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Marilyn

en Transexuales

Odiaba a ese hombre. Yo me di cuenta que tal vez los guardias para que se queden tranquilos les daban cervezas y lo único que les faltaba era una putita, que era lo que yo significaba en esos momentos para esos hombres. Después fui rodeado por otros hombres casi formaban un medio circulo a mi alrededor.

- Nosotros queremos que nos hagas una mamada también Marilyn.

- No se preocupen – Dijo uno de los hombres al que le estaba chupando el miembro poniéndome una mano en la cabeza. – Ella puede mamar cinco miembros a la vez.

Tuve que acceder a chupar esos miembros primero uno luego el siguiente y así sucesivamente cuando los hombres me eyaculaban en la boca yo pensaba que se terminaría pronto pero siempre aparecía otro hombre mas para que le haga mamadas y yo  estaba harto de tanto mamar.  

A la mañana siguiente cuando me desperté.

- Llévense  a Marilyn a bañarse y que use el cepillo de dientes y la crema dental para lavarse los dientes. Quiero que se maquille bien. - Les dijo  Esteban a sus hombres.

- Si jefe.

- Nosotros vamos a preparar el desayuno.

Los hombres me ayudaron a levantar y me llevaron al baño.

En los baños mientras me secaba después de bañarme obligado por los hombres, a mi bañarme tan seguido no me gustaba porque hacia mucho frío y el agua estaba helada un hombre me embadurnaba el cuerpo de crema mientras otro sacaba un cepillo de dientes nuevo de un tubo y le ponía crema dental.

- Lávate los dientes. – Me ordeno.

Yo no entendía para que tanto lío.

- ¿Por qué amo?

- Porque el jefe quiere besarte pero no quiere que tengas olor a semen en la boca.

Entendí era todo por la comodidad de ese hombre. Después de lavarme los dientes los hombres me obligaron a maquillarme.

Cuando volvimos a la celda los hombres estaban desayunando yo tenia mucha hambre.

- Yo también quiero comer.

Cuando dije eso el jefe se me acerco y me pego una trompada.

- Cállate la boca putita. Tú no vas a comer nada. Te vas a alimentar con nuestra leche. Vas a vivir a semen.

Un hombre frotándose su miembro a través de su pantalón dijo

- Eso es cierto aquí esta tu comida.

- Porque son tan malos. – Dije llorando – Si es horrible eso.

Los hombres se rieron.

- ¿Vamos a trabajar? – Dijo Esteban pegándome – Los que se quedan recuerden el único alimento de Marilyn es nuestra leche así que háganla mamar.

Esteban me abrazo yo no pude  apretar  los labios para que no me pueda besar porque me agarro de sorpresa pero a pesar de eso hice fuerza por liberarme. Esteban me pego una trompada y otro hombre me abraso.

-Pero Jefe – Le dijo – Así no se trata a una mujer. Se baila. ¿Dónde esta la radio?

- Aquí – Dijo uno de los muchachos.

La encendieron y buscaron una música para bailar. Cuando se empezaron a oír los acordes de una música melódica se me acerco y me tendió el brazo. Yo no quería bailar pero sabia que si no obedecía me pegarían El hombre me tomo de la cintura, me abrazo y empezó a bailar.

- ¿Hace mucho que vienes a esta disco preciosa?

Eso era básicamente lo mismo que yo les decía a las chicas cuando iba a bailar pero la chica que me acusaba de violarla era una chica del trabajo a la cual nunca le hice caso. Ella había querido besarme pero no quise y me fui. Parece que un amigo mío la había violado pero como éramos parecidos me acuso a mí o eso creía yo. El hombre con el que bailaba me empezó a besar el cuello y la oreja. Me miro a los ojos se me acerco para besarme los labios.

- Pero Roberto no te olvides nuestro trato. - Dijo Esteban.

Este hombre  puso cara rara como disgustado. Después uno a uno de los hombres me besaron. Pasaban  mucho tiempo besándome.

- Te voy a traer un regalo Marilyn. – Me dijo uno de los hombres después  de besarme.

- Si amo.

- No me digas amo – Dijo ese hombre con amargura – No me gusta lo que te hacen.

Yo estaba sorprendido.

Estaba casi sentado encima de un hombre mientras este me tomaba de la cintura y me movía rítmicamente su miembro entraba y casi salía de mi cuerpo. Uno de los hombres me tomo del cabello y me acerco a su miembro.

- Abrí la boca.

Yo así lo hice les obedecía mas que nada para que no me peguen. El  miembro de ese hombre entro completamente en mi boca. En ese mismo momento entraron Esteban y los otros hombres que volvían de trabajar.

- Tienen que ir a trabajar – Le dijo Esteban a los hombres que formaban un círculo a mí alrededor.

-Si jefe – Dijo el hombre al que le estaba haciendo la mamada – Espere que Marilyn termine de mamar.

- ¿Le han hecho mamar todos?

- Por supuesto – Dijo uno – No queremos que se muera de hambre.

Todos los hombres se rieron.

El hombre que me estaba haciendo la cola cuando termine de mamar me agarro de la cintura y empezó a moverse con mucha violencia parecía que no podía terminar hasta que me lastimo y empecé a gritar después descargo su semen en mi culito. Parecía que les gustaba oírme gritar. Cuando me dejo se me acerco otro hombre de los que habían llegado con Esteban y se sentó a mi lado.

- ¿Qué pasa Marilyn te duele el culito?

- No amo. – Temí que me pegaran si decía que si.

- No me digas Amo. Me llamo José. Te traje un regalo.

- ¿Un regalo?

Yo pensé que seria comida.

- Si. Recuerdas que te dije que te iba a traer un regalo.

El hombre saco una cadenita con un dije de una caja.

- Si lo recuerdo.

Yo estaba sorprendido por ese gesto de ternura.

- Déjame que te lo ponga.

Me tuve que poner de espaldas y el hombre me coloco la cadenita al cuello.

- Te queda muy bien.

El hombre me empezó a besar el cuello y la oreja. Me recostó en la cama y empezó a besarme me dio vuelta tomándome de las nalgas las abrió y empezó a guiar el miembro pero no me lo pudo meter.

- Me vas a tener que hacer una mamada.

- Pero amo.

- No me digas amo.

- José – Me eche a reír - No me gusta hacer eso tiene mal olor.

- Lo entiendo pero si te metes el miembro y lo embadurnas en saliva después es más fácil.

- Pero a ti te gusta esto. ¿Eres homosexual?

- No. Pero yo quería estar con alguien y hacerle el amor no violarlo.

Yo me puse a llorar cuando recordé mi violación y José me abrazo. Me consoló un largo rato. Hacia mucho que no sentía un poco de ternura hacia mi y que me trataran como persona y no como cosa.

- Hay muchos como yo que quieren tener sexo pero no de forma obligada si no porque tu quieres.

Me obligo a levantarme me tomo de la cabeza y me acerco hasta su miembro. Tuve que abrir la boca y me introdujo todo el miembro. Los pelos del pubis los sentía en la nariz. El hombre me tomo del cabello retiraba mi cabeza y otra vez la volvía a acercar hasta su miembro rítmicamente.

Me di cuenta que tenia razón ya no le sentía mal gusto y empecé a chupar el glande.

-¿Te gusta?

Observe al hombre.

- Tenías razón José.

Los dos nos pusimos a reír.

Después cuando termine de mamar me volvió a levantar colocándome encima de el abriéndome las nalgas guío su miembro hasta introducírmelo completamente y empezó a moverse rítmicamente. En eso  oí la conversación entre Roberto y Esteban.

– Esteban nuestro trato…

–  No tiene discusión.

Mi cuerpo se movía para arriba y para abajo con el movimiento del hombre que me estaba penetrando.

– Quiero que me dejes hacerle la cola a Marilyn.

– Pero Roberto tu sabes que la tienes muy grande. Le vas a destrozar el culito si tiene un desgarro anal nos quedaremos sin putita y ya nos acostumbramos a que nos haga una mamada y darle una buena cogida a la mañana y a la noche.

- Pero…Es el muchacho mas joven del penal saben hace cuanto que no me cojo un culo  joven.