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Marilyn

en Transexuales

Habían pasado dos semanas desde que Roberto me hiciera la cola. Estuve acostado durmiendo con mucha fiebre. Los hombres de José y el mismo José me cuidaron mucho por suerte no sangraba mas por el ano.

Cuando me desperté esa mañana vi a José acariciaba mi rostro.

- Hola.

- Por suerte te despertaste. Estuvimos preocupados.

Yo mire a esos hombres.

- Tenemos muchos regalos para ti Marilyn.

- Gracias.

- ¿Tienes hambre?

- Si.

- Eso es buena señal. Traigan la sopa.

“Sera sopa de semen”. Pensé. Pero no era sopa de verduras que José me dio con una cuchara.

Los hombres de José me dieron muchos regalos.

- ¿Y Roberto donde esta? – Le pregunte a José.

- No pienses en eso.

José me dio un beso en los labios y luego me besaron los otros se iban a trabajar.

- No me dejes solo José – Le dije al hombre angustiado – Si viene Roberto.

- No va a venir mi amor. A Esteban no le gusto que lo desobedeciera cuando le dijo que no te haga la cola y el lo hizo.

- ¿Lo mato?

- No. Nosotros tenemos que obedecer al jefe si no lo hacemos nos castiga. Además que obtenemos cosas que otros pabellones no gracias a el. Le debemos fidelidad.

José días después cuando me repuse me abrazo y beso.

- ¿Marilyn no podemos hacerte la cola?

- No todavía no.

- ¿Pero me harías una mamada?

- Claro. Mi amor. ¿Pero me vas a traer un regalo?

- ¿Qué quieres?

- Un paquete de galletitas de chocolate.

- No se si voy a poder traerlo.

- Porfi – Suplique – Porfi.

- Esta bien. – Me dijo riendo. – Le diré a Esteban para que lo consiga.

Otra vez hablando de Esteban. José parecía adorarlo yo no podía olvidar que fue el primero que me había violado y sometido me senté en la cama con cuidado porque me dolía todavía y mire al  hombre parado este se bajo el pantalón tome su miembro y lo sujete con mi mano después me introduje todo el miembro en la boca repetí la acción varias veces para después empezar a chupar el glande. El hombre gritaba de gusto.

- ¿Y como se porta Marilyn? – Dijo Esteban mientras leía el diario completamente desinteresado en mí.

- Muy bien.- Dijo José me puso la mano en mi cabeza apretando con fuerza para que todo el miembro entrara en mi boca. Hice que el miembro entrara repetidamente en mi boca y después lo empecé a golpear sobre mis labios como había visto en una película cuando era adolescente.

Cuando José soltó toda la leche que me trague  y me dejo casi inmediatamente otros dos hombres que nos habían estado mirando se acercaron y me quisieron meter los miembros en mi boca pero yo no quise trate de separarme pero no pude. Insistieron en ponerme los dos miembros en la boca pero yo me atragantaba y me ahogaba.

-Si vos podes hacer dos mamadas al mismo tiempo.

- Chicos tranquilícense no puede hacérselo a los dos juntos - Dijo Esteban llamando al orden.

- Si jefe.

- Yo quiero que esperen un poco. – Mire a José – Me vas a traer un regalo ¿no?

- Claro Marilyn. Confía en mí. Galletitas de chocolate.

 En ese momento los hombres me tomaron del cabello con rudeza.

- Toma el miembro putita.

- No me llamo putita. – Dije ofendida y molesta por la forma en como me trataban.

- Jefe la putita no quiere obedecer.

Vi que Esteban dejaba el diario se levantaba como una tromba e iba hasta donde estaba yo. Quise levantarme pero no pude.

El hombre me agarro del cabello yo grite histéricamente.

- Vas a obedecer puta.

- Si jefe – Le dije llorando me di cuenta que era mejor obedecer – Es que no me gusta que me digan putita.

- Tienes razón Marilyn pero tú tienes que obedecer. Tus obligaciones son tener un miembro en la boca y en la cola y estar siempre maquillada.

- Lo se jefe pero con lo que me hizo Roberto mi cola…

- Eso ya lo se Marilyn pronto va a cicatrizar.

- Si. ¿Pero jefe donde esta Roberto?

- Eso no tiene que importarte tu preocúpate por mamar y por tu culito que cicatrice pronto.

“Ojala”. Pensé. “Ojala que cicatrice pronto. Quiero sentir lo mismo que sentí con Roberto me eche a reír y Esteban me miro raro.

- Lo siento Jefe.

Esteban me levanto, me abrazo y me beso en los labios. Estuvimos mucho tiempo besándonos.

- Jefe – Dijo uno de los hombres – Nosotros queremos hacerle una mamada a la putita.

- No se llama putita se llama Marilyn. Escúchenme todos – Esteban levanto la voz dirigiéndose a los hombres que estaban por allí. Estos lo escucharon atentamente - Los próximos que le digan puta o putita a Marilyn se la van a ver conmigo.

- Si jefe.

- Díganle a los demás.- Después me miro a mi – Seguí mamando Marilyn.

- Si jefe.

El jefe me acaricio el rostro.

Los otros hombres que compartían la celda conmigo estaban dispersos por ahí. Parecía que nos les interesaba yo tanto al no poder hacerme la cola. Esteban había decidido que como mi cola estaba lastimada después de lo que había echo Roberto hasta nuevo aviso nadie me tocaría yo disfrutaba de una calma y tranquilidad.

Podría haber estado feliz pero no lo estaba.

- Jefe – Dijo uno – Yo me pregunto no se le habrá curado la cola a Marilyn ya después de todo paso mas de un mes.

Cuando le trajeron un pote de crema lo abrió metió dos dedos después se acerco hasta donde estaba yo.

- A ver como marcha esa cola.

Los hombres que querían mamadas se separaron y me dejaron solo.

Esteban me hizo levantar me dio vuelta y me los introdujo en mi ano. A mi me dolió un poco.

- Tu culito no esta curado. No pueden usarlo.

- ¿Pero porque yo quiero tener sexo?

Esteban se enojo.

- Yo no  lo veo cicatrizado.

- Pero jefe…- Le grite.

- No seas desobediente Marilyn. ¿Quieres que te atemos en el baño?

“Allá debe estar Roberto” Esteban me pego una trompada.

- Tú me vas a obedecer a mí. El primero que va a probar tu cola cuando cicatrices seré yo Marilyn.

Esteban me tiro sobre la cama y a mi me dolió bastante.

“Cuando voy a cicatrizar”. Pensé casi llorando. “Estoy harto de esto seguro que Roberto no tendría miedo como este cobarde”.

Cuando el jefe se iba yo le grite.

- Cobarde. Seguro que Roberto no tendría miedo.

- Cállate Marilyn – Me grito Esteban – Seguí mamando.

- No. No voy a hacer lo que quiere.

Esteban me pego una trompada.

Me empezó a pegar violentamente en la cabeza.

- Vas a obedecer – Me grito.

- Si jefe.

- Seguí mamando.