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Centro de adaptacion y reproduccion (2)

en No Consentido

 

La enfermera quitó la aguja. Lo que fuese esa inyección, licuo mis testículos, después ella los dreno con esa manguera.

Me Sentí enfermo del estómago mientras que miraba hacia abajo de mi pene, mi escroto ahora era solamente una aleta arrugada minúscula de piel debajo de ella donde mis testículos colgaban. Mi cara ahora estaba enmarcada con un largo, pelo rizado, rubio.

La enfermera tiró de una palanca y mis brazos fueron estirados sobre mi cabeza. Entonces la miré mientras que ella incorporó números en el teclado numérico.

Los anteojos fueron quitados y mis lágrimas rodaron libremente por mis mejillas, pensamientos de mi futuro feminizado, que inundaban mi cerebro. Advertí que mi cuerpo entero había sido paralizado y entumecido repentinamente cuando los brazos de metal tiraron de mi parte posterior del cabello y descansaron mi cuerpo, como si flotara.

 La enfermera puso su mano en mi brazo.

-No te preocupes. Es más fácil si lo aceptas.

Esas palabras eran poca ayuda mientras miraba los movimientos del muchacho a mi lado… o muchacha… o lo que ahora éramos con nuestras bolas aspiradas y listos para ser feminizados y cuando esto termine convertidos en mujeres.

Miraba a esa  enfermera joven y me puse en su lugar: lisa totalmente entre mis piernas, grandes pechos llenos, pelo largo, ropa interior de mujer.

Después me representé a mamar el pene de un hombre y me comencé a sentir enfermo otra vez.   Unas barras minúsculas fueron insertadas debajo de mi piel por los brazos mecánicos, varias azules en mi pecho y alrededor de mis pezones y en cada uno de mis labios, mis pómulos, mis nalgas y caderas.

Entonces mi marco comenzó a moverse a lo largo de la banda transportadora una vez más, finalmente paro dentro de lo que parecía un tubo blanco algo estrecho que asumí era el compartimiento temido. Una boquilla fue atada a mi mordaza que empezó a suministrar oxigeno, y comencé a dormirme mientras el tubo era llenado de líquido.

Cuando desperté cerca de lo que crei 6 horas más tarde, lo primero que pensé es que pudo haber sido un mal sueño no sabia donde estaba y tenia mucha sed, me sentía mareado, profundamente cansado.

Sin embargo, cuando mire alrededor Observe en el espejo de la habitación el reflejo de una mujer  Era una chica joven. Preciosa, realmente preciosa. Representaba la misma esencia de la naturalidad. Su pelo era largo y liso de un color dorado desde el nacimiento hasta las puntas. Su melena, de cabellos finos caía sobre sus hombros sus ojos eran grandes  distinguí unos iris verdes con motitas amarillas cerca de la pupila como los míos. Su nariz era corta y recta, sus labios, de color rosado enmarcando una boca grande. No llevaba ropa levante la mano y esta mujer también lo hizo. Me di cuenta que era yo.