la espalda y eso me estremece.  Me entra una paranoia terrible, por mi mente cruzan imágenes de Sandra con un cuchillo apuñalándome por la espalda mientras meo. Pero Sandra no se mueve, sigue en el quicio de la puerta murmurando cosas y viéndome con estupor, casi diría que con verdadera curiosidad.  De reojo la miro y en sus ojos puedo ver que sigue esperando que pase algo, que algo me pase a mí. 

Termino de sacudírmela y me recargo en el lavadero para tenerla de frente, los dos seguimos desnudos y no soy capaz de hacer que mis ojos no recorran su cuerpo con loco deseo.  Ésta mujer está escultural.  Me he comido un bombón y vaya que lo he disfrutado.  Mis pensamientos recrean todo el fin de semana tratando de encontrar evidencias de la locura de Sandra, tratando de entender todo lo que nos ha pasado.  Pero no lo  logro. En vez de eso mi mente se detiene en las palabras de Sandra hablando de Claudia, y mi imaginación morbosa no puede evitar ver a las dos cogiendo y disfrutándose mutuamente. Esa imagen me encanta. Sé que debería estar pensando en cosas más importantes… por ejemplo que Sandra siga parada en la puerta bloqueándome el paso… o que la loca siga mencionado el nombre de mi novia asociándola con palabras como puta, resbalosa, entrometida, pinche vieja, etc… Pero no logra jalar mi atención con sus palabras. La imagen de Claudia con Sandra ocupa todo el espacio. Las veo a ambas sudorosas, justo al lado mío de la cama, besándose apasionadamente y tocándose todas mientras yo, recargado en un codo les sonrío.

Ellas cogieron de lo lindo ayer en la noche… Eso también explica el porqué Claudia terminó yéndose con Diego a medio día… segurito se fue por vergüenza. Y miedo… ¿Y si todos se fueron porque se dieron cuenta que Sandra estaba loca excepto yo? ¿Y si soy el único pendejo que no se ha enterado (hasta hace unos momentos) del peligro que todos corríamos?... Noooo – recapacito – Claudia se fue por vergüenza y Pedro se fue por falta de huevos y los demás por encabronados… No corro ningún peligro… Sandra estará loca pero no es peligrosa… a lo mucho querrá cogerme otra vez y a eso no creo querer resistirme… Pinche Claudia, me lo va a tener que contar todito… Las dos viejas mas buenas que he conocido en mi vida se hicieron de todo justo al lado mío y yo como un pendejo dormido y borracho sin enterarme de nada… Ufffff… ¡Cómo me hubiera gustado mirarlo!... si me hubiera quedado despierto un poco más… si tan sólo no hubiera chupado tanto…

-¿De qué te ríes? – me pregunta Sandra sacándome de mis pensamientos.  En su cara veo una mueca de verdadera curiosidad. Casi sonríe conmigo.

-De nada…

-Ya lo entendiste ¿Verdad?...

-Ya lo entendí qué… no, no entiendo nada…

-¿Quieres que te lo explique con manzanitas? – Ahora suena sarcástica.  En su voz no puedo detectar ni un solo viso de duda o de locura… Si ésta mujer está loca entonces no lo sabe y de verdad se cree lo que me está diciendo. Continúa sin esperar mi respuesta – La puta de tu novia se ha estado cogiendo al puto de Juan Carlos y ahora Nohemí está embarazada… ¿Qué parte de todo eso no entiendes?

-Estás loca – le digo.  Pero sus palabras me golpean y empiezan a formar imágenes en mi cabeza. La sola mención de mi novia me avienta en la cara recuerdos y sonrisas de dos años.  Casi en automático (sin mi autorización, porque de verdad no quiero pensar en ello) la imagen de Sandra y Claudia se disuelven y mi cerebro empieza a buscar preguntas y a encontrar sus respuestas. ¿Será?... No, no es posible. Nohemí no está embarazada… Ya me hubiera enterado… Pero ¿Y sus chichis?... Están más grandes por la natación… todo el mundo lo sabe… eso me dijo… el ejercicio eso provoca… Pero ¿Tanto?... Pos si… ¿O no?... ¿Y ese arranque de calentura que tuvo hace 2 meses?... Es normal, eso pasa en las parejas, a veces sí y a veces no… a veces se quiere más que otras veces… Eso también es por el ejercicio ¿no?... Y bueno… es cierto que el último mes no ha estado muy ganosa que digamos, pero tampoco es para tanto.  Porque lo hemos hecho… lo hemos hecho… Ay cabrón… ¿Hace cuanto que no lo hacemos?... Bueno, pero los últimos quince días ha sido por la pinche infección en los riñones que se carga, si hasta su papá me lo dijo, ella siempre ha padecido de eso, aunque hace mucho tiempo no le pasaba… Ujule, pos si, hace como un mes que nada de nada… Ufff… Pero ¿Embarazada?... Neeeeel… Si a mi no me deja, bajo ninguna excusa, razón o circunstancia metérsela sin condón… Bueno, excepto esa vez… ¿Hace cuanto?... ¡Uy pos la última!... si es cierto, que fue hace como… hace como… a ver, fue antes de exámenes y los exámenes fueron hace dos semanas y… ¡No mameeeesss!... eso fue hace como mes y medio… ¿Llevaba tanto tiempo sin coger? Pos por eso ando tan caliente… si casi me maté a chaquetazos durante los finales… pero eso era por estrés… ahhh como alivia una chaqueta antecito de estudiar… y antecito de dormir… y antecito del examen… siiiii a huevo… pero ¡Concéntrate!… Si esa última vez hasta recuerdo que me sorprendió que ella no insistiera en el condón… si hasta parecía que no lo quería… Pero… Nooooooo… no mames, ya estoy paranoizando todo… ¡Concéntrate!... ¡Nohemí no está embarazada!... Esa vez nos ganó la calentura ¿O no?... Si luego hasta me reclamó… Porque ya nos había ganado otras veces y de todas maneras ella… Ella… Noooo… No puede ser…

Pinche Sandra.  ¡Pinche y re mil pinche!! Ya me está haciendo dudar. Ella sigue parada en la puerta del baño, parece que sigue mis pensamientos porque la veo sonreír satisfecha mientras asienta ligeramente con la cabeza.

-Estás pero bien pendeja – le escupo en la cara antes de empujarla para salir del baño. Ahora sólo tengo un pensamiento en la cabeza… Tengo que hablar con Nohemí. Voy al cuarto y ésta vez sí me encierro.  Busco mi celular aventando todo hasta que lo encuentro. Una cajetilla cae al piso y en automático tomo un cigarro y lo enciendo.  Las manos me tiemblan, casi no puedo prenderlo. Veo en la pantalla doce llamadas perdidas y cinco mensajes. Me habló tres veces mi mamá, tengo cinco llamadas perdidas de Diego, dos de Claudia (¿Claudia?... ¿Para qué tanto?), una de un teléfono desconocido y una de Nohemí… Tengo cinco mensajes pero ¡Me vale verga!...

Tengo que hablar con Nohemí.