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Carta a una enemiga

en MicroRelatos

Hola, Mariela

Creo que te sorprenderá la visita del hombre que acaba de entregarte esta carta. También te dará un paquete; es un regalo para ti, ya llegaremos a eso.

Te preguntarás quién soy, pero estoy segura de que no me has olvidado. ¿Recuerdas la época en que cursaste la Preparatoria? Soy aquella niña de secundaria, tres años menor que tú, a la que hostigaste, humillaste y maltrataste por aquellos tiempos.

Si te preocupa mi paz espiritual, siéntete tranquila. He decidido eliminar todos los rencores de mi alma y devolver multiplicado todo el daño que alguna vez haya recibido. Quiero darte con intereses todo lo que me diste y regresar el mal a su fuente de origen. La vida me ha colocado en situación de cumplir ese sueño.

Puede que recuerdes cuánto te burlabas de mi apellido y del modo en que lo pronuncio. Te informo que el apellido que he heredado provoca sonrisas, inclinaciones de cabeza y toda clase de reverencias por parte de magistrados, jueces, empresarios y representantes de distintas instituciones. Sí, tengo un apellido que no pasa desapercibido. Por añadidura, he heredado de mi padre el imperio financiero que fundó mi bisabuelo.

Te halagará saber que he invertido recursos para estar al tanto de tu vida. Supe que te casaste con un hombre al que amas profundamente. Es una lástima que ese sentimiento sea todo lo que tienes.

Conozco el tema de tu madre, postrada en cama a causa de la hemiplejía; me alegra mucho. Con medio cuerpo paralizado y sin poder hablar ya no podrá justificar tus actos como lo hizo cuando denuncié los abusos que cometiste conmigo. Estoy enterada de que, debido a la enfermedad de esa mujer, tú y tu marido hipotecaron vuestra casa hace dos años y solamente hicisteis tres pagos al banco.

Pero no todo es desalentador, tu marido consiguió un empleo. Lo que ignoras es que la empresa para la que trabaja me pertenece.

Sé que estás inquieta por el adeudo con el banco, sé que te han exigido el pago de la hipoteca en innumerables ocasiones y entiendo que  te sientas preocupada por este tema. Ellos no volverán a molestarte, he comprado tu deuda a través de una de mis compañías. No te sorprenda que nadie te avisara, el dinero lo puede todo en este mundo, compra silencios, voluntades e incluso represalias.

En resumen, te debo tres años de humillaciones, burlas, desprecios y malos tratos. Siendo mujer de negocios, acostumbro pagar mis cuentas y ya es tiempo de devolverte todo lo que me hiciste, con los intereses de una década. Soy la dueña legal de tu casa, soy propietaria de la empresa donde trabaja tu marido y tengo una cuenta pendiente contigo. Te daré dos alternativas, pero, elijas lo que elijas, no puedes arrepentirte.

Tienes la opción de empacar tus cosas y salir hoy mismo de la casa, junto con tu esposo, a quien despediré sin indemnización, y tu madre enferma.

También puedes optar por recibir el regalo que te he enviado. Se trata de un collar para perra, como símbolo de que he comprado tu vida para hacer de ti lo que me plazca. Si tomas esta decisión, deberás estar preparada para mi llegada, hoy a las cuatro de la tarde. Os permitiré seguir viviendo en la casa, tu marido conservará el empleo y habrá otro trabajo para ti.

Si optas por la segunda alternativa, serás mi juguete y haré con tu persona lo que se me antoje. Machacaré tu voluntad, destrozaré tu cuerpo y te mostraré una nueva dimensión de sufrimiento. Espero que te pongas ese collar. Para mí será muy divertido y no permitiré que te aburras.

Tu enemiga

P.D. En caso de que decidas ser mi esclava, tu marido me ayudará a destrozarte la vida. Hay en esto más de lo que sabes.