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Centro de adaptacion y reproduccion (3)

en No Consentido

Me encontraba en una cama en un cuarto pequeño de recuperación, frío, estéril junto a otros muchachos ahora hembras, vi que ahora tenía pechos grandes y firmes, Copa D. Aterrado, mire rápidamente hacia abajo. Era todo verdad. No había sido un sueño, Metí la mano estaba absolutamente lisa a excepción de una vagina apenas arriba de mi ano, que sabía debía ser donde se reencaminó mi uretra. Me obligarían a sentarme como una mujer para orinar, pensé.  No había vendajes en absoluto.

Me había curado mientras dormía, perdí mi virilidad fui transformado de alguna manera en una magnífica, belleza de un solo golpe. Miraba a los otros que comenzaron a despertar. Deslumbraban simplemente: los pechos, gallardos, perfectos y arqueados labios rojos en caras angelicales. No habíamos sido simplemente feminizados; éramos todos el diez perfecto, la clase de mujer que fantasea todo hombre.

Encontré que no tenía ningún interés sexual incluso mirando a las magníficas rubias. Debieron haber  cambiado algo en mi cabeza de alguna manera, porque en vez de ver a las rubias como objetos sexuales sentía un poco de celos de ellas. Entonces lo comprendí todo, eso haría posible que pudieran tener sexo con nosotros los hombres. Una punzada momentánea de desesperación cruzo mis pensamientos, de que nunca sería mujer para un hombre.

Mire otra vez a los otros mientras que comenzaban a explorar sus propios cuerpos. La otra muchacha, con nerviosismo que creía era el muchacho afeminado que había estado en el transporte conmigo revelo una vagina sin vello que parecía auténtica.

Sus dedos tocaron suavemente su clítoris, haciéndola temblar y gemir antes de que ella se cubriera rápidamente otra vez.

Ella tenía un largo, cabello rubio rizado, y los pechos copa D como las otras cinco muchachas. Se aparentaba definitivamente si ella hubiera nacido esa manera.

Entonces, las muchachas me miraron, tan voluptuoso con mis piernas largas, cabello enrulado, labios rosados. Si podría decir que parecía una muchacha de portada de las antiguas revistas que mi padre guardaba.

Mis pechos grandes, gallardos para su tamaño, cintura increíblemente fina y piernas aparentemente sin fin todo decía sexo.

Me cubrí cuando una asistente se acercó. Ella era la enfermera que nos castró. Llevaba unos vestidos trasparentes que nos entrego. Nos dijo que nos vistiéramos rápidamente antes de que descubriéramos cual malo eran los implantes eléctricos en nuestras costillas.

Tenía el impulso de gritarle algo.

Gritarle a todo el mundo.

- Pero... pero... - Quería decir que me quería ir a casa, pero lo que realmente deseaba era que me devolvieran a mi anterior persona, a mi anterior vida.

 Ella dijo mirando una carpeta buscando mi nombre,

-Escucha, Nataly - Ese no era mi nombre real- He venido aquí a explicarles alguna de las cosas que sin duda estarán interesadas en saber. ¿Van a comportarse, o me voy?

Asentímos  con la cabeza.

- Han sufrido una serie de modificaciones. No existe nadie más en el mundo que tenga la capacidad de hacer lo que les hemos hecho. A todos los efectos, son mujeres. Las demás alteraciones que hemos llevado a cabo implican también una modificación de la conducta, mediante alteraciones cerebrales. Pueden tener arranques de violencia masculina cosa que no les recomiendo por el implante que les han puesto en las costillas que puede matarlas. Les va a gustar el sexo, créanme. Ya lo veran. Serán muy felices. Pronto empezarán su formación no todo pueden hacerlo los médicos. Le enseñarán a cuidarte y a mostrarse bellas. También aprenderán a dar placer sexual y el resto del programa. - Despues me dijo a mi. - Nataly no luches contra tu destino.  

- ¿Pero porque me dice Nataly?

- Ese a sido un requerimiento de los padres de ustedes que los han bautizados con esos nombres que mantendran toda la vida.  Acepten las cosas chicas el gobierno las necesita.

¿Aceptar lo que me estaban haciendo? Me temblaban las rodillas sobre todo se debía al trauma que habían provocado sus palabras.                                                                    

Me sentía superado totalmente por lo que me estaba ocurriendo. Me veía realmente estúpido con ese delgado cuerpo de mujer tan desequilibrado, vestido tan sólo con ese vestido sexy sin saber qué hacer ni a donde ir.

Cuando habia querido huir mi padre me entrego.

La asistente siguió hablando.

- Estoy segura de que piensan que no les puedo ayudar en nada. Que todo lo que ha pasado es injusto y se sienten desesperadas. ¿Saben por qué sé que piensan así?

Todas las chicas negaron con la cabeza.

-Porque yo he pasado por lo mismo. Hace dos años yo era... bueno, ya saben... un varón.

Entonces mi mirada cambió a  incredulidad.

- ¿Por qué no me crees? – Me dijo especialmente a mi. ¿Acaso tú pareces un hombre? Claro que te faltan los detalles de belleza que toda mujer debe conocer por eso estoy aquí, para que los conozcas.

- ¿Y si no quiero? - Le grite con ira – Yo quiero volver a ser quien era. No esta porqueria.

-Nataly no hables asi. Eres bellisima. Te convirtieron en un ser hermoso.

 Eso me hizo enfurecer.

-Entonces lo que yo diga no importa. Yo no tengo derecho a nada Yo soy una persona tengo sentimientos.

- Eso ya lo se. Pero te acostumbraras y seras feliz.

- ¡Asi! ¿Y como se supone que voy a ser feliz? ¿Que van a hacer me van a drogar – La mire con odio.– Yo antes era muy feliz.

- Pero vas a ser feliz. Veras que con el tiempo tu tambien te acostumbras y te sientes agradecida por lo que ha hecho el gobierno contigo. No me lo hagan mal difícil. Vamos asi les enseño las instalaciones.

No me importaba nada. “Nunca lo aceptare”. Pense. “Nunca”.  Yo era una cosa nada mas tal vez para chupar el  pene de un hombre pero no era más que un trofeo.

Los otros o otras me confortaban mientras que la asistente nos escoltaba por esos pasillos.

- Vamos asi les enseño las instalaciones.

Nos llevo a el comedor tuve que tomar una bandeja igual que las otras muchachas. Mire la cantidad de mujeres todas en linea eran rubias de ojos claros parecian sacadas de una misma cadena de producción. Mas alla habian otras lineas de mujeres morenas o de cabellos rojizos.