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Nuevas Responsabilidades

en Sadomaso

Hola, hoy cambia mi vida, ayer fué mi 25 cumpleaños y me independizo, bueno más bien me han invitado amablemente a que vuele del nido.

Permitidme que me presente, mi nombre es John, provengo de una familia de las más rancia nobleza inglesa, mi padre Sir Cedric Lancaster –Duque de Devon- o mi tío Evan –Marqués de Hunt- son dignos representantes de dicha nobleza. También son conocidos por las inmensas granjas de esclavos que tienen en la campiña. Cada una de ellas tiene más de 200 esclavos perfectamente adiestrados y domados, ya que mantener un castillo o una casa señorial es un gran trabajo y conlleva notables gastos.

De pequeño no tuve el típico caballito de madera, todavía recuerdo con gran cariño a Coral, una gran ponygirl que tuve en mi infancia, aprendí a manejar la fusta casi antes que el sonajero. Que excitación ver como corría cuando le clavaba las espuelas, como botaban sus tetas cuando las azotaba con mi pequeña fusta, o esa sensación de triunfo cuando ganabas una carrera a tus primos aunque te hubieras tenido que emplear a fondo con la fusta en su culo, para después comparar los culos de las diversas monturas y afear al que lo había hecho mal, chiquillerías que llenaban nuestras tardes de juegos. Como todo niño estaba muy encariñado con mi mascota, la de veces que la habré dejado dormir a los pies de mi cama inicialmente y cuando mis padres ya se habían dormido dejarla subir para seguir jugando con ella, pero mis padres no estaban de acuerdo con esta práctica y ya ni recuerdo la de veces que la habrán azotado por este motivo, pero ella me quería mucho y no podía negarse a nada que le pidiera.

Como regalo de cumpleaños mi padre me ha cedido nuestra dote típica, 24 esclavos variados, poco a poco os los iré presentando, y un millón de euros para seguir con la tradición familiar, pero la independencia tiene un inconveniente, a partir de ahora soy reconocido como adulto y como tal debo asumir la responsabilidad de que los esclavos que me han sido cedidos sean productivos y rindan beneficios a la familia. Aparte de su obligación de reproducirse para tener un suministro estable de esclavos, afortunadamente me han cedido 22 hembras y solo 2 machos, bien administrados no se necesitan más machos, y no puedo negarlo no me gustan los hombres, los he admitido obligado porque iban en el lote y los necesito como reproductores.

Como odio el clima inglés he decidido trasladarme con mi séquito a Barcelona, es una ciudad de la que estoy enamorado y que tiene grandes posibilidades. Gracias a los contactos de la familia he conseguido trabajo para todos los esclavos conforme os los vaya presentando los iréis conociendo, y supongo que como yo, al final a algunos incluso les tomareis cariño.

Los esclavos los he organizado en grupos de cuatro, de dos en dos se pueden poner de acuerdo para encubrirse el uno al otro y librarse del castigo de alguna trastada, de tres en tres es fácil que dos se alíen contra el que acusa a otro, pero de cuatro en cuatro ya es más difícil y aún no he visto un grupo que resista un duro interrogatorio manteniendo las mentiras de forma coherente, al final alguno siempre acaba confesando y todos mis esclavos saben que odio las mentiras.

Como os he comentado antes, gracias a los contactos de la familia, he conseguido colocarlos a todos, y los he colocado en los grupos de cuatro en cuatro que ya os he dicho por lo que van a trabajar juntitos y así están todo el día bajo supervisión permanente, tendréis que saber que colocarlos ha sido realmente fácil, ya que muchos empresarios están necesitados de trabajadores disciplinados (hosteleros, dependientes, comerciales…) y es nuestro deber proveerles de mano de obra barata, tampoco hace falta contratarlos con un gran sueldo ni hacer que solo trabajen las ocho horas, no nos volvamos locos, son amigos de la familia, ellos hacen que mis esclavos sean productivos y yo hago que sus negocios no tengan tantos gastos.

Gracias a esto todos los esclavos trabajan cinco días a la semana, veréis que en esto he sido inflexible, ya que la rutina semanal es la siguiente, todos los días se queda un grupo de cuatro esclavos de servicio en el piso, mientras los otros veinte van a trabajar o se dedican a las labores de casa. Este grupo inicia el turno de siete de la mañana a siete de la tarde y su única misión es estar a mi servicio, son los esclavos con los que me divertiré a lo largo del día, aparte de por motivos de trabajo el turno solo dura un día ya que en algunas ocasiones -o a menudo- quedan algo deteriorados y no les sería posible hacer un turno de dos días. Además tenemos el martes que es el único día que todos los esclavos coinciden en casa, es el día grande en el que obsequio a mis amigos con grandes fiestas, se imparten los castigos disciplinarios especiales y disfrutamos mucho. Me hubiera gustado que el día grande fuera un sábado pero al tener a algunos esclavos trabajando en hostelería es imposible, lástima que solo pueda ser un día a la semana y encima no caiga en sábado pero como ya no soy un crío tengo que conseguir rentabilidad de los esclavos. Espero que mi padre sepa reconocer estos sacrificios, por suerte a mis amigas y amigos no les afecta mucho si la fiesta es en sábado o en martes ya que no están sujetos a horarios laborales.

Hoy es lunes 29 de mayo, ayer fue mi cumpleaños y ya estoy establecido en Barcelona, como no podía ser de otra manera para residir aquí papá me ha cedido un ático en Paseo de Gracia, es de un fondo buitre que tiene la familia, es un ático de 400 metros superluminoso y tiene una terraza de 200 metros con su barra de bar y piscina, maravillosa para las fiestas íntimas, cuando damos un fiestón utilizamos la terraza superior de 400 metros que por supuesto es propiedad del ático, con sus arbolitos, plantas… Tengo que dar las gracias a mi prima Alison que es diseñadora y lo ha dejado precioso, con todas las comodidades y tan solo ha gastado 40 metros cuadrados para que los esclavos puedan dormir, que el espacio es un lujo y hay que aprovecharlo. Ha colocado 8 literas de tres pisos cada una de un metro de ancho y dejando un pasillo de medio metro entre ellas y un corredor de 1 metro al frente de las mismas ha conseguido alojarlos a todos. Alison. You’re the best!!!. Además como no necesitan ventana ha conseguido que el establo no tenga que estar en la fachada y así no molesta. El tema del aseo lo ha arreglado estupendamente con la manguera de regar las plantas de la terraza superior. Y pensar que estuve a punto de malgastar 3 metros cuadrados en un baño.

Empieza un nuevo día y hay que ceñirse a la rutina semanal, os voy a presentar a los cuatro esclavos que están hoy de servicio:

Ingrid: Una rubia teutona de 43 años. Proviene de una familia de esclavos, mi padre la compró para mí nada más nacer yo, cuando ella tenía 18 años. Acababa de tener una niña y estaba amamantando. Gracias a los tratamientos químicos aun a fecha de hoy me puedo dar un buen festín con su leche.

Ingrid, es la típica fraulein alemana que nos podríamos encontrar en cualquier festival de cerveza, alta, rubia, ojos azules, corpulenta más de 1,75m de altura, piernas poderosas y caderas macizas, que gracias al ejercicio diario que obligo a hacer a todos mis esclavos se mantienen tonificadas y a la dieta que sigue se mantiene dentro de su peso. Y por supuesto dos poderosísimas tetas, rebosantes de leche. Con Ingrid he compartido muchas experiencias, fueron la primeras tetas que comí, tanto por hambre como por placer, las primeras tetas que azoté, todavía recuerdo su preciosa carita llena de lágrimas, las primeras tetas que pincé, que placer hacer después saltar las pinzas con la fusta o colgarle una bandeja para que llevara mis juguetes de un lado a otro. Pero no penséis que Ingrid tan solo se reduce a un par de tetas, ella fue la primera que exprimió mi polla con su boca, y aun a día de hoy es la mejor mamona que tengo en mi cuadra.

Sophie: Es una preciosa morenita francesa, bastante pijilla, de tan solo 18 años, la adquirí junto con el piso, fue una buena operación. Sus padres unos directivos franceses eran los propietarios de este maravilloso piso, sufrieron la típica historia de la crisis, compran bienes muy por encima de sus posibilidades, piso, apartamento, coche, internado suizo para la niña, tetas para la mujer… y les echan del trabajo acusados de desfalco justo cuando decido trasladarme a Barcelona, no sé si tendrá algo que ver que trabajaban en empresas de la familia. Se encuentraban desahuciados, sin trabajo, hipotecados hasta la médula y sin posibilidades de hacer frente a una hipoteca de más de 4.000.000 € una vez liquidado el piso –el fondo apenas cubrió un 20% del valor inicial del piso-, dado que la chica es una preciosidad hablé con papá y consiguió solucionarlo, a cambio de la condonación de la deuda, evitar la cárcel y volver a contratar a sus padres Sophie será mi esclava durante los siguientes 20 años, por supuesto tanto a Sophie como a sus padres los tenemos en jaque y podemos hacer con ellos lo que queramos, de hecho tengo pensadas algunas actividades para la madre de Sophie que aunque ya tiene casi 50 años es una milf bastante bien conservada y tendrá su morbo ver como interaccionan madre e hija.

De Sophie poco más se puede decir de ella, morena, media melena, bajita, apenas alcanza el metro sesenta, de pelo castaño largo, ojos marrones de mirada triste, y una boca pequeñita con unos labios llenos y carnosos. Cuerpo teen, tetas las justas, cinturita y un culo pequeño y respingón. Lo más resaltable de ella es su inexperiencia, hasta que se vino conmigo solo había estado internada en los mejores colegios y no ha tenido mucha relación con el sexo aparte de alguna experiencia lésbica con alguna compañera de habitación.

Verónica: Es una explosiva irlandesa pelirroja de 25 años, como casi todas las pelirrojas una mujer de carácter fuerte que solo se puede doblegar a base de fusta y látigo. Casi tan alta como Ingrid pero menos poderosa, más estilizada, mirada profunda de color verde mar, piel nívea, casi traslucida, con unas agradables pecas en la cara y un pelo rojo fuego de melena larga con tirabuzones que es un espectáculo ver como se agita cuando la cuelgas y la azotas. Pechos blanquecinos y llenos, desbordan de su cuerpo, con una ligera caída pero que se mantienen perfectamente en su sitio, cuando los azotas tiemblan como flanes propagando la fuerza del impacto de la fusta a todo la masa mamaria. Piernas infinitas que acaban en un culo quizás un poquito voluminoso pero que refleja perfectamente ese pase del color blanquecino inicial al rojo subido cuando recibe una severa azotaina, ver como el culo se va tiñendo del color de su pelo es un bonito indicador del nivel de castigo que está recibiendo.

De su procedencia sabemos poco, es culta, con conocimientos de medicina y apenas lleva unos meses en la familia, fue un regalo a la familia como pago de unos favores que le hicimos a un político de Cork y hay procedencias que es mejor no preguntar.

Jelani: Uno de los dos machos del lote, de mi misma edad, es una enorme masa congoleña de unos 1,90 metros, de piel negra como el carbón, cuello de toro, pecho inmenso, abdominales marcados, brazos fuertes y musculados, piernas como pilares romanos y un culo duro como el pedernal, más de una caña ha cedido ante su culo.

Lo más sorprendente es su carácter dócil y su pasividad, con 16 años llegó a Inglaterra y cuando se enteró que mi familia tiene granjas de esclavos se presentó en la de mi padre y solicitó ser admitido, como hasta los 18 años no podía firmar el contrato de esclavitud, la familia lo tuvo controlado en un hogar de acogida –otro de los múltiples negocios que tenemos- hasta que pudo ser nuestro esclavo. En estos siete años ha sido un esclavo dócil, complaciente y comprometido con la familia, daría su vida por cualquiera de sus amos.

Bueno, realmente lo más sorprendente no es su carácter, lo más sorprendente es lo inmensamente dotado que está con un pene de 25 cm de largo por 18 cm de perímetro, en reposo se le queda en unos 15 cm que dan mucho juego, debido a esto lo rebautizamos con el nombre de Mandingo.

Como os decía hoy empieza una nueva vida y con ella las rutinas semanales, el cambio de turno se produce a las 07:00 horas, si la noche anterior no ha sido excesiva uno de ellos me tiene que despertar con una suave mamada, en esta ocasión le toca a Ingrid, ya que es la esclava de más autoridad entre los cuatro del grupo y la que mejor me hace las mamadas

Despertar con una mamada de Ingrid es una experiencia que debería ser patrimonio de la humanidad, mientras estás dormido ella se amorra a tu polla y la descapulla suavemente con los labios, si está flácida la introduce suavemente en su boca y en ese entorno húmedo y caliente a base de pequeñas succiones la polla va creciendo. Cuando consigue una erección realiza una combinación de movimientos que te despiertan agradablemente, se dedica a lamer golosamente el glande como si fuera su helado favorito, se lo introduce en la boca hasta el frenillo y lo succiona suavemente, para finalmente intentar introducir la punta de su lengua en el meato y vuelva a empezar.

Una vez te has despertado, todavía medio soñoliento, se deja de suavidad y se dedica con intensidad a la mamada, con movimientos pausados pero continuos se introduce la polla en la boca desde la punta hasta tocar con su nariz tu ombligo mientras la está introduciendo en su boca con la lengua la va masajeando en movimientos circulares y cuando la tiene introducida hasta el esófago, no sé exactamente como lo consigue, pero te presiona el glande con la garganta y la mantiene unos maravillosos segundos en su interior, para ir sacándola de nuevo mientras succiona como una aspiradora, a veces pienso que tanto poder de succión va a hacer que se me meta la sábana por el agujero del culo, y vuelta a empezar cual pistón de máquina de vapor, acelerando cada vez más e incrementando la succión. Al final siempre consigue una abundante y gozosa corrida que acaba con la polla introducida hasta el fondo en su garganta y soltando la leche directamente a su estómago.

Pero aquí no acaba su trabajo, una vez has eyaculado mantiene la polla -que está muy sensible- en su boca para que esté cómoda y calentita. Lentamente baja la erección y llega el momento de poder echar la primera meada del día, que por supuesto Ingrid recibe con gran alegría y se traga sin ningún tipo de problema, para finalmente limpiar bien la polla y poder continuar con este nuevo día.

Por supuesto nada más levantarse el ritual del aseo. La ducha tiene capacidad para 10 personas, la de fiestas que montaremos aquí dentro, pero hoy solo dejaré que me asista Verónica. Verónica empieza dándome un suave masaje en la cabeza con jabón, prosigue enjabonando mi cara con la suya mientras aprovecha para besarme con pasión, prosigue con sus labios por mi cuello y baja por mi torso con una excitante fricción de sus tetas enjabonadas sobre mi cuerpo, noto sus pezones duros como rocas. Posteriormente se pone de cuclillas y se dedica a lavar con gran esmero con su lengua tanto mi culo como la polla, que en estos momentos se ha recuperado y pide atenciones nuevamente. Acuclillada como está podría ordenarle que me atendiera con su boca, pero desnuda y cubierta de jabón la volteo y apoyo sus manos sobre la cabeza contra la pared, arqueo su cuerpo para acceder bien a ella y lubricando mi polla con el gel procedo a follármela lentamente de un solo golpe, ella recibe mi polla apoyada con las manos en la pared, con las esculturales piernas bien abiertas y su coño palpitante y lleno, mis manos se alternan entre magrear sus tetas cuyos pezones retuerzo con pasión o cogerla de la larga cabellara roja para calbalgarla con más fuerza y más a fondo, cual jinete que monta una yegua díscola. Mientras el ambiente húmedo del baño hace que nuestros cuerpos se vuelvan sudorosos, entre gemidos, suyos y míos, aumento el ritmo de la follada hasta que me corro extenuado dentro suyo, luego tendré que preguntarle si se ha corrido y revisar los videos ya que todos mis esclavos tienen estrictamente prohibido correrse sin mi autorización.

Una vez salgo de la ducha me espera Sophie para proceder a secarme con una gran toalla, cosa que hace con gran dedicación y suavidad, cuando llega a mi polla se dedica a ella con esmero, pero aunque ganas de follármela no me faltan aun no me he recuperado de los dos envites de esta mañana y aun no he desayunado!!!. Cuando Sophie termina se acerca mi querida Ingrid para proceder al afeitado, como imaginareis no es una tarea que se le pueda delegar a cualquiera, ya que debe ser una esclava de pulso firme y de la más absoluta confianza, y al igual que sus mamadas Ingrid es la mejor en ello.

Ya afeitado Verónica y Sophie me ayudan a vestirme con la ropa que Ingrid ha dispuesto, por cierto, el cinturón que ha elegido no combina exactamente con los zapatos por lo que luego tendré que sacarla de su error.

Ya son las ocho de la mañana y me acerco al comedor a desayunar, Mandingo ya ha dispuesto todo para el desayuno y empezamos con el ritual de despedir a los seis grupos de cuatros esclavos que hoy se van a trabajar.

Como Amo quiero que mis esclavos tengan muy presentes que están sometidos a mis caprichos, por ello todas las mañanas se lo recuerdo con un castigo y como es muy pronto para pensar dejo que sea el azar el que decida.

En el comedor tengo cuatro ruletas y cada esclavo del grupo debe girar una ruleta:

  • La primera decide el instrumento de castigo, fusta, palmeta, látigo…
  • La segunda decide la parte del cuerpo castigada, culo, tetas, espalda…
  • La tercera decide el número de golpes que recibirá el esclavo, entre uno y diez.
  • Y la cuarta es un factor multiplicador entre 1 y 5 que multiplica el número de golpes que recibirá el esclavo, si tienen mala suerte hasta un máximo de 50 golpes.

Todos los miembros del grupo reciben el mismo castigo y los encargados de administrarlos son el grupo de servicio, es decir, Ingrid, Sophie, Verónica y Mandingo mientras desayuno. Cada grupo debe ser castigado en un máximo de cinco minutos, no voy alargar el desayuno por culpa de esta escoria, por lo que podréis imaginar la velocidad a la que caen los fustazos cuando les toca irse calentitos, es una gozada oir los gemidos de dolor de forma continua.

Podréis pensar que algunos instrumentos y partes del cuerpo son incompatibles, pero es un método que llevamos usando en la familia desde tiempos inmemoriales y no falla. El motivo del éxito reside en que sean los encargados de administrar el castigo los responsables de decidir cómo se ejecuta y si no serán ellos los castigados. Esto hace que estén muy motivados y sean tremendamente imaginativos e insistentes, aun recordamos con grandes carcajadas en las cenas familiares cuando la ruleta decidió que al negro Mandingo tenían que castigarle con cinco pinzas en el culo y la chinita MiauMiau, que era responsable de administrar el castigo, estuvo tres minutos intentando que las pinzas prendieran en ese pedernal sin ningún resultado positivo. Cuando ya solo quedaba un minuto y nadie apostaba un chelín por MiauMiau no se le ocurre otra cosa que desmontar las pinzas, chuparlas y metérselas por el culo a toda prisa, aunque la parte metálica no se la introdujo. Gracias a los aullidos de Mandingo y a las risas que nos echamos decidimos que MiauMiau había ejecutado el castigo y se libró del suyo.

Hoy no me entretendré en contaros los castigos administrados, ya que han sido pura rutina pinzas en los pezones haciéndolas saltar con la fusta, cinturonazos en los genitales, latigazos en el culo, de lo más aburrido.

Una vez he mandado a todos los esclavos a sus quehaceres diarios llega el momento de hablar con Ingrid acerca de cómo combinar cinturón y zapatos.

La preciosa fraulein hoy lleva el típico vestido de Baviera. Vestido con la parte superior blanca y escote barco que apenas le cubre los pezones y deja admirar sus espléndidas tetas. Corsé de color rojo con adornos, bien apretado para que marque su estrecha cintura. Falda corta verde, muy muy corta, con un minidelantal, que cuando se agacha, siempre con las piernas rectas y rodillas juntas, deja ver su culo prieto y esas dos interminables piernas calzadas sobre unos zapatos de tacón de 17 cm y enfundadas en unas medias blancas con unas florecitas en la parte superior que le llegan hasta los muslos. Por supuesto nada de ropa interior, ni bragas ni sujetador. Todo ello combinado con su pelo recogido en dos bonitas trenzas hace que parezca recién salida de la oficina de turismo del Augsburgo que abandonaron sus padres para servirnos.

-          Ingrid acércate

-          Que ordena Amo? Responde mientras se acerca con la mirada baja y se pone de rodillas frente a mí.

-          ¿Crees que este cinturón combina con los zapatos? Le digo mientras muestro el cinturón que queda a la altura de sus ojos y adelanto uno de los zapatos.

En esos momentos Ingrid se da cuenta de su imperdonable error, el color del cinturón no es exactamente igual al de los zapatos.

-          Lo siento Amo, con las prisas del primer día no he acertado a escoger el cinturón adecuado. No volverá a pasar más.

-          Por supuesto que no volverá a pasar más y ¿sabes cómo lo evitaremos?

-          Recordando a esta estúpida esclava que no es más que una esclava indolente y una molestia para su Amo que tiene que educarla y castigarla para que sea mejor Amo.

-          Y cuál es la mejor forma para recordarlo.

-          Con un castigo, por supuesto, Amo.

-          Al menos estamos de acuerdo en algo. Y dado que has fallado con el cinturón creo que es de justicia que sea el cinturón el que te recuerde tu condición de esclava inútil. ¿Qué castigo crees que mereces?

Este procedimiento de preguntarle a la esclava por su castigo es ya en si una tortura, ya que en ese momento escribo en un papel el castigo que yo considero justo. Si la esclava es demasiado benevolente consigo misma y propone un castigo inferior al mío, le castigaré con el doble del mío, en cambio si es demasiado dura se llevará una paliza que podría haber evitado, ya que ha sido ella la que ha solicitado ese castigo. Es una situación difícil de valorar por los esclavos ya que aparte de la falta en si tienen que valorar otro factor muy importante, mi estado de ánimo, ya que para la misma falta suelo ser bastante voluble. En esta ocasión y por ser el primer día consideré que con 10 cinturonazos sería suficiente y escribí mi castigo en el papel.

-          Bueno Ingrid, ¿Cual crees que sería un castigo adecuado?

-          ¿25 azotes, Amo? –Respondió Ingrid cabizbaja y con voz insegura, me la quedé mirando con mirada dubitativa y meneando la cabeza con aire pensativo, cuando de repente grita- 50, Amo, 50 azotes.

-          A ver Ingrid, como te tengo que explicar que no alces la voz delante de tu Amo –le comenté mientras le giraba la cabeza de un tremendo bofetón que la echó al suelo- Bueno decídete ¿25 azotes, 50 azotes? No vamos a estar aquí todo el día zorra inútil.

-          Castígueme con 50 azotes, por favor Amo. – Dijo mientras recuperaba su posición de rodillas.

-          Ingrid siempre me sorprende lo dura que eres contigo misma, se nota que quieres aprender a ser una buena esclava, en esta ocasión con unos simple 10 azotes hubiera sido suficiente –le dije, mientras le entregaba el papel- pero por supuesto, si tu consideras que para aprender necesitas 50 azotes, me aplicaré a ello para conseguir que seas una buena esclava.

-          Gracias Amo –me contestó Ingrid con esos bonitos ojos azules turbios, conteniendo las lágrimas. Lágrimas que pronto aparecerían.

-          Bueno, sin más dilación procedamos al castigo. 50 Azotes. ¿No Ingrid? –Le repetí regodeándome en su mal cálculo.

-          Si Amo.

-          Creo que la mejor forma de repartirlos serán 10 en el culo, 10 en los muslos por detrás, 10 en las tetas, 10 en los muslos por delante y finalmente 10 en el coño. ¿Estás de acuerdo Ingrid?

-          Si Amo.

-          Además, y dado que es un castigo para que aprendas deberás repetir en cada azote, el número de azote y la frase “Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo”. ¿Entendido?

-          Si Amo, repetiré la frase “Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo”, Amo.

-          Muy bien comencemos, dado que estamos en el salón, procederé a azotarte primero en el culo y para ello lo mejor es que apoyes tu pecho sobre la mesa, te agarres firmemente a los bordes de la mesa y gires tu cabeza a derechas. Quiero ver tu cara mientras te azoto.

El espectáculo de ese culo alzado esperando la mordedura del cinturón me puso a cien, pero en esta ocasión preferí no hacer uso de ninguna de mis esclavas para que me chupara la polla y concentrarme en las sensaciones que me proporcionaría el castigo. He de comentar que no me gusta que mis esclavos griten mientras reciben un castigo, lo considero de lo más ordinario, por lo que tan solo tienen permitido exhalar el aire o un pequeño gruñido.

El cinturón con el que iba a proceder a castigar a la fraulein es un cinturón de cuero de unos 3 cm de ancho y bastante grueso unos 4mm, por lo que es muy pesado. Esto unido a sus 120 cm de largo hace que sea un elemento de castigo bastante severo, aunque Ingrid había tenido suerte de no escogerme ninguno de los múltiples cinturones que tengo con tachones metálicos, y este tan solo es una tira de cuero pesada pero lisa, por lo que las marcas que dejará sobre Ingrid serán bastante uniformes.

Doblé el cinturón por la mitad, me puse detrás de Ingrid a su lado derecho para poder ver su preciosa carita y alzando el brazo procedí a descargar el primer azote con gran precisión y fuerza, un bonito golpe que cruzó de lleno ambas nalgas justo en su parte central.

Al sentir el cruel mordisco del cinturón Ingrid exhaló todo el aire de sus pulmones y contuvo un gutural gruñido, mientras yo apreciaba como esas nalgas se contraían con el impacto y luego temblaban cual flan debido a la fuerza del mismo transmitiendo todas las sensaciones a ese esplendoroso culo.

-          Uno gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

Al quinto azote el culo de Ingrid presentaba 5 bonitas líneas paralelas y sus preciosos ojos azules tenían una mirada acuosa. Cada vez se la oía exhalar más fuerte y los gruñidos eran perfectamente audibles, aunque mantenía perfectamente su posición y seguía con su mantra.

-          Cinco gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

Al llegar a este punto cambié de lado para obtener un color uniforme en las nalgas de la bella rubia.

-          Ingrid cambia la cabeza de posición que voy a proceder a azotarte desde el otro lado

-          Si Amo.

Desde la derecha procedí a atacar otra vez las otrora níveas nalgas que ahora empezaban a presentar un bonito escarlata.

-          Seis gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

-          Siete gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

-          Ocho gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

-          Nueve gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

-          Diez gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

Al acabar la primera tanda de azotes el culo de Ingrid presentaba un uniforme rojo furioso en toda su superficie, adornado con unas bonitas rayas moradas donde se habían superpuesto los golpes del cinturón.

-          Ves Ingrid, si por mi fuera esto ya habría acabado, pero no voy a escatimar esfuerzos para conseguir que seas una gran esclava.

-          Gracias Amo.

-          Vamos a continuar con los 10 azotes en los muslos posteriores. Para ello ve al centro del salón y con las piernas rectas y sin doblar las rodillas agárrate los tobillos con las manos.

-          Si Amo.

En esta posición las dos columnas infinitas que Ingrid tiene como piernas se muestran en todo su esplendor, coronadas por un bonito culo coloreado de un rojo furioso. Podría ordenarle a cualquiera de las chicas que bajaran las medias de Ingrid para proceder al castigo pero dado que es el primer castigo que ejecuto en esta nueva casa quiero disfrutarlo al completo y procedo yo mismo a acercarme y bajar lentamente las medias blancas mientras disfruto de la tersura de sus piernas.

Los azotes en los muslos son bastante más dolorosos que en culo, ya que es una zona más sensible, por lo que advierto a Ingrid.

-          Ingrid, vamos a continuar con el castigo, recuerda que no debes gritar y ante todo mantener la posición, no debes avergonzar a tu Amo.

-          Si Amo, lo intentaré Amo.

-          Si yo me esfuerzo corrigiéndote día a día y malgasto mi tiempo disciplinando a una esclava inútil a la que tras 25 años de estar a mi servicio aún hay que recordarle las reglas elementales, lo mínimo que se puede esperar es que ésta mantenga las formas durante un castigo. ¿Entendido?

-          Si Amo.

-          Bien pues procedamos.

Sin más espera procedo a atacar la suave piel que une las nalgas con las piernas.

El gruñido de Ingrid es bastante más prolongado que los anteriores, pero al cabo de unos segundos se oye.

-          Once gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

Cuando llegamos al quince el cuerpo de Ingrid tiembla visiblemente mientas intenta mantener la posición. Sus piernas presentan 5 bellas marcas en la parte superior de los muslos.

-          Ingrid, todos los azotes han sido en la parte superior de los muslos, ahora me voy a dedicar a la parte inferior para que el castigo sea más soportable y más distribuido. Mantén la posición.

-          Si Amo. Gracias Amo

En el decimosexto azote, que impacta directamente sobre los gemelos, el cuerpo de Ingrid ya tiembla violentamente, pero aún así es capaz de responder.

-          Dieciséis gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

A partir de este punto decido espaciar los azotes para que la esclava se pueda recuperar mínimamente entre azote y azote, los gruñidos son cada vez más largos y frecuentes.

-          Diecisiete gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

-          …

-          Dieciocho gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

-          …

-          Diecinueve gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

-          …

-          Veinte gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

Tras unos segundos en los que Ingrid tiembla violentamente intentando recuperarse del doloroso correctivo, mientras sigue con las manos agarradas a los tobillos le digo.

-          Ingrid puedes derrumbarte.

-          Gracias Amo –comenta ella dejándose caer desmadejada al suelo.

Tras unos minutos en los que dejo que la esclava se recupere ordeno a Verónica que nos acerque una silla de respaldo recto para proceder a la tercera parte del castigo.

-          Ingrid, siéntate en la sillas con las piernas juntas

-          Por favor Amo, antes de continuar con el castigo necesitaría hacer pis, ya que no estoy segura de poder contenerme.

-          Vaya, parece que la señorita es incapaz de soportar un pequeño castigo sin que se mee encima, aparte de torpe veo que tenemos una cerdita que es incapaz de controlar sus necesidades.

-          Por favor Amo, se lo suplico.

-          Vale Ingrid pero sabes que toda acción tiene sus consecuencias y por supuesto esta no quedará sin ellas. ¿Aun así quieres orinar?

-          Si Amo, por favor Amo.

-          Bien Ingrid, ponte de pié con las piernas bien abiertas. Verónica pon tu boca sobre el coño de Ingrid y como se caiga una sola gota en la alfombra el castigo que está recibiendo Ingrid en comparación con el tuyo serán unas simples caricias.

-          Si Amo.

La explosiva pelirroja arrodillada frente a Ingrid procede a colocar su boca sobre el aterciopelado coño de la fraulein.

-          Ingrid te puedes dejar ir.

Y con un largo suspiro la alemana deja escapar toda la orina que hay en su interior.

-          Bien Verónica, ya que Ingrid ha sido bastante severa consigo misma, vamos a proceder a recompensarla y quiero que le hagas una comida de coño memorable, pero sin que llegue a correrse.

-          Si Amo –responde la pelirroja.

-          Ingrid piernas abiertas y manos la nuca ya!

-          Gracias, gracias, gracias Amo –responde la rubia con lágrimas de gratitud en los ojos y tremendamente emocionada mientras adopta la posición.

Durante los siguientes cinco minutos tan solo se oyen los gemidos de placer de Ingrid, combinados con las succiones de coño que le está haciendo la irlandesa. Cuando Ingrid está a punto de explotar les ordeno pararse.

-          Parad

-          Si Amo –responden las dos al unísono

-          Bien Ingrid, ahora que estás más relajada, continuemos con el castigo. Siéntate en la silla. Ya sabes cómo se sientan las señoritas, falda levantada y el culo directamente tocando la piel de la silla.

-          Si Amo –responde Ingrid acercándose a la silla y sentándose en ella

-          Bueno prosigamos –digo, mientas me acerco a Ingrid y le subo la falda para tener al alcance del cinturón esos bellos muslos.

Si el castigo en la parte posterior de los muslos es doloroso, en la parte anterior lo es infinitamente más, pero sin dudarlo procedo a descargar el primer lonjazo que cruza ambos muslos con todas mis fuerzas. Ingrid se agarra fuertemente a los bordes de la silla para mantener la posición, se dobla sobre sí misma y rompe a sudar mientras exhala todo el aire que tiene en los pulmones, las lágrimas salen descontroladas y entre hipidos consigue decir.

-          Veinti hip Veintiuno. Gracias Amo. Seré hip más cuidadosa eligiendo hip la ropa de mi Amo.

-          Vaya Ingrid veo que por fin has entrado en calor. ¿Lista para seguir?

-          Si Amo – responde entre sollozos e hipidos.

Cada nuevo golpe es un suplicio para la esclava rubia, que afortunadamente ha hecho previamente sus necesidades, porque si no se hubiera meado como la perra a la que se apalea. En estos instantes se la ve tremendamente bella, tan tenaz en intentar soportar el castigo, y al mismo tiempo, tan vulnerable mientras los azotes caen sobre sus mulos y ella llora, hipa, babea y entona su mantra, todo a la vez. Sus bellos ojos azules anegados de lágrimas adquieren un azul más pálido casi transparente, que pese a sus 43 años hacen que parezca una jovencita desvalida.

Los azotes caen lentamente e Ingrid solo es consciente de sí misma, está concentrada en soportar el dolor, no quiere decepcionar a su Amo y el mantra le ayuda a canalizarlo y a mantener un hilo que le une al mundo.

-          Veintidós. Gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

-          Veintitrés. Gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

-          Veinticuatro. Gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

-          Veinticinco. Gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

-          Veintiséis. Gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

-          Veintisiete. Gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

-          Veintiocho. Gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

-          Veintinueve. Gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

-          Treinta. Gracias Amo. Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo.

Al finalizar esta tanda, Ingrid me mira y me sonríe mientras pregunta.

-          ¿Lo estoy haciendo bien Amo?

-          Si Ingrid, aunque tenga que corregirte sabes que eres una de mis mejores esclavas. Y como te estás comportando como una buena esclava para la siguiente tanda le voy a pedir a Mandingo que te agarre por detrás y te ayude a mantener la posición, así tan solo tendrás que concentrarte en soportar el castigo.

-          Gracias Amo.

-          Mandingo acércate.

El gigantón de metro noventa, totalmente desnudo a excepción del tubo en el que está aprisionada su polla se acerca a Ingrid y haciéndole una llave la sujeta de pié frente a mí poniéndole los brazos en la nuca. De esta forma sus dos rebosantes tetas llenas de leche quedan perfectamente expuestas para proseguir con el castigo.

-          Bien Ingrid, ya te has recuperado un poco prosigamos con el castigo.

-          Gracias Amo por tener tanta consideración con esta perra.

Ingrid está totalmente acostumbrada a que le azoten las tetas, lo llevo haciendo desde hace 25 años, por lo que esta parte del castigo es una de las más llevaderas, lo que le permite un ligero respiro. Debido a esto me empleo a fondo y los azotes caen certeramente sobre sus pechos, que debido a la presión de los golpes sueltan leche, mientras ella sigue recitando el mantra.

El azote número cuarenta me lo reservo para impactar de lleno sobre los dos pezones con un golpe cruzado que mi profesora de tenis valoraría excelentemente, lo que hace que acabe bastante satisfecho de esta parte del castigo.

-          Ingrid, voy a proceder con la última parte de tu castigo.

-          Si Amo.

-          ¿Recuerdas que antes te he comentado que toda acción tiene sus consecuencias?

-          Si Amo –contesta Ingrid, de pie, enfrente mío cabizbaja.

-          Bien pues la consecuencia de tu acción es que en esta parte del castigo no vas a tener ni que controlar tus gritos, vas a poder gritar como la cerda que eres, ni vas a tener que repetir la frase del castigo.

-          Gracias Amo.

-          No tan deprisa, esclava boba, los últimos diez golpes los voy a descargar sobre tu coño, pero sin pausa entre uno y otro lo haré tan rápidamente y tan fuerte como pueda, y créelo eso es bastante rápido y bastante fuerte. Tiéndete sobre la mesa boca arriba.

Resignada y derrotada Ingrid se tiende sobre la bonita mesa de cristal que tenemos en el comedor.

-          Sophie, Verónica agarrad cada una de vosotras una pierna de Ingrid y levantarla manteniéndolas abiertas para que pueda acceder fácilmente a su coño.

Me giro y veo que Sophie está blanca, en estado de shock, es su primer día y está tan bonita con su uniforme de doncella francesa y esa mirada de terror. Me acerco a ella y agarrándola por el cuello le cruzo varias veces la cara, a derecha e izquierda, su cabeza se bambolea de lado a lado siguiendo la trayectoria de los bofetones.

-          Sophie, esto es lo que te espera si no eres una esclava aplicada.

-          Si Amo –responde con voz queda Sophie.

-          Bien acércate a Ingrid y ayuda a Verónica.

-          Si Amo.

La menuda francesa se acerca a sus compañeras y agarra temblorosa una pierna de Ingrid. Ingrid piensa que no la he visto pero ha tenido un gran detalle dándole un apretón en el brazo a Sophie, para darle ánimos, y sonreirle valientemente.

-          Mamadou sujeta los hombros de Ingrid para que no se pueda mover.

-          Si Amo.

Acercándome a la mesa voy calculando la distancia óptima para que los golpes sean certeros sobre el coño y se aproveche toda la longitud del cinturón doblado por la mitad.

-          ¿Preparados esclavos?

-          Si Amo –responden al unísono Sophie, Verónica y Mamadou

-          Bien Ingrid vamos a por la ultima parte, se fuerte.

-          Si Amo, gracias Amo –responde la ya exhausta rubia.

Sin más dilación procedo a descargar los azotes tan fuerte y rápidamente como puedo, las convulsiones de la fraulein son tremendas, suerte que el poderoso Mamadou es capaz de mantenerla en su sitio y tanto Sophie como Verónica hacen lo imposible por mantener sus piernas abiertas. Ingrid se desgañita, ahora es un chillido continuo, agudo, que te penetra, música para mis oídos.

Y tras el intenso castigo llega la calma, los tres esclavos sueltan a Ingrid que se aovilla sobre la mesa mientras solloza quedamente, sin fuerzas.

-          Sophie, Verónica consolad a Ingrid, abrazadla y cubridla de besos y caricias, lamed sus pezones para refrescarlos, sorbed su clítoris para paliar el dolor, curad con vuestra saliva las nalgas de esta bella esclava cuya valentía ha demostrado.

-          Si Amo –responden las dos esclavas, Verónica se abalanza sobre el clítoris de la rubia para devorarlo con gula y Sophie más tímida lame suavemente los pezones de Ingrid.

Durante media hora ambas esclavas se dedican en cuerpo y alma a Ingrid, lo que ha sido un bonito y relajante espectáculo. Han lamido cada una las partes de su cuerpo repetidas veces, la han cubierto de besos y abrazos y finalmente han untado por su cuerpo una crema hidratante con efecto anestésico, finalmente la esclava ya se encuentra recuperada para finalizar.

-          Ingrid acércate.

-          Si Amo –responde la esclava ya más calmada acercándose.

-          Solo queda una parte del castigo.

-          Si Amo.

-          ¿Cuál es?

-          Agradecer al Amo que se tome las molestias de educarme.

-          ¿Y cómo piensas agradecérmelo?

-          Permítame ofrecer al Amo, una felación en la que pondré todo mi empeño.

Qué bien me conoce Ingrid, tras el castigo y media hora viendo como esas tres zorras se montaban una orgía lésbica tengo la polla más dura que el culo de Mamadou.

-          Bien Ingrid, procede y espero que sea antológica.

De la mamada nada que contaros, tan solo deciros que una esclava recién disciplinada se aplica muchísimo más en su trabajo, entre eso y que iba como una moto me temblaban las piernas cuando Ingrid acabó conmigo, suerte que estaba cómodamente sentado en el sofá y no mostré ningún signo de debilidad.

Continuará...