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Planeta Prohibido 2.1

en Sadomaso

 Planeta Prohibido 2.1

     En cuanto Paula camino unos cien metros, aún con los pechos doloridos por la brutal agresión del ser aberrante y con la vagina irritada, pensó detenidamente en las posibilidades que tenía de poder llegar caminando hasta la nave, donde la esperaban sus compañeras, deseando alejarse de allí cuanto antes mejor.

     Después de pensarlo mejor, decidió volver sobre sus pasos e intentar liberar a Carmen, para que con ayuda de esta, poner sobre sus ruedas el vehículo explorador, y tener mas posibilidades de llegar a salvo a su destino.

     Entró de nuevo en la nave abandonada observando en la oscuridad para no tener ninguna sorpresa.

     Se desplazaba por medio del pasillo, alejada de las paredes, de donde podría salir alguna de esas criaturas y sorprenderla. Cuando por fin llegó hasta donde se encontraba Carmen.  Esta seguía sujeta a la pared por la sustancia pegajosa, que mantenía su espalda y brazos apoyados en la pared. En sus pechos seguían alimentándose dos orugas blancas, de unos 40 centímetros de largas y del diámetro de una pelota de tenis, su piel era semejante a un peluche cubierta de una tenue pelusa. Permanecían impasibles ante la presencia de Paula, cogidas cada una a un pezón. 

     Con cuidado se acercó hasta Carmen para que no escaparan y poder disparar sobre ellas.

     Carmen al ver las intenciones de su compañera de aventuras se sobresaltó y le gritó.

-          Alto, no dispares, suéltame de esta Sustancia pegajosa y hablamos.

-          Pero esos bichos se están comiendo tus pechos, mejor eliminarlos.

-          No, no lo hagas por favor, solo con la saliva de ellos puedes disolver lo que me tiene sujeta.

-          Acércate sin miedo que te explico.

-           Has de coger con cuidado una de estas criaturas y aproximar su boca a lo que me tiene sujeta a la pared, ella con su saliva la disolverá, y así podré quedar libre.

     Paula se aproximó hasta donde se encontraba Carmen y sujetó la oruga con cuidado, separándola del pezón de su amiga, sorprendida por el tamaño que este había adquirido, se quedó mirando como brotaba un liquido sonrosado por una abertura, que destacaba en la punta del enorme pezón.

-          Suéltame enseguida y no te entretengas, que pueden venir algunos bichos adultos, y esos si que son peligrosos.

     Paula siguiendo las instrucciones de Carmen, la fue liberando sin problemas, hasta conseguir que separara los brazos y espalda de la pared.

-          Ya estas libre. ¿Puedo eliminar ahora estos bichos?.

-          No lo hagas, los necesito para que liberen mis pechos de esta especie de leche que segrego. Si los matas, no se como podría evitar que mis tetas se hinchen y me duelan mucho. Además de que los he parido yo, por que un adulto me violó y ahora se podría decir que son mis hijos.

-          Se lo que es eso, a mi también me atacaron, pero pude eliminarlos.

-          Vamos a buscar un traje para ti, por que desnuda no podrás salir al exterior y acompañarme hasta el Explorer, para regresar a la nave.

-          De acuerdo, vamos también a buscar algo donde poder guardar las oruguitas.

    

     Las dos amigas, recorrieron la nave, buscando los trajes para salir fuera, sin problemas para encontrarlos, ya que la nave era gemela a la que las habían traído a ellas. Una vez protegidas con sendos trajes y los bichos envueltos en una manta térmica, se dirigieron hasta el vehículo volcado en el exterior. Este se encontraba junto a un pequeño montículo, (seguramente originado por alguna oruga curiosa), descansando, volcado de costado.

     Gracias al brazo robotizado y a la ayuda de Carmen, pudieron volver a colocarlo sobre sus seis ruedas.

     La antena de radio estaba partida y no había forma de poder contactar con la nave y para mas complicaciones, estaba anocheciendo, por lo que era peligroso ponerse en camino sin conocer la zona, existía el peligro de caer en algún precipicio. Decidieron alejarse un poco de la nave y del peligro que representaba el estar cerca de las orugas que habitaban en ella.

     Pusieron los detectores de movimiento en marcha, por si se aproximaba algún peligro, ser detectado con tiempo, y se acomodaron para pasar la noche en la plataforma de carga del Explorer, que aunque reducida, les ofrecía suficiente espacio para dormir.

     Carmen soltó las orugas para que pudieran alimentarse y abriendo el cierre del traje liberó sus pechos ofreciendo a las orugas los enormes pezones para que comieran. Estas enseguida reptaron hasta los pechos, adaptando cada una sus bocas a los pezones de la exploradora. De estas emergieron unas lenguas finas que se introdujeron por las puntas de los pezones, por los orificios que ya poseían estos y por donde libaban el néctar del que se alimentaban.

       

     Estos seres no mamaban se valían de las protuberancias que tenían en la boca para introducirlas en los pechos y así poder alimentarse. Ella sentía como le iban entrando por los pezones y se engordaban una vez dentro de sus pechos, la sensación que sentía era como si se los estuvieran follando, con el roce de las lenguas por el interior de sus enormes pezones.

     Paula miraba sorprendida de la forma en que aquellos bichos estaban comiendo de su amiga y recordaba el dolor que sintió cuando las orugas adultas le introdujeron los aguijones en sus pezones. El ardor que sintió en el interior de sus pechos y de cómo le habían crecido tanto.

-          Carmen, ¿ no te duele que te estén taladrando literalmente los pezones, esos bichos?.

-          No, las oruguitas segregan un analgésico que reduce el dolor, la sensación es de placer, ya que el roce de sus lenguas en el interior de los pechos resulta muy excitante y hasta hace que sienta deseos de ser follada, haciendo que segregue fluidos vaginales.

-          Me estás excitando, viendo como das el pecho a esos animalitos y hasta empiezo a sentir envidia. Estoy mojando las bragas solo con verte.

-          Puedes darme los pechos y te los acaricio para darte placer. Es lo mínimo que puedo hacer en agradecimiento por haberme liberado.

     Paula se acercó a su amiga y ofreciendo sus pechos dejó que esta se los acariciara, pellizcando suavemente los pezones y haciendo circulitos con la lengua alrededor de las aureolas. En la penumbra de la nave pudo distinguir que los pezones de ella estaban muy grandes y que mostraban por el centro unas señales de que habían sido penetrados por una oruga adulta.

-          No me has contado que hubieras sido violada por orugas adultas y tus pechos muestran señales de haber sido penetrados por las lenguas de alguno de ellos.

-          Tienes los pezones taladrados lo mismo que yo y no han cicatrizado, por lo que son recientes.

-          Si, es cierto, dos de esos bichos, me sorprendieron cuando entré en la nave y no pude evitar que me violaran, antes de que acabara con ellos.

-          A mi me pasó lo mismo pero no pude escapar y me hicieron prisionera para que alimentara a las larvas con que me habían inseminado.

-          Ten presente que puede que estés preñada de estas criaturas y hasta dentro de unas semanas no puedes saberlo.

-          Por las señales de tus pezones, te los han preparado para que puedas alimentar a sus crías, en el caso de que te inseminaran.

     Mientras hablaban no paraba de lamer los pezones y acariciarlos, haciendo que estos aumentaran mas de tamaño.

     Paula introdujo una mano por la abertura del traje bajando hasta la entrepierna de su amiga, notando que no le había engañado cuando le dijo que estaba mojada. Con los dedos comenzó a hacer circulitos alrededor del clítoris y a frotarlo suavemente, aumentado poco a poco la candencia de las caricias.

      Nos encontramos a las dos cosmonautas en un vehículo explorador, recostadas juntas, una con dos bichos comiendo de sus pechos y esta chupando los pezones de su compañera, mientras que masturba a la primera metiendo los deditos en su vagina y frotando el clítoris, y conseguir que dentro del receptáculo todo sea un concierto de gemidos.

     Después de tener varios orgasmos y vencidas quedaron dormidas y abrazadas junto a los bichitos satisfechos de tanto comer.

    ¿Conseguirán llegar hasta la nave espacial?.

    ¿Estará embarazada Paula de las orugas?.

    ¿Qué será de las oruguitas si llegan hasta la nave espacial?.

Perdonad la tardanza en escribir este capitulo, se me ha estropeado el ordenador y he perdido todos los apuntes, por lo que he tenido que empezar de nuevo.

     Por favor no seáis muy duros con las criticas de mis relatos. Soy amateur.

     Besiiiiitos

     Marirosa