miprimita.com

Marilyn

en Transexuales

Los hombres se habian dividido en tres bandos unos eran los de Esteban que eran bastante violentos pero no tanto, los segundos eran los de Roberto que me pegaban mucho y torturaban y los terceros eran los de Jose que me trataban como persona y me traian regalos y comida. 

Estaba sentado en la cama mirando a los hombres de Esteban que formaban un circulo a mi alrededor.

Un hombre se abrio su pantalón y saco su miembro  yo lo tome con mi mano me lo meti en la boca integro haciendo que se llene de mi baba como me habia enseñado mi nuevo amigo, Jose. Después chupaba el glande pasando la lengua por la punta que parecia mas sensible y eso lo volvia loco al hombre. Senti como gozaba el hombre lo estaba disfrutando.

-Hay nena te amo. -Me dijo mientras me colocaba la mano en la cabeza. Se me acerco otro hombre que parecia exitado y me abrazo por detrás.

Empezo a abrazarme y me beso en el cuello estuvo mucho tiempo besando mi cuello mientras atraia mis nalgas hacia su vientre.

- Quiero hacerte la cola.

Este hombre se chupo dos dedos y me los metio en mi orificio anal cuando estubo bien dilatado acomodo su pene hasta que entro en mi ano.

Después se empezo a mover ritmicamente.

- Cada dia estas mejor.

Vinieron otros hombres que acompañaban a Roberto.

- Hola chicos. Quiero hacerle  la cola a Marilyn.

- Pero Roberto – Dijo el hombre al que yo estaba haciendo una mamada – Te pagamos para que no le hagas la cola.

- Que te importa estupido. Yo quiero hacerle la cola.

- ¿Y si pasa como la otra vez?

- La otra vez que antigüedad sacas.

- La otra vez lo hiciste y nos dejaste sin putita.

 Yo pense “Asi que hubo otro muchacho que le hicieron esto. Quisas murio”. Los hombres de Esteban se empezaron a pelear por mi. Yo vi con amargura que iba ganando Roberto y sus hombres. Los otros hombres salieron corriendo.

- Llamen a Esteban – Les grite histerico. – O a Jose pero no…

Roberto me pego una cachetada.

- Callate putita.

En ese momento los hombres de Roberto me tomaron de los brazos y me obligaron a levantarme.

- No te preocupes nena - Me dijo Roberto – No va a pasar nada.

Me hicieron arrodillar. Roberto se quitó su pantalón mostrándome con descaro toda su entrepierna.

- Mamamela.

Me agarraba por los pelos.

-No quiero.

Los hombres me empezaron a pegar.

- Chupala.

- Si amo.

Levante la cabeza para mirarlo y buscar su verga para hacer lo que me pedía y cuando lo vi no lo podía creer, era una cosa larga y extremadamente gruesa, no me imaginaba que existía algo de esas dimensiones. Tome el miembro con una mano pero no era suficiente tuve que agarrarlo con las dos, levante el miembro y fui acercando mi boca a ese pedazo de carne acerque mi cabeza y mis labios se apoyaron en la punta de ese monstruo los fui abriendo y dejando que entrara una pequeña parte en mi boca, casi no entraba de lo gorda que era Roberto tomo mi cabeza con sus manos y presiono su verga comenzó a deslizarse hacia adentro ya tocaba el fondo de mi garganta provocándome arcadas me ahogaba.

Al rato Roberto lanzo un gemido y yo sentí que mi boca se llenaba de un liquido caliente y salado.

- Mierda eyacule – Dijo Roberto. -Trágalo todo nena.  

Me ordeno y yo obedecí no me quedaba otra  pero parecía que nunca terminaba de tragar.

El liquido pasaba por mi garganta y no podía evitar hacer un ruido extraño señal  que lo estaba tragando.

Roberto me retiro el miembro de la boca cuando termine de tragar todo el semen.

- Bueno  a mamar.

- No quiero hacer esto – dije llorando.

Los hombres me pegaron trompadas  que me hicieron caer al suelo al punto me volvieron a levantar de los pelos sujetándome con fuerzas me volvieron a pegar cachetadas.

- ¿Vas a obedecer nena?

Me pregunto Roberto amenazándome con volver a pegarme.

- Si amo voy a obedecer pero no me peguen mas.

Me arrodille y tome el miembro empecé a hacer que mi lengua subiera  y bajara chupe de todas las formas que pude primero el glande y luego hasta la base del miembro chupe los dos testículos hasta cansarme. El miembro quedo bien mojado.

- Ahora cométela.

Me obligo a abrir la boca y me introdujo una parte del miembro hasta la garganta.

Después al rato volví a sentir que el hombre daba un grito de pasión y eso era señal que había eyaculado. Otra vez mi boca se inundo de ese liquido caliente y salado que tuve que tragarme.

-Que mamada me hiciste mi nena. Recostaste que yo me voy a acostar a tu lado.

- Pero – Le dije con miedo – Y si lo dejamos para otro día. Después de todo ya eyaculo dos veces.

- No nena te quiero hacer la cola ahora.

Roberto tomo una de mis manos y la puso sobre su miembro y otra vez estaba parado. Me senté en la cama. Mire a los otros hombres que acompañaban a Roberto.

-Te voy a coger como nadie. Ademas los otros perejiles estan trabajando y son muy molestos. Creen que vas a tener un desgarro anal.

Hubiera deseado que algun hombre de Jose o incluso de Esteban llegara o el mismo Esteban viniera a rescatarme miraba a la puerta de la celda pero no vino nadie.

-Date vuelta mi amor y ponete de rodillas en cuatro patas. – Me dijo Roberto. -No tengas miedo no te va a pasar nada voy hacer que te recibas de mujer de verdad.

- Pero me gustaria ir al baño – Dije con temor.

- No digas pendejadas – Me dijo pegandome una cachetada – Ponete en cuatro patas si no te reviento.

Me puse de rodillas como me lo pidió, incline el cuerpo hacia adelante y apoye mis manos para quedar bien en cuatro patas puse mi cabeza en la almohada.

Se arrodillo atrás mío, me abrió las piernas y se coloco entre ellas, me sobo las nalgas y con sus manos las empezó a separar dejando mi orificio anal al descubierto y a su disposición después arrimo la cabeza de su pene a mi ano y lo introdujo despacio. Sacaba la cabeza de la verga y la volvía a meter después empezó a empujar para que vaya entrando, mí culo empezaba a ceder pero no mucho el dolor era insoportable pero ese trozo gigantesco se seguía abriendo paso, Roberto empujaba y yo me aferraba a la almohada, con sus manos me abría totalmente las nalgas para poder meterla mejor.

No soportaba más el dolor mordía la almohada, gritaba, me saltaban lagrimas.

-Por favor  me duele no aguanto mas.

 -Así me gusta como te la comes toda ¿te doy más? Ahí va así sentí como esta entrando.

Yo no sabia como no me desmayaba, gritaba, aullaba.

- Tal vez no pueda aguantar – Dijo uno de los hombres.

- Este aguanta cualquier cosa – Dijo Roberto.

Roberto  me agarro fuerte de la cintura arremetió y me mando a guardar su miembro hasta el fondo. Yo pegue un grito

- Mama… Mama. -Gritaba yo enloquecido.

Se empezó a mover primero suavemente y luego con rapidez a mi me dolía mucho con cada movimiento.

Empecé a sentir un cosquilleo terrible en mi interior mis nalgas empezaron a moverse al ritmo de ese cosquilleo insoportable. Yo quise evitar que mis nalgas se movieran de esa forma pero Roberto me pego.

- Quedate quietita nena.

No tuve otra alternativa que dejar que mis nalgas se movieran. Roberto acompañaba mis movimientos gemía de placer. Esas cosquillas me volvían loco y después sentí una sensación indescriptible de placer.

- Te gusta. ¿No es cierto Marilyn? - Me dijo y era cierto me gustaba.

Me daba bronca tener que reconocer que era asi.

Roberto empezo  a moverse  encima mio de manera ritmica en ese mismo momento llegaron Esteban y sus hombres.

Esteban le dijo a Roberto.

- Tu estas loco.

- Pero y porque si a Marilyn le gusta. - Dijo mientras se movia en forma ritmica y a mi me volvia loco no podia dejar de gemir.

- Por un lado vino bien que le rompiera el culo ¿No?  – Dijo Roberto.

- ¿Pero y si le da un desgarro anal? – Dijo Esteban.

- A este no. Ya esta acostumbrado.

Roberto despues se quedo quieto su miembro empezo a escupir chorros de semen que me inundaban las entrañas. De a poco fue retirando su miembro.

Roberto con los otros hombres empezaron a  tomar mate con biscochitos.

- ¿Que te pasa? - Me pregunto Roberto.

- Nada.

- Contesta bien nena.

- No me pasa  nada amo.

Yo sentia el estomago revuelto. Parecia mas gordo. Uno de los hombres dijo.

- Parece como si lo hubieran embarazado.

Todos se rieron.Después de descansar un rato me quise levantar pero no pude.

- Quiero ir al baño.

- Pero y aguantatela no ves que estamos comiendo.

Me dijeron los hombres.

- Pero es que no me puedo levantar.

- Ese es el poder de mi verga – Dijo Roberto – Vas a estar invalido por un tiempo. ¿Te duele mucho el culito?

- Si – Conteste llorando.  

- Este no se va a olvidar mas de la cogida que le pegue.

Los hombres se echaron a reir.

- No te preocupes pronto te sentiras mejor.

Roberto me quiso tocar el estomago pero yo no pude aguantar mas y le vomite encima en respuesta me pego una cachetada.

Después vi que me salia sangre de el ano me empece a asustar cuando manche todo.

-Traigan algodón – Grito Esteban preocupado. – O trapos para parar la hemorragia.

Al rato me desmaye.